Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Seductora venganza por Chiaki28

[Reviews - 225]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola chicos! *-*

Les traje un nuevo capítulo con una pequeña explicación en la parte del final por si las cosas se ven un tanto confusas.

Jake Wang, linda el capitulo te lo escribi a ti porque enserio te eche de menos, espero que sea de tu agrado, es uno con bastante relevancia.

Espero que les guste <3 <3

Ritsu Pov

Lo he perdido todo en esta sangrienta batalla; mi imagen se ha distorsionado en el espejo para que abandone la percepción y se escurran mis colores, mis memorias se han cristalizado para desaparecer con las lágrimas de un llanto que no desea cesar, los fragmentos de mi lacerado corazón tan solo se incrustan en mi pecho con cada respiración con la que me continuó alimentando; esto es demasiado; el dolor no se compara con lo que pasé en la escuela segundaría, es como sí esos dos hubieran inyectado concreto en mis venas privándome de huir mientras me escupen en la cara camino al infierno.

“Cálmate Ritsu” Me dije a mi mismo observando con la mirada empañada la rayada puerta del cubículo del baño en donde me había encerrado, subiendo mis piernas hacia la tapa para ocultar entre mis rodillas mi rostro.

¡Mierda! Me da rabia ser tan débil, ser incapaz de confrontar mi trabajo y a diario verme obligado a revisar sus hipócritas novelas sin que el asco y la frustración me carcoman con esas páginas goteando engaños; me siento como un imbécil, como un mocoso ingenuo cuyas esperanzas tomaron entre sus garras para hacerlas polvo frente a mis ojos sin que pudiera hacer más que llorar; todo el estómago se me inunda de basura al recordar la discusión de esos dos; el revivir ambas miradas.

“No te le acerques, él tiene fama de abusivo, de seguro va a posar sus ojos en ti al ver lo flacucho que estas” Esas frases que al comienzo me parecieron dulces y tiernas.

“Los dos estamos metidos en esto, no dejaré que nada te pasé” Esas cínicas sonrisas quemadas en mi mente cual tortuosos grilletes.

“Soy tu mejor amigo, es mi deber convertirme en tu héroe” Esos besos en la frente, esos abrazos de confort en medio de una desamparada noche “Yo te sostendré, ya no llores” Como se aferró a mi cuerpo cuando yo perdía todas las fuerzas; mentiras, bazofias, hipocresías; ese idiota me mancho con sus engaños, me uso, soy inservible.

Presioné mis pestañas conteniendo el desesperado grito que ansiaba poder escapar de mi garganta, ¿Por qué este dolor no quiere cesar? ¿Por qué diablos no me puedo dejar de lamentar? Por eso los demás dicen que soy un inútil, ni siquiera puedo entregar los reportes que me tocan revisar de Akihiko con este descubrimiento, ya no puedo dormir, no quiero comer, no quiero nada más que ahogarme con mis lamentos, porque todo lo que viví y lo que conocí no es más que una farsa actuada. Ya no sé ni quien soy.

Estoy tan solo; apreté mis puños sobre el pantalón de mis rodillas limpiándome la nariz con el mismo al rasparla por la tela, me profeso desamparado, olvidado por quienes alguna vez me sonrieron, quebrado, indefenso, estoy cayendo, estoy a punto de aterrizar y no tengo quien sostenga mi mano; por favor ayuda.

“¡Solo déjame en paz!” Las risas, las burlas, esas altaneras bromas, las ansias por esconderme en una caverna de la cual jamás me permitieran salir, yo las estoy reviviendo, nunca superé esto, no puedo salir, jamás podre dejar de ser Oda sin importar cuanto lo pretenda.

Aún tengo miedo, aun me escondo entre las sabanas rogando porque la noche no se terminé.

Me limpié con la mano mis húmedas mejillas, acaricié con el costado de mis dedos mi nariz al percibir un potente dolor por culpa de lo reseca que está se encontraba, pasé una espesa y asquerosa bola de saliva tratando de calmarme.

