Capítulo 2. – Cosas perdidas.
Gary parpadeo confundido por unos segundos, abrió la boca para decir algo pero las palabras no querían salir de su boca.
¿Cliente? ¿Había escuchado bien? Había escuchado algo sobre una persona que… No. Negó moviendo la cabeza, desechando la idea, ni siquiera podía terminar sus pensamientos.
—¿Entonces eres un cliente o no? –pregunto el castaño enarcando una ceja, la pregunta re formulada volvió a aturdir momentáneamente al moreno.
—¿Qué? –pregunto el de cabello negro arrugando las cejas. —No. Soy yo, Gary Magini. Tu amigo de la escuela y de casi toda tu vida ¿no me recuerdas?
—¿Mm?... –Timmy se llevó la mano a la barbilla y levanto un poco la mirada como recordando. —Oh, Gary…Ese es el nombre de mi amigo imaginario.
—¿Qué? –una pequeña sonrisa se dibujó en el rostro de Magini, pensando que el castaño estaba bromeando. Sin embargo Timmy le dedico una mirada de odio mientras decía.
—El amigo que me abandono cuando más lo necesitaba. El que se fue sin despedirse…–Gary se quedó congelado ante la mirada fría que le dedicaba Turner, estiro su brazo hacia el castaño y le tomo la mano.
—No, yo… Yo si me despedí.
—Mentiroso. De un día para otro desapareciste, pero que más podría esperar de ti. –dijo Timmy con una sonrisa amarga en el rostro. —Si hubiera tenido edad suficiente me hubieras follado y después abandonado ¿no?
—¡¿…?! –Gary abrió los ojos como platos. ¿De qué rayos estaba hablando Timmy? ¿Acaso había algo que estaba olvidando?
Por un momento pensó que Timmy lo recibiría con los brazos abiertos y que eso ayudaría para que pudiera confesarle sus sentimientos.
Ya veía que no era tan fácil.
—Bueno, eso ya no importa. Para mi tu no exististe, eres imaginario.
—Timothy, no bromees por favor. –susurro mientras el castaño alejaba su mano. —Sabes que tuve que irme… Yo nunca te…
—Solo aléjate de mi. O si quieres estar cerca, puedes convertirte en uno de mis clientes… los condones van por tu cuenta.
Gary se quedó de piedra.
Durante sus primeros días de escuela había escuchado los rumores que hablaban sobre "cierta persona" (nunca decían su nombre) que hacia favores sexuales a cambio de unos cuantos billetes. Que nadie le decía nada ya que incluso tenía entre sus clientes a maestros, Gary no le dio mucha importancia ya que él no tenía interés en una "puta".
Parecía una ironía que se tratara de su Timothy, su primer y único amor.
Gary no sabia como sentirse, después de estar tanto tiempo esperando por encontrar de nuevo a su dulce e inocente Timmy…Llegar y encontrar que ya no era tan dulce ni tan inocente le hacia sentirse enojado. No con Timmy sino con todos los que se habían acercado a él.
Lo que al principio le había parecido un fortuna, (estar en casi todas las clases de Timmy) Ahora le parecía una tortura al tener que ver a tipos desagradables tratando de tocar a Turner cuando los profesores no miraban.
Pero aun si todos tachaban a Timmy de "puta", había algo que no entendía Gary. Todos parecían querer tocar al castaño y este sin embargo rechazaba a todos, además no hablaba con nadie y siempre estaba solo.
Aun tenían cosas que aclarar con el castaño asi que espero a que terminaran las clases para ir a buscarlo. Una chica de su club de fans dijo que lo había visto en los baños, asi que se dirigió hacia allá.
Cuando entro al baño encontró a un tipo grandulón que tenia acorralado a Timmy. El castaño tenia la vista clavada en el suelo y el otro chico frunció el ceño viendo al moreno.
—Demonios… -susurro mientras sacaba unos billetes de sus bolsillos y se los tiraba al castaño, luego salió pasando por un lado de Gary.
El moreno se quedó callado viendo como el castaño se agachaba para tomar el dinero. Apretó los puños y se acercó a Timmy, lo levanto tomándolo del cuello de la chaqueta.
—¿Qué demonios crees que haces? –cuestiono apretando los dientes con furia. El castaño rodo los ojos.
—¿Qué parece que hago? Tomo mi dinero. ¿No es obvio? –sonrió burlesco Turner.
—¿Entonces es verdad? –por un segundo la mirada celeste de Timmy se ensombreció, mas luego dibujo una mueca burlona.
—¿Qué? ¿Lo de que soy una puta?
—Niégalo Timothy… -más que una exigencia parecía una desesperada petición por parte del moreno.
—No lo hare… -respondió firme Timmy y Gary lo soltó como si quemara. Si eso le dolió a Turner no lo demostró mas que por un segundo.
La mirada celeste de Turner recorrió el baño, estaban solo ellos dos. Gary le daba la espalda, podía ver los hombros del chico moverse levemente.
¿Acaso estaba llorando?
Segundos después Gary se volteo hacia él. Por los lentes oscuros que llevaba el moreno Timmy no podía ver si estaba llorando, lo que si podía ver claramente era los billetes que Magini sostenía en su mano.
—Bien, entonces te comprare… -dijo Gary con voz firme.
Y esta vez fue Timmy quien se quedó de piedra.