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Te amo
Tras haber visualizado al chico que consideraba un buen amigo y que le había tomado un aprecio muy especial en poco tiempo, rápida y desesperadamente entró al edificio y subió las escaleras, sin percatarse de que había un elevador, la preocupación lo estaba cegando. Llegó al techo, ahí lo pudo ver, sentado en la barandilla.
—Vegeta... —le dijo con la voz entrecortada, estaba a punto de romper en llanto al imaginarse lo que trataba de hacer y, peor aún, que estaba a poco de llevarlo a cabo.
—Déjame... —pidió con un tono demasiado sombrío.
—Ayer estabas perfectamente bien, ¿qué paso?—preguntó con desesperación.
—Ayer Nappa me violó... ¿sabes lo que es sentirse un completo idiota? Me había dicho que me amaba, y yo de idiota le creí. Cuando terminamos creí que seguiría siendo el de antes, mas no pensé que siempre fue un maldito violador, que siempre me quiso para satisfacer sus deseos carnales. Ya... ya no quiero vivir... ¿Para qué estar con vida? Si nadie me quiere por lo que soy, ni por mis sentimientos—respondió llorando, sintiendo el dolor en su garganta amenazando con asfixiarlo.
—No lo hagas, por lo que más quieras—empezó a suplicar, estaba a dos metros de distancia. Trataba de acercarse con cuidado de no asustarlo y que apresurara su salto.
—Ya no tengo por qué vivir... Sé que a Raditz le gusta Tarble, confío en él y sé que lo cuidará... Y mis padres tienen a mi hermano para darle cariño...
—¿Y qué hay de mí? ¿A quién voy a querer si no es a ti?—dijo con el alma en un hilo.
Vegeta levantó la mirada al escuchar esas palabras. Un poco confundido, giró su cabeza para poder verlo.
—¿Qué dijiste? —preguntó atónito.
—Vegeta, yo me enamoré de ti a primera vista. Es estúpido, lo sé… que sólo me haya bastado verte una sola vez para sentirme atraído hacia ti. Sé que tú también estás enamorado, y no sé de quién se trate. Tal vez yo lo convenza para que salgan, o algo así... No me interesa si me aceptas o no, lo único que quiero es verte todos los días, no quiero perderte, quiero estar contigo aunque sea como amigo... —dijo y rompió en llanto.
—¿Estás hablando en serio? —preguntó dudando que eso esté pasando realmente, mordiendo su labio interior por la duda.
—Sí, yo te amo—dijo viéndolo a los ojos.
Vegeta, cuidadosamente, bajó de la barandilla, y se acercó a él, quedando a tan sólo un metro de distancia. Lo vio a los ojos, éstos derrochaban sinceridad. ¿En serio era posible que hayan forjado un lazo con una simple mirada y un día de conocerse?
—¿No te importa mi pasado? ¿No importa lo que viví?—preguntó con gran dolor.
—Para mí eso no es impedimento, tú eres puro, yo lo sé... La pureza está en el alma... —le dijo intentando regular su respiración.
Vegeta se acercó a él, y lo abrazó. Empezó a llorar en su pecho, mientras pasaba sus manos alrededor de su cuello. ¿Cuánto tiempo había deseado escuchar algo así? Además ese chico de cabellera alborotada ahora aparecía con él, tratando de salvarlo de sí mismo. Era como un… ángel… Cuando terminó de llorar lo vio a los ojos.
—Yo... también te amo... —le dijo con un tenue rubor.
Vegeta, poco a poco, se fue acercando al rostro de ese chico de cabellos alborotados, pero el giró su cabeza, impidiéndoselo.
—Te desagrado... —murmuró con tristeza al ver que no quería que lo besara.
—Claro que no, Vegeta, lo que sucede es que quiero hacer las cosas bien—le dijo con una sonrisa, limpiando con su puño los residuos de lágrimas que habían desbordado por la preocupación.
Al ver el rostro de confusión en el otro, decidió hacer lo que tenía en mente. Se arrodilló frente a él, lo tomó de las manos, y lo vio fijamente a los ojos.
—¿Quieres ser mi novio? —preguntó con esa sonrisa única en él.
Ahora comprendía todo. No evitó ese beso porque le desagradara, sino porque quería respetarlo, a no besarlo sin ser una pareja, tal y como debe ser.
Vegeta se abrazó con fuerza a Goku. Empezó a dejarle pequeños y castos besos en la frente y mejillas.
—¡Claro que sí...! —decía emocionado. Se detuvo y lo vio con una media sonrisa.
El más alto lo acarició de la mejilla, causándole un sonrojo. Se acercó a él, y unió sus labios en un beso. Una gota de lluvia cayó en su mejilla, y luego comenzó a llover.
*En otro lugar: Cárcel*
Un guardia de seguridad caminaba por los pasillos de la cárcel hasta llegar a una celda. Sacó las llaves y abrió la reja.
—Cell, Freezer, Majin Buu, y Broly... Pagaron su fianza, pueden irse. Pero su libertad es condicional, un crimen más, por más pequeño que sea, y regresan para no salir nunca—advirtió el guardia.
Los cuatro salieron de esa prisión, y buscaban con la mirada a aquella persona que había pedido que los liberaran. Vieron a un hombre alto, y de cabeza rapada, acercándose a ellos.
—Necesito que me ayuden... —dijo aquel sujeto.
—¿Quién eres tú? —preguntó Freezer, él siempre se había creído un rey, por eso no aceptaba órdenes de otras personas.
—Soy quien pago su fianza... Ahora, si no quieren volver a ese agujero, harán lo que yo les diga—dijo con firmeza, al ver que estaban dispuestos a ayudarlo continuo hablando—. Me llamo Nappa. Me enteré de lo que le hicieron a Vegeta, y de que los metieron aquí por eso. Les contaré una cosa, yo también le hice lo mismo... Ese chiquillo tiene que sufrir, me tiene muy molesto, y tengo un plan para eso.
—¿Cuál es tu plan? —preguntó interesado Cell, aunque los cuatro tenían curiosidad.
—Se los diré… Sé que les agradará participar en esto…