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Hokoron Maal: Pequeño Enemigo por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

Vuelvo aqui cada vez mas emocionada... por unas cosas y otras, recibir comentarios en esta y en otras historias ya acabadas me hace sentir muy feliz. Tambien estoy emocionada porque ya casi acabo esta historia, se que debera ser triste, pero igual me emociono.

Espero no sufran mucho en estos capitulos.

Rein sabía que las cosas no iban a terminar bien. Aun cuando había pensado que tenía todo bajo control, las cosas iban demasiado bien para ser él. El hecho de que justo apareciera ese cazador de entre tantos otros que había, indicaba que su mala suerte seguía ahí.

.- ¿quieres explicar que está pasando?- la pregunta no iba a él, de cualquier modo él no sabía que estaba pasando. Según Slayer había sido muy cuidadoso siempre y él le creía. Slayer le había protegido desde que se había enterado de lo que era. Miro alrededor, en un intento de buscar una salida, un escape, algo. Por supuesto, el claro lleno de cazadores armados no ayudaba. No tenía posibilidades de salir de ahí por su cuenta.

.- ¿no había nadie más aquí?- esas palabras le hicieron poner atención de nuevo a lo que hablaban los cazadores. Slayer aún no regresaba. Pensar en lo que pasaría si Slayer volvía en esos momentos le estremeció, aún tenía muy grabado en su mente el encuentro con Kest.  Por alguna razón, no creía que fuera bueno que Slayer llegara. Slayer estaría en problemas por su culpa, otra vez.  

.- Micah ¿estás solo?- no levanto la vista cuando le hablo de nuevo, no estaba seguro de si sus ojos seguían siendo normales.

.- si.-

.- le llevaremos a punto de reunión para ir a la base.-

.- ¿ah? ¿La base? Él es parte de una investigación que estamos realizando nosotros, así que decidiremos después lo que pasara.- el chico rubio uso un tono cortes, pero frio.

.-… está bien. Recojamos todo y volvamos.-se hizo un ajetreo cuando todos se pusieron en movimiento. Eso era malo, muy malo. Volteo a ver al cielo,  esperando no ver la sombra oscura que era Slayer cuando volaba de noche. “No vuelvas aun" repetía, como si sus pensamientos pudieran alejar más a Slayer. Esta vez, era su turno de ser valiente y proteger a Slayer. O al menos un intento por hacerlo.

.- vamos, Micah.- le apoyaron una mano, y el reprimió el impulso de correr.  Debía ser más valiente, y no dejarse dominar por el pánico, solo le consolaba el hecho de que salvaría a Slayer. Era menos probable que le pasara algo a él que si capturaban a Slayer.- fue toda una sorpresa nuestro último encuentro ¿no?- quiso decir que solo se habían visto una vez, pero prefirió quedarse callado.- el lugar no está muy lejos, no tardaremos en llegar.-

.- Ulrik ¿estás seguro de que es el mismo chico?- pregunto alguien atrás.

.- si, lo estoy.-

.- no parece muy importante.-

.- Emil no lo ve así.- el recuerdo del otro chico y sus penetrantes ojos grises le hizo estremecer. Sería mucho más difícil todo una vez que se encontraran con él. Caminaron en silencio hasta llegar al borde del bosque. Se preguntó si Slayer ya había regresado y si habían quedado cazadores en el claro. La mano del cazador, Ulrik, no se había quitado de su hombro.

.- ¿todo en orden?-

.- ¡Emil! Mira lo que me encontré.- se sintió un poco zarandeado cuando trato de llamar la atención del chico pelinegro.

.- ah…- se vio conducido entre cosas y personas hasta el auto donde estaba el otro chico.

.- estaba en el camino de regreso de la exploración.-

.- ¿Qué hacías allá?-se puso rígido cuando se dirigió a él,

.- a-acampaba…-

.- ¿solo?-

.- m-me gu-gusta estar s-solo.-

.- ¿solo en medio del bosque?-

.- s-si… n-no está t-tan lejos…-

.- ¿lejos de dónde?- gimió quedo, al notar que el mismo se estaba hablando de más.

