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De Aristocracia y Otras Estupideces. por Menz

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Notas del capitulo:

!Holaaaa hermosísimas calenturientas, digo, lectoras!

Les dejaré esto aquí para que se diviertan muuajajajajajaaaa.

Sé que es algo corto pero ya quería sacar esto de mi interior, la buena noticia es que la actualización será muy pronto. 

 

Gracias a todas por sus RW y por acosarme en facebook. 

 

!Accio cap 15!

Cuando todos los que estaban de pie empezaron a retirarse a sus mesas, Ale, Cris y Sofi también volvieron con su familia. La enana no le soltaba la mano a Cristi, estaba feliz de haberla comprado. Angie les hizo una indicación a sus tres amigos para que regresaran al escenario y continuaran con la música. Ale quiso ir con ellos pero…

-Alejandra, pídele al suplente que suba.- Le ordenó su papá.

-Pero me falta tocar algunas piezas más.

-Pídele que suba, tu y yo tenemos que hablar.- El Conde tenía el ceño fruncido.

-Claro.- Ale le hizo una señal a Nico y enseguida su amigo llamó a un chico barbón  y con el pelo largo para que subiera con ellos. Su padre se puso de pie pero la Condesa le sujetó la mano para detenerlo.

-Guillermo…- Sofía lo miró con una súplica silenciosa. El Conde besó la mano de su esposa y caminó hacia una puerta a la derecha.

-¿Qué pasa?- Preguntó Cristi acercándose a Ale.

-Nada. Ahora vuelvo.- Siguió a Guillermo. La parte exterior era un jardín, bellamente iluminado. Su papá la esperaba de pie junto a una estatua.- ¿De qué quieres hablar?

 -Explícame ¿qué fue eso?

-¿Eso?

-Esa  enemistad con Alberto.

-Ah, eso. No hay mucho que explicar, nos detestamos y ya.

-¿Y era necesario hacer esa escena frente a todos?

-Tu viste la forma en que ese cerdo miraba a Cris, ¿no te molesta que mire así a tu hija?

-Cristina es una chica muy hermosa, es normal que tenga muchos pretendientes, que muchos quieran salir con ella.

-Por la cara de Alberto, dudo que únicamente tenga la inocente intención de invitarla a cenar.

-Sé a lo que te refieres…- Guillermo la observó un momento, en silencio.-Es verdad, no es propio mirar de esa manera a una señorita.

-¿Y porqué no sacaste a Cristina de ahí? Eres el Conde de Castilnovo, puedes hacer lo que sea en este lugar.

-Que pueda hacerlo no significa que sea correcto…

-¡Pero se trata de Cristina!

-Ella es perfectamente capaz de manejar estas situaciones.

-Yo solo quise ayudarla, no me agradó la expresión que tenía, ¡estaba incómoda!

-A mi no me agradan esas peleas tuyas con Alberto. Es como si…- Guillermo la observó como si tratara de ver más allá.

-¿Si qué?

-Como si compitieran por Cristina… como mujer…-

-No digas tonterías.- Volteó hacia otro lado, enfadada. Guillermo se acercó a ella y la tomó de los hombros.

-Alejandra…- No tuvo más remedio que mirar los ojos de su padre.- ¿Qué sientes por Cristina?- ¡No te muevas! ¡Si, mejor corre! ¡Desmáyate! ¡Finge demencia!

-Yo… no entiendo tu pregunta.- ¡Eso, hazte la pendeja!

-Es simple, ¿Qué sientes por Cristina?

-Pues…- parpadeó muchas veces.- la adoro, es mi hermana. No sé… ¿porqué me preguntas eso?- Su papá pensó un momento que decirle.

-Yo entiendo que ustedes no crecieron juntas, como hermanas.  Ella es una chica linda… Solo no  quisiera que sintieras algo más allá que amor fraternal por ella…

-No siento nada más por ella.- Se forzó en mirar de frente a su padre, en mentirle a la cara. No quería hacerlo, pero era necesario, ¿Cómo decirle que sus advertencias llegaban tarde? ¿Cómo decirle que estaba perdidamente enamorada de su hermana?- Solo no me agrada que Alberto se porte así, que la vea con lujuria y que no se esfuerce en disimularlo. Creo que Cris se merece a alguien mejor. Si te incomodó mi actitud, perdóname.