No puedo seguir así, me van a despedir y todos mis méritos se esfumaran entre mis dedos sin que sea capaz de salvarme si continuó con estos ataques de pánico repentinos; yo necesito superarlo, dejarlo ir, no obstante, el pasado parece tenerme atado con una cadena en el cuello que me consume, que me agobia y se deleita con esas expresiones.

Antes de que me pudiera volver a mover unos pasos congelaron mi accionar, con nervios baje los pies del cubículo para evitar preguntas incomodas y me limite a escuchar inmóvil esa casual conversación; solo supéralo.

“Al final solo fue un fiasco” La puerta crujió junto con un par de pasos, mis piernas temblaron nerviosas al estar expuesto “Aunque para serte franco no esperaba mucho más”

“Debe ser bastante sencillo ganárselo todo por el apellido, si mi padre fuera director y me nombrará editor en jefe yo sí haría un buen trabajo” Abrí la boca perdiendo el aire al reconocer la voz de uno de mis subordinados “Onodera tuvo suerte de nacer en cuna de oro, siempre la ha tenido sencilla, no conoce el valor de las cosas”

“¿No lo sabes?” Mi rostro ardió por la vergüenza y la frustración “Ni siquiera es su hijo biológico, fue adoptado cuando era un adolescente” Su risa burlona me fastidio; otra vez no.

“Mucho más sencillo” Apoyé mi mano en mi frente limpiándome el sudor que corría por esta, tratando de calmar mi cólera con una mínima muestra de calor “Solo debe pretender amar a ese anciano para quedarse con la fortuna” El ruido del agua corriendo me mantuvo despierto en aquel insufrible trance.

“No seas pesado” Le pidió mi empleado más antiguo con una tonalidad burlona “No me importa que Onodera sea mi jefe con tal que haga las cosas bien, pero él últimamente está haciendo las cosas peor que el novato que entró; ¿Cómo se llama?”

“Takano” Cuando su nombre fue invocado no hice más que presionar mi mandíbula hasta deformarla “Sí, él salió como el mejor de su generación, es bastante competente aunque sea un petulante antisocial”

“¿Qué se le hace? No le puedes agradar a todo el mundo” El ruido del secador de manos me indico su salida.

“¿Crees que nuestro editor a cargo se enfade si nos vamos más temprano?” Cuando la puerta volvió a crujir no escuche más.

Sin importar cuantos años pasen, sin importar lo mucho que estudié para ser mejor, las conexiones que pretenda entablar, los méritos que gané, las heridas que me haga, nunca me van a respetar, porque sigo siendo el mismo nerd asustado quien alzaba la mano en medio de la clase de cálculo cuando todos estaban pendientes de la fiesta a la que iban a asistir, la diferencia es que ahora, en esos recuerdos sé que Akihiko no yace sentado al lado de mi banco con una protectora mano sobre mi hombro, no, él ahora se encuentra con Takano riéndose de mí, moviéndome como una pieza.

Me paré de la tapa del baño para abrir la puerta del cubículo arrastrándome hacia el espejo. Con las cejas arrugadas observe mi deplorable apariencia, mis irritados ojos, mis resecos labios, mi manchada camisa, tomé un suspiro de aire antes de dar la llave para mojarme el rostro y el cabello tratando de ponerme una pulcra máscara de mentiras.

“Solo quiero que alguien me salve” Musite apreciando como ese reflejo se esfumaba al frente de mis cansadas orbes para crear la imagen de un joven y destrozado castaño con un desgarrado uniforme escolar “Solo quería que alguien llegará” Me repitió el más bajo limpiándose la cara con su gigantesca manga; ese alguien no llegó.

“¿Qué hago para dejarte ir?” Me pregunté a mí mismo como sí esté me pudiera responder “¿Qué hago para que el dolor se vaya?” El muchacho de quince años me sonrió con serenidad.

