Ritsu Pov
Seducir a Takano; la simple idea de tener que acercarme y venderme como si fuera un despreciable objeto para obtener mi preciada venganza retuerce mi estómago y consigue que las náuseas inunden cada uno de mis sentidos mientras mi razón batalla por no contradecir el demente plan de mi mejor amigo.
Esto será un martirio; pasar tiempo con aquel abusivo será el mismo infierno quimérico del que he estado escapando y tener que tocarlo con tanta confianza mientras dice mi nombre me causa unas endemoniadas pesadillas en las que él es el diablo encarnado, sin embargo; mi revancha es un objetivo que vale la pena; una causa por la que estoy dispuesto a regalar hasta mi misma alma para conseguirlo.
Cuando Akihiko y yo planificamos todo esté torcido juego él me aconsejo con cautela antes de que me encaminara al escenario para que nuestras locuras no fracasaran al ser penosamente descubiertas por aquel muchacho de orbes miel quien me sonríe con un áspero y embustero cinismo y me contempla con una engañosa admiración.
“Permite que él te llamé con cercanía” “Tócalo con confianza” “Que cada cosa que él haga te parezca increíble” “Atrévete a tocar su cuerpo con intimidad” “Muérdete los labios mientras lo miras con deseo” “Bésalo por impulso” “Confúndelo y destrózalo mentalmente” Esas fueron las ordenes con las que el peli plata escogió torturarme; yo jamás he sido bueno actuando al ser considerado como un hombre exageradamente transparente; además mi condición es precaria; emocionalmente estoy destrozado, mi corazón no late con sentido y mentalmente me encuentro pulverizado; por eso pensé que no sería capaz de tolerar esto.
Cuando mi amigo me indico como debía desempeñar mi papel quería gritarle que era un insensible, que me rendía y prefería que mi padre lo trasladara con otro editor aunque eso implicara quedar como el gran fracaso de la editorial que me confiaron; pero cuando me arriesgué a entregarle esas provocaciones a Takano y a explorar dentro de los consejos que el de orbes violetas me confirió; las cosas se salieron de mis manos.
Codiciaba ver más; esas expresiones confundida me embelesaron, sus ilusorias miradas; su determinación por impresionarme, como deseaba que todo eso quedara plasmado para enmarcar sus dolidos gestos en un cuadro y pegarlo en las rencorosas memorias que he almacenado estos destrozados años.
Aunque mi razón me gritaba que me apartara escogí ingresar en su corazón para ser quien lo desmoroné; no me interesa que tan vergonzosas y penosas deban ser las cosa que me obligué a hacer no me rendiré por el primer obstáculo; si lo hago no seré más fuerte que el débil chico que el azabache se encargó de asesinar.
Tomé un gran bocado de aire tratando de despertar a mi víctima del trance que le había provocado mi confesión; sus ojos se encontraban abiertos expresando una incierta sorpresa, sus labios tenían una arrogante sonrisa mientras un torpe suspiro salía de su garganta; como me asquea tener que hacer esto; que me enseñe esa clase de miradas que tan solo aumentan su ego al profesarse como alguien irresistible, pero ya me encargare de que pague.
“Takano” Lo llamé sacándolo de su hipnótico ahogo al depositar una de mis manos con descaro sobre su pierna e inclinarme levemente sobre su rostro para que pudiera embriagarse con el perfume que me había puesto.
“Perdón pero ¿Qué fue lo que dijiste?” Me pregunto ansioso sin apartar o separar nuestros cuerpos de ese extraño contacto que había nacido entre nosotros dos; inspiré en busca de paciencia para tragarme mi orgullo y regalarle esas palabras.
“Creo que me gustas por eso actuó de esa manera tan explosiva contigo” Me excuse con una falsa expresión de inocencia mientras mi piel se erizaba al percibir como el más alto tomaba mis manos para apartarlas.
“Ritsu me alagas pero” Una mueca de desagrado se dibujó en mi rostro al escuchar mi nombre ser revivido con esas malévolas tonalidades.
“¿Pero qué?” Le pregunte cegado por la ira “¿Acaso no te gusto?” Murmure subiendo mis manos hasta su cuello para juguetear con un par de mechones oscuros que sobresalían de su pulcro y perfecto peinado.
