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Quédate a mi lado por Ame_Chan

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Notas del capitulo:

¡¡ULTIMO CAPÍTULO GENTE!! Muchas gracias por seguir este fic hasta aqui ^^ pero no se preocupen jojo Xd aun queda el epílogo ^^

Lean, y gracias!! ^O^

 

Nota: la canción es 'No me abandones así' de Il Divo ^^ 

- QUEDATE A MI LADO -

Por: Ame Chan

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Disclaimer: Los personajes aquí utilizados son todos propiedad de Masashi Kishimoto (si fueran míos, la serie estaría catalogada 100% yaoi y hard lemon XDD)
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-Esa magia, esa pasión… esos momentos indescriptibles que paso junto a ti, son lo más hermoso y preciado que podemos tener en la vida. Quédate a mi lado para disfrutarlos juntos por siempre…
Sasuke Uchiha & Uzumaki Naruto


7º Cap


//*//*//*//*//*//*


Los shinobis agradecieron que al caer el crepúsculo la gente en Konoha se metiera a sus casas a refugiarse al calor de las chimeneas, pues así las calles estaban despejadas y con toda la tranquilidad del mundo podían ir cogidos de la mano en dirección a la residencia Uchiha.

Un viento helado rondaba a su derredor, revolviéndoles los cabellos a ambos chicos, que se sostenían fuertemente a su recién reconciliada relación. Naruto estaba impaciente por terminar lo que habían empezado, aunque no estaba seguro de si podría ser uno con Sasuke, pues su entrada le dolía aún. Le restó importancia, pensando en otras maneras de complacer a su Sasuke, mientras una curveada e insinuante sonrisa asomaba por sus labios. Sasuke notó la expresión de Naruto, y le preguntó con una inusitada pero provocativa curiosidad:

-¿En que piensas Naruto?- la voz cándida de Sasuke sacó de sus pensamientos perversos al rubio, el cual acentuó más su sonrisa. Se acercó al oído del pelinegro y susurró con pasión:

-En las diferentes formas de hacerte gemir, Sasu chan- expresó con lujuria el trigueño. Sasuke se sonrojó violentamente, y Naruto rió. Le encantaba hacer enrojecer a su koi, pues su expresión se volvía aniñada e inocente.

Llegaron a la residencia Uchiha, y Sasuke reparó en una nota pegada a la puerta. Reconoció la letra de su hermano, y sin soltar a Naruto tomó el trozo de papel de la puerta, y leyó en voz baja:

Para Sasuke y Naruto:

Bueno, para empezar espero que hayan arreglado sus malentendidos, y sobre todo sean felices en este momento; me disculpo nuevamente por no haber podido intervenir hace dos días, y como compensación les armé un regalo. La idea era hacerlo en el jardín, pero con semejante clima en esta época del año es imposible, así que diríjanse a la segunda planta; allí hallarán su recompensa. Que sean felices siempre.

Itachi Uchiha

PD: Yo estoy en otra parte de la aldea, en espera de una persona; no pienso volver sino hasta en unos días, así que no hay problema.

-¿Regalo?- preguntó un tanto incrédulo el rubio, quien leía la nota por encima del hombro de Sasuke. Sasuke sonrió con agradecimiento, cerrando los ojos y presionando la nota contra su pecho. Se volvió hacia Naruto.

-Itachi siente que fue un poco su culpa lo que sucedió- hubo una ligera pausa- pues no pudo intervenir, pero- añadió, más animado- no se que estará tramando Itachi, pero será mejor que vayamos a ver la famosa recompensa que ese baka nos preparó, ¿No crees?

Naruto asintió, pero antes de que Sasuke abriera la puerta, Naruto lo retuvo. Sasuke miró interrogante al rubio, el cual lo miró directo a los ojos, y dijo en un susurro, pero con desición:

-Aquí no hay culpables más que nuestros sentimientos traicioneros. Dile a Itachi cuando regrese que no fue su culpa, ni del ni de nadie más que de los demonios que…

Sasuke posó un dedo en los labios del trigueño, pidiéndole silenciosamente que dejara de hablar; acercó su rostro al de Naruto y le dio un beso corto. Sonrió.

