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Destino por Dark hime

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Notas del capitulo:

Hola!!!

La verdad es que continuar con este fic lo veía complicado pero me siento muy feliz de hacerlo, porque la verdad me da tanta pena el haber subido hace tanto el capítulo anterior y lo siento mucho por las personitas bellas que dejaron su comentario y no cumplí continuando.

Mil gracias a:

L arc kyori, hino9494, Dante hassler, BD!

Mil mil gracias y mil gracias desde ya por leer.

Espero actualizar un capítulo por semana, y si quieren leer algo especifico, estoy a sus órdenes.

El sol entró por la ventana molestando a Kyo quien únicamente se quejó;  le dolía el cuerpo, la cadera y sentía como si le hubieran mordido el cuello… se paró de golpe aun con el dolor al recordar la noche anterior, como lo esperaba Iori ya no estaba, se dejó caer nuevamente en el colchón, pero nuevamente se levantó, algo ansioso salió de su habitación; el baño, la pequeña cocina, la sala donde ya no estaba la gabardina que le había quitado desesperado a Yagami la noche anterior, se dejó caer en el sillón y de nuevo sintió el dolor en la cadera pero realmente no le dio importancia, con las palmas de sus manos apretó sus ojos, había algo que le dolía más que el cuerpo.

 

 

El edificio era de lo más elegante, ventanales grandes, de lo más moderno y por dentro todos los muebles en un increíble diseño. Iori entró vestido completamente de negro, su cabello aun parecía mojado, Hector lo miró feliz, durante todo su tiempo de ser su representante nunca lo había visto llegar temprano. Haru y D.J lo saludaron animado, él solo movió la cabeza, como si también les saludara.

-oh! Que raro, hoy vienes de buenas- dijo en tono gracioso el pelinaranja, Iori rodo los ojos, solo entonces vio a Damian que permanecía mirando por la ventana, sus ojos no se veían por el cristal oscuro de sus lentes, cuando notó que no se le encimo, Iori recordó que le había dicho que lo vería por la noche. Realmente no le importó.

-Bien, comencemos con la reunión- habló el dueño de la disquera al entrar en la sala de juntas.

 

 

Kyo salió de la ducha, se miró en el espejo del baño y suspiró cansado al ver las marcas en su cuello, ese idiota lo dejaba todo marcado y después se iba como si nada, quiso golpear el espejo pero se sentía más cansado que enojado, se puso unos pantalones y una playera blanca, estaba por tirarse en la cama, no quería saber nada, aun después de los 5 mensajes de Benimaru de querer verse, pero sonó el timbre, suspiro, ya escuchaba la voz de su rubio amigo quejándose de no haberle contestado

-tan desesperado como…- sus palabras se cortaron cuando noto que no era Benimaru. Una bella chica de cabello negro, vestida en un elegante traje sastre del mismo color lo miraba con una expresión indescifrable, tras ella se encontraba un hombre de altura similar a la de Kyo, con un traje parecido al de la mujer.

-Es un gusto- dijo ahora de manera amable y servicial mientras hacia una pequeña reverencia- el señor Yagami, pidió le entregáramos a salvo su motocicleta- finalizó mientras le extendía las llaves, él la miró sorprendido, pero enseguida recordó que la noche anterior había dejado las llaves pegadas al salir corriendo para subirse en el auto del pelirrojo.

-oh…gracias- no sabía que más decir

-también pidió le entregara esto- una pequeña tarjeta en negro, con letras plateadas al igual que una media luna característica de la familia -justo ahora el señor Yagami se encuentra en una reunión de trabajo pero dijo que después de las 3 de la tarde cualquier hora en la que desee visitarlo estará bien- Kyo observo que se trataba de la dirección que seguramente sería del pelirrojo, y en verdad quiso pellizcarse para saber si era solo un sueño – con su perimo- finalizo y con otra reverencia se fue seguida del otro hombre. Se sentó en el sofá, tenía sentimientos encontrados, por un lado, sentía que no simplemente lo habían dejado botado, sin embargo… había tantas otras cosas.