-Bien.- Le sonrió.- Volvamos con los demás.- La rodeó por los hombros y regresaron con su familia.

La Condesa le decía algo a Cris, como si la tranquilizara. En cuanto Ale y Guillermo se acercaron, Cris se puso de pie y caminó hasta ella.

-¿Estás bien?

-Si, todo bien.

-Discutieron, ¿verdad?- Cristi le tomó la mano.

-Tranquila, todo está bien.- Ale se fijó en que Guillermo las observaba.

-Buenas noches, Cristina.- Un chico apuesto se acercó a ellas.

-Buenas noches, Darío.

-¿Me concedes esta pieza?- Cris la miró un momento, como si esperara que Ale objetara algo… Pero no sucedió nada.

-Claro.- Darío le ofreció galante su brazo y condujo a Cris a la pista mientras Ale sentía que sus tripas explotaban de coraje. Pero, ¿qué podía hacer? Soltando un suspiro caminó de nuevo hasta el jardín. Buscó una banca y se sentó. La música se escuchaba hasta ahí.

La estaba pasando mal.  Esa conversación con su papá la había hecho sentir mal, por mentirle y porque tal vez sus sentimientos eran obvios. ¿Por qué Cristina no se había dado cuenta? ¿Por qué seguía buscándola? Porque si Cris supiera que la amaba, se apartaría de su lado ¿no?

No quería causarle problemas a su familia por amar a Cristi. Debía ser más fuerte, no debía sucumbir a la tentación de abrazarla, de tenerla cerca, de besarla. Pasara lo que pasara debía alejarse de ella. ¡Ajá, claro!

-Por fin te encuentro….- Escuchó una voz familiar.

-Hola.- Le sonrió amable a Valeria.

-¿Me puedes explicar qué te pasa?- ¡¿Tu también?!

-¿De qué?

-Pues tu actitud… Me has ignorado los últimos días.

-Lo siento. He estado algo ocupada, además de enferma.

-¿Pero ya estás bien?

-Si, ya bien.

Valeria entrelazó sus dedos con los suyos. Era una chica hermosa, sexy. Tal vez si se acercaba más a ella podría olvidarse del amor que sentía por Cris.  Se acercó a los labios de Valeria…

-Aquí no.- Le dijo la pelirroja a unos centímetros de besarla.

-¿Por qué no?

-Pues porque podrían vernos. Pero... podríamos encontrarnos en otro lugar.- Le comentó pícara.

-¿En donde?

-En un hotel.- Wow.

Levantó las cejas, un poco asombrada de la propuesta de Valeria. Giró la cabeza para ver la entrada al salón. Ahí dentro se encontraba Cris bailando con ese tal Darío, o tal vez con algún otro pretendiente, Un día su hermana se haría novia de alguno de esos tipos. Ella no podía estar esperando que pasara algún milagro para que pudieran estar juntas. Cristina nunca se enamoraría de ella y aunque lo hiciera, una relación con ella era algo que jamás sucedería. Si Cris la amara solo se empeorarían las cosas, ambas sufrirían. Era mejor que ella también buscara a alguien con quien estar…

-Me parece excelente.- Contestó a Valeria.

-En ese caso, no te desaparezcas.- La chica le guiñó un ojo y se alejó.

Ale se quedó sola de nuevo.  Empezó a jugar con la hoja de un árbol, (cuando no se tiene nada que hacer). Ya era algo tarde, más de media noche. Miró el cielo, se veía hermoso, lleno de estrellas y con la luna enorme. Alguien se acercaba. Era Cristina. Su hermana se sentó donde minutos antes estaba Valeria.

-¿Qué haces aquí afuera?

-Juego con esta hoja.- Cris sonrió. ¡No sonrías!

-¿Estás bien?

-Si, solo algo cansada.

-¿Quieres que nos vayamos?

-No, no es necesario. Además, estás muy solicitada para bailar.

-Yo solo quiero bailar contigo.- Su corazón brincó de emoción pero intentó no parecer demasiado feliz.

-No podemos bailar.

-¿Por qué no?

-Pues…- Hizo un ademán indicando a las personas del salón.- No creo que les parezca apropiado que bailes conmigo.

-No me importa lo que piensen.

-¿Desde cuando no te importa?- Preguntó sonriendo.