“Deja de odiar” Mis piernas se estremecieron cuando por fin me decidí a contestar aquello “Y atrévete a perdonarte, empieza a amarte” Negué con la cabeza sacando su imagen de mi reflejo, volviendo a ver al mismo penoso adulto destrozado por un drama escolar.

“Debo volver al trabajo” Me dije con falsos ánimos agitando mis manos cerca de mis ojos para que la hinchazón disminuyera; no permitiré que las cosas me sigan alterando, no puedo volver a esa vieja historia de cajón.

Sin alzar la cabeza ni dignarme a ver a mis molestos subordinados me senté en mi escritorio apretando entre mis manos el manuscrito que tenía del peli plata, mordiéndome la lengua con potencia al reencontrarme con esas irreales líneas.

“Nunca lo pude querer porque él era un hombre de corazón traidor, él jamás me perteneció porque su devoción se esfumo con alguien más, dejo que mi lugar lo reemplazara un hipócrita y mis emociones las robara un ladrón, por eso cuando ambos nos confrontamos cara a cara frente a la muerte y con sus lindos y seductores labios me rogo salvarlo no hice más que soltar su mano y permitir que su destino se cumpliera destrozando su cuerpo en ese abismo de maldad.

No valía la pena rescatar a una escoria como la fue él, al final había tomado el control de mi venganza”

Al haber leído esos párrafos hace un par de horas estallé en plena jornada y me vi en la necesidad de ir a sollozar oculto en el baño; es insólito que me quiera echar la culpa hasta en sus novelas para quedarse con la pretenciosa imagen de héroe cuando él único farsante era él, hay personas que jamás cambian, cobardes que nunca lo admiten.

Ignorando el poco profesional contenido de ese texto me limite a corregir con un plumón rojo la redacción y la ortografía de esas orbes violetas, a remarcar las emociones que deben reflejar los protagónicos y anotar a un costado de la hoja un desenlace con mayor impacto para el lector.

Aunque nosotros ya no seamos amigos él sigue siendo el escritor que se encuentra bajo mi cargo, al menos debo ser capaz de terminar este trabajo con él o le estaré dando la razón a esos patanes insensibles bajo mi cuidado.

No me importó cuanto tiempo invertí revisando esa novela, tan solo destaque con distintos plumones los últimos detalles a afinar para esa saga de misterio y drama por la que tan emocionado se encontraba hace un par de semanas. Pronto mis hombros me comenzaron a pesar al haber estado en la misma posición durante largas horas, las manos me dolían por mi extensa escritura mientras mi cansada vista batallaba por mantenerse despierta en medio de las luces del atardecer.

Cuando una cálida y familiar mano se posó al lado de mi cuello acariciándome con una incontenible nostalgia; el instante en que su varonil aroma a menta y café inundo mis pulmones mientras una inconfundible sensación electrizaba hasta el último poro de mi piel mis rotas defensas se alzaron intentando protegerme de una tragedia.

“¿Qué es lo que estás haciendo acá?” No me digne a elevar el mentón sabiendo que sus ojos me desarmarían “Pensé haberte explicado que te quería tener bien lejos”

“No me puedes seguir evitando” Su áspera voz acarició mi oreja logrando que temblará y enrojeciera “Ritsu por favor, he tratado de hablar esto contigo más de una semana pero solo desapareces”

“Takano limítate a enviarme tus avances y ya” Se lo suplique siendo incapaz de apartarlo cuando sus manos acunaron mis mejillas para darme vueltas en la silla “Déjame en paz”

“Te dije que no estaba dispuesto a perderte, al menos permíteme aclarar las cosas” Golpeé su palma consiguiendo mi libertad, con el ceño tenso y una magistral actuación continúe.

“No quiero que me toques o las personas comenzaran a sospechar de la mísera relación que llevamos, no quiero que te acerques, que me mires, que me busques, no quiero nada de ti” Sus cejas se arquearon enseñándome la primera expresión de disgusto que había esbozado en años.