El timbre sonó casi enseguida, esta ocasión si era Benimaru, estaba acompañado de Shingo y solo hasta que Kyo notó sus extrañas miradas recordó las marcas en su cuello, rápido dejándolos entrar tomó la toalla con la que antes se había secado el cabello y la coloco en sus hombros como para evitar mojarse, más bien para cubrirlas.

-estabas ocupado ayer, eh? - dijo casi sin saber cómo comenzar Benimaru, él otro pareció no entender -te llame varias veces

-Kusanagi-san, se encuentra bien? - preguntó realmente preocupado el menor

-eh, si, es solo que…-no sabía que decir- bueno salí a tomar aire, ya sabes a despejarme

-seguro fue necesario, Yuki me llamó- de nuevo esa cara sin entender y Benimaru en lugar de molestarse supo que lo que había estado pensando era verdad- terminaron, no?- Kyo pareció recordarlo como sintiéndose mal y Shingo se sorprendió al no tener idea

-Ella está bien?- Preguntó con verdadero interés Kyo

-pues me llamó llorando porque su prometido la engañaba con otra mujer y termino su relación, la cual por cierto había pasado por pruebas tan grandes como que un dios quisiera sacrificarla, así que si tomas en cuenta eso, pues… yo diría que no- dijo como si hubiera posibilidades de restarle importancia. Yabuki, simplemente los miró preocupado, Kyo no podría ser tan cruel con su prometida, si había terminado con el compromiso seguro había una buena razón.

-no hay otra mujer- dijo cansado, pero aguantando las ganas de tocar las marcas en su cuerpo como recordando el contacto con Yagami.

 

 

La luna se encontraba en lo alto del cielo, oscuro, con destellos de luz no solo de la luna, sino también, de las estrellas. Iori miraba por el gran ventanal, el vaso en su mano tenía hielos, pero no se identificaba su contenido, la puerta al abrirse hizo muy poco ruido, pero igual sonrió.

-Te diré la verdad…Espere que no vinieras, pero no que te fueras a hacer el importante- dijo aun mirando por la ventana. Kyo entendió que hablaba de la hora

-Yo… tuve algo que hacer- dijo al pensar que termino saliendo a comer con sus amigos, aun cuando él realmente no quería del todo. El pelirrojo no hizo caso, solo entonces volteo a mirar al castaño

- ¿Qué quieres beber? - preguntó tranquilo, Kyo se sintió raro, Iori nunca lo había tratado de esa forma, ni si quiera cuando había terminado trabajando juntos o haciendo equipo.

-yo… lo que estés bebiendo esta bien- dijo poco seguro, Iori paso junto a el y de una pequeña mesa tomo un vaso y le sirvió, después se lo entrego, mientras le hacia una seña de que se acercara junto con él, nuevamente al ventanal

-emmm- gracias por enviarme la motocicleta- dijo sin saber del todo que decir, Iori seguía sin parecer estar interesado Kyo comenzaba a sentirse molesto

-¿Te arrepientes?- preguntó de forma sorpresiva y toda la molestia de Kyo desapareció enseguida. Iori dejo el vaso en otra mesa cercana, sus ojos fijos no presentaban rastro de la furia de costumbre, era distinto.

-¡no!- contestó enseguida y se sintió mal por parecer una chica enamorada, pero dejo de importarle cuando le miro de una forma aun mas especial. Con una mano el pelirrojo le quito el vaso y lo dejo junto al propio mientras con la otra acariciaba su mejilla

-Creo que en el fondo siempre supe que terminaríamos de este modo... por eso regresábamos el uno al otro... siempre fue nuestro destino. Ahora entiendo la verdad de este sentimiento al mirar tus ojos- dijo finalmente Iori con un tono de voz completamente honesto, para después besar a Kyo únicamente teniendo como fondo la luna tras el ventanal.

Notas finales:

Gracias!!!


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