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Infidelidad Inducida por LORD GRIM

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Notas del capitulo:

Hola a todos no saben lo dificil que se me esta haciendo conectar mis neuronas para que la historia no sea demasiado tediosa, espero haber logrado mi objetivo. 

Saludos 

Durante su estancia en la cabaña ambos músicos aprovecharon al máximo su tiempo juntos lejos de todo lo malo que los atacaba, pudieron conocerse en su totalidad compartiendo, miedos, sueños, esperanzas e inclusive secretos, si bien podría decirse que no hubiera nada de uno que no conociera el otro, desafortunadamente todo lo bueno tiene un fin y ese llego cuando tuvieron que regresar a sus hogares para retomar su vida con normalidad.


 


-Bien hemos llegado – anuncio el rubio deteniendo su camioneta frente al complejo de departamentos donde el pequeño cantante vivía con su… pareja, en verdad le costaba asimilar eso.


 


-Si – fue todo lo que el menor fue capaz de articular, al mismo que miraba a su jefe con un poco de tristeza.


 


En pocos momentos aquel par bajo la maleta del peli rosa del auto, para así empezar a caminar a la entrada del lugar donde fue demasiado extraño que el presidente se ofreciera acompañarlo hasta su piso, el cantante no tuvo objeción alguna es más se sintió aliviado de pasar un poco más de tiempo con el rubio. En ascensor inicio su andanza la cual tomaría algunos minutos pues el departamento se encontraba casi en los últimos niveles.


 


-Supongo que esto es todo – suspiro el mayor bastante triste ya que aún no aceptaba la idea de que jamás volvería a compartir tan gratos recuerdos con el menor.


 


 -Eso creo – menciono también el más joven, sintiéndose cada vez peor y sin saber el motivo – Pero… la verdad es que me la pase muy bien con usted – afirmo alegre logrando que el rubio sonriera de felicidad al saber que al menor logro hacerlo feliz un poco. – Además continuaremos viéndonos… después de todo usted es mi jefe.


 


-Si es verdad – aquello relajo un poco al mayor – Por cierto, quisiera que olvidaras todo lo malo que ha sucedido entre nosotros y comenzar desde cero… claro si es que estás de acuerdo – propuso esperando que sus errores del pasado no fuesen un impedimento para seguir cerca del cantante.


 


-Es decir, que seamos amigos – el rubio asintió velozmente logrando que el rostro del peli rosa se iluminara, aquello era un sueño hecho realidad ya que Thouma también era uno de sus grandes héroes en conjunto con Sakuma y el saberse su amigo era un honor para él – Claro que sí… - lo abrazo con fuerza a lo que el mayor afianzo el contacto.


 


Se separaron un poco logrando que amatista y esmeralda se toparan frente a frente, las mejillas de ambos se enrojecieron al mismo que sus ojos se entrecerraban, sin que ambos pudiesen evitarlo sus labios terminaron uniéndose, era un beso lleno de ternura era como si ninguno deseara separarse y lo demostraban de esa forma, pero el oxígeno fue la clave para que se separaran justo en el momento en que las puertas se abrían.


 


-Bien supongo que nos veremos después – comento el tecladista alejándose del menor más sonrojado que antes al igual que con la vergüenza a flor de piel por lo que acababa de suceder.


 


-Si claro – el menor rio torpemente encontrándose en circunstancias similares a su jefe, tanto fue su nerviosismo que decidió salir del ascensor para despedirse del mayor con un simple adiós.


 


Cuando las puertas del aparato se cerraron el cantante suspiro pesadamente, no sabía qué demonios pasaba con él últimamente; estuvo un largo mes lejos de su Yuki quien lo había vendido como un animal de carga a su jefe Thouma Seguchi, este último se comportó como un verdadero caballero con él e incluso el resto de su estadía se divirtió como nunca y ahora que regresaba a casa con su amada no era capaz de estar feliz, sino todo lo contrario estaba totalmente abatido.


 


-Supongo que estoy algo cansado – pensó al mismo que sacaba de su mochila las llaves del departamento para poder entrar – Yuki… estoy en casa – se anunció sin embargo no recibió respuesta alguno nada nuevo, por lo que imagino que el rubio se encontraba en su estudio – Yuki – toca la puerta – Soy yo… voy a entrar.


 


Cuando ingreso a la habitación se llevó la gran sorpresa de que no había nadie en aquel lugar extrañado se dedicó a revisar el resto del departamento encontrándolo vacío, por lo visto su amante tuvo que salir por alguna razón. Con calma camino hasta la cocina necesitaba un vaso de agua entonces encontró una nota pegada en la nevera, la cual decía.


