La clase había terminado y estaba guardando mis libros en el bolso –Alan ¿A qué hora tienes que ir al taller de ensayo?- Me pregunto Isaac que se encontraba en la misma labor que yo.
-Justo ahora tengo que ir a practicar- Ya había colocado todos mis libros en su lugar, me puse el bolso sobre el hombro y me acerque un poco a él - ¿Por qué lo preguntas?-
-Quería ver si podía ir a acompañarte o no- Sonrío de gran manera –Sabes que me encanta oírte cantar- Dijo mientras cerraba su morral y colocarlo en su espalda.
Decidí caminar hasta la puerta, el salón se encontraba casi vació, solo quedaban algunos alumnos y las dos personas que nos dieron la clase hoy: Nuestro profesor Charly Grey y quien menos me espere tenerlo como instructor; Elliot Thompson. La verdad es que no preste mucha atención a los que decían ya que me sentía intimidado por las miradas de los dos, ya era suficiente con ese gordo apestoso que no dejaba de acosarme y molestarme con sus comentarios de doble sentido. Ahora también esta Elliot que no deja de mirarme con esa intensidad haciendo que por momentos me pierda en sus ojos dorados.
-¿Entonces?- Voltee a ver a mi amigo que se acercaba a mí.
-¿Entonces qué?- Sonrío de medio lado, ya estando a mi lado pasa su brazo izquierdo por mi cuello.
-¿Puedo ir o no al ensayo de hoy?- Lo mire con seriedad, pero eso a Isaac no le importo y seguía con esa sonrisa en su rostro –Anda no seas mala persona y déjame acompañarte-
Suspire de mala gana mirando alrededor del salón, no estábamos muy lejos de donde se encontraban Elliot y nuestro profesor, los dos se notaban molestos mirando no sé qué en el escritorio, volví a mirar a mi amigo –Pensé que tendrías cosas más importantes que hacer- Isaac quito su brazo de mi cuello y esquivo mi mirada –Por cierto ¿Dónde está David?-
-Bueno veras… por culpa mía no podrá venir hoy a clase- Se rasco un poco la mejilla derecha con su mano.
-¿Qué le hiciste?- Pregunte con una pequeña sonrisa en mis labios, vaya a saber qué fue lo que paso entre los dos ayer.
-Para empezar no es nada de lo que estas pensado así que quita esa sonrisa de tu rostro- Me señalo con su dedo y no pude evitar soltar una pequeña risa debido a que estaba nervioso.
-Bien, bien, dime entonces que paso- Volví a caminar para salir de salón. Isaac me seguía a mi lado cuando estuve a punto de volver a hablar para que me contara habló.
-Lo que paso es que…- Estaba nervioso y movía mucho las manos –Ayer se me ocurrió jugar en una pequeña laguna casi a media noche- Giro a verme y me dio una sonrisa triste –Estuvimos mucho tiempo dentro del agua por consecuencia hoy David me llamo diciendo que estaba enfermo- Bajo su cabeza un poco triste –No pensé bien las cosas, sabía que no me iba a pasar nada pero él... –
-Te entiendo- Le interrumpí –¿Por qué mejor no vas a su casa hoy en vez de acompañarme?- Le mire con la mayor comprensión que pude transmitirle, sus ojos se mostraba agradecimiento y sin aviso alguno me abrazo.
-La verdad es que tenía miedo de ir, pero gracias a ti me dio más valor y podré ir a su casa para ayudarle en lo que pueda- No dije nada, solo sentía como su abrazo se hacía más fuerte- A demás me hubiera gustado escucharte cantar- Me sentía pequeño entre sus brazos y eso me ponía algo tenso –Dime cuando es otro de sus ensayos- Se separó un poco pero sin soltarme.
-No es necesario que vayas a los ensayos, el lunes vamos a cantar- Intente hablar tranquilamente, quise calmarme pero mi cuerpo estaba muy tenso y eso me ponía peor.
Suspiro y me soltó lentamente –De acuerdo, solo por esta vez te dejare ganar- Me revolvió un poco el cabello –Intenta calmarte que así como estas no podrás concentrarte bien- Dicho esto me guiño un ojo y se fue. Poco a poco me fui calmando y así fue como decidí moverme para llegar a mi destino: El salón de ensayo.