-Desde que tengo ganas de bailar contigo.- Cris la jaló para ponerla de pie.- Además, tu me enseñaste.

-Solo te enseñé vals.

-¿Y qué?-  Su hermana se acercó a ella y colocó una mano en su hombro mientras le sujetaba la otra. Lo  que debía hacer era apartarse, inventar alguna excusa y largarse de ahí. ¿Le saldría bien un desmayo? Pero los ojos de Cris en los suyos le quitaron toda fuerza de escape. Colocó su mano libre en la cintura de la chica. A lo lejos se escuchaba The Way  You Look Tonigth…. Sus cuerpos empezaron  a moverse al ritmo de la canción. Cristi sonreía de manera encantadora mientras dejaba que Ale la guiara. Se relajó y empezó a disfrutar del momento. Era increíble como una simple canción y estar con esa chica la hacían olvidarse de todo.  También sonrió, como nunca antes había sonreído en toda su vida, mirando a la hermosa mujer frente a ella. Daban vueltas en ese jardín, que ahora era suyo.  Ale empezó a canturrear la canción, cuya traducción era perfecta para Cris…

-“Algún día, cuando esté muy deprimido, cuando el mundo esté frío, voy a sentir un resplandor solo pensando en ti y en la manera en que luces esta noche.  Si, eres encantadora con tu cálida sonrisa y tus mejillas tan suaves, no puedo hacer más que amarte  de la manera en que luces esta noche.  Con cada palabra crece tu ternura, desgarrando mis miedos. Y esa sonrisa que arruga tu nariz, toca mi atontado corazón. Encantadora nunca cambies, mantén ese encanto que deja sin aliento, ¿lo harás por favor? Porqué te amo así como  luces esta noche.”

 

 **********

Estaba preocupada por Alejandra, después de hablar con su papá, había desaparecido. ¿Habrían discutido? ¿Por qué su papá parecía enfadado con Ale? Si había sido por la subasta, entonces ella la defendería. Se había sentido tan feliz cuando escuchó la voz de Alejandra haciendo una oferta por ella, se sintió morir de felicidad cuando bajó del escenario y Ale la abrazó frente a todos. Pero ¿Dónde estaría? Salió al jardín y la vio ahí sentada, sola. Se veía tan guapa con esa ropa, con ese porte… Se había pasado los últimos minutos bailando por compromiso con algunos chicos que no despertaban nada en ella y la única persona con la que quería bailar era esa joven sentada a unos metros… con Alejandra bailaría toda su vida. Pero parecía algo triste, renuente a bailar, ¿Qué importaba si alguien las veía? A ella no le avergonzaba bailar con Ale. Logró que la castaña accediera… la música, el lugar ¡todo era perfecto! Su prima empezó a cantarle esa canción tan bella. Cómo deseaba que cada palabra fuera verdad, que Ale en realidad sintiera lo que le decía… Adoraba verla sonreír, ya no se veía triste, al contrario, la sonrisa de su prima era lo más bello que había en el mundo. La canción llegaba a su fin… se movió lento, tiró levemente el cuerpo hacia atrás sintiendo las manos fuertes de Ale abrazándole la espalda y ayudándola a erguirse de nuevo, quedando muy cerca de su rostro...

***********

 

Se quedó unos segundos viendo a Cris a los ojos, tan cerca de ella. Si pudiera quedarse así por siempre, lo haría. A lo lejos empezó a sonar rock and roll… Le dirigió una mirada retadora a Cris, que pareció entender enseguida.  Empezaron a bailar muriendo de risa. ¡Que les importaba la tonta fiesta en el salón! Ellas tenían su propia fiesta. Ale movía deprisa su cuerpo pero Cris aprendía rápido el paso, ¡no podía con ella! Sus carcajadas era lo único que se escuchaba aparte de la música. Cris tenía el cabello revuelto por tantas vueltas, pero parecía que no le importaba, se veía más contenta que durante toda la fiesta. Ale ponía toda su atención en esa chica, estaba absorta en ese momento, tanto que no se dio cuenta que unos ojos las observaban a lo lejos.

                                                                                                                                             

 

 

Bajó a desayunar con cara de muerta. Se había metido a la cama a las 3 am y ella era malísima para desvelarse. Sofi y Memo estaban ahí, desayunando ya.

