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All you need is love por Kunay_dlz

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Notas del capitulo:

He aquí la continuación de esta historia. Como dije, los primeros capítulos están desde el punto de vista de Danny.

 


 


All you need is love


III


Grimmauld Place 12


 


 


 


Tras volar una considerable distancia, mi temperamento se calmó, pensaba en regresar o en buscar otro lugar donde estar por un tiempo cuando Clockwork apareció junto a mí, me comentó de un lugar al que podía ir, me transportó a un lugar en Londres, a las afueras de una casa medio abandonada. Me explicó lo que la casa representaba, me contó de quienes la habitaron y el por qué ahora estaba abandonada. Atravesamos la puerta para entrar, enseguida nos topamos con una extraña criatura de ojos saltones, orejas puntiagudas y en extrañas direcciones, extremidades huesudas y piel rugosa a la vista; los lamentos a gritos de una mujer le siguieron a la criatura, decía ‘insultos’ a magos y brujas de sangre mestiza… y fue con esta mujer con la que Clockwork habló.


La mujer me hizo algunas preguntas y quedó satisfecha con las respuestas, la mujer ordenó a la cosa, al elfo doméstico, servirme y hacer los arreglos para que yo sea nombrado heredero de la casa Black, así como el título y sus pertenencias. Dijo que dispusiera de lo que había en la casa, en especial en la biblioteca y alguno cuartos donde se hacían pócimas y hechizos experimentales, me advirtió que debía ser bien educado, que en la familia Black solo había excelencia. Me dijo que acudiera a ella cuando no entendiera conceptos de los libros, o que podría contratar a alguien.


No negaré que me emocioné, ni siquiera cuestioné a Clockwork lo que pudo decirle al retrato o el motivo, aprender magia era lo que cualquier chico desearía ¿Cierto? Saber que algo con lo que sólo se podía soñar en verdad existía era alucinante. Incluso la emoción me hizo olvidar momentáneamente el amargo sabor del primer encuentro con Harry.


En tan solo los cuatro días que estuve en la casa Black aprendí mucho, aprendí lo necesario y ya iniciaba con las cosas avanzadas, no es que sea un genio, bueno algo, estudiaba convertido en fantasma y con cuatro duplicaciones mías, así abarcaba más conceptos en poco tiempo y al no tener… distracciones… mi concentración duraba más, aprender era relativamente fácil.


El aprendizaje teórico estaba por terminar, lo que seguía era lo práctico, y para ello necesitaba mi propia barita. Se decidió que Kretchcer me guiaría al callejón Diagon, iríamos a Gringgots a arreglar lo de mi ‘nombramiento’ a recibir cuentas de lo mis posesiones y a arreglar lo de mi nombre, Daniel Potter-Black Fenton. Después de eso iría por más libros, por suministros para las pociones y algunas otras cosas tales como ropa, una mascota y lo más importante, mi barita.


Aún no concibo asimilar lo sucedido, lo que hice y acepté hacer al estar con poco control sobre mis sentimientos pero según Clockwork, no había problema, al contrario, sería algo a mi favor.


En Gringgots me encontré con Harry, Dumbledore según recordaba y otro sujeto, un hombre pelirrojo de aspecto amable. Sin embargo, pude sentir que éramos observados por otras tres personas a poca distancia, imaginaba que una de ellas era el hombre que intentaba intimidarme. Entramos con el encargado de mi caso, nos explicó que tanto Harry como yo teníamos derecho a las bóvedas Potter, y a las bóvedas Black, aclaró que como el antiguo sucesor del título Black no lo aceptó y que la dueña de dicho título lo había pasado directamente a mí, sería yo quien lo portara. Así que el cambio de mi nombre se hizo. Se nos leyó las pertenecías, las dividió y se nos entregó lo que a cada uno correspondía. Para nuestra sorpresa, Grimmauld Place venía junto con el título, al recordar la historia de lo sucedido en la casa creí que Harry diría algo pero no lo hizo. Supongo que el recuerdo de Sirius sigue fresco en la memoria de mi hermano… y valla que puedo entender eso.