No había caminado mucho ni tardado tampoco, estaba frente a la puerta de donde tendría que practicar, del otro lado se escuchaban voces y sonidos muy familiares para mí; eran los instrumentos musicales. Pongo mi mano sobre la perilla de la puerta y con suma lentitud la abro encontrándome con cinco jóvenes.
El primero estaba en la batería, tenía el cabello negro y algunos mechones rubios, algo rebelde en su forma de peinarse a demás no le llegaba más abajo del mentón, sus ojos eran de color grises contrastando con su piel un tanto bronceada si no me equivocaba su nombre era Andrew Stone.
El segundo; Steven Lawrence, estaba parado afinando un poco su guitarra, su cabello rubio lo tenía recogido en una cola de medio lado que no era muy larga, sus ojos eran de un hermoso color verde. Al estar de pie pude notar que era igual o más alto que yo, a pesar de ser delgado tenía lo suyo.
A su lado se encontraba una chica de cabellos igual de rubios, lo tenía largo y ondulado llegándole hasta la cintura, sus ojos eran azul claro y en sus manos tenía unos papeles que imagine que eran las partituras: Stephy Lawrence, melliza de Steven.
Al otro extremo se encontraba Elena, estaba tocando unas pequeñas notas con su bajo. Su cabello rojo estaba recogido en una trenza y algunos mechones de cabello estaban en su rostro haciendo resaltar sus hermosos ojos color miel.
Y por último mi cuñada, Sarah se encontraba sentada en el sofá, su cabello suelto mostraba su normal rebeldía haciéndola ver muy linda, revisaba unos papeles que tenía en sus manos. Nadie se había dado cuenta que yo entre en aquel lugar hasta que mi cuñada levanto su rostro y me vio parado frente a la puerta, me sonrío dulcemente mientras se levantaba y se acercaba a mí.
-Alan bienvenido- Me abrazo unos segundos y note como la mirada de todos estaban en nosotros.
-Perdón por llegar tarde- Sarah se separó de mí y tomo mi mano para llevarme a donde estaban los demás.
-Bueno ayer se los presente pero voy a hacerlo rápido de nuevo- Una vez estábamos frente a aquel grupo volvió a hablar- Él es Alan Blake, es el hermano menor de mi novio y le pedí ayuda para que cantara con ustedes el lunes, por favor espero que se lleven bien- Termino diciendo con una sonrisa que parecía ser dulce pero era más amenazadora de que otra cosa.
-Muchas gracias por ayudarnos, la verdad es que nos salvas de una grande- Habló tímidamente Stephy.
-Está bien, yo intentare hacer lo mejor que pueda para ayudarles- Vi cada uno de sus rostros y se notaba un cierto aire de tranquilidad pero también de nerviosismo, y como para no, teníamos solo 3 días para practicar la canción, por ellos no habría problemas pero yo tendría que adaptarme rápido al ritmo para poder hacerlo bien.
-Ya verás que podrás hacerlo bien, si no confiera en tus habilidades no te pediría este favor-
-Creo que confías demasiado en mí Sarah, hace mucho que no canto y no práctico con alguna banda o instrumento musical- Estaba nervioso, no quería pensar en el pasado pero era algo inevitable en esta situación.
-Pero estoy segura que de no viniste sin saber por lo menos el ritmo de lo que tendrán que cantar ¿O me equivoco?- Su mirada podía leer a través de mí y no tenía nada que decir sobre ello. Sonrío al darse cuenta de que estaba en lo cierto –Bueno chicos, los dejo para que puedan practicar yo tengo que seguir haciendo algunas cosas- Se despidió de los demás con un saludo de su mano y acercándose a mí me susurro al odio –Todo saldrá bien, no te preocupes- Dicho esto me dio un beso en la mejilla, recogió sus cosas y se fue dejándonos en un pequeño silencio.
-La verdad es que el mundo es muy pequeño- Me gire para ver a quien hablaba –Desde hace mucho tiempo Sarah me hablaba de su novio y de la familia de él, pero nunca pensé que iría a tocar junto al hermano menor de este, que según ella era muy talentoso- Elena me miraba atentamente.
