Capítulo 6. Frío y amargo. Parte 1.
**Renji**
Tomo su mano estrechándola con mucho cuidado, su piel es muy suave y sin marcas, sus profundos ojos me calaban hondo, pero por alguna extraña razón sus ojos muestran dolor, Gin lo ha convencido para que venga a trabajar conmigo y me ha convencido a mí para que lo acepte, aunque de todas formas ya lo había aceptado, porque es muy guapo y de mi tipo. Puedo observar como a un lado Aizen nos mira fijamente, casi intenta matarme con la mirada, ¿o intenta matar a Kuchiki Byakuya?
- Renji-kun, eso es algo de lo que no debes preocuparte - Gin me susurra al oído.
- ¿Qué sucedió entre ellos? - pregunto mirando a Byakuya que se dedica a ver un punto fijo en la pared.
- Ellos no se llevan... tan bien.
- ¿Byakuya, trabaja para usted?
- Lo hace, es uno de los mejores.
- ¿Por qué lo trajo?
- Porque así él aprendería un poco de ti, Renji-kun...
Lo que me dice me deja helado y más por su sonrisa ladina. ¿Aprender?, ¿Qué podría Byakuya aprender de mí... de un terapeuta?
- Puede aprender muchas cosas, Abarai-kun.
¡Demonios! ¿Ichimaru Gin, quién eres?
Pasaron algunas horas para que Gin, Aizen y Byakuya, se fueran diciéndome que el segundo iría a trabajar en la noche, él atendería a los clientes y me avisaría si había inconvenientes con los clientes que esperan su turno, y a pesar de que parece que no tengo clientes muy seguido, en realidad si los tengo y mucho, porque yo soy el único terapeuta del sexo en todo Japón, y los "pervertidos" me aman mucho como yo a su dinero.
Bebo un vaso más de sake, sintiendo como todo ese líquido baja por mi garganta haciéndome temblar, es de noche y he dejado ha Byakuya en el local, me he venido a un bar que estaba cerca y he decidido beber un poco. Hoy planeo follar con cualquier chico que esté dispuesto a ser el pasivo, mi trabajo me hace probar de ambos, pero prefiero ser más el que la mete que al que se la meten.
- Un vaso de sake, por favor...
Escucho decir a mi lado, miro a quien se ha sentado casi pegado a mí y quedo asombrado al ver a un hombre muy guapo vestido con una camisa blanca y pantalones negros, su cabello cae sobre su cuello y sus ojos azules me miran confundido.
- ¿Quién eres?
- ¿Eh? - digo impactado por ser tan directo, debí imaginármelo-. Yo soy Abarai Renji...
- Ohhh...
Cogió su vaso y se lo tomó de una sola cuando se lo sirvieron, pidió una botella entera, lo miraba sorprendido porque el hombre parecía querer olvidar algo muy importante y estaba dolido, algo malo le había sucedido y aliviaba su dolor con el sake. Unos minutos después intento hacerlo a un lado ya que está apoyando su cuerpo con el mío, y ligeramente con su mano roza mi polla excitándome, más su rostro sonrojado me hace querer lanzármele encima y follármelo ahí mismo sin importarme las miradas de nadie.
- Esto...
- Fóllame...
Murmura casi gimiendo lo que me enciende y me hace tomarlo de la cintura, pago lo que pedí y lo llevo sosteniéndolo con un brazo alrededor de mi cuello y de su cintura, entro en mi local y veo como Byakuya me mira sorprendido y enseguida se levanta para ayudarme a llevarlo a una de las habitaciones, le pido a Byakuya que salga de la habitación y sus letales ojos grisáceos me fulminan, lo sabe, que abusaré de este hombre aunque se me haya servido en bandeja de plata. Cierro la puerta y camino en su dirección, voy desvistiéndome a medida que avanzo y me subo en cuatro sobre él, está jadeando y su cabello se pega a su hermoso cabello, sus ojos están nublados y sus mejillas sonrojadas, se ve demasiado erótico. Empiezo a quitar su pantalón dejándolo solo con su camisa blanca que va pegándose a su cuerpo, quito sus zapatos y el tiro al suelo.