En cuanto al asunto de las bóvedas Potter, renuncié a todo derecho sobre ellas, quise saber si también podía dejar el apellido pero me fue negado, al igual que el acceso a las bóvedas, me explicaron que… nuestros padres… hicieron tal contrato que no se puede revocar, el contenido se dividirá por partes iguales a excepción de una de ellas en las que hay objetos de valor sentimental. Sólo podríamos tener acceso a ellas hasta tener la mayoría de edad, mientras, se me otorgaría una para uso personal… que no usaré jamás, por supuesto. Creo que dejé más que claro que no aceptaría nada de los Potter.


Al salir de Gringotts el anciano quiso hablar conmigo, me negué. Le dije que sólo hablaría con mi padrino, no hubo necesidad de decirle en dónde localizarme, no después de haber visto a Kreacher. En cambio, Harry no dijo nada… supongo que sigue enfadado con lo de tener a un hermano.


No estaba de humor para nada, le pedí a Kreacher si podía hacer el resto de las compras por mí, asintió y me dijo que solo fuera por la barita… después nos veríamos en casa.


Al obtener la barita, no hice caso a lo que el dueño me decía, preguntaba u otra información que intentaba obtener de mí, la expresión del vendedor parecía en extremo asombrada, mi varita era una mandada a hacer especialmente por un ‘comprador anónimo’ pero que no se la llevó, dijo que alguien vendría y que sería el único que podría manejar tal barita, una hecha con cenizas de cerezo y con un doble núcleo, uno la pluma de fénix color azul y un pelo de thestral. Mientras el vendedor admiraba y no para de hablar sobre las características de la barita, lo inusual y difícil del pedido, lo de un reto formidable y la satisfacción de haber visto al ‘dueño’ de tal barita… yo pensaba en Clockwork, sin duda esto fue pedido de él.


Al llegar a casa me encontré con un hombre vestido completamente de negro, su pelo semilargo llegaba casi a los hombros, sus facciones parecían serias y ariscas, sus ojos negros ocultaban cosas… tal como yo. Sin duda nos llevaríamos bien si él resultaba ser mi padrino.


Nos miramos un rato, como analizando a quien teníamos en frente. Nuestros ojos se conectaron, ninguno de los dos cedió, sentí que algo trataba de entrar a mi mente y supe que era él quien intentaba usar legimentis. Sonreí y le dije que no lo intentara de nuevo.


--No eres tan ignorante. –fue lo que dijo.


--Gracias… padrino. –contesté.


Antes de continuar lo guié hasta al comedor, una ya remodelado, no tan obscuro y sobre todo limpio. Kreacher sirvió té trajo un poco de pastel para cada uno sin necesidad de pedírselo, es alguien muy servicial, no entiendo la mirada que Harry le dedicó cuando nos encontramos más temprano.


--Te dimos por muerto. No hubo rastros, no hubo pistas… Lily era brillante, era de suponer que tenía algún plan para salvarlos. Aunque sólo lo logró contigo. –dijo en lo que interpreté como disculpa y su manera de decir se alegraba de verme.


--Llegué a un buen lugar, parece que Lily… eh… mamá, ya había elegido con quien enviarme. Tuve una vida normal. –dije para asegurarme que lo entendiera.


--Tuviste una buena vida. –su manera de cuestionar me intriga, me agrada.


--Hace un año y medio hubo un accidente en mi casa, mis padres, mi hermana mayor y mis dos mejores amigos murieron. Yo no estaba cerca, me estaba ocupando de ‘ciertos asuntos’. A veces pienso que debí haberme ido con ellos. –dije con honestidad.


--Tu vida es más valiosa de lo que crees. –intentó consolarme.


--Quizá llegue el día en que lo crea, mientras, hay algo en lo que me gustaría tener tu ayuda. –dije para cambiar el tema.


--¿Sin rodeos ni argumentos motivacionales? –inquirió alzando una ceja.