-Eh… no creo que sea muy talentoso es solo que siempre me gusto cantar, lo hacía desde que era pequeño-
-¿Lo hacías?- Pregunto Andrew -¿Ya no lo haces?-
-No- Agache mi cabeza y no hubo ruido alguno –Hace un año que no lo he vuelto a hacer- Susurre –Pero mejor no hablemos de ello- Levante mi mirada y me dirigí al sofá a dejar mí bolso ahí –Es mejor que nos pongamos a practicar, este es el último día de la semana y el fin de semana no podremos hacerlo bien-
-Bien… Por lo que dijo Sarah has leído la letra de la canción ¿No?- Por primera vez hablo Steven y solo asentí a su pregunta –Sí las cosas están así no sería mala idea intentar una vez tocarla mientas cantas ¿Te parece?- Me sorprendí con su propuesta, mire a los demás quienes daban a entender que estaban de acuerdo con lo que él dijo.
-Está bien…- No estaba del todo seguro, me puse nervioso y di un sobre salto al sentir una mano sobre mi hombro.
-Tranquilo Alan, solo es para ver cuánto es lo que debemos ensayar- Elena intento calmarme, Stephy a mi lado me dio unas partituras y respire hondo para olvidar los nervios que me estaba atacando.
La música empezó a sonar mis nervios fueron cesando un poco hasta que llegó el momento de cantar que regresaron de nuevo, mi voz salió temblorosa y al cabo de unas cuantas palabras los chicos dejaron de tocar.
-No te pongas nervioso- Esta vez era Stephy quien trataba de calmarme.
-Lo siento… intentémoslo de nuevo- Dije tan bajo que era imposible que pudieran oírme.
Unos segundos después la música volvió a escucharse, mi corazón palpitaba desesperado cerré los ojos unos instantes y al momento de abrirlos me tocaba cantar. A diferencia de la primera vez, mi voz salió más clara, más tranquila. Me sentí un tanto extraño al pronunciar aquellas palabras debido a que muchos recuerdo venían a mí mente, estuve a punto de dejar de cantar pero algo en mí interior no me lo permitía, quería seguir cantando. De golpe sentí una gran emoción y deje mis nervios atrás, me deje llevar por aquella melodía y en mi voz no se notaban dudas.
Unos minutos después dejo de sonar el último instrumento, mi corazón estaba acelerado y no podía parar de sonreír. Mire a los demás quienes me miraban sorprendidos.
-¡Por Dios Alan! ¡Eres fantástico!- Elena grito en mi oído luego de abrazarme –Sarah no se había equivocado al decir que eras talentoso, eso estuvo increíble-
-No... no es para tanto- Me estaba sintiendo avergonzado y estaba empezando a tartamudear.
-Deja de ser modesto quieres- Andrew se levantó del banco en donde se encontraba y camino hacia nosotros –Cantas muy bien, en serio- Una pequeña sonrisa se formó en su rostro y extendió su mano hacía mí –Espero que estés a gusto con nosotros en este corto tiempo que compartiremos-
Uní nuestras manos en un apretón –Espero no decepcionarlos- Steven se acercó a nosotros y poso su brazo sobre el hombro de Andrew mientras él y yo soltábamos nuestras manos.
-Ya peque, cantas fantástico así que no vas a decepcionarnos- Se acercó a mí y note que sí era más alto que yo –A demás tu voz es hermosa- Me guiño un ojo y sentí calor en mis mejillas las cuales se volvieron más calientes al escuchar la risa de quien estaba al frente mío.
-Steven deja de comportarte así o lo asustaras- Ahora era Stephy quien hablaba, su tono de voz era entre molesto pero divertido –Alan solo ignóralo ¿Si? A mí estúpido hermano le encanta molestar a las personas que le caen bien- Tomo mis manos y las levanto a la altura de nuestros pechos… Bueno, al de ella, ya que era más bajita que yo –Pero hablando en serio, tu voz es fantástica. Me enamore de ella- Y de nuevo ese calor en mi rostro.
-Chicos déjenlo en paz- Suspiro Elena –Hermanos tenían que ser- Los dos rubios comenzaron a reír mientras yo quería esconderme en algún lugar. El hecho de que cantara tan abiertamente luego de mucho tiempo me tenía algo nervioso y avergonzado y sumándole a ello los comentarios de los mellizos deseaba que la tierra me tragara.