.- de la ciudad.- murmuro. No dijo nada más, lo mejor sería esperar. Trato de recordar  lo que habían dicho la primera vez que había estado con ellos, si no mal recordaba, solo tenía que ir a que le interrogaran. Si podía al menos hacer el dichoso interrogatorio sin titubear demasiado, podría regresar pronto a casa, donde Slayer le regañaría y se molestaría por haber hecho lo que hizo, aunque no fuera su culpa. Creía que sus ojos al menos aun no se volvían diferentes, de no ser así, no estarían todos tan tranquilos.

.- la ciudad… interesante.-

.- ¿Qué haremos?- pregunto el rubio.- los otros quieren dejarle ir.-

.- ¿dejarle ir? Aun teníamos algo pendiente.-

.- fue lo que les dije, aunque quería confirmar si aún querías hacer toda esa formalidad.  No se han avistado más a esos dragones.-

.- si, tienes razón… pero…- ese pero le disolvió todas las esperanzas que había comenzado a tener de quedar libre de todo eso.

.- entiendo. Les diré lo que decidimos a los otros.-

.- bien.- se vio libre por fin, pero no podía hacer mucho rodeado de cazadores.

.- ¿q-que c-clase de c-cosas hare?-

.- umm, ya no estoy muy seguro. Eres demasiado sospechoso como para pasarte por alto en cualquier lugar, pero eso lo demás no lo saben.-

.- yo no soy…-

.- desapareciste antes de que pudiéramos hacer el primer rastreo, y ahora apareces de nuevo, en un ejercicio de reconocimiento debido a las llamadas de las personas. Yo no creo en las coincidencias.-

.- n-no tengo n-nada que ocultar.- deseo que al menos su voz denotara la firmeza que denotaban sus palabras.

.- ¿estas nervioso?-

.- l-lo estoy.-

.- ¿Por qué desapareciste ese día?-

.- había…. Había un dragón…-

.- pudiste haber esperado.-

.- m-me d-dio miedo.- levanto la vista, observando los ojos grises que le miraban fijamente, sintiendo que podía ver sus mentiras.

.- todo bien, Emil. Solo falta que nos vayamos a la base.-

.- preparémonos entonces.-se puso de pie.

.- también encontraron rastros de un dragón en el claro.- sus nervios le traicionaron, haciendo que soltara un jadeo bastante audible.

.- ¿vez lo que te decía? Demasiado sospechoso. ¿Qué sabes al respecto?-

.- ¡Nada!- soltó, alzando la voz, que se quebró a causa de sus nervios. Ambos le miraron, con una mirada de sorpresa. Y en los cristales del auto, pudo ver la razón de esa mirada. Sus ojos le habían traicionado en el peor momento.

.- creo que la base de Alemania será más apropiada ahora.-

.- ¿Alemania?

.- mientras mas lejos de aquí, mejor.- fue lo último que pudo escuchar con claridad, pues todo lo demás quedo en un extraño zumbido, las imágenes borrosas. Las cosas habían salido mal. Ahora solo podía pensar en que era mejor que fuera él y no Slayer.

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Slayer solía alejarse mucho del bosque, pues volar un área pequeña no era igual de satisfactorio, pues no podía usar mucha velocidad. Además aumentaba el riesgo de que algún humano le viera, a pesar de la oscuridad de la noche. Así que volaba alto y veloz, siempre.

Por eso, cuando sintió que las cosas no iban bien, regreso. Aun antes de llegar al claro pudo olerlos. Humanos. Y muchos. El bosque era grande, así que internamente esperaba que todo estuviera lejos de su claro.  Conforme llegaba, supo que los olores provenían exactamente de la zona del claro. 

 No había absolutamente nadie.

Bajo, cayendo con brusquedad en el suelo, buscando el olor de Rein. Buscando a Rein. No había rastros de él. Volvió a su forma humana.

.- ¡Rein! ¡Rein!-

Rein

Rein

Rein

Había olores por todos lados. Esperar que Rein hubiera salido de ese embrollo era desear demasiado. Transformándose de nuevo, siguió el rastro hasta el borde del bosque, donde volvió aencontrar el olor de Rein.  Sin importarle más, salió directo a la casa. Cabía la posibilidad de que todo estuviera bien y Rein estuviera ya en casa.