-Ale ¿necesitas un exorcista?- preguntó su hermanito mientras buscaba que fruta comer.

-Payaso.

-Buenos días, niños.- Cris entró al comedor, tan radiante y fresca que Ale se sintió ridícula con su pijama. Su hermana le dio el típico beso en la nariz.

-¿Cómo haces eso?

-¿Hacer qué?- Cris se servía leche.

-Verte tan bien, como si no te hubieras desvelado.

-Hay algo que se llama baño y maquillaje ¿sabes?

-En serio, a veces extraño a la Cristi odiosa y amargada.

-¿Y mis papás? – preguntó Cris a su hermano.

-En el despacho, dijeron que nos apresuráramos para ir a la iglesia.

Cierto, era domingo, había que ir a la iglesia… seguro su tío, tan chismoso como siempre, le preguntaría más sobre Cris y ella. Si no iba ¿se iría al infierno? Mordió de mala gana su pan tostado.

-Hermana, ¿podemos tener nuestro día de niñas hoy?- preguntó Sofi.

-Eh, bueno…- Cris miró a Ale.

-¿Qué?

-Saldremos hoy, ¿recuerdas?

-Cierto.- Habían quedado en ir al cine. Pero llevar a Sofi era genial para sus planes de no estar a solas con Cris.- Puede ir con nosotras, es más, ¿Memo quieres ir a nuestro día de niñas?

-Estás bromeando, ¿verdad?

-No, anda ¿Qué tan malo puede ser?

 

 

 

-¿Qué has pensado?- Le preguntó Sebastián después de misa, cuando las personas se quedaban a saludar a amigos y conocidos dentro de la iglesia.

-Nada.-

-¿Cómo que nada?- Discretamente le dio un zape.

-Oye más respeto, estamos en la casa de Dios…- Se sobó la nuca.

-Él te daría otro, por boba.

-¿Por qué tan agresivo?

-¿Cuándo le dirás a Cris que la amas?

-¿Estás loco? Nunca… y deja de decir eso, alguien te puede oír.- Miró para todos lados pero las personas estaban en lo suyo.

-“La verdad os hará libres”.

-Sé que está en la biblia, pero no me mires como si esperaras que te dijera en qué capítulo y en qué versículo porque no lo sé.

-Largo de aquí, chiquilla.

 

 

 

Después de pedir permiso y de que Guillermo insistiera en que dos guardaespaldas los acompañaran, los cuatro fueron a su “día de niñas”. Memo parecía resignado a pasar la tarde con sus hermanas comprando muñecas. Ale moría de risa con la cara de fastidio de Memo así que mientras Cristi y Sofi elegían que vestidos para muñeca comprar, ella jaló a su hermanito para ir al local de videojuegos.

-Genial.

Tomó uno de los rifles y encendió la pantalla frente  a él. Ale tomó el otro rifle y se pasaron los siguientes 20 minutos matando soldados enemigos.

-Oye, Memo, no voltees pero… esa chica de la derecha no te quita los ojos de encima.

-¿Cuál?

-¡Te dije que no voltearás!

-Es muy linda…- Memo se quedó viendo a la chica… y la chica a Memo. Ale se sentía pendeja ahí parada junto a un puberto de 13 años, con un rifle en la mano.

-Acércate.- susurró apenas moviendo los labios.

-¿Qué le digo?- Preguntó bajito su hermano.

-Pregúntale cual es su juego favorito e invítala a jugar.

-¿Crees que diga que sí?

-Ve.- Le dio un empujoncito. Memo se acercó a la niña y habló un poco con ella. La chica sonreía complacida. Fueron hasta los simuladores de carreras…Ale fue hacia la barra a comprarse unas papas mientras se sentaba a un lado y observaba a su hermano con su nueva amiga.

-Ale mira, compramos muchos vestidos.- Sofi corrió hasta ella y le enseñó la bolsa con compras.

-Oh que bien, ahora tienen más vestidos que tía Angie. ¿Quieres papas?

-Si.-

-¿Dónde está Memo?- le preguntó Cris, acercándose a ella.

-Por ahí.-

-¿Quién es esa niña?

-No sé, Acaba de conocerla.

-¿Estás enseñando a Memo como ligar?- Cris se burlaba de ella.