Así estuvimos varias horas más, practicando y hablando y entre tantas conversaciones me entere de algo que no me había imaginado.
-¿Eres prima de Sarah?- Casi me ahogo con el jugo que estaba tomando.
-¿No te habías dado cuenta del parecido?- Elena hablaba con una sonrisa de par a par –Soy hija del hermano menor de su padre- Tomo su cabello entre sus manos –Nosotras siempre somos confundidas por hermanas por tener solo un año de diferencia y nuestro cabello, aparte de nuestra abuela somos las únicas pelirrojas en la familia-
-Así que eres más o menos un familiar mío ¿No?-
-¿Lo dices porque mi prima y tú hermano se van a casar?-
-Exacto- Di un sorbo a mi jugo de manzana.
-Se podría decir que si- Volvió a sonreír mientras se levantaba de su silla y se acercaba a buscar algo en su bolso –Cuando te vi hace dos días en la cafetería te me hiciste muy familiar por eso quise ser yo quien te atendiera- La mire sin entender con una ceja alzada -¡Oh Vamos Alan! ¡Eres un tremendo galán! Todas querían atenderte ese día -
-¿Tú también vas a decir ese tipo de cosas?- Desde que empezamos a practicar estaban ese tipo de comentarios, sobre mi voz, mi físico. Me estaba avergonzando de todo lo que me decían y mi rostro sufría cambios de temperatura y color cada vez que hablaban de ello.
-Pero es la verdad- Stephy jugaba con su cabello, me miró fijamente unos segundos -¿Tienes novia?- Me pregunto con mucho interés, mis ojos se abrieron por la sorpresa y mi amado jugo de manzana se resbalo de mis manos derramando un poco en el piso.
-Perdón ya lo limpio- Me moví rápido pero nervioso, busque en mi bolso un trapo y limpie lo poco que se había derramado.
-Disculpa si te incomodo la pregunta- Stephy se veía algo apenada, me quede quieto en el piso y suspire para luego mirar a los demás quienes se encontraban en silencio.
-No te preocupes, es solo que… -Volví a mirar al piso –No tengo novia y empezar una relación amorosa no está en mi mente ahora- Me levante y me dirigí a la puerta –Ya vengo, iré a lavar esto- Salí del salón de ensayo sin esperar una respuesta de ellos, me quede recostado a la puerta, mire mí mano con el trapo -Novia- suspire –Es algo que nunca voy a tener-
Camine hasta llegar al primer baño que encontré, lave el trapo con mucha lentitud. Luego de terminar me miro al espejo, y la verdad es que no era alguien sin atractivo, mis ojos eran de un hermoso azul claro, mi cabello negro tenía unas pocas ondas, mi piel algo pálida pero no al punto de parecer un fantasma. Los chicos tenían razón en lo que decían. Suspire y decidí salir del baño, camine por los pasillos hasta llegar a la puerta del salón, cuando iba a entrar se escucharon unas voces.
-No era mi intención ponerlo así, solo quería conocerlo un poco más- Reconocí su voz, hablaba tímidamente y con cierta tristeza.
-Está bien no te preocupes nena, él tendrá sus razones para reaccionar así- Steven trato de consolar a su hermana.
-¿No se estará tardando mucho?- Pregunto Elena algo angustiada.
-Será mejor darle su tiempo- La voz de Andrew era seria pero se sentía algo de preocupación. Sonreí a mis adentros, recién me conocían y se preocupaban por mí, eso me hizo algo feliz. Abrí la puerta y todos se giraron a verme.
-Disculpen la tardanza- Camine hasta mi bolso y guarde aquel trapo dentro de una bolsa de plástico –Lamento preocuparlos- Me di vuelta para verles –Solo que no tengo buenas experiencias con respecto al amor- Sonreí con melancolía.
-Bueno mejor dejemos este tema que es por demás de triste y pesado- Steven se acercó a mí y paso su brazo por mi hombro –Peque… ¿Seguro que no eres el gemelo que se retrasó en nacer?-
-¿Eh?-
-¡Steven!- Me sorprendió el que su melliza alzara la voz y el mencionado comenzó a reír al momento de soltarme –Elena nos mostró una foto de tu hermano-
-Sarah me la había dado un día que me hablaba lo fabuloso que era su novio- Camino hacia mí y me entregó una pequeña foto –Ustedes se parecen mucho-
Tome la foto que me estaba alcanzando y vi un rostro que era muy familiar para mí, cabello negro algo largo y más lacio que el mío llegándole un poco más arriba de los hombros, sus ojos eran de un azul claro y su rostro tenía todas las facciones de un hombre maduro de 23 años, tenía una pequeña sonrisa mientras abrazaba a una pelirroja; Sarah.
