Los rayos de luz se colaban por la ventana de aquella cabaña, en la habitación principal un rubio de ojos esmeraldas miraba embalsamado a la persona profundamente dormida, que se encontraba a su lado cubierto apenas por una suave manta que cubría la desnudez de ambos, con suavidad acariciaba aquel bello rostro, tan fino como la porcelana y tan suave como la más fina seda, mientras una enorme sonrisa de felicidad adornaba su rostro.
-Es increíble – comento cerrando los ojos como evocando algún recuerdo lejano – que tu hayas sido la persona a la que mas llegue a aborrecer en este mundo y ahora quien me ha hecho el hombre mas feliz en este mundo.
Flash Back…
La falta de aire fue el factor que los obligo a separarse, mientras ambos se miraban totalmente hipnotizados por el ambiente mágico que se había creado.
-Sr, Seguchi… yo- el menor intento hablar con el mayor, sin embargo no pudo terminar ya que un dedo se colocó con suavidad sobre sus labios.
-Thouma… desde ahora… llámame por mi nombre – el mayor pidió susurrando al oído del más joven quien se estremecía, ante tales sensaciones mismas que eran desconocidas.
-Se… digo Thouma… yo… yo… - por más que intentaba articular alguna oración, le era imposible más aun cuando tenía al rubio besando y lamiendo su cuello, - ahhhhh – suspiros y suaves gemidos eran lo único que salía de su boca.
-Eres en extremo sensible, eso me gusta – menciono el empresario empujando levemente al menor hasta que se toparon con la cama, cayendo inmediatamente, donde el menor se apoyó con sus codos para no terminar completamente acostado en la cama –
-Thouma… por favor yo… - rogaba el menor quien libraba una gran batalla, su mente le decía que lo que estaba a punto de pasar estaba mal, sin embargo el fuerte latido de su corazón le rogaba dejarse llevar.
-Tranquilo- el mayor le susurro con suavidad en sus oídos, para después morder el lóbulo de su oreja con lujuria – prometo que no te hare daño, - aquello pareció calmar un poco al menor, sin embargo con los movimiento de su cuerpo fue perfectamente notorio que aún no estaba del todo seguro por lo que… - por favor – rogo con desespero – déjame mostrarte lo que significa ser amado, al menos por esta noche.
Con aquella última frase el menor cerro los ojos, dejando salir una solitaria lágrima para después mirar directamente a su jefe, aquellos orbes esmeraldas le otorgaron toda la seguridad del mundo, por lo que le regalo una pequeña sonrisa para así asentir con su cabeza, permitiéndole continuar.
Nuevamente el rubio tomo posesión de los labios del menor mordiéndolos con suavidad, lo que le permitió introducir su lengua en aquella cavidad, ambas lenguas danzaban con lentitud llenando a sus dueños con el sabor de la otra persona con la que compartían el contacto.
Shuichi estaba completamente perdido con aquel beso, nunca en su vida había recibido uno tan cargado de sinceridad, confianza, protección, lujuria pero más que nada amor, con aquel simple contacto su cuerpo y mente estaban despertando sensaciones que no conocía, estaba tan perdido en las emociones que lo atacaban como un torbellino que no fue consiente cuando ambos terminaron desnudos sobre aquel lecho.
-Thouma… - llamo al mayor, mientras lo miraba con el rostro encendido en rojo, cosa que no pasó desapercibida por el mayor, quien a cada segundo que pasaba continuaba comprobando la inocencia del menor, algo que lo volvía loco.
-Tranquilo, te prometí que no te lastimaría… sin embargo – se alejó un poco del menor – necesito hacerte una pregunta importante… ¿Quieres que sigamos? – pregunto con preocupación pues aunque desease con todo su ser volverse uno con el menor, no era un desgraciado como para forzarlo, su mayor deseo era que ambos estuviesen de acuerdo en ello.
-Thouma – menciono el peli rosa mientras las lágrimas salían ampliamente de sus ojos, nunca se hubiese imaginado que su jefe le preguntara algo así.
Normalmente cuando tenía intimidad con Yuki, este siempre llevaba la iniciativa lo que implicaba que tomaba su cuerpo sin delicadeza, para satisfacer únicamente sus más bajos instintos, sin que le importasen sus sentimientos y al finalizar lo dejaba abandonado en la más cruda y triste soledad de la habitación que supuestamente compartían.
En verdad si jefe era tan diferente a Yuki, era todo un caballero ya que aunque esa misma mañana hubiese jugado con él, disfrazado de una Maid, recordaba que en ningún momento intento nada sin preguntarle antes y ahora hacia lo mismo, una gran calidez invadió su corazón, aquello le dio la completa seguridad de continuar con lo que estaba a punto de suceder, porque en verdad lo deseaba, anhelaba saber que era sentirse amado en verdad.
-Por favor continua – contesto el menor llamando la atención del rubio, quien lo miro directamente a los ojos sin poder creer la respuesta afirmativa que estaba recibiendo – No te preocupes… yo… yo también deseo continuar – fue todo lo que dijo para después regalarle una dulce sonrisa, misma que fue correspondía por la del rubio, para después besarle nuevamente.
-Muy bien, no te preocupes seré muy cuidadoso – el empresario se alejó un poco del rostro del cantante, dirigiendo su boca a su sexo el cual empezó a lamer con lentitud, iniciando desde de la base hasta la punta, la cual envolvía con su lengua.
-Ahhhhh – un gemido ahogado salió por la boca del peli rosado quien ante aquella caricia tuvo que hundir sus uñas en las sabanas de la cama.