-Puede ser.- Se sentía idiota.

-Me encanta tu cara cuando te sonrojas.- Su hermana se paró peligrosamente cerca de ella y se colgó de la camisa que traía puesta.

-¿A dónde iremos?

-A ver una película de princesas…

-¿Es en seiro?- No mamen.

-Sí. Vamos.

-¿Y  Memo?

-¿No le enseñaste que hacer en su plan de conquista?

-No seas boba.- ¡Cris no dejaba de burlarse de ella!

Ale se acercó un momento a su hermanito y le informó a donde irían. Un guardia se quedaría cerca de él mientras el otro las acompañaría al interior del cine. Y si… entraron a ver una película de princesas. Sofi sentada en medio, Cris prestando atención a la pantalla y Ale cabeceando desparramada en su butaca.

Después de la película caminaron un poco por la plaza, mirando tiendas por aquí y por allá y comprándole cosas a la enana. Cris la abrazó por la cintura y Ale no tuvo más remedio que abrazarla por los hombros… (Aaay si pobre Ale). Cualquiera que las viera creería que eran una pareja…

Buscaron a Memo e invitaron a Mariana, su nueva amiga, a comer con ellos. Se la pasaron muy bien y Ale vio como su hermanito guardaba en su celular el número de Mariana, ¡picarón!

A media tarde estaban de regreso en la mansión, el cielo estaba gris. Observó a Cris pero su hermana perecía no haberse dado cuenta de que tal vez llovería, se notaba pensativa.

-¿Pasa algo?

-No… bueno sí. Necesito hablar contigo.

-¿Algo grave?- Cris negó con la cabeza después de pensarlo un poco.

-Ok hablemos.-

-Pero no en la casa, vayamos a otro lado.- otro lado… otro lado…

-Está bien, déjame sacar mi auto.

¿Qué querría decirle Cris? Miró al cielo, solo veía nubes grises pero tenía la esperanza de que no lloviera. Subió a su hermoso coche y aparcó en la entrada de la mansión, mientras Cris subía.

-¿A dónde iremos?

-A un lugar que conocí hace poco. ¿Estás bien?- Cris movía sus manos, como si estuviera nerviosa.

-Si…- Pero parecía asustada.

Condujo 20 minutos hasta la playa que Guillermo le había enseñado.

-No sabía que conocieras este lugar.

-Tu papá me lo enseñó el día que salimos con las motos.

-Vaya…- Cris caminó hasta quedar frente al mar. Miraba al infinito.

-Cristi, ¿Qué pasa?- se acercó a su hermana por atrás y la abrazó, pues la chica se veía rara. Su hermana se dejó hacer.

-Ale, ¿te haz enamorado?

-Pues… si, un par de veces.

-¿Un par?

-Si, bueno ya sabes. Amores de adolescencia, nada serio.

-Ahora, ¿estás enamorada de alguien?

Soltó el abrazo de Cris y dio un par de pasos atrás. Lo sabía, Cris sabía que la amaba… Su hermana volteó para quedar frente a ella.

-¿Por qué la pregunta?

-Quiero saber si hay alguien en tu corazón.- A duras penas Ale negó con la cabeza.

-Bien…- Cris esbozó una tímida sonrisa mientras miraba al suelo y se acomodaba un mechón de cabello tras la oreja.- Yo siempre creí que en cuanto conociera al chico ideal lo sabría en ese justo momento, ya sabes, amor a primera vista.- Cris miró sus ojos verdes. Su corazón latía fuerte, ¿por qué le decía todo eso?- Pero el amor no es así… el amor nace poco a poco, del conocimiento de la otra persona, de saber sus sueños, sus manías, sus defectos….- Cris dio un paso hacia ella.- Y es cuando te das cuenta que las cosas no son como las imaginaste, son mejores.

-No… no entiendo…-

-Te haré entender.-

Con decisión, Cris se acercó a ella, la rodeó del cuello y la besó. Ale sintió algo atravesándole el cuerpo, el alma. Abrazó a Cris y le devolvió el beso, al menos por un par de segundos…

-Espera… Cris…- Su cerebro la hacía reaccionar, intentaba hablar con esos labios aprisionando los suyos.- Detente…- ¡Sigue!- Cristi… -¡Que bien besa!- ¡Cristina, para!

