Wade se encontraba en su casa. Más bien en su habitación dentro de esta. Había llegado pasada la media noche y recién ahora se estaba levantando. Salió por el pasillo en busca de la cocina
–Wade ¿Eres tú? No te oí llegar anoche. Como sea, ahí tienes tu desayuno –Una anciana canosa, con lentes oscuros, se encontraba parada a lado de la estufa. Tenía en su mano un plato con huevos fritos mientras que el de la mesa tenía una pila de pancakes recién hechos – Y ¿Serías tan amable de hacerme el favor de ponerle azúcar a mi café y a tu jugo? –Uso un tono burlón. Esa era la manera en que ambos se trataban.
–No voy a caer en la misma trampa Al –diciendo esto tomo el salero y le hecho a su jugo y del azucarero al café para después darle un buen sorbo al que le pertenecía.
–En realidad no tenía nada en mente, pero gracias por tu desconfianza y por lograr que te hiciera una broma sin ningún esfuerzo. –Al, que ya se había sentado en la mesa, le dio un sorbo a su café mientras oía como Deadpool corría al baño a enjuagarse la boca de la sal –Y por cierto, le has puesto demasiado azúcar a mi café ¿No ves que soy una pobre anciana que debe cuidar su salud? –rió más abiertamente esta vez
–Muy gracioso Al –Deadpool ya había vuelto a la cocina, tenía una pronunciación extraña por los restos del sabor salado –Pero no dejaré que nada me arruine este día y ¿Sabes por qué? –se sentó en la mesa a su lado –Porque hoy tengo una cita, algo que tu ya olvidaste como se siente.
–Oh ¿En serio? ¿Quién es esta vez? ¿La cambia formas? ¿La irlandesa? ¿La psicópata que sacaste del psiquiátrico? ¿El viajero del tiempo?
–Si vuelves a mencionar a cualquiera de ellos visitaras la caja –La miró fríamente. Ella sabía que el causante de esa reacción fue el último que mencionó, las demás habían tenido su tiempo para sanar... –Y no. Hoy tengo una cita con el chico del momento, el asombroso -pausa dramática- ¡Spiderman!
–Si claro y yo soy la reina de Inglaterra –Se mantuvo callada, oyendo su respiración y midiendo sus reacciones, después de tanto tiempo viviendo con él le era imposible no notar estos detalles. Se sorprendió a si misma al no reconocer ningún signo de falsedad en su voz –Espera un segundo ¿Hablas en serio? –Se alegró internamente. Ella aun creía que muy dentro Wade era un buen hombre que solo necesitaba alguien que lo guiará. Y ¿Quién mejor que uno de los superhéroes más queridos de la ciudad?
–¿Cómo puedes dudar de mi? Después de todo lo que hemos pasado juntos –fingió un tono dramático al decir esto último
–Escúchame Wade. Si jodes esta cita juro que veras lo que esta vieja es capaz –lo tomó del brazo por sobre la mesa fijando su rostro hacia él.