“No me provoques así” Me lo advirtió presionando ambas hileras de dientes, gruñendo por un quejido de garganta.

“Me desagradas” Continúe “Ambiciono que te vayas lo más lejos que puedas y jamás me vuelvas a ver” El azabache con los músculos rígidos tomó mi muñeca tirándome con brusquedad de la silla para jalarme hacia el armario de copias omitiendo mis reclamos.

Mi corazón salto con pánico cuando él cerró la puerta con llave para después acorralarme en contra de la gigantesca y caliente máquina de impresión; esas gentiles y amorosas orbes ahora parecían desprender veneno y rencor; solo sé romper lo que me rodea.

“Comprendo que estés dolido con todo lo que has pasado pero esa no es razón para andar tratando al resto como se te dé la gana, no seas egoísta, te has portado muy injusto conmigo al evitarme” Reí con ironía negando la cabeza; percibiendo como un sinfín de dolorosas emociones estallaban en mi interior rebalsando mi paciencia.

“¿Egoísta yo?” Le pregunte alzando una ceja con indignación “Perdón si te bajó de tu estúpido pedestal al no ser capaz de ver tus generosos motivos para hacerme la vida imposible” Su boca se desgastó “Perdóname por siempre ser el malo de tu frágil narración”

“No es eso lo que quise” No le permití seguir.

“Todo el tiempo velas por escuchar el lado que te conviene, sin importar mis emociones vas a quedar como el propio protagónico de la historia y a mí me vas a dejar como el villano” Me crucé los brazos con frustración sobre el pecho “¿Qué se supone que estas tratando de actuar ahora? ¿El novio dolido siendo ignorado por su malvada pareja?”

“No lo digas así” Lo aparté de golpe antes de que me pudiera tocar.

“No quiero nada con un abusivo como tú, un hombre sin emociones, ni compasión” No me di cuenta de la gravedad en mis declaraciones hasta que choqué con su opaca expresión “Personas como tú solo son una plaga en la vida de los demás, nunca debiste haber llegado a la mía, yo te detesto” Él con frustración agarro mi muñeca privándome de las palabras al ser testigo de esos desesperados gestos de amor.

“¡Lo sé!” Grito iracundo “Sé que no lo hice bien contigo” Sentí asco de ese repetido discurso “Lo siento Ritsu, sé que nunca me voy a poder llevar ese dolor” Sus manos acariciaron mis mejillas provocando que estas ardieran de la rabia.

“Solo déjame” Le pedí golpeando su pecho, interrumpiendo ese galante discurso “Ya hiciste lo suficiente conmigo, no quiero más”

“¿Qué hay de todo lo que pasamos juntos?” Cuando sus labios besaron mi nuca no pude hacer más que resistirme y batallar “¿Qué hay de los besos que compartimos? ¿Las palabras? ¿Las promesas? ¿Eso ya no significa nada?”

“¡No!” La nariz se me ensancho por mi irregular respirar “No significas nada Takano, tú me enfermas, me das asco, cólera, rabia, eres repulsivo para mí” Sus palmas se dejaron caer sin vida sobre mis hombros “¡Te detesto! ¿Me escuchas?” Pronto mis palabras se comenzaron a fragmentar “Te detesto más que a nadie”

“¿Entonces porque estas llorando?” Me interrogo rozando con su áspera yema mis pómulos “¿Por qué estas sufriendo por mí?”

“No es por ti idiota egocéntrico” Me defendí arrebatándome con la manga de la camisa las amarguras “Tan solo me siento como un mocoso incompetente quien no puede manejar su puta vida, me siento como un inútil por tu culpa y la de Akihiko”

“Ritsu” Sus brazos me encerraron a pesar de que mis barreras no descendieron “Puedes desahogarte conmigo”

“No quiero tu lastima” Aunque con frenesí le escupí aquello no pude hacer más que hundir mi rostro en su polera y dejarme envolver por esa agradable calidez “No quiero tener que volver a despertar con miedo”

“No sabes lo doloroso que es para mí verte de esta manera” Susurró cuando los ecos de mis quejidos cesaron “No sabes lo que daría para poder regresar en el tiempo y hacer las cosas bien, para confesarte mi amor como debí hacerlo y protegerte de todo mal”

“Pero no puedes” Cuando sus labios rozaron mi frente me comencé a desmoronar.