“No es eso; yo pienso que eres un chico bastante atractivo pero eres el editor a quien debo seguir y el hijo de mi jefe, sería muy complicado” Me eludió tratando de apartar la mirada de mi decepcionado rostro.
“Y ¿Qué importa?” Lo interrogue dándome valor para levantarme de mi silla y pararme al frente del mayor.
“Quiero hacer bien mi trabajo en este lugar por eso vine; deseo cumplir mi sueño al aportar en la construcción de un libro, de apoyarlo en el desarrollo de la historia hasta que finalice la obra maestra” Me explico entrelazando nuestras miradas con determinación.
“Las personas no tienen por qué saber que tenemos una relación o algo así” Susurre acercándome a su oreja para murmurar con un incitador tono de voz “Si me deseas de la misma manera ambos podemos tener una inocente travesura”
“Ritsu no” Proclamo con determinación el mayor tomándome de los hombros para entablar una distancia.
“Takano yo no soy de las personas que se le insinúan con descaro a los demás pero tú me atrapaste con lo que eres; me gustas enserio” Respondí sabiendo que su egocentrismo lo cegaría impidiéndole vislumbrar el gélido con el que pregonaba esas frases.
“Me pones en una situación bastante difícil” Masculló agobiado analizando cada una de mis facciones con ¿Ternura?; rápidamente negué con la cabeza ante esas ideas; él no es de los hombres que tienen emociones sensibles, él es un monstruo.
“Tú eres quien se está complicando las cosas” Insistí zafándome de su agarre para apoyar mis manos sobre sus hombros e inclinarme sobre su cuello para suspirar sobre él como si aquel varonil aroma produjera excitación en mis sentidos.
“Realmente siempre me acabas confundiendo” Se mofó el más alto sin resistirse a lo que nacía entre nosotros.
“Takano” Murmure con sensualidad “Si dijera que quiero que me beses ahora ¿Qué me responderías?” Le pregunte rozando mi nariz con la suya; sonriendo levemente ante su asombrado aspecto.
“Yo” Pregono embelesado por la actitud con la que lo trataba; sin esperar respuesta lleve mi mano hacia sus labios para comenzar a delinearlos de manera juguetona mientras mordía mi boca con un embustero deseo.
“No es necesario preguntar porque ya conozco tu respuesta” Musite acercándome para que respirara mi aliento con ansiedad “Si quiere que lo haga tan solo debes pedírmelo” Proclamé absorto por aquellas confundidas miradas que intercambiábamos mientras él parpadeaba atónito por mis imprudentes palabras.
“Esto no es lo correcto pero tú eres tan” El azabache no pudo acabar sus frases al escuchar como un par de pasos resonaban en todo el apartamento advirtiéndonos del peligro; rápidamente me separé del más alto para sentarme en mi silla observando con nervios la puerta.
“Ritsu mi orgullo acá estas” Expresó mi padre sin vergüenza alguna “Quería saber cómo lo estabas haciendo campeón” Declaro caminando hacia mi lado para revolverme los cabellos al frente de mi víctima de seducción.
“Papá no hagas esas cosas acá” Me quejé de forma infantil sin apartarlo ante esos gestos de afecto “Sabes que con tus muestras de cariño comienzan a nacer rumores de mí y mi incompetencia en mi área” Me quejé cruzándome los brazos.
“Tan gruñón como su madre” Suspiro agobiado el mayor “Sé que te molesta pero no puedo evitar profesarme honrado de que trabajes conmigo” Inspiré con una tonta sonrisa trazada sobre mis labios al escuchar cada una de sus palabras.
Aunque él tan solo me haya adoptado en su vínculo de sangre por obligación él me ha tratado como si fuera su tesoro más valioso, me ha apoyado en mis traumas; me ha afirmado para que saque adelántate su editorial y algún día use su puesto como director y además me ha ofrecido una figura a la cual debo seguir; sé que lo decepcionaría con mis oscuras intenciones; es esa la razón por la que lo mantengo en secreto.
El más alto observo con curiosidad al hombre de ojos miel quien miraba conmovido la escena para liberar una risueña risa que nos tensó a ambos; con angustia trate de esconder mi rostro debajo de mi flequillo ante la vergüenza que me consumía al percibir mi fracaso.