-Dejemos el tema por un momento ¿Quieres? Mejor entremos…- Sasuke tiró de la chapa de la puerta, y un olor a rosas inundó sus fosas nasales. Miró con interrogación al rubio, el cual tenía su misma cara de desconcierto. El pelinegro subió por las escaleras aferrando al rubio, y al llegar al rellano se le fue el aire.

-¿Pero que demonios…?- susurró el rubio, más sorprendido que nunca.
Un pequeño rastro de pétalos de rosas recorría el pasillo que dirigía hacia el baño, hasta el fondo de la casa, mientras un penetrante olor a aceite de esa misma flor reclamaba el ser aspirado por todo ser viviente en esa casa. Una ligera música se escuchaba lejana, y unas cuantas velas iluminaban el oscuro pasillo dando un toque de romanticismo que jamás imaginaron. Sasuke de repente cayó en cuenta de que eran esas cajas con un olor agradable que cargaba su hermano antes de que el saliera de la casa. Se conmovió con el gesto de Itachi, y sonrió enormemente.

Naruto no cabía en si de la sorpresa, pues nunca se hubiese imaginado algo así. Atinó a mirar a Sasuke, el cual estaba sonriente y con la mirada fija en la puerta de adelante. Naruto le apretó más la mano, atrayendo la atención del pelinegro. Dibujó una sonrisa en su rostro.

-Itachi debe pensar que somos unos pervertidos ¿no crees?- dijo con un poco de burla, dando a entender que el también estaba sorprendido. Sasuke no respondió, pero en un movimiento rápido levantó a Naruto de las rodillas y la espalda, cargándolo como si fuese un niño lastimado. Naruto se sorprendió nuevamente.

-¿Pero que crees que haces…?

-Pues Itachi no estaba tan equivocado, ¿Ne, Naru Chan?- susurró Sasuke acercando su rostro al de Naruto, el cual alzó su cara para alcanzar los labios de Sasuke, aferrándose a su cuello para no caer.

No me abandones así
hablando solo de ti

Las mejillas de Naruto se tiñeron en un instante en un rosa carmín, y cerrando los ojos, respondió con dulzura al gesto de su pelinegro. Sasuke aferró más al rubio, avanzando hacia la puerta sin privarse del contacto húmedo que los ardientes labios de Naruto le proporcionaban. Se separó por un momento al llegar a la puerta, para poder abrirla, y el interior lo dejó en un estado de conmoción.

La bañera, llena hasta la mitad de agua tibia, estaba cubierta de más pétalos de rosas, y el agua perfumada les daba un delicioso placer al olerlo. Alrededor de la habitación había miles y miles de velas que prestaban su luz anaranjada a cada rincón del cuarto, iluminando tenuemente los rostros de los dos shinobis. Sasuke depositó a Naruto en el suelo nuevamente, y éste abrazó a su pelinegro por el cuello. Los dos sentían sus alientos agitados golpear en el rostro del otro, prueba de que se estaban excitando con tan espléndido regalo del Uchiha mayor. Sasuke acercó al kitsune hacia si y lo apoyó contra una pared, dando pequeños toques con sus labio húmedos en la base del cuello de Naruto.

Ven y devuélveme al fin
la sonrisa que se fue

-Creo que… Itachi supo bien como elegir… su regalo- añadió Sasuke sin retirarse de esa área, y Naruto solo atinó a gemir suavemente. Tomó la cabeza de Sasuke e hizo presión en ella, animándolo a seguir. Con la voz entrecortada, respondió en una risa ahogada:

-Recuérdame… aaah… agradecérselo… hum… después… ahh…- los gemidos de el rubio iban en aumento mientras el pelinegro bajaba con lentitud con su boca, y además comenzaba a acariciar con sus manos la cintura del kitsune, haciéndolo que se estremeciera. Con una mano en el trasero del rubio y la otra en el cierre de su chaqueta, bajó éste con lentitud, y Naruto lo ayudó a sacarse por si mismo la polera que tenía bajo su clásico chándal naranja.

