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Destino por Dark hime

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Notas del capitulo:

Mil gracias a las personitas que han leído la historia! La mento haber tardado pero bueno, aquí esta el siguiente capitulo!

 

Miles de gracias a l arc kyori, hino9494 y a Vi! Por sus comentarios, Muchísimas gracias!!!

Ammm cuando comencé a planear la historia no tenía pensado situarlo en ninguna saga especifica, obvio si algún torneo y la aparición de otros personajes de KOF pero nada especifico, pero desde hace un rato no me dejan las ganas de shipear a Shun´ei con el niño almohada xD, asi que posiblemente aparezcan algo, bueno, si eso pasa se los comentare, sino… quiero que sepan que de todo corazón quería hacer algo de ellos xD. Bueno, espero me dejen sus sugerencias, si quieren que aparezca alguien especifico o algo!

Kyo gustaba de vestir siempre bien, no era como Benimaru que según en sus propias palabras el siempre lucia con estilo, pero al menos se aseguraba de verse muy bien (venga, que con ese cuerpo, que no se le vería bien?), sin embargo si cuando se prepara para ir al concierto de Iori alguien le hubiera dicho en la situación en la que se encontraría en ese momento… en definitiva no lo hubiera creído, pero solo “por si acaso” se hubiera asegurado de usar unos pantalones menos ajustado, porque la desesperación que le causaba el no poder sacar sus llaves del bolsillo, más que por las ganas que tenia de entrar, eran porque pensaba que en cualquier momento Yagami se arrepentiría y se iría del lugar riéndose de lo idiota que había resultado al realmente creer que pasaría la noche con él.

 

Después de que se encontraran en el estacionamiento después del concierto del pelirrojo, y claro después de que Kyo descubriera que Iori sabía que lo seguía a todos sus conciertos, pero sobre todo después de aquel beso… vinieron más, mas apasionados, mas demandantes; Kyo se dejó hacer y sin creer realmente lo que estaba diciendo soltó en un murmullo  un “mi casa no está lejos” se maldijo y deseo haberse mordido la lengua cuando noto la sonrisa  a la vez complacida y a la vez burlona de Yagami, sin embargo al escuchar el sugerente “vamos” que soltó el otro con seguridad ya no le importó tanto. Kyo se separó del pelirrojo dispuesto a subir a la motocicleta, sin embargo, el otro simplemente dio media vuelta y comenzó a caminar, Kyo lo miró confundido ¿qué acaso no había dicho que fueran? O sea si hablaba de los dos, no?, sin embargo las preguntas terminaron cuando Iori se detuvo unos metros más adelante y comenzó a abrir un lujoso automóvil del cual Kyo no recordaba su nombre ni marca pero que estaba seguro de haber visto en una revista como uno de los más costosos en la actualidad, la idea de que o bien Iori debía recibir mucho dinero por su banda o que bien el pelirrojo prefería gastar el dinero de su familia en cosas muy diferentes en las que el hacía le tomo más tiempo del necesario lo cual noto hasta que la mirada irritada de Iori le indico que no tenía pensado esperarlo más tiempo, el castaño se hubiera tardado otro rato pensando en si en verdad Iori esperaba que dejara ahí su amada motocicleta como si nada, sin embargo al ver al Yagami subir al auto y cerrar la puerta con fuerza lo único que hizo fue correr y sentirse aliviado de ver que en verdad la puerta del copiloto se encontraba abierta, se subió y no dijo nada.

 

Que Iori besara su cuello de esa forma no le ayudaba en lo más mínimo a conseguir dar con las llaves de su departamento, sin embargo cuando al fin logró terminar su tarea y conseguía abrir la puerta lo sintió como un triunfo personal, abrió apresurado y como buscando evitar su escape, tomo a Iori de la gabardina que según él ya comenzaba a estorbar y lo introdujo, de forma hábil prendió la luz y cuando ambos se separaron para tomar algo de aire, se sintió realmente avergonzado de que su departamento se encontrara de cabeza, tal vez no le hubiera importado del todo si no hubiera visto a Yagami mirar con desaprobación el lugar, tal como le había dicho Yuki, era un desastre, tal vez debía escucharla más… de golpe, se pararon sus pensamientos y se reprochó estar recordando que había terminado con la chica en ese momento, y se maldijo repetidamente ¿en verdad tenía que estarse sintiendo culpable en ese preciso momento? Por dios! Tenía a la razón de sus incontables noches sin sueño frente a él esperando llegar más lejos y el tenía que preocuparse por si había sido muy rudo al dejar a su ex novia, tal vez por pensar que horas antes la había corrido de su hogar a ella y ahora a quien dejaba pasar era a su enemigo jurado de hace años ¿a caso era idiota, por qué dejaba que se arruinara el momento?