–¿En serio crees que es buena idea amenazar a tu captor? –Apartó su brazo bruscamente y se levantó –De cualquier modo no lo arruinaré, he planeado todo, solo me falta afinar unos detalles. Los cual, por cierto debería estar haciendo ahora, hasta luego Al. –Se dirigió a la salida de la habitación con una pequeña caja en la mano de la cual vacío su contenido en el suelo –Oops, creo que se me cayo mi caja de legos, espero que tengas zapatos gruesos~ –Finalmente salió oyendo el grito la mujer a sus espaldas
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Peter estaba recostado en su cama. Se sentía muy cansado ya que temprano en la madrugada tuvo que salir a una misión de Spiderman que lo dejó con nuevos cardenales que afortunadamente no quedaron muy a la vista. Y apenas llegó recordó que era su turno de servir el desayuno. Como la mayoría de los chicos eran adolescentes, el orfanato era más un refugio, les daban techo, educación y comida (o al menos hasta que alcanzaran la mayoría de edad) y el resto de las cosas corría por su cuenta o por los donativos de las demás personas... Él tenía ingreso extra como fotógrafo en el Daily Bugle... Aunque sabía que era echarse tierra a si mismo era lo mejor que podía obtener considerando su edad. Cuando terminó de ayudar en la cocina, la cuidadora le pidió que ayudara a Jessica y los demás chicos más jóvenes con sus tareas y claramente no se pudo negar, asi que ahora estaba agotado. Miró el reloj de la habitación notando que faltaba poco tiempo para su cita y decidió alistarse. Empezó a buscar entre la ropa (era algo que normalmente todos compartían) algo que ponerse y se sonrió al ver una camiseta de Spiderman entre ella –"Técnicamente están usando mi imagen para conseguir dinero... ¿Debería pedir regalías?" –rió ante la idea –"Me pregunto si le darán regalías a Iron Man o el Capitán América... Aunque Tony Stark es un multimillonario y no un pobre estudiante como yo" –dejó la camiseta y en su lugar tomo una roja sencilla junto a sus jeans preferidos y se metió a la ducha. Después de un rato salió ya vestido y se dirigió frente a un gran espejo mirándose –Supongo que esto estará bien... Para una cita con un lunático –bajo la mirada fijándose en un frasco de colonia que se encontraba en la mesita a un lado suyo –¿Debería...? Y con una mierda –Tomó el frasco echándose un poco de ella– Es mi primera cita y voy a disfrutarla lo más que pueda –decidido salió del cuarto con dirección a la recepción del orfanato. Cuando llegó se encontró con Jessica la cual lo detuvo y aspiró fuertemente junto a él
–Esa... ¿No es la colonia de Matt? ¿Por qué te la pusiste? ¿Vas a salir con alguien? ¿Es eso no? Katja ¡Peter tiene una cita! –La chica hablo demasiado deprisa.
–¿Una cita eh? Recuerda, date a desear y no sedas en todo –la mujer le guiño el ojo burlonamente –Y por cierto ¿No vas a saludar?
–¡Danny! –reconoció al lado de la mujer a un joven, mayor que él. Era de cabello rubio y algo largo con una personalidad muy alegre y pacífica. Su padre había fundado el orfanato pero después de su muerte un pariente había tomado control de su compañía y "negocios", al menos hasta que Danny fuera mayor de edad. Él siempre iba a visitarlos, tal vez sentía que necesitaba convivir con chicos de su edad. Se había hecho muy amigo de Jessica y en consecuencia del chico de esta, así como de él mismo. –Me gustaría charlar contigo pero hoy tengo algo que hacer... ¡Y ya se me hizo tarde! Será para la próxima ¿Si? –volteó hacia la adulta –Trataré de volver lo más temprano posible y espero que vuelvas pronto Danny –salió corriendo del lugar oyendo un último grito de su amigo
–No te preocupes Pete, ¡diviértete con la chica!
Bufó. Con la "chica". Siguió su camino a la escuela
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–Según lo que leí debería ser... ¡Aquí! –Wade se encontraba en un barrio de la ciudad, delante de una casa de dos pisos con un porche amplio y una escalinata por la que subió hasta llegar a la puerta –Empecemos esto decentemente –en lugar de derribar la puerta (algo que sería muy divertido por cierto) tocó el timbre pacientemente hasta que le abrió un señor algo pasado de peso con cara de pocos amigos
–Oh genial, otro loco vestido de héroe. Ya hay muchos en esta ciudad –el hombre siguió quejándose cuando una magnum apunto justo en medio de su frente
–Mira panzón, no soy un héroe y no vuelvas a usar esa palabra para referirte a mi. Ahora dime ¿Dónde esta la adorable tía May y su guapo sobrino? Ellos deben vivir aquí.
El hombre se quedo paralizado y empezó a tartamudear –Yo compré la casa en una subasta, la antigua dueña murió. No se más ¡Lo juro! –estuvo a punto de mojar sus pantalones.
–¿Murió? Entonces ¿Dónde vive mi adorable Pete? –se quedo pensativo, sin dejar de apuntar al hombre
–¡No lo sé! Por favor deja de apuntarme con eso.
–Oh cierto –quito la arma de su frente –Tienes suerte de que tenga prisa –Dejó al hombre que se desplomó al suelo. –Ahora tengo que buscarlo yo mismo...
