Capítulo 2
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-Flash Back-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
Después de muchos esfuerzos, el chico rubio por fin había logrado reunir el dinero suficiente para comprar su ansiado regalo. Un mes completo de esfuerzos para disfrutar de aquella delicia habían valido la pena.
Esa tarde Joey salía de la única dulcería de toda ciudad Domino que vendía esos deliciosos chocolates a los que se había vuelto adicto, después de que los hubo probado en una fiesta que había dado su jefe en uno de sus tantos trabajos.
Tenía muchos gastos, sobre todo con su padre, que no dudaba en quitarle todo su dinero para gastárselo en sus bebidas. Afortunadamente, Joey había encontrado la forma de ahorrar un poco cada día pensando especialmente en su chocolate, que para él, era la mejor de las recompensas a tanto trabajo.
Mientras caminaba lentamente, iba quitando el papel azul que envolvía su chocolate, esta vez sabor avellana.
- Por fin después de todo un mes de espera, sin duda no me importa tener que trabajar día y noche sin descanso, si al final logro conseguirte,...todo por ti!- Pensaba mientras miraba el chocolate como si lo que pasara por su mente lo estuviera escuchando el dulce.
Terminando de desenvolverlo, lo miró con ojos brillantes, y sonriendo abrió la boca para poder disfrutarlo.
Justo en ese momento, alguien chocó contra él haciéndolo tambalear y provocando que con el brusco movimiento dejara caer el chocolate.
Joey logró equilibrarse pero al buscar su preciado chocolate lo encontró en el suelo, en medio de un charco de agua sucia.
- No, no puede ser!- logró decir con los ojos horrorizados como su hubiera visto la peor cosa de su vida.
La otra persona, ni siquiera se había detenido a pedir disculpas ni había visto contra quién había chocado, obviamente por la prisa que llevaba, pero al escuchar el lamento a su espalda se giró y se encontró con un chico rubio mirando fijamente algo en el suelo con una expresión de decepción en su rostro.
- ah, eres tú Wheeler-
Seto Kaiba acababa de ser dejado por su chofer a las puertas de Kaiba Corp. Llevaba bastante prisa, pues en pocos minutos debía reunirse con otros empresarios, pero al ver con quien se había topado, la reunión quedó relegada a segundo plano sin que se diera cuenta.
Sin embargo, Joey no dijo nada, simplemente veía como su preciado chocolate se empapaba y se hundía en el charco cada vez más.
Esto molestó mucho a Kaiba, por supuesto detestaba que lo ignoraran, no es que mucha gente lo hiciera, en realidad él no podía ser ignorado por nadie, pero hasta ahora el único que parecía no entenderlo era Joey.
- te estoy hablando perro, se puede saber qué diablos haces frente a mi empresa?-
Esta vez el chico rubio sí lo escuchó y levantó la mirada. Era verdad, estaba frente a la empresa de Kaiba.
- tenías que ser tú Kaiba, mira lo que hiciste!- le reclamó furioso señalando el charco.
- qué? Ahora resulta que yo tengo la culpa de que llueva y que queden algunos charcos en la calle?-
Joey cerró los puños enojado.
- no te burles de mí! Tienes idea de lo que me costó comprar ese chocolate!-
Entonces Seto pudo ver en el agua el chocolate casi derretido de Joey y sonrió.
- por eso ladras tanto? Por un simple chocolate? Me sorprendes Wheeler, no creí que fueras tan patético-
El rubio hizo uso de toda su paciencia para no golpear al ojiazul.
- ese no era un simple chocolate, me costó un mes de esfuerzo, y ahora por tu culpa está en el suelo!-
- tú tienes la culpa por pararte frente a mi corporación y atravesarte en mi camino-
- si estaba por aquí es porque la tienda donde lo compré está cerca de tu odiosa corporación-
Seto recordó que cerca de ahí había una dulcería muy famosa por sus exquisitos dulces importados de varias partes del mundo, y por lo mismo, bastante caros.
El chocolate que estaba en ese momento en el suelo era uno de los más caros, según recordó el ojiazul al ver la envoltura en una de las manos del rubio, lo sabía porque algunas veces había ido con Mokuba a comprar ahí.
- ah te refieres a esa dulcería-
- sí, por lo menos deberías comprarme el chocolate para reponer el que tiraste a modo de disculpa-
-Estás enfermo, yo jamás me disculparía con un perro. Tú tiraste el chocolate porque eres un perro idiota, es tú culpa por ser un perdedor, al contrario de mí, porque si quisiera podría comprar la caja entera... y ahora que lo pienso, no sería mala idea comprar también la dulcería y prohibir la entrada a perros callejeros como tú- dijo el Ceo sonriendo mientras miraba el rostro furioso de Joey.
Ahora sí que el chico rubio no pudo contenerse y lanzó un golpe directo al rostro del castaño.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.Fin del Flash Back-.-.-.-.-.-.-.-.--.-.-.-.-.
Seto sonrió ante ese recuerdo mientras terminaba de colocar una bandeja con comida en la pequeña mesa junto a la cama.
Aquél día ni siquiera había podido entrar a su empresa, se había quedado a discutir con Joey y había terminado con el labio inferior roto y un ojo morado, tuvo que cancelar la reunión y regresar a su mansión pues no podía presentarse con sangre en el rostro y la ropa toda desarreglada.