 


Estúpido…


Tuve que salir del país por razones de trabajo regresare a principios de Febrero.


Mika pasara por las escrituras del templo.


Posdata: Tus cosas están en el cuarto al final del pasillo, intenta no quemar la casa en mi ausencia.


 


En otras circunstancias el cantante estaría por los suelos llorando la partida de su pareja, pero en esta ocasión a penas si sintió una leve molestia y no porque tuviese que irse al extranjero sino porque decidió arrumbar sus cosas en la habitación que era usada como la bodega de la casa, resoplo cansado para sacar del refrigerador una botella de agua y comenzar a beberla, el rubio regresaba hasta después de febrero es decir, pasaría las fiestas de fin de año solo como perro callejero.


 


-¿Qué podría ser peor? – se preguntó pensando que las cosas no podrían empeorar, en serio que le hubiese gustado quedarse callado pues cuando una persona dice esa pequeña frase no tardando las cosas en verdad lo hacen, de momento el sonido de la puerta abrirse capto su atención y entonces escucho una molesta voz.


 


-Shuichi… ya volviste – se trataba de la hermana de su pareja quien seguramente venia por la escrituras del templo – Espero que hayas conseguido las escrituras sino Eiri se podrá furioso – una mueca de horror apareció en la cara del cantante, él y su gran bocota – Ohhh ahí estas – comenzó su cuñada con una sonrisa tan falsa que incluso daba miedo.


 


Por otra parte el tecladista de NG ya se encontraba en su departamento descansando en uno de los amplios sofás de su casa, al mismo que bebía una copa de vino su humor no podría estar peor, hacía apenas algunos minutos que había dejado al peli rosa en casa de su ex cuñado, sin embargo no podía quitarse de encima esos sentimientos de angustia y preocupación.


 


-¿Qué me sucede? - se preguntó cubriendo sus ojos con su mano enguantada – Mañana lo veré corriendo por los pasillos de la empresa, además… el juego entre ambos se acabó – Dijo recordando cómo fue que el menor termino a su lado durante ese mes – Ahora debe de estar muy feliz al lado de Eiri.


 


Cuando la imagen de la afamada pareja de oro se mostró en su mente un gesto de enojo apareció en aquel atractivo rostro, el pensar a ese par juntos, tomado de la mano, sonriéndole a la vida y totalmente enamorados lo molestaba de sobremanera pero ¿Por qué?, después de pasar una noche movida con el menor tuvo que darse unos cuantos golpes mentales, más cuando dijo que remediaría ciertos errores.


 


-Thouma, Thouma – dijo levantándose de donde estaba para caminar hasta la pared y recargar su cara – Deja de pensar en tonterías, ese par es una pareja que ninguna fuerza en este planeta podrá separar, lo intentaste y fallaste miserablemente.


 


Pronto termino de espaldas contra la pared para deslizarse hasta quedar sentado en el suelo, no debía pensar más en el cantante de una manera romántica, eso solo le traería consigo muchos problemas lo mejor era simplemente ser su amigo como pactaron momentos atrás para después besarse.


 


-Noooooooooo- grito con gran fuerza – Deja atrás esa locas cavilaciones tuyas, Shuichi esta con Eiri y no hay más, asunto cerrado – se dijo sin embargo sus palabras no concordaban con los gestos que hacia – Si estoy consciente de la realidad de las cosas… ¿Por qué es que me afecta tanto?


 


El tecladista opto por ir a descansar, seguramente mañana se encontraría de mejor humor y la situación con el joven cantante quedaría en el olvido. Por otro lado luego de recibir la “agradable” visita de su cuñada en la cual la muy ingrata ni siquiera le agradeció por lo que había hecho por ellos, el peli rosa abría la puerta de la habitación en la cual el rubio arrumbo todas sus pertenencias.


 


-Uhh – hizo una mueca de asco al toparse con una habitación llena de polvo – Vaya que le hace falta una limpieza – suspiro con pesadez al ver sus cosas sobresalir de enormes bolsas negras, mismas que normalmente usaban para la basura – Supongo que debo estar agradecido de que no las haya botado a la calle creyendo que eran basura.


 


Sin mucha opción comenzó a limpiar un poco el lugar pues por lo visto esta sería su nueva habitación de ahora en adelante, le llevo un buen rato dejarla habitable no creía la cantidad de polvo y telarañas que saco de ahí dentro.


