Por lo menos agradecí porque ambos aún mantenían sus ropas. Gracias Dios, por no traumarme. Está bien, estaba exagerando.
Aclarando mi garganta debido a que ambos seguían ignorándome, me dispuse a realizar el propósito por el cual que me encontraba aquí.
—A-aquí estás —¿En serio? ¿Aquí estas? ¿Qué era, un policía? joder, borraré este episodio por el resto de mi vida.
El chico, mi vecino “Chanyeol” que mantenía sus manos ocupadas en la chica abrió los ojos para concentrarlos en mi, supe en ese minuto que había interrumpido su momento. La intensa mirada hipnotizaba mis pupilas, y de alguna forma mi cuerpo se estremeció haciéndome sentir mas nervioso de lo que ya me encontraba. Apreté mis puños y cambié el peso de mi cuerpo varias veces, dudando si debería dejarlo en el izquierdo o en el derecho o simplem- ¡ah como sea!. Me maldije internamente por haberme desviado de lo inicial. Mi vecino siguió evaluándome como si me estuviera dando el permiso para hablar primero, pero su mirada era tan penetrante que lo único que logré hacer fue abrir y cerrar abruptamente mi boca. De alguna manera como la besaba posando sus ojos en mí, hacían estimular mi cuerpo.
Wow…no.
Chanyeol soltó los labios de la chica que tenía encima de él a horcajadas y sin cortar su vista de mi ladeó la cabeza.
—Amigo estoy ocupado —hizo una seña con su mano hacia la chica antes de agitarla hacía mi en señal de que debía abandonar la habitación.
Sinceramente, hervía por dentro, había tenido suficiente con tan sólo cruzar su maldita sala de estar llena de cuerpos examinándose y bocas explorándose. Había sido la peor travesía, no frecuentaba club, solo bares y un ambiente denso como este no era mi estilo. Todo por pensar que moralmente humano y ético le correspondía a mi vecino entender que su alto volumen de música molestaba a los demás residentes.
— ¡No! —dije mientras prácticamente me decidía a enterrar mis pies en la oscura alfombra que cubría el piso. Crucé los brazos sin vacilar la vista que tenía, aunque por dentro moría de vergüenza. ¿Se notaría en mi cara? No lo sé, pero por lo menos mi voz se mantenía fuerte y extenuante.
Cargando su peso en los codos levantó un poco su parte superior cuando se mofaba riendo al aire y me inspeccionaba de pies a cabeza:
— ¿puede ser en otro momento?, estoy ocupado y no sé quién eres, ¿incluso estabas en la lista? —Observé como su ceño se fruncia en confusión, me escaneaba como si de alguna manera analizara mi rostro, preguntándose si nos conociamos de algún lado.
Y Santos ángeles del edén, ese fue el golpe más bajo que me habían dado, y ¿por qué mierda me dolía/molestaba?
Idiota Baekhyun, idiota Chanyeol.
Había recordado su rostro toda esta semana y él ni siquiera podía diferenciar si era entre un vecino, un psicópata interrumpiendo su fiesta o un pervertido mirando parejas ajenas, aunque reconozco que las últimas dos también eran verdad, me sentía como un psicópata pervertido irrumpiendo fiestas ajenas, pero aún así me molestaba que se haya olvidado de mí tan fácilmente.
Reí irónicamente como un loco al tiempo que decía: —soy tu vecino —mis ojos ardían dispuestos a quemar toda la casa si era necesario. Hervía.
Noté como Chanyeol suspiró mientras cerraba los ojos y una mueca se formaba en su rostro como si estuviera sufriendo un gran dolor de cabeza, de pronto como si me hubiera olvidado completamente posó su vista a la chica que aun seguía en la misma posición en la que los había encontrado. Palmeó su trasero murmurándole para que se vaya sin antes decirle que más tarde retomarían el trabajo. Rodé los ojos por aquella insinuación. Podría jurar que Chanyeol era una especie de Troy Bolton de la universidad pero a un nivel pervertido y pornográfico.
Al escuchar el ruido de la puerta cerrarse —lo que significaba que la chica había abandonado el cuarto dejándonos solos—, Chanyeol se sentó en la cama haciendo una mueca de dolor y dando un extenuante suspiro. En ese momento me di cuenta de su dolor, estaba duro. Tragué saliva y desvié mi vista a cualquier objeto que adornaba la gran habitación mientras cambiaba el peso de mi pie. Estaba incómodo y la incomodidad hacía agitar mi corazón a una velocidad anormal para el ser humano.
Pensé que lo único que querría seria ir al baño y masturbarse o llamar a la chica y sin juegos previos follársela, no lo sé, mi cabeza se encontraba en una disputa con ideas y arrepentimientos de que quizás era mucho mejor esperar a que la fiesta pare y no haberme colado aquí.
No. No es momento de flaquear.