“Exacto” Murmulló “No puedo dar vuelta para ir atrás” Sus manos se aferraron con una fuerza que jamás había contemplado a mi espalda, pude escuchar el frenético ritmo de su corazón en contra de su pecho y aun así no me inmute “Sí esto fuera una película te prometería que nunca más me iría de tu lado y arreglaría esas lágrimas que soy incapaz de detener, si esto fuera una novela sabría qué es lo correcto a decir para que dejaras ese rencor y te pudieras abrir, si fuera un verdadero héroe te podría salvar”

“Pero no lo eres” Le aseguré separándome de su cuerpo al apoyar mis manos sobre sus hombros “Ni puedes hacer nada de lo anterior”

“Lo sé” Susurró “Lo único que te puedo jurar es quedarme a tu lado mientras pasas por esto, tratar de apoyarte en lo que necesites, amarte de manera incondicional” Su mano se entrelazo con la mía “Darte todo el espacio y el tiempo que me pidas para que una verdadera relación sea la que se forme entre nosotros, mostrarte con hechos mis cambios, ser tu pilar sí así lo quieres”

“¿Y si te pido que te apartes?” Una divergente sonrisa surco en sus masculinos pómulos por esa traviesa pregunta, pronto la atmósfera se relajó.

“Solo me podrás apartar si me dices que me odias” Su palma con delicadeza tomó mi mentón “Si me miras directamente a los ojos y te atreves a rechazar todo lo que soy” Apreté la tela de su camisa desviando la nuca nervioso.

“Creo que estas siendo muy extremista” Me mofe consintiendo que él limpiará ese dolor.

“¿Me odias Ritsu?” Cerré los ojos para evitar recaer ante esa dorada mirada “Respóndeme sin mentiras” Mi vientre ardió cuando pude percibir como una agradable calidez acariciaba mi boca volviéndome esclavo y mártir de ese amor.

“No” Le respondí elevando los parpados “A pesar de todo no te odio Takano, solo estoy sentido por tu falta de criterio”

“Mi lindo castaño” Musito fundiendo nuestros alientos “Ese bondadoso chico del que me enamoré hace tantos años no ha cambiado en nada” Su mano toco mi pecho intensificando mi respirar sin que anhelara leer el motivo.

“Quizás ese sea el problema” Aunque vislumbre su confundida expresión con una mirada bañada por la melancólica y una mueca impregnada por la frustración no quise seguir “Aun así necesito tiempo para procesar esto”

“¿Y tienes que apartarme de lo que atraviesas?” Una falsa risa se pronunció ante ese infantil reclamo “Si te quedas solo las cosas pueden ir peor”

“No te quiero a ti cerca, todavía me siento dolido por lo que hiciste y necesito mi tiempo para poder cicatrizar” Su mano apretó con fuerza la mía, mi sangre me hirvió.

“Cuando ese plazo se cumpla” Sus afligidos ojos me esquivaron “¿Me darás otra oportunidad?”

“No” Takano desprendió angustia por mi fría respuesta “Te puedo llegar a perdonar por lo que me hiciste, pero amar a alguien como tú” Me encogí de hombros incómodo “No creo que pasé, nunca te dejaré de ver como mi abusivo”

“Pero yo te amo” Algo en mi interior se clavó cual sádica punzada cuando sus orbes se cristalizaron y su risa histérica resonó “Estoy muy enamorado de ti, no quiero tener que” Apoyé mi dedo sobre su boca silenciándolo, consiguiendo que sus incoherencias fallecieran en su garganta.