Entro corriendo al patio delantero, abriendo la puerta con fuerza.

.- ¡Rein!- grito apenas entro.- tsk, maldición.- corrió a la habitación, seguido del perro. La habitación también estaba vacía. Se pasaron las manos por el cabello, completamente desesperado, sentándose en la cama. Una cosa era enfrentar a los cazadores en cualquier lugar, y otra era ir a sus bases. Le desesperaba saber que no podría encontrar a Rein inmediatamente. Kest emitió un aullido lastimero, apoyando su cabeza en su rodilla. Kest.

La forma más rápida de encontrar a alguien era con un rastreador. Sería muy fácil ir por hermano a su aldea, pero lo que haría era peligroso. Para su suerte, conocía a  otro rastreador, y su perro llevaba su nombre.  Pero tenía otro problema, ir a una aldea de dragones que no era la suya era igual de peligroso que irse a meter a la guarida de los cazadores.  Lo único positivo de todo aquello, era que el no se quedaría sin hacer nada.

 

 

Llevaba dos días volando, deteniéndose solo lo necesario para llegar a su destino. Una vez había escuchado en una conversación entre Rein y Kest la ubicación de la aldea la de Kest. Él no era explorador por nada, además era indispensable para cualquier explorador conocer las ubicaciones de las áreas que tenían que evitar. Ahora, contra todo pronóstico, se dirigía hacia una de ellas. Esperaba tener el tiempo suficiente para encontrar al imbécil de Kest. A su mascota la había llevado de nuevo al refugio, solo para que se hicieran cargo de él mientras no estaba. Si por algún motivo no volvían, pues…

Ser territorial era una de las características de los dragones. Así que haría todo lo imposible por encontrar a Rein. Rein era solo suyo. 

El aire cálido del sur le resultó extraño después de tanto tiempo viviendo en el frio clima de Rusia, pero ya no le resulto atractivo. El frio y la nieve era algo que ya relacionaba con Rein. Encontrar a otro dragón no era muy difícil que digamos, el problema en si era llegar hasta él. El calor aumento considerablemente y supo que había entrado en la zona de los dragones rojos.  No se detuvo si no que al contrario aumento su velocidad.  De reojo vio que un manchón salía de abajo, hacia él. No se detuvo, y el otro dragón nivelo su velocidad. Pero las cosas no eran normales, pues el otro dragón se limitó a empujarle, desviándole de su camino. Un golpe más fuerte le desestabilizo, y no tardo en enzarzarse en una pequeña pelea mientras caían.   Hasta que no cayó pudo reconocer al  otro dragón. Era Kest.

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Las oficinas de Zender estaban en completo silencio. Todo el mundo trabajaba con eficacia, ocasionado solo algunos zumbidos o ruidos tenues.

.- ¡Zender!- demasiada calma para un día normal. La puerta se abrió, dejando pasar a Feyn.  Feyn ya casi no se quedaba en casa, prefería pasar todo el tiempo en la oficina siempre y cuando él estuviera también allí.   Sospechaba que el repentino cambio en la actitud de Feyn se debía a que Drem iba siempre con Jens.- quiero ir a los videojuegos.-

.- no puedes ir.-

.- ¿eh? ¿Por qué no? Es muy aburrido estar aquí.-

.- te hubieras quedado en casa.-

.- no quiero. Llévame a los videojuegos.-

.- no puedo ir en estos momentos, estoy muy ocupado.- escucho un gruñido de Feyn.

.- ¿puedo ir yo solo?- parpadeo, mirando a Feyn. Él nunca había pedido algo como eso y le resultaba muy extraño que ahora le pidiera eso.

.- es peligroso.-

.- dijiste que podía estar en cualquier lugar sin preocuparme.-

.- no preocupo por eso.-

.- quiero salir solo.-

.- no.-

.- Zender.-

.- ¿podemos hablar de esto más tarde?-Feyn le dirigió una mirada que el ya conocía, esa que le decía que no lo dejaría pasar y que insistiría con ello hasta que el decidiera hablar.- de verdad lo hare.-

.- bien. Entonces ¿puedo ir a casa?-

.- ve al estacionamiento, al auto.-

.- ya lo sé. ¿A dónde fue Jens?-

.- no se ¿Por qué?-

.- porque solo esta Drem en la oficina de Jens.- era difícil de comprender para él como podían vivir en el mismo lugar Drem y Jens. Drem era muy serio, y solía decir todo lo que pensaba sin ningún tipo de miramiento, así que siempre podías saber qué cosas le disgustaban o no. Jens era una de las cosas que más le disgustaban.