 

El heredero del clan de la Luna sin duda no era nada de lo que su familia había esperado que fuera, por un lado sus habilidades, su fuerza y su control con el fuego de la familia habían sido las mejores nunca antes vistas, sin embargo, por otro lado, a Iori estaba claro que también nunca le había importado la historia familiar, guerras milenarias, traición, un destino marcado a matar a los miembros de otro clan, eso a Iori le salía sobrando”que dramáticos” solía pensar cuando escuchaba a su familia hablar sobre ello, cuando era niño no hubo problema, porque aun cuando desde ese entonces no le importaba, su padre podía controlar la vida del heredero, entrenar hasta sangrar y más de una vez desear estar muerto fue parte de la infancia del pelirrojo, aun en parte de su adolescencia, por eso cuando su padre –y el mismos- creyeron que ya era hora se había dirigido a matar al Kusanagi, entro al torneo jurando que matar al castaño sería una tarea fácil y así por fin podría librarse de su padre, sin embargo no resultó como esperaba y peor aún, año tras año era lo mismo, a un loco se le ocurría que quería gobernar el mundo o de buenas a primeras alguien aún más idiota deseaba despertar algún dios malévolo y él tenía que terminar ayudando a Kyo para que todo se solucionara… ok, justificaba nunca haber derrotado al castaño en los torneos, porque venga, después de luchar contra un dios, no te quedan fuerzas ni nada, ¿cómo realmente podría intentar matar al otro de forma seria?

Por eso después de ello se encontró buscándolo y siguiéndolo en todos lados, irrumpía en la vida de Kyo en momentos inesperados y peleaban hasta que ninguno podía más o algo ocurría y nada concluía, por lo que un día después de escuchar los reproches de su padre sobre cómo era posible que el heredero de la familia fuera un fracaso, se encontró haciendo sus maletas mientras pensaba que él en realidad ni si quiera quería matar a Kyo, lo aceptaba, lo detestaba más bien por su arrogante y creída forma de ser, pero no el odio que supuestamente debía sentir por ser miembro del clan del sol, odiaba que sonriera con descaro cuando todos creían que él era el salvador del mundo cada torneo, que se comportara como un niño malcriado y  odiaba que el mismo supiera que “ese” Kyo lucia completamente falso, falso a diferencia de cuando peleaban, porque en sus encuentros Kyo era otro, sus ojos brillaban y su sonrisa al conseguir golpear a Iori era sincera, “ese” otro Kyo era el que le gustaba; y ese pensamiento fue el que le bastó para terminar de hacer su maleta y dejar la mansión de los Yagami, él no iba a seguir con ese estúpido destino de odio, pero tampoco estaba a gusto sintiendo que se comenzaba a volver loco pensando en que Kyo le gustaba, así que simplemente se alejó, nunca más lo buscaría se había dicho y continuo su vida dedicándose esta vez por completo a su banda, con lo que sus compañeros de la misma se sintieron animados al tenerlo de tiempo completo para seguir haciendo música.

Sin embargo lo que Iori pensó que resultaría fácil en realidad no lo fue, si bien amaba la música primero sintió que algo le faltaba, Kusanagi le faltaba, siguió con su hipótesis de estarse volviendo loco sobre todo cuando de pronto, en uno de sus conciertos lo sintió, era la presencia del menor de los Kusanagi, siguió cantando y tocando, pero le busco con la mirada y cuando al fin lo encontró, muy a lo lejos, primero creyó que su mente lo estaba bromando, pero no, eso se repitió en todos sus conciertos siguientes. El saberse seguido por Kyo lo hacía sentir extraño, no por ello mal… solo extraño al grado de componer una canción pensando en él y cantarla en su siguiente concierto complacido de que efectivamente el castaño se encontraba entre el público.  El último concierto del año de su banda en Japón estaba cerca y no podía evitar sentir incertidumbre, cambiarían de continente y realmente no esperaba que su rival fuera a seguirlo también a Inglaterra, así que lo decidió, esa vez lo encararía.

