“Hasta las rosas más finas, también tienen sus espinas.”
Como todo los días se encontraba por los pasillos de la universidad más prestigiosa de Grecia , dirigiéndose a su clases la gente lo miraba al pasar, discretamente admirando su belleza, mas el fingía no notarlo, era considerado una de los mejores alumnos en toda la universidad, cuya belleza tenia difícilmente comparación, era querido entre sus maestros y amigos todos lo consideraban como una muy buena persona, como un ser de luz donde no podría existir un pensamiento impuro por pequeño que este fuera, siempre con una sonrisa en los labios.
Ese era afrodita Lundgren un joven sueco, que tras la muerte de sus padres paso a heredar una gran fortuna, su niñez no fue muy alegre, su padre y su madre eran personas narcisistas, cuyo único interés era el dinero y el poder, para ellos su hijo no era más que un objeto para presumir por su gran belleza en fiestas y ante amigos, gran parte de su infancia fue “adiestrado” para comportarse en la sociedad, se le enseño que no importara que tan grande sean sus pensamientos o deseos personales si estos podrían manchar su apellido tenía que reprimirlo, su agenda siempre estaba llena, entre clases privadas y eventos sociales con sus padres, siempre obligado a mostrar una gran sonrisa ante los demás y seguirla reglas que se le habían impuesto… al entrar a la universidad fue obligado por sus padres a estudiar en Grecia. Al enterrarse de la muerte de sus padres por culpa de un accidente automovilístico, no mostro ningún indicio de debilidad soltando alguna lágrima, solo se limito a cumplirles el luto adecuado y continuo con su vida.
De algo le había servido el adoctrinamiento de sus padres, pues nunca tuvo problemas al convivir con los demás, escondiéndose tras una piel de oveja, que le dejaba pasar desapercibido ante la gente, aun que detrás de esa tierna sonrisa que le mostraba a todos se ocultaba un lobo esperando atacar.
Aquella noche de otoño como todas las noches se encontraba solo en su habitación intentando dormir mas sin embargo una urgencia se apoderaba de su cuerpo, dándose a notar en su entre pierna , cerrando sus ojos y con movimientos suaves comenzaba a masajear su musculo despierto, aquellos movimientos comenzaban a subir la intensidad asiéndole soltar un liquido blanco que quedo esparcido en su mano, mas sin embargo no logro conseguir ningún tipo de satisfacción eso había servido tiempo atrás mas esa noche no fue así, enojado por lo ocurrido tomo un baño mientras las gotas de agua rodaban por su cuerpo aquella urgencia se hacía mas y mas presente, desesperado por aquella sensación, salió del baño con la cabeza totalmente en blanco, comenzó a vestirse como si se preparara para un fiesta, al terminar cogió la llaves de su auto comenzando a conducir al bar más lejano de la ciudad, un bar de mala muerte donde uno podría tener sexo casual con cualquier persona sin problema alguno, nunca en su vida había estado íntimamente con nadie más en ese momento eso no importaba, estaba desesperado porque aquella urgencia desapareciera, al llegar al lugar bajo del auto y se dirigió a la barra del bar, se robo las miradas de todos al llegar y en cuestión de segundos un hombre de aspecto atractivo con ojos como cabellera azul oscuro como la noche se acerco y le ofreció un trago.
- mucho gusto me llamo Gabriel, puedo preguntar ¿Que hace una señorita tan guapa como usted en un lugar como estos?
Decía aquel hombre mientras le ofrecía el trago, afrodita solo lo miro dejándolo con la mano que le ofrecía el trago estirada.
Afro: no soy una mujer, soy hombre…
G: ¿enserio? –Sentándose alado de afrodita - pues por mí no hay problema. ¿Me aceptas el trago?