Una vez más
tocar tu piel

La chaqueta y la polera quedaron olvidadas en el piso, y la lengua ávida de un Sasuke excitado viajaba por los pezones rosados de su koi, el cual a cada momento exhalaba gemidos más fuertes, y comenzaba a impacientarse por tener al pelinegro en si. Había añorado tanto ese toque suave y seductor, esa lengua rosada que lo hacía soñar, y esa mirada oscura que lo había marcado desde el primer momento que vio ternura en ellos. Añoraba demasiado a su Sasuke, y disfrutaría ese momento como jamás lo había hecho en su vida.

-Eres tan… adictivo…- susurró en un gemido ahogado el pelinegro, el cual ya llegaba al ombligo. Naruto se aferraba a la cabeza de éste, y le revolvía los oscuros cabellos con tentación. Sasuke se mordió un labio, y con cuidado bajó el cierre del pantalón color calabaza del trigueño.

Naruto exhaló un grito ahogado al sentir que su longitud era acariciada por encima de su bóxer, y la respiración se le cortó cuando Sasuke lo sacó de su jaula de tela para introducirlo completo a su boca deseosa.

Y hondo suspirar
Recuperemos lo que se ha perdido

El rubio jadeaba. El ir y venir de la rosácea lengua mojando su entrepierna lo enloquecía, haciendo que su rostro quedara abnegado de un sonrojo carmín intenso, y el sudor recorría su frente y su espalda, producto de su pasión.

Sasuke disfrutaba de los gemidos del rubio mientras el lamía con ambición la endurecida entrepierna de su Naruto, gozando su sabor indescriptible después de tanto tiempo…

Naruto sentía que en cualquier momento perdería el control, derramándose en la boca del Uchiha. Éste lo notó, y aminoró las lametadas hacia el miembro de Naruto, el cual gimió, desesperado.

-No me… aaahhh… dejes….ugh… así… ahhhh…- pidió entrecortadamente el rubio, y Sasuke sonrió con suficiencia, parando del todo su acción en la entrepierna del rubio, que se quejó por el repentino detenimiento de Sasuke.

-No seas cruel… Sasuke…- El pelinegro notó la cara escarlata de Naruto, haciendo contraste con los orbes azules y el rubio cabello, y sonrió enormemente, satisfecho de su resultado. Se acercó más a Naruto, y al tocar su piel se percató de que estaba ardiendo.

-Eres… tan provocativo…- gimió el Uchiha en el oído de Naruto, y éste, sin poderse aguantar más el que Sasuke lo torturara así, se abalanzó sobre el, tirándolo al piso en un abrazo fogoso. El rubio sentía que la cabeza le daba vueltas de lo excitado que estaba, y se sentó a horcajadas sobre un Sasuke sorprendido por la repentina fiereza de Naruto. Éste procedió a sacarle la camisa que llevaba con rapidez, desabotonándola con deseo y pasión. Sasuke se dejó dominar en esos momentos, sintiendo la entrepierna del trigueño rozar en la suya por encima de su pantalón, haciendo que también se comenzara a calentar.

Regresa a mi
Quiéreme otra vez

Sasuke echó la cabeza hacia atrás al sentir las yemas de los dedos de Naruto explorar su pecho pálido, suspirando. El rubio se extasiaba ante la visión de su Sasuke con la playera abierta, los ojos cargados de éxtasis y a su completa merced. Se agachó para besar la piel nívea del ojinegro, el cual también comenzó a gemir.

Era extraño que Naruto tomara el control de esos momentos que compartían, pues normalmente era el Uchiha el que llevaba el ritmo.