- Ahhh...
Con mis dedos recorro toda su piel blanca y acerco mi boca a la suya, tal vez era la primera vez que bebía, lo miré fijamente a los ojos y el igual, besé con más ahínco sus labios y con mi otra mano acaricio sus pezones erectos que necesitan atención,
- Ahh Renji... mmhmm...
- ¿Tu nombre? - bajo mi cabeza y beso su cuello dejando pequeñas marcas.
- Ishida... Ryuuken. ahh...
Mis labios atrapan los de Ryuuken llevándolo a un necesitado beso, mis mano bajan hasta su camisa y se lo quito con maestría para evitar separar nuestros labios, el comienza a sentirse caliente y alza sus manos para tocar por encima de la tela de mi polla, baja sus manos a mi entrepierna haciendo que mi erección saltara totalmente dura, se ruboriza por la vista, pero lleva sus manos a esta y la masajea, ganándose varios de mis gemidos de placer. Con mi boca lamo uno de sus pezones, Me detengo y vuelvo a besarlo, corriéndome en sus manos, él mira la sustancia blanquecina caer de su mentón y la traga probando su sabor, agarro su miembro erecto y lo juntó con el mi gran polla, Ryuuken lo entiende y empezamos a frotarnos el uno con el otro, él enrolla sus piernas en mi cintura lo atraigo viéndolo gemir a esta más fuerte al estar a punto de venirse.
- Ahh... Ahhhh... Iss... hin... Ah...
- Ahhh... Ryuuken...
Abro los ojos para mirar a Ryuuken y puedo observar su belleza, su cabello le llega hasta el cuello y se pega en su rostro sudoroso, sus ojos azules se encontraban vidriosos y sus mejillas sonrojadas por lo que hacía, su piel blanca mostraba pequeñas gotas y su perfecto cuerpo delgado le invitaban a tocarlo, para mí Ryuuken era la tentación en persona. Mi mano pronto se vio cubierta de una gran cantidad de semen.
- Hazlo... - Ryuuken me da su permiso.
Con los dedos aún empapados de semen, meto dos dedos suavemente en su interior, se aferra a las sábanas por el dolor que siente, las lágrimas caen de sus hermosos ojos azules, se sorprendió cuando empecé a moverlos en círculos. Reemplazo mis dedos por mi pene erecto, metiéndolo con lentitud y cada vez que entraba más, Ryuuken cerraba sus ojos con fuerza aguantando, al estar todo dentro, esperó a que se acostumbrara y al esperar Ryuuken se giró dejándolo a él sentado.
- ¡Ahh...!
Ryuuken se sentó en él, fui introduciendo mi polla en su interior, apoya sus manos en mis hombros y empieza a subir y a bajar, empalándose todo mi miembro, por sus piernas ahora recorrían varios hilos de semen que me excitaban más al ver que toda polla era succionada por el interior cálido de Ryuuken. Agarro sus caderas y lo ayudo a moverse más rápido en mi miembro, Ryuuken gime entregado al placer y yo gimo ahogadamente. Lo tumbó en la cama y salgo de su interior para volverlo a penetrar salvajemente.
- Ahh... Ryuuken...
- Ahhhh...ahh... ahh... Kurosaki... Isshin... más rápido... ahhh...
Las embestidas se volvieron rápidas y en poco tiempo me vacié completamente dentro de Ryuuken y este mancha m abdomen, respirábamos agitados, mas no nos importaba y nos besaron. Me moví aún dentro de Ryuuken y repito las embestidas, cayendo ambos en el deseo de entregarnos completamente ese día. Ha este hombre frío, ¿qué le sucedió? ¿quién le hizo daño?
Continuará...