“Realmente son muy lindos juntos” Pregono con descaro apoyando una de sus manos sobre su rostro “Me parece que Onodera-san siempre anda al pendiente de lo que hace Ritsu porque lo quiere bastante” Especuló Takano contemplándome de una manera más cálida y amable, suavizando sus masculinas facciones.
“Y además necesito ver que grandiosos avances me ha traído mi editor en jefe” Proclamo pidiéndome los reportes semanales; con una enorme sonrisa le extendí aquellos papeles para que pudiera retomar el ambiente.
“Acá están; Akihiko como siempre el éxito más grande en las ventas” Pregone con ilusión al saber del poderoso y exitoso trabajo que desempeñaba mi amigo.
“De ese idiota arrogante no espero nada más que la perfección” Se burló mi padre “¿Takano tú como lo has hecho? ¿Cómo te estas llevando con Ritsu?” El más alto sin poder ocultarlo se tensó ante su pregunta para esbozar una mueca socarrona.
“Ritsu es un buen jefe, me sabe explicar con detalle las cosas además de ser una persona muy interesante y atenta” Confeso tratando de leer mis reacciones “Sera bastante divertido trabajar con él todos estos años”
“Lo mismo digo” Declare ocultando como las palabra quemaban mi garganta al ser pronunciadas con desfachatez.
“Realmente tengo expectativas en ustedes dos y sé que no me decepcionaran” Expreso mi padre apoyando una de sus manos sobre el hombro de mi subordinado “Aunque no tengas experiencia en esta área confió en tus capacidades”
“No lo defraudare, mucho menos debajo de las brillantes instrucciones de su hijo” Proclamo con algo que se asemejaba a la honestidad para entrelazar nuestras miradas y conseguir que toda mi piel se erizara.
“Esa es la actitud” Contesto animado el director contemplándonos con esperanzas e ilusión; él realmente tenía fe en lo que estamos haciendo nosotros dos; no es momentos para flagelar ni puedo dejar que el rencor sea un impedimento para mis labores.
“Revisa con calma los manuscritos de Akihiko; después de todo estamos de suerte, él entrego esto con tan solo un par de días de atraso y si sigue así quizás lo podamos imprimir antes” Expresé relajándome ante la animada risa que me ofrecía el más alto quien acaricio mi hombro con confianza y afecto.
“Aun no puedo creer lo descarado y egocéntrico que es ese hombre” Susurro para sí mismo con melancolía “Aunque sería mentira decir que no le tengo algo de afecto” Musito revolviendo mis cabellos sin dejar ese nostálgico ambiente.
“Nosotros debemos seguir trabajando papá” Pregone con la intención de que saliera del departamento para poder continuar con mi juego de caricias.
“Es cierto” Respondió con una infantil decepción sin fundamentos “Takano si después de pasar tanto tiempo con mi hijo te sientes preparado te podemos asignar un escritor dócil apenas él me lo indique” Proclamo encomendándome aquella tarea en un lenguaje sellado mientras la sonrisa del azabache resaltaba sus varoniles facciones iluminando el lugar.
“Gracias señor Onodera, pienso que Ritsu va a cuidar muy bien de mi” Susurro con descaro consiguiendo que mis mejillas se ruborizaran tenuemente ante el significado oculto de esas imprudentes frases.
“Bueno Ritsu yo me devuelvo a mi puesto, sigue desempeñando con tanto esmero tu trabajo y pronto serás ascendido” Me indico con seriedad y efusión consiguiendo que mi aliento fuera robado.
“Si” Murmure apretando con agobio mi pantalón en busca de disipar la tensión que carcomía cada uno de mis pensamientos.
“Realmente es un hombre protector” Proclamo el más alto con cariño para depositar una de sus manos sobre mi rodilla con una confianza que consiguió que la sangre me ardiera de coraje y cada uno de mis músculos se tensara.
“Si lo es” Respondí respirando con impaciencia mientras algo en mi corazón se removía de forma dolorosa.
Aunque deteste admitirlo el temor que le tengo a este hombre no ha desaparecido; sin importar la fortaleza que codicie reflejar cubriendo mi imagen aun soy débil; aun me cuesta mirar a esos enigmáticos ojos miel; todavía siento que me desmoronare con cada uno de sus venenosos insultos; en el fondo sigo siendo un niño asustado.