“Gracias por darme esos sentimientos a mí” Su cuerpo fue poseído por un brusco espasmo “Gracias por enseñarme que la venganza tampoco es la que te deja esa satisfacción, por cuidarme cuando no tenía a quien, por protegerme, por abrirme los ojos y mostrarme las mentiras que a propósito me tragué” Nuestras miradas no se ansiaban separar, el alma se me escapaba por culpa de esa desabrida expresión; el momento finalmente había llegado “Gracias por todo Takano”

“Este es el adiós” Infirió con el rostro rojo por el pánico y las manos trémulas “En verdad estas cortando con esto”

“Si no te quieres quedar a mi lado después de esto lo comprenderé y no te lo exigiré, si precisas de otro supervisor se lo puedo pedir a mi padre, no me enfadare si corres” Rocé sus masculinas y cálidas palmas por última vez memorizando su agradable y acogedora textura “Llego la hora de apartarme de todo lo dañino, de tratar de avanzar de verdad”

“¿Qué haré si te vas?” Sonreí con cinismo alejándome de la máquina de copias, dando un paso hacia el vacío “¿Cómo viviré sabiendo que te deje escapar una segunda vez?”

“Dale tus emociones a quien valga la pena y vive ese romance por mí” Camine con una pretenciosa seguridad dándole la espalda al más alto sabiendo que me destrozaría si lo mirada a la cara “A un chico bueno, alguien puro, de gigantescas ilusiones, lindo rostro, sociable carácter” No supe porque pero mi voz se cayó “Regálale tu corazón a quien lo merezca, a alguien diferente a lo que soy yo”

“¿Cómo se lo doy a alguien más si tú te estas yendo con él?” Aunque escuche como él cayó a las frías alfombras del suelo no volteé; ya no lo haría “Tú te vas con los fragmentos de mi amor, te llevas todo lo que soy”

“Y tú te quedas con los míos Takano” Le aseguré escondiendo mi agobiada expresión debajo de mi flequillo “No creas que no sentí nada en nuestros meses de relación” Me abracé a mí mismo tomando aire con dificultad  “Pero con esas heridas tendremos que aprender a vivir, porque en la vida no existe un verdadero borrar, las cosas ya las hicimos, es momento de afrontar” Susurré antes de quitarle el seguro a la puerta y desaparecer.

Con la mente hecha un caos ingresé en el ascensor sin tomar mis cosas para irme hacia mi apartamento y descansar mi mente. Yo quiero dejar de odiar, desprenderme de las quemaduras que se instauraron en mi piel, ansió detener el dolor, por eso me apartaré de todo para comenzar una vez más, con mi propia historia y mis finales felices, aunque lo tenga que dejar ir.

Mi relación con el azabache no podía funcionar, nunca hubiéramos estado seguros de nuestro amor ni habría dejado de ver el reflejo de mi abusivo en su dorada mirada; tengo que ser realista, yo tampoco me hubiera sentido a la altura de alguien como él, Takano merece tener a su lado a un chico que no esté destrozado, un hombre capaz de sostener sus inseguridades en lugar de lanzarle veneno.

“Tendré que hablar con mi padre” Musité apoyándome en la metálica pared del fondo, observando como los pisos descendían hasta llegar a la recepción.

Cuando él finalice esa novela también me esfumaré; le dejaré un editor capaz a su cuidado y yo me dedicaré a atender a novatos para sacarlos adelante, para ganarme el renombre del que tanto se mofan y probarles a todos que este distorsionado reflejo tiene algo de fuerza interior.

Sin ánimos ni energías para caminar le pagué a un taxi para que me llevará a mi apartamento, no dije ni hice más en el camino además de dormitar intentando borrar ese encuentro de mis memorias, tratando de calmar el constante latido muerto de mi corazón.

Cuando por él acabé llorando sangre y destrozado supe que me había enamorado de Takano; es una lástima que las cosas entre nosotros siempre serán un imposible, es una verdadera lástima.