 


Ya que no tenía un armario coloco su ropa bien doblada sobre un viejo escritorio y su ropa interior en los cajones que este poseía, usando una viejas sabanas como cortinas cubrió la ventana ya que no deseaba que alguien lo viese desnudo desde afuera y también para que las luces de la noche no lo molestaran demasiado; su cama sería un acabado sofá-cama cuyo resortes estaban asomándose entre la tela, a carencia de mantas suficientes uso el hule burbuja para colocarlo encima y así evitar que su espalda se dañase, mañana compraría un futon para colocarlo encima y algunas otras cosas para darle un poco más de vida a aquel triste lugar que era su morada.


 


-Ya es muy tarde – anunció al mirar su celular pensó que lo mejor era irse a dormir ya que mañana se reincorporará a su trabajo normal.


 


Una vez que estuvo acomodado bajo algunas mantas sus ojos se llenaron de lágrimas, lo cual era curioso ya que en el pasado lloraba cuando era expulsado del departamento que compartía con su escrito no al contrario, pero… en verdad podría decir que Yuki era suyo.


 


A la mañana siguiente el cantante se encontraba vistiéndose para ir a trabajar, sin embargo entre sus pertenencias encontró algo que no era suyo; se trataba de un par de guantes negros que Thouma muy amablemente le había prestado cuando el frío en la cabaña se sintió demasiado fuerte ya que falto poco para que sus manos se volviesen bloques de hielo.


 


-Creo que debo devolvérselos – fue todo lo que pensó para así terminar de alistarse para ir a trabajar.


 


El día entero estuvo lleno únicamente de trabajo, por primera vez el cantante parecía estar 100% concentrado en su labor lo que sorprendió a todos sus compañeros, pero lo atribuyeron a algún problema con su pareja así que lo olvidaron a los pocos minutos. Cuando la noche hizo su aparición el peli rosa recordó que aun debía devolverle a su jefe los guantes negros así que aprovechando que era el último en el edificio decidió aventurarse.


 


-Bien aquí estoy – se dijo así mismo estando parado ante la puerta de la oficina del presidente de la disquera, con suavidad toco escuchando casi al instante “Adelante” así que ingreso a lugar – Seguchi, buenas noches – saludo amablemente.


 


-Shindou – llamo el presidente bastante sorprendido de ver al joven cantante en aquel lugar, pero en cierta manera estaba feliz ya que en todo ese tiempo el menor nunca abandono sus pensamientos - ¿Qué haces aquí? – pero aun así estaba muy inseguro de todo.


 


-Bueno… he venido a devolverle los guantes que me presto – con un poco de torpeza los saco de su mochila al mismo que avanzaba hasta quedar frente al escritorio de su jefe – Y he venido a devolvérselos – los extendió ante el rubio quien los tomo casi enseguida.


 


-Gracias… eres muy amable Shindou – dijo el rubio alegre al ver la angelical sonrisa del menor, este le concedía una enorme paz y eso le encantaba.


 


-Bueno… yo debo… irme – rio un poco la verdad es que ahora se sentía muy nervioso con la presencia del rubio.


 


-Si… Eiri – lo siguiente que pronuncio pareció dolerle pues por un momento cerro los ojos intentando que nadie lo viese en aquella posición – Debe estar ansioso por que llegues.


 


-El… está de viaje – contesto de inmediato el cantante bajando un poco la mirada al recordar su triste realidad, lo cual fue perfectamente percibido por el mayor ya que para su mala fortuna no era muy bueno ocultando las cosas.


 


-Todo está en orden – pregunto el tecladista evidentemente preocupado al darse cuenta de que el pequeño parecía estar a punto de llorar, sin entender los motivos se levantó de inmediato de su lugar avanzando hasta abrazar al cantante, quien ante el contacto solo pudo llorar. – Shuichi – lo llamo por su nombre estrechándolo mucho más fuerte que antes - ¿Qué sucede?


 


Shuichi no supo los motivos pero… el estar con Thouma lo relajaba sentía que podía confiar en él y dabas las circunstancias no encontró mejor persona para expresarle su dolor, poco a poco le conto la situación actual con su pareja con extremada vergüenza ya que no era fácil admitir que lo había echo a un lado con todo lo que no servía.


 


-Ese miserable de Eiri – eran los únicos pensamientos del tecladista al enterarse que el pequeño estaba durmiendo en la bodega de esa casa, como si de un objeto viejo se tratase eso era algo imperdonable – Tranquilízate – pidió al menor sacando un pañuelo de entre su fino abrigo para limpiar las lágrimas del cantante quien se dejó mimar un poco.


 


De momento sus miradas se cruzaron y algo sucedió una enorme sensación de paz invadió a los dos músicos quienes estaban totalmente sonrojados y sin que pudieran preverlo se besaron. 

Notas finales:

Bueno espero que les haya gustado y ojala me dejaran unos cuentos comentarios. 


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