-Muchos nos dicen que nos parecemos- Hable con mucha tranquilidad y cierta felicidad en mi voz. Le devolví la foto a Elena –Y Steven- El aludido me miro –No soy su hermano gemelo, tenemos 4 años de diferencia- Una pequeña risa salió de sus labios y se giró a ver a Andrew.
-A mí no me mires porque yo no dije nada-
-Yo tampoco estoy diciendo algo para que te pongas a la defensiva- Volvió a reír y aunque no entendía de que hablaban decidí ignorarles por el momento.
Seguimos practicando y ya estaba oscureciendo un poco, mire mi reloj y eran las 7 de la noche, estaba cansado a pesar de que teníamos descansos estar más de seis horas practicando me dejaron agotado.
-Chicos yo debo de irme ya- Elena miraba hacia afuera y dejo su bajo en su respectivo lugar –Mañana seguimos, no vamos mal y gracias a Alan hemos avanzado mucho y estoy segura de que lo haremos bien el lunes-
-¿Quieres que te lleve? Ya es tarde para que vayas por ahí sola, Stephy y yo también debemos irnos pronto-
-No quisiera molestarles chicos-
-No creo que llegues a ser una molestia para mí- Steven la abrazo por la cintura -¿Me dejaras llevarte?- Acorto la distancias de sus rostros.
-Si no tengo de otra…- Elena paso sus brazos por el cuello de Steven terminando así la distancia de ambos para darse un beso. Aquello realmente me sorprendió, la verdad no esperaba que ellos dos estuvieran juntos ya que el tiempo que estuve compartiendo con todos, Elena y Steven no daban señas de estar en pareja.
-Hey chicos contrólense, no hagan su demostración amorosa en frente de todos- Andrew se notaba divertido mientras hablaba –Si quieren hacer ese tipo de cosas vayan a otro lugar, ya saben… más privado- Les guiño el ojo y Elena soltó rápido a Steven mientras él se quejó por lo bajo.
-Me la vas a pagar, me arruinaste un buen momento- Señalo a Andrew con su dedo –Ya te veré en una situación así y te la arruinare por completo- Me miro y una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios –Nos vemos mañana peque y ten cuidado de regreso a casa- Agarro sus cosas para luego tomar la mano de Elena y atrás les seguía su hermana menor, se despidieron de nosotros y salieron del salón.
-¿Vives lejos o cerca de acá?- Mire como Andrew terminaba de arreglar sus pertenencias.
-No es muy lejos, unos 15 minutos caminando y llego- Me encogí de hombros y tome mi bolso –Creo que será mejor que yo también me vaya, está empezando a oscurecer-
-¿Quieres que te lleve?-
-¿Eh?- Lo mire sorprendido –Gracias pero no te preocupes-
-¿Estás seguro?- Termino de guardar todo en su morral y empezó a buscar algo en sus bolsillos –Te puedo llevar en mi moto y así llegas más rápido, de ese modo sabré que llegaste bien a casa-
-En serio está bien- Saque mi teléfono del bolsillo de mi chaqueta –Dame tu número telefónico así te aviso cuando llegue- Me miro seriamente unos instantes luego desvió la mirada y saco su teléfono de su morral.
-Dime el tuyo y te lo hago sonar- Luego de dictarle mi número mi celular vibro en mis manos y así comenzó a sonar –Listo, agéndalo y avísame cuando llegues- Paso al lado mío y se detuvo a mi costado –Nos vemos mañana-
-Nos vemos- No dije nada más y vi como cerraba la puerta tras de sí. Quede solo en aquel salón lleno de varios instrumentos, camine hacia la guitarra de Steven deje mi bolso en el suelo y con sumo cuidado empecé a tocar una melodía que hace mucho no tocaba. Era suave, lenta y con ritmo pausado. Poco a poco sentí como algunas lágrimas bajaban por mis mejillas, pero seguí tocando un rato más, segundos, minutos, la verdad no sé cuánto tiempo estuve con la guitarra en mano solo sé que para mí fue eterno el momento.