Afrodita acepto el trago y comenzó a beberlo aquel sabor amargo no parecía importarle mucho pues pidió más del aquella bebida tomándola con mucha rapidez, aquel hombre solo se limitaba a mirlarle, no tardo mucho para que afrodita se encontrara ebrio, besándose torpemente con aquel hombre que le había obsequiado el trago, en uno de los cuartos del bar, su camisa estaba desabotonada por completo dejando ver su pecho desnudo, su pantalón tiempo atrás había desaparecido junto su ropa interior exhibiendo su sexo erecto , aquel hombre de nombre Gabriel se encontraba ya entre sus piernas dispuesto a penetrarlo, cerro fuertemente sus ojos aferrándose con la misma fuerza a las sabanas, sintiendo como entraban bruscamente dentro de el, aun en su estado alcoholizado podía sentir el dolor, de aquella penetración , aquel hombre pareció comprender que era su primera vez, por lo cual intento disminuir la el ímpetu de las embestidas, mas sin embargo tener el cuerpo perfecto de afrodita a su disposición, le hacía desesperarse, olvidándose si podía o no lastimarlo, pasaron toda esa noche juntos, bañados en sudor, cayendo rendidos hasta el amanecer…
El sol goleaba su rostro haciéndolo despertar, lentamente abrió sus ojos, su boca le sabía a cenizas y cabeza aun daba vueltas, tardo en reaccionar en donde estaba, un dolor agudo recorría su espalda fue entonces cuando noto que se encontraba desnudo y un liquido de apariencia viscosa recorría sus piernas, sobresaltado comenzó a buscar por todas direcciones a aquella con la que había pasado la noche y en efecto la encuentra saliendo del cuarto de baño, sus cabellos mojados al igual que su ropa, no parecía que tuviera la intención de quererse secar.
G: hasta que por fin despiertas, creo que es hora de irnos, ya nos vinieron a pedir el cuarto.
Afrodita no dijo nada solo bajo su mirada, parecía que una lagrima quería caer por su mejilla pero lo impidió, pensaba repitiéndose una y otra vez el que había hecho y por qué lo había hecho, Gabriel lo veía sintiéndose un poco mal, dulcemente se acerco a afrodita y se sentó a su lado.
G: sabes, no creo que te deberías sentir mal… mira anoche…
Afro: -interrumpiendo con tono tajante- no estoy mal y si me disculpas quiero darme un baño.
Gabriel más que molestarse por la actitud tajante con la afrodita le hablo parecía que eso le gustara, una sonrisa traviesa se dibujo disimuladamente en su rostro.
G: está bien, solo había una toalla en el cuarto de baño parece limpia te la deje para ti, también metí tu ropa.
Afrodita no dijo nada más y sin mostrar los signos de dolor que en su cuerpo se presentaba camino lo mejor que pudo rumbo al cuarto de baño.
Tardaron algunos minutos afrodita y Gabriel ya se encontraban fuera de aquel bar este último se ofreció a llevar al primero hasta su respectivo trasporte, el silencio entre ambos era en realidad sofocante.
G: puedo invitarte algo de desayunar, si gustas
Afro: no es necesario, gracias.
G: oye… tú… ¿Cómo te llamas?
Afrodita no pudo ocultar el hecho de que le preguntaran su nombre le había enojado mas no pudo decir nada puesto que ni el recorvada el nombre de aquel hombre.
Afro:- suspirando- afrodita y ¿tu?
G: no lo recuerdas te lo dije ayer… pero bueno lo repetiré me llamo Gabriel.
Afrodita volvía a guardar silencio, observando a cada vez más cerca su auto, al llegar a este.
Afro: bueno este es mi carro, muchas gracias por acompañarme.
Se encontraba dispuesto a subir a su vehículo cuando las manos de Gabriel le impidieron abrir la puerta.
Afro: -enojándose- oye qué demonios te pasa
G: tranquilo… tranquilo… solo que no me agrada la idea de que te vayas así, sin desayunar ni nada, déjame invitarte algo.
Afro:-intentando tranquilizarse- mira Gabriel , no si estas acostumbrado a hacer esto con las personas con las que te acuestas pero no es necesario que lo hagas conmigo, está bien… no me consideres otra puta mas, ahora por favor deja marchar…
G: -sonriéndole- nunca hago esto, siempre les dejo marchar sin importarme nada, pero contigo no quería ser así, mas sin embargo si tu quieres ser como otro encuentro mas está bien, puedes marcharte… o puedes dejarme invitarte algo de desayunar el restauran que pasamos es pequeño, muy poco llamativo pero no cocinan tan mal. – tomando la mano de afrodita- por favor déjame invitarte, en verdad no hago esto por nadie
Afrodita estaba dudoso de lo que decían mas sin embargo termino aceptando aquella invitación, se encontraba sentado frente a un mesa de aquel local fingía leer el menú pero nada de eso le llamaba la atención, lo único que quería era irse de aquel lugar olvidar a aquel hombre y continuar su vida como si nada hubiera pasado, una chica con gran sonrisa y carisma se acerco a ambos, saco una libretita con una pluma de su mandil blanco y se dispuso a tomar su orden.
Afro: un café negro solamente por favor.
G: eso no es comida… dos desayunos completos uno para el otro para mí por favor.
Con una sonrisa la chica anoto la orden en su libreta y se marcho, sin siquiera dejarle decir nada mas a afrodita.