‘Pero esta ocasión es especial’ pensó Sasuke, sintiendo unos pequeños pero insinuantes mordiscos en la punta de sus pectorales, y se dejó hacer lo que Naruto quisiera. Así se lo había prometido, recordó el Uchiha apoyando sus manos en los rubios cabellos del trigueño para que siguiera, y cumpliría su promesa gustoso.

El trigueño disfrutaba con cada roce ligero que su lengua hacía al pecho que se estremecía bajo sí, y también comenzó a bajar, pensando en darle una cucharada de su propia medicina al pelinegro. Sasuke se percató de las intenciones del kitsune, y sonrió, complacido, dispuesto a recibir su castigo por haber dejado así al rubio.

Borra el dolor
que al irte me dio

Naruto prácticamente le arrancó el pantalón al Uchiha, pero su juego se volvió tentativo, torturador. Con la yema de su dedo índice acariciaba toda la longitud, sin dignarse en aumentar la velocidad o la fuerza, haciendo que el constante roce volviera loco a Sasuke.

-¿Te gusta?- preguntó con un dejo de malignidad el ojiazul, y Sasuke lo miró con un dejo de desesperación e ironía.

-Me estás…ahh… matando…ugh – exclamó Sasuke en un gemido de reproche, y se arqueó cuando el rubio hizo una significativa presión en la base de su miembro.

-Te lo mereces koi… ahora verás lo que es bueno…- Naruto dejó sus caricias tortuosas para bajar el bóxer de su amante y descubrir una entrepierna considerablemente erguida y caliente. El trigueño rió suavemente, y tomando por las caderas a Sasuke bajó su cabeza a la altura de su miembro, y con la punta de su rosada lengua dio un muy suave toque a la cabeza del miembro del Uchiha.

Gritos y gemidos ploriferaban de la boca de Sasuke, mientras el rubio seguía con su labor, probando y saboreando la piel que tanto añoró en esos días de desconsuelo.
Ahí estaban los dos, tirados en el suelo del cuarto de baño de los Uchiha derramando su amor desbordante por todos lados, representado en gemidos ahogados y rubor escarlata.

El ojinegro creyó que no podría más con la placentera sensación del rubio en su entrepierna, y estaba a punto de correrse cuando Naruto se retiró.

Cuando te separaste de mi
Dime que si

-¿Verdad que es desesperante?- susurró con un dejo de crueldad y diversión Naruto al oído de Sasuke, que seguía jadeando por la excitación que le había dejado el ojiazul con sus actos candentes. Le tomó del rostro y lo besó con fuerza, quedándose el sabor suave de la boca de Naruto en los labios sedientos de Sasuke.

-No desperdiciemos lo que Itachi nos preparó con esmero…- susurró el Uchiha, sacándose del todo la ropa que le quedaba e incorporándose ante el deleite del rubio. Sasuke, al ver la expresión de ligero desconcierto del trigueño, que seguía sentado en el suelo, le tendió la mano, sonriendo.

-ven…

Sasuke ayudó a Naruto a levantarse de la loza, y lo abrazó a el como jamás lo había hecho, con esa calidez que lo caracterizaba, la que solo había mostrado a Naruto…

La que solo a su trigueño le daría en toda su vida.

-Te amo Naruto. Jamás te vuelvas a ir de mi lado- le dijo con la voz suave al rubio, aferrándolo por la cintura morena. Podía sentir su calor chocar con su cuerpo, para fundirse en su propia piel y juntos formar una conexión increíble e insuperable.
Naruto sonrió, y se abrazó a Sasuke por el cuello, apoyando su rostro en el pecho de éste. Sentía su esencia a madera que nunca se perdía, su suavidad contra su mejilla y ese mismo calor que los unía más que nada en el mundo.

-Yo también te amo Sasuke, no sabes cuanto…

Yo no quiero llorar
Regresa a mi

Con una seña, Sasuke le indicó que se metieran a la tina de baño, la cual seguía ploriferando sus vapores perfumados que tentarían a cualquiera. Los dos se introdujeron en el agua tibia, sintiendo el calor reconfortarlos y a la vez, incitarlos más a estar juntos.