Sin saber de donde sacó fuerzas, logró dar un paso atrás y romper el beso. Cris estaba sonrojada a más no poder.

-Ale yo…

-No entiendo Cris, ¿Qué pasa?

-¿De verdad no lo entiendes?- ¡No! ¡No! Y ¡Nooooo!- El chico ideal, resultó ser chica.

Se le cortó la respiración, los oídos le zumbaban fuerte… No… Que no sea verdad…

-Esto está mal.- Caminó hacia al mar, pasando junto a Cris y dejándola atrás. Pero su hermana la alcanzó y la jaló para quedar de frente a ella.

-No, no está mal, es lo que siento… Estoy enamorada de ti, Alejandra.

Su cerebro apenas podía procesar esas palabras, quería gritar de dolor y de alegría, quería abrazar  a Cris, besarla, decirle que también la amaba… Pero ahora más que nunca tenía presente quien era ella y quien era Cris… ambas San Roman, ambas hijas del Conde. Examinó los ojos de Cristina y supo que lo que decía era verdad, no había entendido mal, no era una broma cruel. Su hermana acababa de declarársele… todo había acabado.

-Estás confundida.- Ni siquiera sabía que decir.

-No, no estoy confundida. Estoy segura de mis sentimientos, ¿Qué no son obvios? ¿Qué no ves que estoy loca por ti?- Cris la tomó del rostro para obligarla a verle los ojos grises. Ale sentía su corazón partirse. Una lágrima cayó por su mejilla.- No mi amor, no llores.

-Cristi no… esto no puede ser…- La voz apenas le salía.

-Si puede y es.

-Que no… no puedes amarme… tu y yo somos… no…- Se arrebató del agarre de la chica. No soportaba verla y mentirle, aunque sabía que tenía que rechazarla, su cuerpo estaba a nada de actuar solo y besarla con todo el amor que tenía acumulado para ella.

-Somos primas de tercer grado, es un parentesco que nos permite estar juntas, incluso en nuestra familia primos han terminado juntos- Cris la abrazó por atrás. Ale apretó fuerte los ojos, aterrorizada por lo que eso significaba. No podía usar el parentesco como excusa creíble, solo le quedaba…

-Tal vez por el parentesco no haya inconveniente pero… yo no puedo corresponder a tus sentimientos…

-¿Qué?- Cris aflojó el abrazo.

-Yo no… siento… lo mismo por ti…- Su cara estaba completamente distorsionada por el enorme esfuerzo que hacía para que esas palabras le salieran. Parpadeó varias veces espantando las lágrimas, rogaba por que el nudo en su garganta le permitiera continuar hablando.

-Eso es mentira… Yo sé… ¡Es mentira!- Cris la hizo voltear a verla. Puso la expresión más dura que tenía.  El viento se hacía más fuerte cada vez, lo gris del cielo empezaba a tornarse negro, como si quisiera combinar con lo que Ale sentía en ese momento.

-No, no es mentira… Yo solo te veo… como a una hermana, no te veo como mujer.- Los ojos de Cris se inundaron en lágrimas.- Lo siento Cris, yo no te amo.

Las mejillas de Cristi se mojaron con las lágrimas que ya no pudo retener, Ale vio como el dolor llenaba el rostro de esa chica a la que sí amaba. Su hermana respiró hondo y la abrazó, buscando de nuevo su boca. La besó pero Ale no movió un músculo de su cara, invocó todo su autocontrol para mantenerse firme, no podía flaquear, tenía que pensar en su padre, en su familia, en Cris y en ella. Debía ser fuerte por todos. La chica se separó de sus labios, con la cabeza gacha, aceptando su derrota. Cayó hincada en la arena. Ale se arrodilló y metió sus brazos bajo las axilas de Cris para abrazarla. ¡Se odiaba! Se odiaba por haberle hecho eso a su Cristi, por romperle el corazón de esa manera. Con lágrimas silenciosas, la abrazó, buscando consuelo también para ella. Cris se aferró a su espalda como si su vida dependiera de ello. Ahí estaban las dos, hincadas a orillas de esa playa,  sacrificando ese amor inocente, ese amor que jamás debió nacer… pero que existía.

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Ok, que empiecen los juegos del hambre... ah no.. que empiecen los insultos y tomatazos, !venga!

 

!Travesura realizada!


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