—Mira… lo siento por no invitarte, realmente pensé que no vivías ahí, nunca diste señales de vida, y sí me acuerdo de ti —dijo con una sonrisa formándose en su rostro.
—no me interesa si me invitas o no, pero me estás molestando con tu música, estoy haciendo un trabajo y es ¡jodidamente molesto! —casi grito en la última parte cuando descruzando mis brazos los tensé a los costados de mi cuerpo. Mis manos se enrollaban, de tal manera que sentía como toda la fuerza de mi enojo se concentraba en esa zona.
Chanyeol me miró con una cara que demostraba incredulidad y haciendo una mueca como si esperara algo miro para todos lados: — ¿Y?
Suspiré derrotado mirando al techo preguntándome que había hecho mal para encontrarme en una situación como esta.
—Quiero que termines tu fiesta, es molesto y no solo para mi, estoy seguro que para los demás vecinos también.
Colocando las palmas de sus manos por detrás de su espalda para sujetar el peso de su cuerpo en la cama me miro estrechando sus hombros.
—Yo solo te veo a ti, no creo que a nadie más le moleste.
Rodé los ojos por la incapacidad de empatizar con mi situación.
—Sólo termínala, ¿de verdad se necesita más gente para que la termines? Es molesto, yo realmente estoy haciendo un trabajo —lo ultimo salió como una súplica, casi un ruego.
Por favor, por favor que acepte, por favor. Realmente era una persona que trataba de huir de todo lo que dijera en letras grandes "PROBLEMAS, CORRE."
Observé a Chanyeol reír engreídamente lo que hizo tensar todo mi cuerpo, se cruzó de brazos y bueno… su erección aun no bajaba, seguro estaría molesto como la mierda. Sabía cuánto dolía ahí.
—No sé pero si no me conoces —me miró descaradamente enfatizando cada palabra que salía de sus labios, casi como una regla—: Yo nunca. Cancelo. Una. Fiesta. Este es tu vecino —abrió los brazos en una invitación—. No pensé que fueras este tipo de persona, pensé que eras amable —su expresión me confirmó de que se sentía herido, un lado de la comisura de mis labios se levantó, que hipócrita, pensé.
—Fui amable pero tú no lo estás siendo, cancélala.
—Nunca lo hice y nunca lo haré, por favor basta, puedes hacerlo mañana, no es mi culpa que las paredes sean delgadas —vi a chanyeol levantarse dirigiéndose a la puerta que supuse que era el baño. Seguramente quería terminar con su “problema”. Fruncí el ceño por su falta de educación y neuronas, y mientras me daba la espalda sentí cómo todo salía de mi cuerpo sin siquiera procesarse primero en mi cerebro:
—¡¡¡¡Por qué eres tan mierda!!!! —exploté, por todos los dioses exploté—. ¡¡¡Sabes qué!!! Llamaré a la policía, ¡¡¡es tan molesto hablar contigo, imbécil!!!
Pegué grandes zancadas hacia la puerta mientras echaba humos de frustración por la habitación. Agité bruscamente mi mano para agarrar la manilla cuando una gran mano llegó por detrás de mi pasando por el costado de mi cara y cerró de golpe el poco espacio que había alcanzado a abrir con la puerta. Su otra mano agarró mi hombro y me giró de una forma tan brusca que mi espalda golpeó con el pedazo de madera. Gemí tratando de aguantar el dolor mientras me percataba que mi única salida estaba bloqueada.
A pocos metros de mi, Chanyeol respiraba en mi cara. Me examinó y noté que sus ojos se encontraban llenos del límite de la paciencia, estaba cabreado que todo su cuerpo expiraba enojo, lo vi inspirar y me pregunté a mí mismo si se había olvidado de como respirar normal.
Cuando nuestros ojos se encontraron me arrepentí de haber venido, me arrepentí de la estúpida misión de querer detener la fiesta. Yo estaba frustrado por no lograr avanzar ningún capitulo en la estúpida novela, pero ahora no sentía nada. Adiós a toda la valentía. Adiós.
—Basta, eres malditamente frustrante —espetó Chanyeol sin apartar la mirada de mis ojos, golpeó con su puño la puerta lo que me hizo dar un pequeño salto al sentir como el pedazo de madera se remecía ante mi espalda.
Sin poder lograr que las palabras se formen en mi garganta, traté de alejarme lentamente de su agarre, pero mi improvisado plan fracasó. Chanyeol me agarró fuertemente mi muñeca y me movío como una pluma tirándome encima de la cama Avanzó hacía mi y levanto sus rodillas para pegarlas a los costados de mis muslos. El agarre que tenía en mis muñecas nunca se deshizo, al contrario, se hizo mas fuerte a medida que levantaba mis brazos por encima de mi cabeza. Uh-oh.