- desearía que en este momento me golpearas así, aunque sea solo para saber que estás conmigo-
Seto tomó entre sus manos la de Joey y la acercó a sus labios. El rubio no hizo ningún movimiento, se encontraba sentado en la cama recargado en el respaldo y con las piernas extendidas, mirando fijamente hacia el frente.
El ojiazul llevó una mano a su sien y con la yema de sus dedos tocó una pequeña cicatriz que escondía bajo su cabello castaño. Suspiró pesadamente cuando sintió un pequeño dolor que le hizo cerrar los ojos, afortunadamente pasó rápido.
-es hora de comer cachorro-
Sostuvo el plato que contenía consomé de pollo y comenzó a darle a Joey de comer lenta y pacientemente. Una vez que terminó, le dio un poco de agua en cucharadas, sabía que el rubio solo podía ingerir alimentos líquidos, pues no podía masticar nada, y aún con el líquido se debía tener cuidado porque en un descuido podría ahogarse.
Al terminar, Seto le limpió con una servilleta y acomodó todo en la bandeja, después lo miró y sonrió un poco mientras le acariciaba el cabello.
- hasta sería capaz de dejar que me insultaras hasta cansarte sin responder a uno solo de tus insultos-
Un golpe en la puerta y la voz de Mokuba del otro lado se dejó escuchar en medio del silencio de la habitación.
- hermano, puedo pasar?-
- entra Mokuba-
- hola Joey- saludó el pequeño cuando llegó junto a la cama, pero como ya lo esperaba, no hubo respuesta alguna.
- ya comió?- preguntó a Seto mirando la bandeja, recordaba que antes Joey era alimentado mediante suero, mismo que fue removido inmediatamente cuando su hermano se enteró.
El castaño asintió.
- y tú ya comiste?-
- no, pero no tengo hambre-
- piensas quedarte encerrado todo el día aquí en la habitación?-
- este día voy a pasarlo con él-
- genial, eso no te lo discuto, pero pueden salir un poco...-
- no saldrá al jardín- interrumpió el castaño rotundamente
- no iba a decir que salieran al jardín, pero al menos pueden bajar a la sala...o pueden ir al comedor y de paso aprovechas para comer algo-
- Mokuba, no creo que sea buena idea-
- por qué no? si lo mantienes aquí encerrado será lo mismo como si lo hubieras dejado en esa clínica-
- eso no es verdad, esta es su casa!- el Ceo se levantó y se alejó un poco, estaba comenzando a enfadarse, pero Mokuba no se intimidaría, iba a insistir hasta lograr que Joey saliera la menos al pasillo.
- claro que esta es su casa, pero siempre está aquí en este cuarto, sabes mejor que yo que a Joey no le gusta estar encerrado-
- ya lo sé, fue por eso que lo saqué de esa clínica-
Mokuba se acercó a su hermano y le puso una mano en el brazo.
- Seto, lo que pasó en el jardín no se volverá a repetir, ahora hay mucha vigilancia, y aunque volviera a pasar, estamos dentro de la casa, aquí estamos a salvo-
- eso mismo pensábamos antes y mira lo que sucedió-
Mokuba guardó silencio un momento, sabía que su hermano tenía razón, pero no se daría por vencido tan fácilmente.
- ahora ya no hay nadie que quiera hacerles daño, esos tipos ya están en la cárcel-
Eso era verdad, Seto se había encargado personalmente de refundirlos en la cárcel y se había jurado no permitirles sentir la libertad por el resto de sus días.
Se giró hacia la cama buscando a su cachorro, pero estaba vacía.
- Joey- lo llamó, Mokuba también se giró.
Sin que se dieran cuenta, el rubio se había bajado de la cama y había llegado hasta la mesa donde descansaba el portarretratos que tomaba entre sus brazos cada día.
De la misma manera, Joey lo abrazó y caminó despacio hasta el balcón. Pero antes de que pudiera llegar Seto lo sujetó del brazo impidiéndole seguir avanzando.
- hoy no cachorro- le dijo mientras lo rodeaba con sus brazos y lo alejaba suavemente de su objetivo.
Mokuba los observaba tristemente desde el otro lado de la habitación.
- esto no debería estar pasando- pensó viendo la tristeza que no quería abandonar los ojos de su hermano desde hacía tiempo, y la mirada perdida de Joey, que aún así reflejaba también una inmensa tristeza.
- Mokuba- lo llamó el castaño sacándolo de sus pensamientos.
- tal vez tengas razón, bajaré con Joey un rato-
El pequeño sonrió.
- de verdad? Que bien! Jimbo se pondrá feliz!-
El ojiazul sonrió un poco al ver a su hermano sonreír y tomando a Joey del brazo lo condujo fuera de la habitación.
Mokuba los siguió pensando seriamente en recordarle a su hermano aquella solución al problema de Joey de la que les había hablado el doctor.
Continuará...
N/A:
Al fin pude subir el segundo capítulo, es k he estado algo ocupada :P
Muchas gracias a los que leen el fic pero sobre todo a los que me dejaron review, se los agradezco mucho y espero k este capítulo les haya gustado también y puedan dejarme su opinión.
Hasta el próximo capítulo!!