Pensó en burlarse de la cara Kyo cuando le dijese que sabía que lo seguía a todos lados y esperaba una pelea, una buena, como en los viejos tiempos, esperaba sentirse vivo mientras sus llamas chocaban, lo que no espero fue que el momento en que verdad se sintió más vivo fue al besar los labios de Kyo.

El castaño se había vuelto atrevido y posesivo, invitándolo a su departamento a sabiendas de lo que eso significaba, besándolo con urgencia, pero no de forma delicada, eso lo excitaba y de pronto recordó esas viejas palabras “el Kyo que le gustaba” justo en ese momento no le molestaba en realidad sentirse atraído por Kyo y pensaba que al otro tampoco le molestaba, hasta que al entrar al departamento el propio castaño comenzó a hacer una cara como si en verdad estuviera a punto de hacer algo terrible “la estúpida esa” pensó el pelirrojo sin importarle recordar el nombre de Yuki, como si supiera que el otro se debatía entre si engañar o no a su novia pero sobre todo molesto de molestarse por ello… a Iori efectivamente no le gustaban las cosas tiernas, pero venga que tampoco iba a violar a nadie, además ahora estaba seguro de que Kyo tenía un poder aún más peligroso que su fuego escarlata y ese era quitarle con sus expresiones lo excitante al momento. Bufó y se molestó más porque el otro pareció ni haberlo escuchado, tomo su gabardina que hacía apenas un momento el otro le había quitado ¿no se pudo haber quedado como en ese momento?

-Iori?- preguntó Kyo cuando al fin noto que el otro estaba dispuesto a irse y de nuevo deseo haberse mordido la lengua para que su voz no sonara preocupado, el pelirrojo le miro un momento –pensé que…- aprovecho para decir pero se avergonzó de lo que iba a decir, Iori aun lo miro  y sonrió con descaro molestando a Kyo, ¿en serio? ¿ese era el momento en que se burlaba y lo dejaba ahí parado?

-lo siento…Kyo-habló con la misma familiaridad que el otro le había hablado- pero no me gustan los niños que no saben lo que quieren- Kyo se molestó porque lo estuviera subestimando pero también le tranquilizo que al final eso no era una burla, en realidad Iori sonaba decepcionado, entonces eso significaba que no era que lo rechazara

-yo no soy un niño- dijo con fingida molestia en su voz

-ah, no

-no, y si se lo que quiero- Iori de nuevo sonrió y esa fue una clase de señal para que Kyo cortara la distancia y de nuevo lo besara, al diablo lo que Kyo había estado pensando, en realidad teniendo los labios de Yagami correspondiéndole y besándolo de esa forma ya ni si quiera recordaba en primer lugar por qué habían dejado de besarse.

 

La cama de Kyo era grande pero ellos no requerían gran espacio al estar el pelirrojo arriba del castaño, de a poco (no tan poco) fueron quedando sin ropa, la temperatura ahora era más elevada y las caricias más desesperadas, Kyo gemía en el oído de Iori mientras este lo masturba, Kyo también lo toco haciendo que el más alto buscara mayor contacto.

Ninguno tenía que ser un genio para saber que tenía que pasar para que pudieran llegar hasta el final por eso cuando Iori abrió las piernas de Kyo y comenzó a trabajar en su entrada a Kyo no le sorprendió del todo, como si el pelirrojo en verdad estuviera dispuesto a ser el que “ recibiera”, no se lo imaginaba de esa forma y ni al mismo se imaginaba permitiendo que el pelirrojo le hiciera eso, y tal vez si no estuviera tan excitado y Iori no estuviera haciendo tan buen trabajo realmente no lo estaría permitiendo “maldito” soltó como resignado y se dejó llevar por lo placentero… doloroso cuando ya no fueron los dedos de Iori, si muy doloroso, pero no le iba a dar el gusto al otro de decirle que parara, mucho mementos de reconocer que dolía, por eso aguanto hasta que dejo de doler y comenzó a sentirse bien… muy bien, sobre todo porque tal vez al saber del dolor del castaño el pelirrojo le había distraído masturbándole de una forma tan increíble que las sensaciones ya eran confusas hasta que solo fueron placenteras

 

Ambos habían terminado, no juntos como en las películas, pero no por eso no fue genial, se dejaron caer en el colchón recuperando el aliento, ninguno dijo nada, ninguno era una chica necesitando palabras de amor, sin embargo Iori abrazo a Kyo hacia el consiguiendo dejar a ambos más satisfechos, luego un corto beso y después, el sueño.

Notas finales:

Mil gracias!


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