Luego de una incómoda hora en aquel vehículo tolerando los aniñados e impertinentes comentarios del conductor llegué a mi destino saliendo del auto al extenderle los pocos billetes que traía en el gastado bolsillo de mi abrigo; con un firme andar corrí hacia las escaleras saludando de forma fugaz a la recepcionista para llegar a mi piso.

Cuando por fin mi travesía terminó perdí el aliento al encontrarme una familiar figura apoyada y sentada en frente de la pared de mi hogar con una mueca demacrada. Una red de mentiras y engaños nunca afectan solo a los involucrados, también hay almas inocentes que derraman llanto.

“Misaki” Cuando el nombrado me vio alzó la cabeza con las mejillas teñidas por culpa de la vergüenza “¿Qué es lo que estás haciendo aquí tan tarde?” Pude percibir como el rostro se me calentó ante tal insolencia “No es que me moleste pero no es muy común que me vengas a visitar” Con un tímido tartamudeo camine hacia su lado para sonreírle con mala disimulada histeria.

“Perdón por interrumpir de esta manera en tu casa Ritsu pero” El más bajo se refugió en sus rodillas “No puedo ir a la mía sabiendo que él me tratará de mentir para explicarme cosas que ya no sé si son verdad” El castaño apretó la mochila que tenía sobre su regazo en busca de serenidad.

“Misaki” Musite apoyando mi mano sobre su hombro “Lamento mucho haberte involucrado también, no pensé que él” Su cálido mohín consiguió que mis frases se estrellaran en mi garganta hasta desaparecer.

“No existe un amor perfecto, yo tarde o temprano tendría que saberlo” Me arrodille a su lado para apoyarme junto a él sobre mi pared.

“¿Qué fue lo que pasó cuando me fui de su apartamento? No creo que estés así solo por eso” El más bajo dirigió su atención en un punto al azar cerca de la ventana que daba al balcón del complejo de apartamentos para proseguir.

“¿Qué crees que pasó?” Me respondió con un toque de ironía “¿Qué fue con un corcel blanco hasta mi cuarto a explicarme con tranquilidad lo que sucedió? ¿Que se arrodillo al frente de mi puerta con un generoso ramo de rosas pidiéndome perdón? ¿Qué por fin me lo explico?”

“Bueno yo” Su agotado suspiro me calló.

“No Ritsu, eso no pasó” Musitó presionando sus largas y rizadas pestañas “Usagi se quedó discutiendo con Takano por horas hasta que tu novio se fue, después por mera casualidad se acordó de cómo había reaccionado y trato de pedirme perdón pero esa indiferencia” Su labio tembló “Duele mucho ver como nuestro amor se destruye”

“Takano y yo no somos pareja” Le confesé acercándome a él con una impropia confianza “Hubiera sido lindo intentarlo pero al igual que lo que te pasó solo puedo ver las cosas desplomándose a mi alrededor”

“Es curioso” Musito entrelazando nuestras miradas.

“¿Que?” Mi cuerpo se estremeció cuando sus brazos me rodearon aferrándose a mis hombros.

“Que nos conozcamos desde hace tantos años y jamás hayamos tenido una conversación así” Extendí mi mano correspondiendo al abrazo.

“Supongo que podemos sacar algo bueno de esto” Me burle sabiendo que estas heridas, que estas cicatrices que ambos hemos acogido en nuestro interior van a ser la cadena que nos mantendrá unidos “Perdón si tampoco me di el trabajo de conocerte más, tan solo me quede con lo que Akihiko decía”

“A mí eso me daba envidia” Confeso desviando la nuca “Cuando él hablaba con tanto cariño sobre ti no me podía evitar sentir desplazado”

“Fue linda la ilusión de una amistad” El castaño pareció reaccionar con lo que le dije al reforzar el agarre. Solo sabemos que vivimos en una mentira cuando esta se rompe.