Sasuke se acercó a Naruto y lo atrajo hacia si, colocándose el detrás de éste, sentado en la bañera, y Naruto delante de el, apoyando su nuca en el pecho de Sasuke, mientras éste le acariciaba los pectorales al rubio.

Naruto sentía como las yemas delicadas de Sasuke viajaban por todo su pecho, tocando y sintiendo cada milímetro de piel, y decidió no quedarse atrás. Alzó los brazos para colocar las manos detrás de la cabeza de Sasuke, y bajando éstas por la nuca se dedicó a besar el cuello del Uchiha.

Ambos sentían cada mínimo roce entre ellos como si fuera el más candente que jamás habían tenido, como si fuese lo último que harían en su vida. Naruto sentía cerca de su cóccix la longitud de Sasuke rozar con ligereza, y percibió la dureza de ésta. No creyó que Sasuke aguantara tanto su excitación, así que dejó su labor por un momento y miró al ojinegro, el cual se sorprendió un poco por la reacción del kitsune.

Extraño el amor que se fue
Extraño la dicha también

-Sasuke… yo, bueno… no creo que tú puedas, ahm…- Naruto se las veía difícil para explicar algo tan vergonzoso, y sus carrillos se tiñeron de un rojo granate. Sasuke miró la cara apenada de Naruto, que desviaba la mirada hacia abajo y no se atrevía a hablar.

De pronto Sasuke entendió, y también sus mejillas se encendieron. La verdad ya se lo imaginaba, pero no creyó que fuese a ser tema de conversación mientras ellos estaban juntos, o a decir verdad si… Sasuke simplemente sonrió a pesar de su sonrojo y le alzó el rostro a Naruto, dirigiendo sus orbes azuladas con una expresión de vergüenza hacia su rostro.

-No te preocupes koi… tengo una mejor idea- se acercó al oído de un rubio curioso, y al oír las palabras insinuadoras de Sasuke casi le da un infarto. Lo que el pelinegro le proponía era algo… como decirlo… ¡Jamás lo había hecho! Miró con cara de susto a Sasuke, y este simplemente rió. Ya se esperaba una reacción así por parte del rubio al proponerle ser éste el que se introdujera en el, no Sasuke en el trigueño.

-pe…pero… ¡Nunca lo hemos hecho así!- decía con la voz ahogada el ojiazul, y su rostro estaba más que encendido. Ahora que lo pensaba, Sasuke jamás había sido penetrado por el kitsune, así que seguía virgen de su entrada el Uchiha. Sasuke lo abrazó, y posando un dedo en los labios de Naruto le habló con calma, y la sonrisa aún presente.

-No te preocupes Naruto, yo te guiaré… quiero ser completamente tuyo.

Quiero que vengas a mí
y me vuelvas a querer

Sasuke hizo que Naruto se volteara hacia si, quedando los dos de frente. Sasuke lo besó para tranquilizarlo un poco, y el roce parecía dar efecto. Sasuke se separó con ligereza de Naruto, y con cuidado le tomó una mano, y comenzó a lamerle dos dedos hasta humedecerlos más de lo que ya estaban. Naruto veía anonado la escena, pues jamás creyó que se encontraría ante tal situación. Cuando Sasuke acabó con su labor, alzó un poco las caderas, y con el rostro más que sonrojado, introdujo uno de ellos en su entrada.

Naruto saltó al oír el ligero quejido por parte del pelinegro, y temió haberlo lastimado.

-¿Sa…Sasuke?- preguntó temeroso Naruto, sintiendo como su dedo penetraba en la entrada de Sasuke y su calidez y estrechez envolverle la extremidad. Sasuke sonrió pero conservó el gesto de ligero dolor.

No puedo más
si tus no estas

-Sigue…Naruto… debes hacerlo con cuidado, recuerda como lo hacía yo…- le dijo el Uchiha, y Naruto, tragando saliva, siguió con lo que Sasuke había empezado. Introdujo un poco más su dedo en la estrecha entrada, y el pelinegro gimió. Naruto recordó que Sasuke siempre hacía círculos con sus dedos, y con el entrecejo fruncido y la determinación en el rostro se dedicó a emular lo que Sasuke había hecho en veces pasadas.