Afro: has pedido demasiado, no tengo hambre, lo único que quiero es irme de aquí solamente
G: no pensé que fuera tan desagradable una noche conmigo.
Afro: no es eso, solo que yo no debo estar aquí, si alguien sabe que estuve aquí yo…
G: ¿tu?
Afro: -suspira- olvídalo.
G: a que le tienes miedo, este lugar olvidado por dios no creo que venga gente que te conozca.
Afro: no le tengo miedo a nada, y como sabes tú que gente me conoce y cual no.
G: fácil, tu ropa de marca, tu carro lujoso, y tus modales al sentarte y caminar me dicen que vienes de buena familia. ¿Qué, Tienes miedo que mamá y papá se enteren que estuviste en un lugar como estos?
Afro: ellos están muertos.
G: lo siento.
Afro: no lo sientas, no importa, mira no creo ni espero que me entiendas pero yo no puedo estar aquí y no te ofendas pero no lo anoche no tenía que haber pasado, fui un estúpido por dejarme llevar por ese tipo de emociones, está mal si alguien se entera quedara a burla el apellido de mis padres y yo no podría con eso…
G: ¿tan importante es el apellido?
Afro: en realidad no lo sé, solo sé que es lo que me han dicho durante toda mi vida.
G: mira tú me dirás que, que es lo que me importa pero no creo que nadie se merece vivir escondido, por cosas tan tontas como esas, también tienes que vivir tu vida y no lo de los demás…
Afro: -ligeramente sonriendo- gracias.
Aquella chica que momentos atrás les había pedido su orden, ahora les traía la misma, ambos, los cuales agradecieron y comenzaron a comer.
G: sabes afrodita, puedo ver en tu mirada, que no eres lo que aparentas ser, todos seguramente te ven como un muñequito de porcelana que es incapaz de matar una mosca, pero yo no creo que seas así, yo veo un lobo salvaje en cautiverio, esperando escapar… y sabes amo los lobo y después de lo de anoche me encantaría ayudarte a ser libre…
Afro: -mirando a Gabriel a los ojos - gracias, pero lo de anoche fue un error que no estoy dispuesto volver a cometer, pero por favor podemos cambiar de tema.
G: está bien ¿estás saliendo con alguien?
Afro: -dándole un ligero sorbo a su café- no, estoy saliendo con nadie…
G: ha y ahí alguien que te guste
Afro: si hay alguien pero, no creo que yo sea de su interés.
G: valle, pues que estúpido seria y ¿estudias o –con tono burlón- dejas que el dinero de papis de arreglen la vida?
Afro: estudio en la universidad de Atenas y si la herencia de mis padres es con lo que pago mis gastos, pero no será por mucho….
Se mantuvieron hablando por un largo rato, Gabriel poco a poco ayudando de su gran carisma comenzó a ganarse un poco de la confianza de afrodita, las horas pasaron y al por fin darse cuenta de la hora afrodita y el se dispusieron a retirarse, Gabriel acompaño a afrodita hasta su auto.
G: oye sigo con la idea de que me gustaría ayudarte a salir más al mundo a que saque ese lobo que tienes dentro, me encantaría verte otra vez y salgamos… -con tono seductor- y tal vez, tu y yo…
Afro: -cruzándose de brazos- ¿tengamos sexo?
G: no, quiero decir eso pero, pues a lo que me has contado, toda tu vida has pasado en cautiverio es hora de que conozcas el bosque ¿no crees?
Afro: mira te lo dije en restauran te lo diré aquí, eso fue un error no sé que me paso pero volverá a pasar, gracias por lo de hoy pero nunca más se repetirá esto…
G: ok, pero aun así toma mi numero.
Gabriel saco un plumón de su pantalón y rápidamente escribió su número en el brazo de afrodita.
G: de igual manera si algún día cambias de opinión, búscame aquí estaré… por que no hay mejor que vivir la vida al 100, disfrutando de todos los placeres que esta nos pueda dar…
Afrodita asintió con la cabeza, se subió su coche y comenzó a conducir rumbo a su casa…
Pasaron los días, había recibido una llamada de unos tíos en Suecia informándole que tendrían un evento en un gran salón en Grecia y querían verlo, viajaba en la parte trasera de una limosina que había ido a recogerlo para llevarlo a dichoso evento, su mente estaba absorta de realidad inútilmente intentaba borrar el recuerdo de aquel chico, quería creer que ese día nunca existió y que todo fue un mal sueño, pero sabía que no era así que ese día había sido el mejor de su vida, era el día que por fin hiso algo por voluntad propia, quería que volviera a ocurrir, mas sin embargo sabia que tenía que borrar aquellos recuerdos por su reputación y la de su familia.