.- ni idea. Llegare algo tarde hoy, tengo una reunión.-

.- ¿me necesitas?-

.- no, está bien.-

.- ¿te vas?- Drem estaba recargado en el marco de la puerta.

.- no te interesa.-

.- Jens dijo que fuera contigo.-

.- ¿Qué? ¡¿Por qué?!-

.- solo lo dijo, no lo sé. No es que me guste particularmente estar contigo. Dijo que primero te preguntara si podía quedarme hasta el anochecer.-

.- ¿en que anda metido ahora?-

.- no me interesa. No me dejo regresar solo a casa, a pesar de que cuido mejor a Rex.- rex era el enorme perro gran Danés propiedad de Jens.

.- ¿regresara para la noche?-

.- si, si no me iré solo. No es que me interese verles en actividades que pretenden ser reproductivas.-

.- ¡cállate!- Feyn resoplo.- si te vas en la noche, no tengo problema.- Feyn se dio la vuelta y salió. Drem apenas le miro y salió después de hacerle un gesto con la cabeza. Había querido  decirle que procurara que Feyn no se metía en demasiados problemas, pero si ponía a Drem a cargo de Feyn seguro encontraría muchos más problemas al regresar.

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.- vamos, puedo ir solo.-

.- he dicho que no.-

.- umm.-  Feyn frunció las cejas, molesto. Desde hacía varios días estaba insistiendo para que Zender le dejara salir solo. Sabía que Zender siempre estaba ocupado leyendo esos papeles aburridos, así que para ahorrarse muchas molestias la solución era que pudiera salir por su cuenta. Había muchos lugares que aún no conocía, además de que iría a los que si conocía.- Zender, quiero salir.-

.- después.-

.- no me entiendes. Necesito salir.-

.- ¿necesitas? Los videojuegos no son…-

.- no es por videojuegos.- gruño. Recordaba haberle explicado a Zender antes que tenía que salir a transformarse.- debo ir al bosque. A transformarme.- Zender le miro. Él puso los ojos en blanco al notar que Zender no recordaba.- si no lo hago moriré. Ya te lo había dicho.-

.- entiendo. ¿Por qué no me lo habías dicho antes?-

.- te lo dije.- gruño. Zender se levantó, acariciándole el cabello.

.- lo recuerdo. Lo que no entiendo es porque no me lo habías dicho antes.-

.- porque no lo necesitaba. Ahora que llego Drem, es más complicado.- murmuro. Zender le tomo de la mano y le levanto, pegándolo a él, besándole.

.- vamos.-

.- ¿iras conmigo?-

.- sí. Temo que haya algún problema si alguien te ve.- asintió, dejándose llevar a la salida. Una hora más tarde ya estaban en algún tramo alejado de la ciudad.- ¿aquí está bien?-

.- si.- bajo del auto, inhalando profundamente. Se adelantó hasta quedar a una distancia considerable del auto, y entonces se transformó. Agito las alas, desplegándolas. Ya no le dolía, aunque había quedado una marca en donde había sido herido.

.- ¿no deberías ser más grande?-  Zender se había acercado. El solo resoplo.- aun así, es increíble verte así.-  era la primera vez que estaba con Zender transformado y sin ninguna situación bizarra de por medio. El primer humano que le veía así. Se había acostumbrado  a estar con él, y ahí se quedaría hasta que pudiera.

Notas finales:

*errores en el texto son sin querer.

 

¿Y bien?  Espero que mis intentos por hacer drama vayan mejorando aunque sea un poquito. Y ahora si que puedo decir ultimos capitulos, ya, solo cinco capitulos mas y acaba esta historia, pero no los dejare sin nada, pronto estare subiendo otro fic, y tambien estoy subiendo la segunda parte de "Ciegamente enamorado de ti" asi que espero que hayan disfrutado el capitulo.


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