--Sería una pérdida de tiempo ¿No crees? Además, no creo que el contarte mi vida y ponerte al corriente de lo que ahora sé sea lo más entretenido para hacer en este momento. –afirmé.


--¿Por qué están tan seguro que te ayudaré? –preguntó con un aire de arrogancia.


--¿Te negarás? –inquirí.


--¿Qué es en lo que me necesitas? –trataba de obtener información.


--¿Me ayudarás? –insistí.


--Cuéntame, en base a tu plan decidiré ayudarte o no. –seguía firme, sin duda me agrada.


--No diré nada a menos que aceptes ayudarme.


--No estoy para juegos. –dijo ya más serio.


--Entonces no lo hagas. Si en verdad no quieres prestarme tu ayuda podemos hablar de cualquier otra cosa hasta que el tiempo que tengas que pasar aquí se termine. –contesté de igual manera, sigue agradándome… mi padrino.


Sólo levantó una ceja, supuse que era para explicarme, esta vez no me negué.


--El anciano, al que todos los que rodean a Harry siempre buscan su aprobación para hacer o decir algo, tengo la creencia que te envió enseguida para que después le ‘informes’ todo, o lo más relevante que notes en m nueva ‘vida’. Es como si nadie hiciera algo sin comunicárselo primero. Si vemos ‘esta’ guerra en un tablero de ajedrez, el anciano sería el ‘rey’ de la parte blanca, y todos los demás sus alfiles, caballos, torres y peones… sin olvidar a ‘la reina’, en este caso sería Harry, el único que puede enfrentar al otro rey. –dije con franqueza.


--Esa forma de pensar, es, interesante. –dijo mi padrino.


--Antes te dije que ‘viví una vida normal’, pero el concepto de ‘normalidad’ nunca encajó en mi vida. –dije con un poco de melancolía.


--Hay algo que no has dicho. –dijo con lo que podría interpretar como preocupación.


--¿No lo tenemos todos? Siempre hay algo que no queremos decir, algo que solo a ciertas personas les diremos… si logran ganárselo.


--La vida de nadie es normal, tú actúas como si la tuya hubiera sido fácil, sencilla y sin complicaciones. –dijo como recordando las palabras de alguien más.


--No gano nada gritando al mundo mis penas, ya lo hice una vez, repetirlo no tiene caso. –contesté.


--Tienes más neuronas de lo que pensé. –cortó su comentario ahí.


--Dilo, di que ibas a decir. No me molestaré. –le animé a seguir.


--Esa forma de razonar me recuerda a Lily, lástima que sus ojos los tiene otra persona. –completó su frase anterior como tanteando terreno.


No dije nada, no me molesté tal como dije… sólo pensé en el tipo de relación que mi padrino llevara con Harry, en la posible historia de Lily y él. Clockwork me contó poco, solo cosas generales de algunas personas y hechos relevantes en la historia para no estar tan perdido en este mundo, pero nada más.


--Estás molesto. –afirmó mi padrino.


--Pienso en cómo decirte que, por el momento no me apetece hablar de mis padres bilógicos ni tener algo que ver con ellos, me agrada que pueda traerte memorias de uno de ellos pero sólo si son buenas para ti, pienso en que me agrada hablar contigo y, también pienso en cómo debería llamarte. ¿Padrino? ¿Severus? ¿Sev?


--Ni lo intentes muchacho, no abrevies mi nombre. –dijo con una expresión nada placentera.


--Te diré padrino en público, Severus con personas ‘cercanas’ y Sev cuando esté de buenas. –establecí.


--Mocoso… –se quedó dudando.


--Daniel Potter-Black Fenton. Fenton para el mundo muggle, Potter sólo para los que les permita saberlo, Black por adquirir el título, Daniel para formalismos y el resto que no me llame por mi apellido y, Danny para las personas en quien confío. –le di a conocer –Tienes bastante de dónde escoger, por cierto, puedes llamarme Danny.


 


 


>>Continuará...


 

Notas finales:

Gracias por leer.


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