Minho se quedaría a cenar con Jonghyun y Key, pues desde su dolorosa ruptura, no había hablado mucho con ellos; extrañamente no había pensado tanto y no se sentía tan deprimido.
Kibum estaba preparando algo de té, para hacer más amena la plática.
- Hyung, ¿cómo te está yendo en la carrera?- preguntó el azabache al de cara de dinosaurio.
- Muy bien, estoy por terminar… me quiero dedicar a la pediatría, por lo que uno de mis profesores me está invitando a hacer mi residencia en el Hospital Central, en el área infantil- dijo con notable orgullo.
- ¡Eso es genial!- respondió el otro- ¿y tú, Key?
- Bueno, como sabes, tengo tu edad, por lo que aún no acabo mis estudios… aun así me pidieron una colección de Otoño-Invierno para exponerla en la Universidad de Artes en Tokio.
- Siempre has sido fashionista… tendrás mucho éxito.
- Minho… ¿cómo vas con lo de…?- pregunto el rubio.
- Kibum…- reprendió Jong.
- No estoy bien… me siento muy dolido… aún no sé por qué me dejó, no me dio ninguna razón y yo…- suspiró.
- Minho… disculpa- susurró Kibum- iré a despertar a Taeminnie, de seguro no ha comido- se puso de pie para luego dirigirse a su habitación.
- ¿Tienen mucho de conocerlo?- preguntó.
- Alrededor de 5 meses… que es cuando sus padres lo instalaron aquí, por ser una zona más cercana a la escuela de Tae.
- ¡¿Están vacacionando desde tanto tiempo?!- gritó sorprendido.
- Minho, cállate.
- Pero si sólo es un niño…
- No soy un niño, estúpido- esa era la voz del menor, ambos mayores lo miraron con sorpresa, estaba abrazado a Kibum, que lo ayudaba a caminar.
- Taemin…- murmuró el azabache, en respuesta sólo obtuvo un chasquido de lengua de parte del castaño.
- Vamos a cenar- ofreció Jong, intentando hacer más ligero el ambiente.
- Si…- contestó Key, guiando al menor a una de las sillas en una sencilla mesa con 4 de ellas.
- No tengo hambre, umma- dijo el menor aún de pie.
- De ninguna manera, Taemin… necesitas comer- el menor negó- Tae…
- Quiero irme- el castaño se alejó del chico de mirada felina y comenzó a dar pasos dificultosos para llegar a la puerta del apartamento e irse.
- Espera, Tae…- habló Jonghyun, el menor bajó la mirada y negó.
- Quiero dormir… tengo sueño y mañana iré a la escuela.
- Taemin, no creo que sea buena idea asistir en ese estado- dijo Minho.
- Me da igual lo que pienses… es mi salud y yo decido.
- Al menos déjame darte una pomada, antiinflamatorios y analgésicos…- el menor asintió. Jonghyun le entregó dos cajas distintas y un pequeño tubo con la pomada- aplica el ungüento cada 8 hrs. Y las tabletas, toma una de cada una cada 12 hrs.
Taemin murmuró un “gracias” y se marchó lo más rápido que pudo.
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Llegar al baño de su departamento fue toda una odisea, sus piernas dolían de los múltiples moretones y sobre todo por los raspones en las rodillas. Una vez en el sitio se desvistió con dificultad y se metió bajo la regadera para ducharse; cuando estuvo listo, caminó hasta su habitación con sólo una toalla alrededor de la cintura. Sus costillas tenían una horrible coloración púrpura… ahora entendía porque le lastimaba tanto el caminar.
Con sumo cuidado se hizo las curaciones y se vistió con un pijama sencilla; se puso de pie y fue hasta la sala/comedor donde se sirvió un vaso con agua e ingirió las tabletas.
El teléfono sonó y de inmediato caminó a contestar.
- Hola.
- Tae~, ¿cómo está el mejor hijo del mundo?- preguntó una voz masculina a la que reconoció como su padre.
- Estoy bien…- susurró conteniendo el nudo en su garganta.
- Hijo…- el castaño sintió los ojos arder… quería que sus padres regresaran pero no quería ser caprichoso.
- Si… t-todo está bien…- murmuró.
- Tu madre y yo volveremos en dos semanas…
- Todo está bien…- se apresuró a decir.
- Tae… Jonghyun-ah me llamó… ¿hay algo que quieras decirme?- el menor tragó profundo antes de responder.
- No ha pasado nada… saluda a mamá de mi parte- se apresuró a colgar la llamada, no podía decirle a su padre que lo golpeaban en la escuela o que estaba tan deprimido que no comía muy bien… y ni hablar de los cortes…
Con lágrimas deslizándose por sus mejillas, se recostó en el sofá… una decisión infantil, pero últimamente lo hacía seguido… de niño, siempre esperaba a sus padres así…
Sin más pensamientos se quedó profundamente dormido…