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Esto era el colmo. Llevaba una hora esperando y al psicópata no se le había ocurrido aparecer
–¿Por qué sigo esperándolo siquiera? –Estaba sentado frente a la escuela mientras unos trabajadores seguían removiendo los escombros del día anterior. –Creo que lo mejor sera que me vaya. –Se levantó cuando un grito lo distrajo
–¡Spidey! ¡Aquí estabas, te estuve buscando!,–Después de revisar varios sitios y ya apunto de rendirse, en su camino a casa cruzó por la escuela encontrándolo. –Huele a colonia... ¿Te pusiste eso solo para mi?
–No es por ti –desvio la mirada nervioso –Además te estuve esperando ¡Dijiste en la escuela!
–Técnicamente dije cuando terminaran tus clases.
–¡Tú!... Como sea, adonde vamos a ir –Su estómago le traicionó soltando un gruñido.
–Oh ¿Hambre? –Puso una mano sobre el estómago del arácnido – Por eso iremos a la parada número uno de nuestra fantástica cita –Lo tomó del brazo por la calle frente la escuela sin que pudiera quejarse. Después de un par de calles llegaron a lo que parecía ser un camión con un letrero. "Tacos El Güero" –Llegamos~
–¿Comida Mexicana? ¿En un puesto?
–Hey, nunca has probado comida mexicana si no has probado las chimichangas de Paco. –Se dirigió a la ventana y hablo con el dueño mientras Parker se sentaba en la acera.
–Aquí tienes –le dio un plato con una chimichanga –Y una para mi.
Peter observó el platillo con cierta desconfianza. Nunca había sido fan de la comida mexicana o lo que creía era comida mexicana. Finalmente se atrevió y le dio un mordisco, sintiendo como todos los sabores se combinaban
–Esto... ¡Esta delicioso! –le dio otro mordisco saboreando. –¿Cómo se llama?
–Chimichanga. ¿Es la primera vez que pruebas una?
–Lo mas cercano a comida mexicana que había probado es Taco Bell...
–Oh, el buen taco Bell... Nunca será comparable a la comida mexicana real, pero disfruto su sabor. Volviendo a la chimichanga ¡Eso es algo que hay que celebrar! Paco trae tu salsa especial, esto será ardiente.
–Espera ¿Qué? –Antes de que entendiera lo que pasaba, el hombre del camión salió con una botella entregándosela a Wilson quien se lo ofreció su cita. –Aquí tienes, pruébala con esto. –Pete la tomo con desconfianza, y le echó a su platillo para después darle un mordisco. –Cuidado, puede ser algo-
–¡Pica! ¡Pica mucho! –Dejo el platillo a su lado buscando a toda prisa algo que calmara el ardor.
–Paco ¡Trae el agua de jamaica! -nuevamente el nombrado salio del camión pasándole una botella del líquido que le paso a su acompañante que tomó todo el contenido, lo cual calmó un poco el picor. –Tal vez no debí ofrecértela -aún cuando tenía la máscara Peter pudo notar una expresión de ¿tristeza? en su rostro
–Yo debí decirte que no me llevaba con el picante. Fue culpa de ambos -¿Por qué le había dicho eso? ¿Por que no quería ver esa expresión en su rostro? –Además, la comida estuvo deliciosa
–¿Quieres lo que queda de la mía? Puedo comer el picante, no me afecta tanto -antes de que pudiera responder Wade ya había cambiado sus platos.
–Gracias Deadpool... - acepto el plato mirando hacia abajo nervioso
–Wade. Puedes llamarme Wade. Yo conozco tu nombre, es lo justo. -mordió la chimichanga sin inmutarse.
–Wade. - afirmó para si mismo e inconscientemente sonrió
Cuando terminaron, el mayor volvió a jalar al más joven al grito de "¡Ahora iremos a la parada número dos!". Y abrazándolo, sin hacer caso de las protestas del menor, uso el aparato transportador.
Apenas se habían ido cuando una figura encapuchada de blanco llegó al mismo puesto
–¿Salsa especial eh? Creo que debería hacerle una visita a cierto hijo ingrato.