Parecía funcionar. Al poco tiempo, la entrada de Sasuke se sentía más dilatada, y rápidamente, Naruto creyó que era necesario introducir un segundo dedo. Sasuke dio un ligero grito al sentir el segundo dedo incursionar en su cavidad. Era una sensación nueva para el; dolor a la vez que placer.

Naruto seguía dando sus rítmicos movimientos con un poco de temor, pero de pronto Sasuke comenzó también a mover las caderas, buscando más. Naruto se conmocionó ante esto, sabiendo lo que seguía.

-Por favor Naruto… hazlo ya…- habló el pelinegro, con la voz cargada de excitación. Naruto se sonrojó más, pero se acercó a Sasuke, y con el alma en un puño, introdujo un poco su miembro en la calida entrada, retirando los dedos previamente.

Tienes que llegar
Mi vida se apaga
sin ti a mi lado

Sasuke gritó. Era algo inexplicable la sensación que tenía. Un dolor penetrante y un placer desbordante. Pero quería más, simplemente más. Aferró al rubio por la cabeza y lo atrajo más hacia si, introduciendo la longitud en su cavidad.

Naruto sintió que la respiración se le cortaba. Era… delicioso tener esa calidez envolverle la entrepierna. Sencillamente adictivo.

Naruto aferró las caderas de Sasuke, y comenzó a moverse con lentitud, por miedo a lastimar a su koi, pero éste le susurró:

-Estoy bien… ve más rápido si gustas, se siente bien…- gimió Sasuke, y Naruto se avergonzó estrepitosamente, pero le hizo caso.

No me abandones así
hablando solo de ti

Un movimiento armónico se apoderó de los dos, dejándose llevar por los sopores del derredor y la expresión sonrojada del otro, disfrutando cada roce, cada detalle que el uno se daba al otro. Sasuke se sentía por primera vez a la merced de Naruto, y no era algo que le molestara en lo más mínimo; al contrario, podría decirse que lo disfrutaba más que nunca en su vida. Esa sensación de tener el miembro endurecido dentro de el lo excitaba por completo, lo volvía loco, le quitaba la razón…

Naruto se sentía pleno, y comenzó a moverse libremente al oír los gemidos que Sasuke empezaba a profesar de sus labios, pidiendo de manera silenciosa que siguiera con más.
Le agradaba. Le agradaba esa estrechez virgen que ahora era suya; le agradaba ese rostro rojizo que se agitaba frente a sus ojos, esa conexión que se establecía entre los dos…

Devuélveme la pasión de tus brazos
Regresa a mi

Era algo mágico. Irreal. Pero ahí estaba, y los dos sabían que así era.

Naruto sintió de repente deseos de tocar a Sasuke, y así lo hizo. Empezó con sus mejillas escarlata, haciendo que la mirada oscura se posara vaga sobre sus orbes azules, pero siguió su recorrido, pasando por el níveo pecho y el delicioso abdomen. El trigueño se mordió el labio al llegar más abajo, y pronto tuvo entre sus manos la virilidad erguida de Sasuke. Inició acariciando con los dedos muy suavemente, en forma terriblemente suave y ligera, y después resolvió a ir más rápido, cada vez más…

Sasuke exclamó otro grito excitado, pues todo era demasiado para el. Tanta acción, tanta locura en un mismo momento… acabaría por hacerlos llegar al límite en segundos.

Y así fue.

Tras embestidas desesperadas y gemidos ahogados, los dos llegaron juntos al placer inminente que solo podían sentir cuando se tenían cerca. Sasuke sintió que la esencia de Naruto lo llenaba, la cual tocó cierta parte, algún recóndito lugar en su interior que hizo que el también sintiera que se le iba el alma, derramándose en las manos trigueñas del rubio.