Aquella reacción fue suficiente para que el rubio continuara con su tarea, el estímulo continuo siendo lento hasta que de improvisto hundió el miembro del menor en su boca, movimiento que repitió constantemente logrando solo sonoros gemidos, que lo enloquecían incitándola a aumentar el movimiento de su boca y su lengua.
-Ahhhhhhh – el peli rosa dio un fuerte grito de placer antes de correrse justo en la boca del rubio, quien simplemente degusto aquel sabor – Lo siento – se disculpó el menor, sin poder ver a su jefe, seguramente estaría molesto ya que termino por correrse antes que él.
-No tienes porque disculparte- le regalo un sonrisa pícara – más aun siendo tan delicioso – ante tales palabras las mejillas del cantante se encendieron, giro su cabeza avergonzado no quería mirar a su jefe el cual con delicadeza tomo su rostro para darle un nuevo beso.
Cuando el rubio se alejó del menor un hilo de saliva se dejó ver mismo que el tecladista aprovecho perfectamente al introducir sus dedos en aquella pequeña boca.
-Vamos lámelos bien – pidió siendo obedecido por su acompañante quien con el rostro totalmente rojo chupaba delicadamente cada uno de aquellos finos dedos, al mismo que recibió besos en su abdomen cortesía del rubio.
El cantante paso unos cuantos minutos más lamiendo aquellos dedos hasta que quedaron completamente empapados, con suavidad fue colocado sobre el lecho y quedando bajo el rubio.
-Voy a continuar – el rubio llevo su mano a la entrada del menor introduciendo un solo dedo en la cavidad del cantante, percibiendo de inmediato lo estrecho que estaba.
-Ahhhhhhh- el menor gimió ante la intromisión aferrándose fuertemente a la espalda de su acompañante – Thouma – lo llamo con suavidad pero un nuevo grito se hizo presente – Ahhhhhhh – el segundo dedo ya se encontraba adentro en una suave vaivén.
Con una gran destreza el empresario metía y sacaba sus dedos del interior del menor, de igual forma los abría como una tijera, su objetivo era que su acompañante dilatara lo suficiente pues el hacerle algún daño era lo que menos deseaba, cuando el tercer dedo hizo su aparición los gemidos del cantante ya lo estaban volviendo loco e inclusive su miembro estaba totalmente duro hasta el punto de dolerle.
Pronto las ansias fueron demasiadas el rubio saco completamente sus dedos del interior del cantante, colocándose velozmente entre sus piernas y con lentitud lo penetro de una sola vez.
-Ahhhhhhhh – grito el menor con fuerza aferrándose a la espalda del menos hasta el punto de enterrar sus uñas en la piel del rubio.
-Relájate y el dolor desaparecerá pronto – rogo el tecladista quien espero a que el pequeño se adaptara a tenerlo dentro.
Thouma se dio cuenta de inmediato que el joven cantante era demasiado estrecho, su miembro empezaba a desesperarse por no poder moverse sin embargo debía esperar lo que fuera necesario ya que su mayor intención era demostrar que era diferente a Eiri, que el placer de aquel acto debía ser disfrutado por ambos no solo por uno. En poco tiempo sintió como finalmente el pequeño se relajaba un poco por lo que inició con las embestidas clavándose en lo más profundo de aquel ser, una y otra vez el sonido del PLAT que generaba se escuchaba en la habitación al igual que los gemidos descontrolados de ambos amantes.
El ritmo fue aumentando paulatinamente, con cada embestida una oleada de sensaciones azotaba el cuerpo de los amantes, quienes olvidando todo se entregaban a causa de un sentimiento muy profundo y bello.
-Ahhhhhh… Ahhhh… Thouma – gritaba el menos sintiendo que el alma estaba por escapar de su cuerpo –
El mayor comprendió los deseos de si pareja y sujeto el miembro del menor entre sus manos dándole placer, uno que duraría poco pues ambos estaban al límite.
-Shuichi… voy… voy… voy a correrme – anuncio el rubio sumido en el placer del momento, aunque deseaba que aquello nunca acabara ya se encontraba a punto de estallar – Puedo – pidió siendo comprendido por el menor quien simplemente lo miro con suavidad.
-Ahhhh… yo… también… - comento intentando contener los gemidos salvajes de su garganta.
-Hay que corrernos juntos – propuso el mayor recibiendo un casi inaudible si de su pareja.
El rubio aumento el ritmo logrando que casi de inmediato se corriera en el interior del pelirosa, el cual de igual forma termino entre el abdomen de ambos. Las respiraciones de ambos eran costosas, parecía que ambos habían corrido una maratón si embargo aquello no les daba el placer que le ofrecía lo que acababan de realizar.
Sin previo aviso ambos cayeron rendidos a los brazos de Morfeo, abrazados el uno del otro disfrutando y embriagándose del dulce aroma que cada uno desprendía.
Fin del Flash Back…
El rubio contemplaba aun con calma al dulce ángel que dormía refugiado entre sus brazos, Shuichi era todo lo que siempre busco en una pareja, era dulce, amoroso, comprensivo, tierno, comprensivo, no dudada en entregarse por completo pero más que nada sincero, ahora se recriminaba el haber sido tan ciego en el pasado.
No entendía que demonios había pasado, él por supuesto que conoció primeramente al cantante ya que cuando Sakano los propuso como una posible banda para NG logro verlo, entrevistarlo, pero su maldito ego lo cegó no dejándolo ver más allá; si hubiera tenido un poco más de cuidado lo más seguro era que a estas altura Shuichi estaría a su lado y no con Eiri.
-Un error que estoy dispuesto a remediar – confeso para sus adentros, acariciando sumamente los cabellos del menos quien al contacto evoco una suave sonrisa de alegría, dando a entender que el contacto le era agradable.