-“Me gusta como tocas, transmites muchos sentimientos”- Aquella persona me miraba con dulzura y su voz era suave.
-“Gracias por ello, siempre intento hacerlo. Quiero poder expresarme con la música”- Sonreí abiertamente y aquel joven que se encontraba frente a mí me devolvió el gesto. Dejo sus libros sobre el banco en el que estaba sentado y a paso lento se acercó a donde estaba. Tomo mí rostro con sus manos y acorto la distancia entre nosotros.
-“Yo no sabré mucho de música pero puedo decirte que lo estás haciendo jodidamente bien”- Unió nuestros labios dándome un beso suave y dulce que con gusto correspondí -“Te amo Alan”-
-“Y yo a ti Fred”- Volvimos a besarnos pero esta vez era más pasional, mordí un poco su labio inferior provocando una pequeña risa de su parte.
-“Sí sigues así de travieso no podré contenerme y quien sabe que te haría en este parque”-
Mis manos temblaban mientras continuaba tocando, no podía ver debido a que mis ojos estaban llenos de lágrimas, el tocar aquella melodía sin duda me traía muchos recuerdos debido a que la compuse especialmente por él.
-¿Alan?- Me sobresalte ya que no noté que alguien había entrado al salón –Pensé que ya te habías ido, regrese porque me olvide de algo y cuando venía escuche alguien tocar, me sorprendí que fueras tú-
Seque mis ojos y trate de calmar mis latidos del corazón, me gire lentamente hacia él –Disculpa que tomara sus instrumentos sin preguntar- Deje la guitarra en su lugar –Ya estaba por irme- Baje mi cabeza, sabía que si me miraba se daría cuenta de que estaba llorando.
-No tienes por qué pedir perdón- Agarro unos papeles que se encontraban en el sofá –Tocas muy bien, ya veo que no solo es en la voz donde tienes el talento-
-Eh… sí… como ya les había dicho, antes me gustaba cantar y tocaba la guitarra un poco- Tome mi bolso algo nervioso y me dirigí hacia la puerta –Bueno… ehm…. Nos vemos mañana- Me despedí con la mano y salí del lugar, cuando di algunos pasos escuche la puerta abrirse y luego cerrarse al instante pude oír unos pasos cerca de mí.
-No quiero molestarte ni nada, respeto que quieras tener tus cosas para ti, así que no preguntare nada más, solo te acompañare hasta la entrada y de ahí me iré por mi lado y tú por el tuyo-
No hubo más palabras y en silencio total llegamos al frente de la universidad, nos despedimos y él se fue en su moto mientras yo comencé a caminar para llegar a mi casa, miró la hora y me sorprendió ver que eran las 8 de la noche, el tiempo se me fue rápido al estar tocando y recordando. Ya parado frente a la puerta de mi casa saque mi teléfono celular y escribí un corto mensaje.
“Ya estoy en casa, te escribo avisándote como lo prometí. Nos vemos mañana”
Entró y veo a mi hermana en la sala sentada en el sofá viendo su novela favorita, estaba comiendo varios chocolates y no despegaba su mirada del televisor.
-Te vas a quedar ciega y gorda- Volteo a mirarme con notable enojo en sus ojos.
-Tú te callas y me dejas a mí ser feliz- Hizo un puchero y volvió a ver su novela, solo la deje estar y subí a mí habitación.
Cuando llegue deje mi bolso sobre mi escritorio y me lance a la cama, estaba cansado y quería dormir, ya mañana tenía que despertarme temprano para ensayar un poco más con los chicos. Me estaba quedando dormido cuando mi celular comenzó a sonar, lo revise y vi que era un mensaje.
“Yo recién llego a mi casa, descansa y duerme bien. Nos vemos mañana y espero que te encentres más tranquilo. El llorar no es lo tuyo, se te nota rápido en tu pálida piel. Buenas noches”.
-Entonces si se dio cuenta de ello- Dije con desgana, me acomodé un poco más e intente dormir, ya mañana sería otro día y debía estar totalmente descansado.