“Ritsu esta es tu oportunidad para forzarlo a estar en su lugar, destrúyelo, enséñale por el dolor que ambos pasamos” Guiado por las rencorosas y toxicas palabras que me entregó Akihiko como motivación decidí reprimir las divagaciones que se clavaban como vidrios en mi atormentado corazón para proseguir con la farsa.
Con decisión presioné levemente mis parpados para seguir obsequiándole frases de recelo y romance al editor cuya alma codiciaba sostener entre mis manos para poderla aplastar y desgarrar; el poder por primera vez seria mío.
“Lamento que hayas tenido que presenciar esa penosa actitud; lo que pasa es que mi padre tiende a cuidarme demasiado desde que soy algo pequeño” Me excusé apoyando mi mano sobre la suya sin vacilar.
“Mi familia era un tanto problemática pero siempre recibí su apoyo aunque no de esa manera, por eso pienso que debe ser lindo tener a alguien como él de soporte” Divago el mayor con una mirada nostálgica y un tono de voz destrozado.
“Takano antes de que él llegara ¿Qué me ibas a decir?” El azabache me miro expectante mientras su mente batallaba para resolver la divergencia que había entre sus deseos y su razón “¿Me quieres entregar una oportunidad?”
“Quizás deberíamos ir a hablarlo con un café, después de todo puede regresar alguien más y no quiero que acabes en problemas por eso” Me ofreció extendiéndome una mano para levantarme la cual con desprecio tomé.
Ambos inmersos en un incómodo silencio caminamos hasta una cafetería cercana a la empresa para poder discutir estas supuestas pasiones que he desarrollado por aquel fanfarrón; escuche con agobio como las demás personas murmuraban cosas de mi renombre y mi puesto conseguido por mis conexiones.
Esas palabras que me dicen me afectan; me jode que digan que tan solo sé obedecer a mi padre como si fuera una especie de perro sarnoso aunque tenga mis méritos para respaldarme; a veces esas cosas no son suficientes, por inercia apreté con más fuerza la mano del más alto quien sorprendido la acaricio con ternura intentando calmarme.
Al llegar al modesto, pequeño y humilde local ambos compramos un café simple para sentarnos en la mesa de metal más apartada y tener privacidad sin ser interrumpidos por los dramas ajenos que exponían los impertinentes sin consideración.
Tomé un nervioso sorbo de mi taza mientras mis ojos repasaban las paredes de tonos grisáceos esperando la respuesta de mi acompañante quien parecía desear evadir el tema al encontrarse bastante perturbado a mi lado.
“¿Vas a decir algo?” Le pregunte alzando una de mis cejas mientras mi cuerpo sin vergüenza alguna se juntaba al suyo.
“Ritsu me pareces un hombre sumamente lindo, por lo que he escuchado de ti eres bastante centrado en el trabajo y creo que eres muy dulce con las personas que te importan” Comenzó el azabache captando toda mi atención.
“Eso no es lo que te estoy preguntando” Musite mientras me cruzaba las piernas para que estas acariciaran de manera traviesa las del más alto.
“Me gustas; sí; no vale la pena negarlo pero siento que nos traería demasiados problemas comenzar una relación o algo así, además no quiero nada formal porque me trató de concentrar en mi nueva carrera” Me explico con agobio tomando mi mano con ternura; por inercia cerré los ojos con temor cegado por los antiguos y polvorientos recuerdos.
“Ya veo” Susurre por indolencia regañándome mentalmente ante mis predeterminadas reacciones hacia sus toque.
“Realmente me gustas; sin embargo, no creo poder ser el novio que esperas; además no siento que tengamos el tiempo suficiente para conocernos” Me expreso sin liberar mi mano de su tímido y suave agarre.
“Takano creo que estas confundiendo las cosas” Musite divertido al recordar cada uno de los consejos que me había ofrecido el hombre de cabellos plateados; aunque no me sienta cómodo actuando de esta manera y liberando con esta irresponsabilidad mis pensamientos; si deseo el éxito es necesario.
“¿Confundiendo? ¿Porque?” Me pregunto abriendo con fuerza sus ojos al apreciar como mi pierna rozaba con descaro las suyas.
“Me gustas mucho pero no estoy interesado en esas formalidades, quiero llegar a conocerte, quiero pasar tiempo contigo y que quizás me llegues a amar pero no me complico con esas cosas como el romance” Declare con una engañosa despreocupación mientras mi pecho era apresado por mi propio cinismo.
