Después de la pelea con Asura, Giriko había sido capturado y llevado con Shinigami-Sama…
El cual sorprendiendo a todo el mundo; dicto que Giriko podía quedarse, pero con la condición de que se quedara a vivir con Justin Law, en su casa…
Todos estuvieron de acuerdo… claro, no sin quejas por parte del oji-castaño y un Shinigami-Shop, por parte del mismo…
Ya habían pasado como un mes de eso, todo ese tiempo había pasado muy tranquilo, no tenían peleas y para sorpresa del oji-azul había veces en las que el mayor era amable con él...
Las cosas en Death City habían estado tranquilas por lo que Justin podía relajarse en su casa…
Si había algo que Justin amara eran los dulces…
Pero… Justin Law sabía que no era buena idea comer dulces y escuchar música en presencia de Giriko…
La última vez que hizo eso, la sierra había hecho un escándalo, se encerró en su habitación y no le dirigió la palabra en tres días… aun no sabía porque, pero evitaba volver a hacerlo en su presencia.
Ahora que ya no estaba Asura, Shinigami-Sama le había dejado el trabajo de ayudar en el Shibusen por lo que ahora se encontraba revisando unas tareas de sus alumnos.
Había aprovechado la ausencia del mayor para comer sus tan amados dulces mientras trabajaba (tengan en cuenta que siempre trae los audífonos puestos).
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Si hubiera sabido que terminaría así, jamás habría permitido que lo atraparan, desde que Arachnophobia lo abandono, había estado vagando en los alrededores, cierto dia lo atraparon causando destrozos en un pueblucho de mierda, al ver que eran unos niños del Shibusen se dejo atrapar, estaba arto de dormir en las calles, por lo menos tendría una cama en prisión…
Claro que no se esperaba que lo mandaran a vivir con la guillotina, y por supuesto que protesto, lo último que quería era estar cercas de aquel muchacho que vivía con los audífonos puestos.
Con el tiempo se había acostumbrado a la presencia del oji-azul, demasiado diría él, ya que llego a “enamorarse” del menor, se dio cuenta de eso cuenta de eso cuando lo vio comiendo los dulces de una forma muuuy excitante a su parecer…
Carajo, aun recordaba todo aquel escándalo que hizo para poder llegar a su habitación, sin que el rubio claro se diera cuenta del bulto que se había formado en sus pantalones, incluso evito hablarle por la vergüenza que sintió…
Después de un largo dia de cambios de humor por parte de Spirit, comentarios humorísticos de Stein y miradas de advertencias provenientes de Azusa, regreso a la casa de la guillotina… claro que no espero encontrarse con este comiendo pockys con los audífonos puestos; mientras revisaba unas hojas, las cuales en ese momento no le importaba…
Se acerco al oji-azul; el cual tenía medio pocky en la boca, lo tomo de la muñeca y lo jalo hacia sí, besándolo y comiéndose lo que restaba del pocky en el proceso…
-¿G-Giriko q-que haces?- Pregunto sonrojado por la acción de la sierra…
-Es tu culpa por provocarme de este modo- murmuro sensualmente en su oído después de haberle quitado los auriculares.
Volvió a unir sus labios con los contrarios; en un beso demandante, lo tomo de las caderas, para atraerlo más hacia sí; aunque solo fuera por una vez necesitaba sentirlo, ya después si el oji-azul quería matarlo, estaba en todo su derecho…
Lo recostó en el sofá donde antes estaba sentado, comenzó a besarlo en el cuello, mientras empezaba a desabrocharle la camisa; escuchaba como su acompañante suspiraba y gemía bajito, comenzó a descender hacia esos botones que tanto ansiaba ver, comenzó a lamerlos y mordisquearlos, hasta dejarlos erectos.
Fue bajando hasta la orilla del pantalón, que en esos momentos le estorbaban; se los arranco con todo e interiores y comenzó a masturbarlo; sacándole un jadeo de sorpresa, empezó a besarlo de forma dulce, mientras con el liquido pre-seminal que desprendía la guillotina inicio la lubricación…
El primer dedo que entro le saco un quejido adolorido, empezó a moverlo en círculos para que se acostumbrara a la intromisión, metió un segundo dedo separándolos y juntándolos, cuando creyó que ya estaba lo suficiente lubricado, saco sus dedos del interior del rubio claro y los sustituyo por algo más grande…
Entro en él de una sola estocada; recibiendo un grito de dolor y unas cuantas lagrimas, se pateo mentalmente por el poco tacto, él estaba acostumbrado a tratar con putas, jamás había estado con un hombre, o en este caso un hombre al que amara…
Se detuvo un momento para apreciar el cuerpo contrario; era impresionante como un cuerpo tan delicado como el suyo fuera tan fuerte, sus ojos estaban acuosos y evitaban verlo fijamente, ese sonrojo en sus mejillas, quizás de coraje, lo hacían ver sumamente adorable, con cuidado limpio sus lagrimas y le beso para distraerlo del dolor.
Cuando sintió un leve movimiento de caderas, comenzó a embestirlo; primero lento y con cuidado; buscando aquel punto que haría delirar al oji-azul…
Supo que lo había encontrado; cuando “el verdugo” abrió los ojos de par en par, se le enrojeció el rostro y se tapo la boca con ambas manos tratando de callar un sonoro gemido, era simplemente perfecto, le encantaba como el menor se amoldaba perfectamente a su cuerpo…
Con cada embestida que daba, notaba como la Death Scythe se estremecía de placer; se acerco a su rostro, tomo sus manos entre las propias destapando su boca, para besarlo levemente –Déjame oírte- susurro antes de sentir como la guillotina hacia presión en las manos contrarias; entrelazando sus dedos.
-¡G-Giriko… co-rrete afuera!- exclamó derramando su semilla en ambos vientres.
Sorprendido saco su miembro del interior del oji-azul, cumpliendo con su pedido…
-¿P-Porque lo hiciste?- preguntó quedito ocultando su rostro con un cojín…
-Tsk… creí que sería bueno hacerle el amor a la persona que amo, tú sabes que no soy bueno con esas tonterías de expresar sentimientos…- comentó sonrosado desviando la mirada –además… tu me provocaste, comiendo esos dulces tan lascivamente…- agregó.
El rubio menor poco a poco separo el cojín de su rostro y sonrojado se acerco lentamente al mayor dándole un suave beso en los labios… -¡Ta-también me gustas b-baka!- comento ocultando su cara en el pecho de la moto-sierra…
…Eso quería decir que… ¿no iba a morir?...
…”Eso es bueno”…
El ex-criminal, con una mano lo tomo de la cintura y con la otra lo tomo de la barbilla y le levanto el rostro que se encontraba completamente sonrojado y evitándole ver -Entonces… ¿quieres ser mi pareja?- le preguntó.
La Death Scythe le contesto un poco triste –Jamás he tenido a alguien conmigo, me da miedo ilusionarme y que luego me dejes, no lo soportaría- comentó derramando algunas lagrimas.