Mis respiraciones se hicieron agitadas, y mis ojos se desorbitaron moviéndolos de lado a lado tratando de buscar y hallar una pizca de empatía en los suyos, nada, estaba molesto. Sus fosas nasales se abrían con cada fuerte y estrendorosa respiración que daba, su pecho subía y bajaba, apretó sus dientes y su mandíbula se puso tan tensa que pude observar como del llateral de su cuello se formaban pequeñas ramificaciones de venas que gritaban salir.
—L-lo siento, no quise g-gritarte, p pero tú me cabreaste, solo pedía que quitaras la música —Aahh, que vergonzoso, me costó diez años de vida saludable decir esa frase, pensé que moriría y ni siquiera había empezado el maldito libro que tendría que entregar en unos meses mas.
— ¡No! —Levantó mis muñecas para volver a golpearlas en la cama mientras acortaba la distancia de nuestros rostros—: Tú me cabreaste.
Graznó molesto y antes de que pudiera abrir mi boca para protestar, plantó sus labios sobre los míos. Era feroz y rápido, mordisqueó mis labios hinchandolos y sin ningún permiso hundió su lengua y para unirla con la mía, impregnándome de su sabor. El contacto con su labios fue abrumador e casi celestial. Me removí bajo su agarre mientras mi cuerpo involuntariamente respondía ante sus dulces labios, el corazón se me paró y comencé arquear mis espalda en respuesta a su increíble sabor, tenía que reconocer que era un buen besador porque- ¡Mierda, se me olvidó hasta mi nombre!
Comenzó a relajar su agarré de mis muñecas e hizo el camino de mis brazos hasta posar sus manos a cada lado de mis mejillas guiando mi cabeza en aquel excitante acto que me tenía en la locura. Sus besos de agresivos y llenos de enojo pasaron a ser tranquilos y pasionales, aquellos suaves labios besando los míos se sentía realmente increíble, a tal punto que me tenían hipnotizado.
Mis sensaciones eran como sentir el infierno y el cielo colapsar en un choque que solo dejaba explosivos y abrumadores estímulos, me olvidé de pensar y de lo que había venido hacer. Infinitas sensaciones invadieron mis nervios y como si todas estuvieran de acuerdo con la otra, mis neuronas hicieron sinapsis con sus respectivas dendritas solo para hacerme caer en un colapso mental.
Mi cuerpo lo estaba disfrutando, maldita sea porque me gustaba. Chanyeol besaba tan bien que lentamente comencé a responder danzando mi lengua con la suya, abriendo mi boca y levantando mi cabeza para mezclar el extenuante sabor que a ambos nos tenía con el corazón a mil por horas.
Mientras las manos de Chanyeol seguían explorando mi cuerpo solo me dedique agarrar en puños su camisa, mientras aquellos dedos comenzaron a marcar mi piel por todos lados, levantó el dobladillo de mi camisa y con sus grandes y suaves manos afirmó mi cintura, el contacto piel a piel me quemaba en todas las zonas donde dejaba su rastro.
Que descarado, me decía mi conciencia limpia mientras mi cuerpo se dedicaba a disfrutar y deleitarse con el abrumador toque que dejaba en el camino.
Gemí en sus labios mientras mi espalda se arqueaba invitándolo a invadir mi cuerpo con su toque, mis caderas se movían al compas de su excitante ritmo.
Estaba excitado.
¡Mierda estaba excitado!
—¡¡¡Espera no!!! —irrumpí el beso empujando su pecho, pero Chanyeol no se detuvo, ya que dejando ms labios empezó a mordisquear la línea de mi mandíbula dirigiendo sus besos a mi cuello. Por Dios, Jesús misericordia, vine a discutir con el tipo y nos estamos besando.
—Malditamente sí —Gruñó en la base de mi cuello y comenzó a morder el área. Cerré mis ojos lo que fue peor, me sentía enrabiado conmigo mismo y como mi cuerpo voluntariamente respondía. Traidor, le dije a mis sentidos, porque aunque mi boca gritaba para que me soltara, mi cuerpo seguía estremeciéndose vivo ante sus toques de fuego que dejaban marcas de historias en mi piel.
—Chanyeol suéltame.
—Pero si lo estas disfrutando.
—Suel.tame —A pesar de que fracasé empujarlo con todas mis fuerzas, agradecí internamente porque fue él quien soltó el agarre.
—Está bien. —levantó las manos en forma de victima sentándose al lado mio, observándome.
—¡¡Sabes que!! —me paré y me detuve en seco al ver qué Chanyeol sentado me miraba con una especie de arrogancia posada en su rostro. Una comisura de sus labios se levantaba en señal de vencedor, rápidamente drené mi cuerpo con sangre que hervía en rabia. Estúpido Baekhyun, se burló de ti.
—A la mierda tu maldita fiesta, ¡¡¡no te vuelvas acercar a mí!!!
Y escapando más que rápido, como había venido, me fui.