“Ritsu tienes ventaja porque le gustas al idiota de Takano, se nota en su mirada como babea por cada uno de tus movimientos, por eso usa todos tus recursos, muévete de manera insinuante y sedúcelo; bésalo, tócalo como nadie más lo ha hecho, ilusiónalo” Hacer eso es bastante complicado para alguien recatado como yo, no obstante a estas alturas no me puedo retirar.
“Pero lo más importante es que no lo asfixies con la idea de tener una relación rosada de cuento de hadas, dale lo que busca, confiésale que quieres algo de diversión momentánea, enséñale que eres abierto de mente, sencillo, juguetón, travieso y te aseguro que caerá” Realmente espero que las palabras de mi amigo sean las que se aproximen a los negros deseos que posee este despiadado hombre.
Yo no sé nada de seducción; no tengo conocimiento porque nunca me intereso iniciar una relación con otras personas al esforzarme por concentrarme en mi puesto como editor; sin embargo, cada vez que trataba de comenzar un noviazgo por alguna desconocida razón solo podía recordar las expresiones de este desalmado de alma vacía y acababan fracasando.
“Pero los romances en la oficina se supone que están prohibidos” Me limito sabiendo que la opinión de mi padre era muy importante para mí; conociendo que mi obsesión era encarnar hasta la misma perfección para que él se profesara orgulloso.
“En secreto muchos de los trabajadores tienen amoríos entre sí; además si es tu puesto el que te importa no te tienes que preocupar por ello; yo asumiré toda la responsabilidad si alguien nos llegase a descubrir” Proclame tratando de evadir cada una de sus penosas y deplorable excusas y atravesar sus muros.
“Ritsu; lo lamento pero no puedo, no puedo arriesgar esta oportunidad solo por un chico que me gusta, no fue tan fácil como tu padre hace sonar conseguir este puesto” Esa terquedad suya realmente me molestaba; con una falsa dulzura acaricie su rostro para que nuestras miradas se encontraran en un íntimo contacto.
“Tú fuiste quien lo dijo; yo te gusto” Murmure sabiendo lo que debía hacer para que él se sometiera debajo mío.
“Pero pienso que estas tomando las cosas muy rápido, además de que prefiero evitar esos problemas con el señor Onodera y eso nos puede traer complicaciones en la oficina” Sin permitir que siguiera hablando arroje todo mi orgullo a la mierda y me acerque a su rostro para juntar nuestros labios.
Con incertidumbre subí mis manos hasta su nuca para enredar mis dedos en sus cabellos y comenzar a mover con algo de torpeza sus labios al compás de los míos; me sorprendí ante lo poco desagradable que era la sensación, su sabor era innegablemente embriagador.
La sangre me comenzó a arder al apreciar como su lengua acariciaba mi labio superior mientras sus manos descendían hasta mi cintura para pegarme más a su cuerpo; me sobresalte al acariciar su pecho y percibir la rapidez con la que latía su corazón; pero que irracional es todo esto que él profesa sentir por mí.
El más alto mordió levemente mi labio pidiendo acceso a mi boca; cegado por el miedo me aparté de él apoyando mis manos sobre sus hombros para entrelazar nuestras miradas; un agradable calor se posiciono en mis mejillas ante su socarrona y satisfecha expresión mientras se negaba a apartarme de sus brazos.
“Tú sabes cómo conseguir lo que quieres” Se mofó mientras sus dedos recorrían con confianza mi tensa espalda.
“No es necesario que nos compliquemos; las cosas entre nosotros se irán dando a medida que pase el tiempo” Conteste tratando de retomar el control de la situación para ganar esta batalla silenciosa de poder.
“¿Por qué me impediste profundizar el beso?” Me pregunto algo confundido “Se supone que te gusto pero aun así me limitaste” Especulo en voz alta alzando mi mentón con satisfacción ante mis apenadas expresiones.
“No seas aprovechado” Me burle subiendo una de mis manos hasta los cabellos que descendían sobre su frente para apartarlos “Si quieres tener el paquete completo tendrá que ser debajo de mis términos y con mis condiciones” Le indique mordiéndome la boca con una embustera lascivia para poder doblegarlo.