Quiéreme otra vez
Borra el dolor

Ambos estaban agotados, pero más satisfechos de si mismos y del otro que nunca. Naruto salió con cuidado de la ya suya entrada de Sasuke, y éste lo abrazó contra su pecho, protector como siempre lo había hecho. Sasuke apoyó su barbilla en los cabellos húmedos de Naruto, cerrando los ojos y sintiendo los aromas de la habitación con un goce indescriptible.

-Ahora si podemos decir que somos el uno del otro, mi Naruto…- musitó momentos después, ya que recuperaron el aliento. Ambos seguían en la bañera, húmedos por los vapores, el agua que les llegaba a la cintura y sus esencias entremezcladas con el líquido que los rodeaba. Naruto alzó un poco el rostro, y solo sonrió antes de besarlo en los labios con una ternura indescriptible, la cual hasta a su destinatario sorprendió, pero aceptó más que satisfecho. Mantuvieron el roce por un tiempo indefinido; quizá fuesen segundos, tal vez minutos; o quizá una eternidad en la que ambos se perdían cada vez que sus pieles se rozaban en un contacto interminable.

Que al irte me dio
cuando te separaste de mí

Cuando se separaron, se abrazaron. Se abrazaron fuerte, sin inhibiciones, incluso más que aquella vez fuera de la Academia, donde se juraron amor eterno por primera vez.

-Te extrañé tanto Sasuke…- mustió el rubio en el oído de el Uchiha, y no pudo evitar que las lágrimas salieran juguetonas por sus orbes color cielo. Sasuke tomó el rostro de su chico y con una sonrisa enorme, con esa ternura que Naruto atesoraba, le retiró las lágrimas, para después besarle de nuevo.

-No vuelvas a llorar Naruto. No quiero verte sufrir jamás, ¿me oyes? Eres lo más importante en mi vida, en mi existencia en esta Tierra, ¿y quien sabe? También tras mi muerte serás mi única razón de haber existido en este lugar. Incluso si muriera, si alguno de los dos muriera, la esencia del otro quedaría grabada en la piel de uno por siempre… - volvió a abrazarlo con fuerza, y con una sonrisa traviesa dijo- ¿O es que no juramos quedarnos el uno con el otro por siempre?

Dime que si
Yo no quiero llorar

-Por supuesto- rió el rubio con ligereza, y se estrechó a Sasuke- tú también… Quédate a mi lado por siempre.

Regresa a mi

- - - -

La fulgurante luna bañaba la aldea escondida de la Hoja con sus reflejos plateados, acompañados de las brillantes y titilantes estrellas que adornaban cada centímetro del infinito firmamento. Era una vista hermosa, y más en aquella noche de frescor, donde el viento apacible se paseaba por las calles, llegando a cada lugar inimaginable de los alrededores.

-Eres una gran persona, Itachi.

Dos personas se hallaban posadas en la cima de las cabezas de los Hokages, donde su majestuosidad no podía pasar desapercibida. Uno de ellos era Itachi, el cual se encontraba de pie, junto a su interlocutor. El mayor de los Uchiha sonrió.

-Se lo merecían, era lo justo ¿no crees?- la persona junto a el sonrió también, y de improvisto se abrazó a la cintura de Itachi por detrás. Éste no replicó.

-¿Sabes? Esos chicos no podían haber hallado mejor ángel de la guarda que tu- susurró al oído del pelinegro, e Itachi cerró los ojos, sintiendo el aliento cálido acariciarle el lóbulo.

-Merecen ser felices, pase lo que pase… y quizá yo también necesite un poco de mi suerte.

Un arrebato, una caricia, un beso… todo en un segundo.

Toda esa magia, esas sonrisas en los labios de los beneficiados esa noche, esas caricias dadas con inocencia y esos roces provocados por el deseo, volaron por todas partes, perdiéndose en esa noche de fulgurante luna y promesas que jamás se permitirían romper jamás.

No nuevamente.


-FIN-


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