Sasuke baja la mirada al suelo, -que extrañamente parecía bastante interesante- tristemente. Todo eso solo era una fantasía, una irreal e inalcanzable. Un sueño del que debía despertar. Ese deseo que jamás se cumpliría. Quizá por su orgullo, por pena o por él mismo.
Naruto era su mejor amigo, solo su mejor amigo. Aunque no lo diría en voz alta ni de broma. Y jamás llegaría a quererlo de tal forma. Y él debía guardar aquel secreto hasta que su corazón lo olvidase, es decir, para siempre.
Aunque lo amara tan intensamente, aquello no podía ser...
...
Jamás.
Aunque cada vez que se tocaban, Sasuke sentía que ese lugar hormigueaba, quemaba y le provocaba cosquillas.
Aunque cada vez que Naruto reía, a Sasuke se le aceleraba tanto su corazón que temía que el menor lo pudiese oír o que se le saliese de su lugar -y sinceramente, no sabía que era peor.-.
Aunque cada vez que el rubio le hablaba de aquella forma tierna, bañada en cariño, Sasuke sentía que su estomago daba vueltas sin cesar, sintiéndose como un tonto adolescente enamorado otra vez, sin tener en cuenta sus casi 20 años.
Aunque cuando Naruto se tumbaba a su lado en la cama, acariciando su brazo cuando él tenía pesadillas, o cuando lo obligaba a comer juntos, a ver una película juntos... A vivir en compañía del otro, como una autentica pareja, el mayor sentía que su pulso aumentaba estrepitosamente, tanto que a veces, hasta su cabeza palpitaba y aquellos malos pensamientos y el desanimo se iban lejos, lejísimos.
Aquello era imposible.
Aunque la sonrisa, la verdadera, no aquella que a veces mostraba al mundo, aquella que le daba a él en momentos íntimos, iluminase su vida.
Aquello jamas seria verdadero, solo una ilusión del pelinegro.
Suspiró y alzó la con su típica expresión serena y fría. Seguiría guardándose todo para él, por ambos, por Naruto, por su amistad.
Y eso estaba bien, porque el chico con aspecto de zorro era lo mas preciado para él y jamas podría perderlo.
Sasuke lo miro y Naruto se sonrojó.
Pero esta vez Sakura suspiró desde la distancia, preguntándose cuanto aguantarían sus amigos en sincerarse, en liberar su deseo reprimido, su amor incondicional, en pronunciar aquello que sus miradas delataban.
Y solo negó con la cabeza.
"Queda poco"- Se dijo, totalmente segura de ello, porque ambos habían pasado por tantas cosas que aquel vinculo que los unía, aquel hilo irrompible, haría que ambos dejánse guardarse lo obvio, dejasen aquel secreto que sus bocas acallaban pero que sus ojos gritaban. Y pasaría muy pronto. Ella tenía la certeza de ello. Y claro que habia dolido al principio el darse cuenta de ello, pero, ¿si las fos personas que más le importaban eran felices, qué más daba?. Ella estaba bien, y ajora tenía al idiota de Sai a su lado.“Pronto, pronto podrán ser felices juntos. Aún más, si es que eso es posible."