“Aun no puedo aceptar tu romance de oficina” Musito con frustración mientras se revolvía los cabellos sin dejar de acariciar mi cintura con descaro “Maldición esto es difícil porque esta es una de las primeras veces que me atrae tanto alguien”
“Takano; si te soy bastante sincero yo nunca antes me había insinuado así a otra persona, porque nunca nadie me había interesado como lo haces tú; pienso que eres especial, realmente creo que vales la pena el riesgo” Murmure con una torcida honestidad bajando mis barreras al apreciar su cálida sonrisa.
“Realmente me es imposible decirte que no” Musito acariciando mi mejillas consiguiendo que mi cuerpo se tensara con descaro.
“Entonces ¿Estas dentro?” Le pregunte mientras mis dedos delineaban su perfecto pecho sin conseguir ocultar el poderoso sonrojo que adornaba mis mejillas; es difícil tener que tocar a alguien con esta pretenciosa cercanía.
“Solo si prometes que seremos discretos” Pregono con una sonrisa amable sin dejar de memorizar cada una de mis expresiones.
“Prometo que tu trabajo no se verá afectado ni interferiré con lo que tienes que aprender, después de todo aún eres mi subordinado” Le prometí tratando de mantener mi aire profesional para que los ojos del infantil hombre no se opacaran.
“No lo digo por mi Ritsu; aunque me ha costado mucho llegar hasta este puesto no es mi reputación la que me interesa” Proclamo con una determinación que heló cada una de las gotas que corrían por mi sangre.
“¿Entonces que es lo que buscas proteger?” Lo interrogue tratando de leer esa enigmática mirada miel en vano.
“A ti” Susurro consiguiendo que abriera mis parpados con incertidumbre y en mi garganta murieran mis confundidas palabras “Me preocupa que tú te veas más afectado en todo esto porque no quiero que salgas perjudicado con nuevos rumores que empiecen a correr de ti” Expreso suavizando sus facciones.
“No te tienes que preocupar de mi como si fueras alguna clase de amigo cercano” Le explique tratando de calmar el ardor que nacía en mi sangre y lidiar con la maldita ironía de este conflictivo escenario.
“Esa es la única condición que te pondré; si las cosas se salen de control pasé lo que pasé intentaremos proteger tu nombre; tu padre te tiene demasiado cariño y no me gustaría romper esa relación entre ustedes” Expreso retirando un par de mechones de mi frente para impedirme esconder mis gestos.
“Si así lo quieres acepto” Confesé con un falso desinterés “No tienes por qué hacerlo por alguien como yo; pero si es lo que deseas no pienso desgastarme en contradecirte” Declare bebiendo otro sorbo de mi taza de café.
“Entonces tengo un amorío con mi lindo jefe” Susurro para sí mismo con una boba sonrisa que electrizo mis músculos.
“Corrección Takano” Le indique acercándome a su rostro para lamer un poco de café que caía por la comisura de sus labios “Acabas de condenarte en una juego de seducción que te ha impuesto tu lindo jefe” El más alto río de manera infantil mientras sus manos se aferraban con fuerza a mi camisa en busca de crear contacto entre nuestros cuerpo.
“Sí que sabes cómo enloquecerme” Expreso tratando de juntar nuestras bocas en un ardiente beso; acción que le impedí al poner mi mano sobre su rostro con ímpetu tratando de mantener el control de la situación.
“Ahora no; ya me tengo que ir” Declare consiguiendo que él parpadeará atónito al ver cómo me levantaba de la mesa.
“Ritsu ¿Cuándo te volveré a ver?” Me pregunto aferrándose a la manga de mi prenda como si fuera un ansioso niño pequeño.
“No te preocupes por eso; yo tengo tu número y te llamare” Le indique quitando con suavidad su mano para poder escapar del lugar y rogarle a mi amigo por un par de consejos para lidiar con este enredo en el que nos condene.
“Pero yo no tengo tu celular” Protesto negándose a liberar mi mano; codiciando que me quedara a su lado un par de horas más.
“Entonces espera mi llamada” Susurre depositando un pequeño beso sobre sus labios para salir del local con una tonta sonrisa de orgullo y consentir que la satisfacción ahondara en cada uno de mis sentidos sabiendo que esto tan solo era el comienzo.