“Si te hizo eso a ti, si te manipulo de esa manera ¿Que verdad me espera a mí Ritsu?” No supe que responder “Tengo miedo a averiguar algo aun peor, a matar las emociones que me quedan por ese hombre” Misaki se miró los pies incómodo “Yo prefiero quedarme con esta punzante incertidumbre y seguir idolatrando a ese recuerdo”

“¿Quieres pasar a mi casa?” Le pregunte apenado por las furtivas miradas que nos regalaron los vecinos  en el ascensor “Te puedo invitar a beber un café para seguir con esta charla”

“Yo” Él se escogió nervioso entre sus piernas nuevamente “Quería abusar un poco más de tu amabilidad” Cuando él vio mi torpe movimiento de cabeza comprendió mi ignorancia “Me gustaría que me dejaras dormir un par de noches hasta que las aguas entre nosotros se calmen” Una genuina sonrisa por primera vez se posó sobre mis labios desde ese amargo encuentro.

“Claro que sí” Musite revolviendo sus cabellos “Quédate el tiempo que quieras y el que necesites, siendo un estudiante aun precisas energías y tiempo”

“Ya voy en mis últimos años” Se defendió con falsa indignación.

“Te puedo ayudar a ordenar tus cosas” Le ofrecí parándome del suelo, extendiéndole la mano para sellar el comienzo de un sólido pacto entre nosotros “También podemos ver una película o algo, creo que los dos nos merecemos un descanso”

“¿Y tu trabajo?” Empuje al más bajo para que se parará con dificultad al sostener esa pesada mochila.

“Ya hablaré de eso con mi padre” Susurre temeroso “No estoy en las mejores condiciones desempeñando mi rol de editor en jefe” Cuando su mano tocó mi hombro con confianza y una mirada desbordante de pasiones que no pude describir se entrelazo supe que aunque todo mi mundo se acababa de desmoronar este era el comienzo de algo más.

Uno no escapa de lo que fue pero sí escoge lo que será. 

Notas finales:

Primero ya sé, quedo un poco exagerado siempre se critica eso en este tipo de tematicas; para quienes piensan eso quiero que sepan que estas instancias, el bulling, las depresiones, estos traumas cada uno los vive a su manera, sí, hay personas más fuertes que pueden superarlo, algunas solas, otras con ayuda como Takano.

Pero no para todos es igual de facil, uno en eso momentos enserio llega a un estado de abandono increible, se siente muy solo, inutil, ademas Ritsu acaba de descrubir que todo es mentira y reitero, esto cada quien lo vive a su manera, pero no subestimen la depresión o el maltrato, porque si fuera tan exagerado como quizas piensan que lo escribo gente inocente no se quitaria la vida por el; es un tema serio, no le restare importancia, no me pidan que lo haga más ligero porque no lo haré.

Chicos nadie les puede decir quienes son y ponerles un valor, nadie tiene el derecho a hacerlos sentir menos por cobardía, ustedes son el unico con el destino entre las manos, sí, es dificil, ya ven como Ritsu no lo ha superado aún, pero al dar el primer paso ya la mitad esta recorrido.

Pasando al fic en sí mismo ay chicos pues en varios casos se da que el odio, el rencor, la frustración de hecho no se queda con el abusivo sino que se dirigue a uno mismo al haber sido incapaz de actuar.

Onodera lo unico que busca ahora es perdonar y olvidar, dejar ir todas esas vivencias por eso tampoco quiere algo con Takano, porque siente que debe cicatrizar para comenzar de nuevo.

Con Misaki, si Usami lo hubiera buscado para explicarle las cosas con calma quizas las cosas habrían acabado distintas, no obstante, el peli plata no lo hizo, el castaño tambien necesita su espacio y la verdad es que Akihiko tambien, ya hay que cortar con su rivalidad irracional con Takano.

Si se preguntan, ¿Que tontera puede estar planeando esta loca ahora? Pues por algo no he anuciado el termino del fic, le queda vida mis pequeños.

Mil gracias por leer! <3 <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).