Llego a dichoso evento no quería bajar de limosina pero las puertas abriéndose de la misma lo obligaban, soltó un gran suspiro, dibujo una linda sonrisa en su rostro y bajo de la limosina robándose la mirada de todos , caminaba con gran elegancia saludando cortes mente a aquellas personas importantes que reconocía, encontró a sus famulares los cuales cortésmente saludo, no paso mucho tiempo antes que sus tíos comenzaran a exhibirlo con un muñeco de trapo fino, se sentía como cuando era solo un niño siendo jalado por sus padres, en numerosas ocasiones solía distraerse en sus pensamientos, quedando mal ante aquellos que sus tíos le presentaban, en el mismo número de ocasiones fue reprendido sutilmente por su tía
- no puedo creer, que estés comportando de esta forma afrodita, así no te educo mi difunta hermana…
Decía una señora de cabellos azul celeste como los de afrodita y ropaje fino, estando en un lugar privado del salón
Afro: tía una disculpa no era mi intención.
-interrumpiendo- no era tu intención distraerte pensando en cualquier tontería quedando como un tonto ante la sociedad más importante de Grecia… me avergüenzas niño…
Afro: tía yo… lo siento...
- nada de lo siento señorito, tus padres deben de estarse retorciendo en su tumba… en verdad que vergüenza saber que eres mi sobrino… no te comparar con tu padre el si era un hombre que siempre mantenía en alto el orgullo de su apellido sabiendo mostrar educación y protocolo… si él te viera en este momento niño le causarías vergüenza.
Afrodita no dijo nada pues sentía que su voz podía quebrarse, aquella mujer tenía un tono de voz que en ese momento escupía desprecio y humillación.
-lo único que espero es que aun seas virgen… con el comportamiento que estas mostrando me haces pensar que no, recuerda que tienes que mantenerte puro asta casarte con aquella mujer que tus padres eligieron para ti antes de morir… es una mujer de muy buena familia y no vas a hacernos quedar mal ante esa familia, así que piensa bien cualquier cosa que pase por tu cabeza, entendido...afrodita
Este no dijo nada solo mantenía su mirada en dirección al suelo.
- estoy muy molesta contigo, no quiero verte, retírate
Afrodita solo se dio media vuelta, y se dispuso a retirarse por la puerta trasera del evento intentando evitar a todos, camina con la mirada baja, una lagrima rodaba por sus mejillas en ese instante se sentía mas solo nunca, cerro sus ojos intentando ahogar sus lagrimas de repente la imagen de Gabriel se hizo presente en su pensamiento, saco su teléfono celular y comenzó a buscar el numero de este, pensó varias veces sobre marcar, mas sin embargo termino haciéndolo.
Afro: hola, ¿Gabriel? Soy afrodita.
Intentaba decir con su voz quebrada mientras escuchaba música y gente riendo del otro lado del celular.
Gabriel se encontraba bailando con una chica en un bar pero al notar la voz quebrada de afrodita dejo aquella mujer sola sin decirle nada y salió para poder hablar mejor.
G: ¿afrodita? Que tienes te oyes mal…
Afro: perdón, espero no molestar pero no tenia nadie con quien hablar y yo…
G: -interrumpiendo- ¿donde estas?
Afrodita dio la dirección donde se encontraba.
G: estoy cerca de ahí, voy para allá, estaré en 5 minutos, no te muevas de donde estas…
Al decir aquellas palabras se cortó la llamada y exactamente en 5 min una motocicleta negra se poso enfrente de él viendo bajar Gabriel de esta. Tiernamente este se acerco a afrodita y lo envolvió en sus brazos.
G: ¿estas bien?
Afrodita negó con la cabeza apoyada en el pecho de Gabriel.
G: ven vámonos…
Se subieron a la motocicleta llegando a un parque solitario, donde se sentaron en una banca, Gabriel le pidió a afrodita que le contara todo lo sucedido, el cual hiso.
Afro: de seguro has de pensar que soy un estúpido, dirás que habiendo gente que en verdad sufre en el mundo yo estoy haciendo este alboroto por algo tan insignificante pero…
G: -interrumpiendo- claro que no pienso eso, tus sentimientos como los de cualquier otra persona son importantes –comenzando a acariciar tiernamente la mejilla de afrodita- no te sientas mal…
Afrodita, lo miro tiernamente cuando una lagrima comenzaba a rodar por su mejilla.
G: no llores, todo va a estar bien.
Tomo de nuevo con mucha ternura a afrodita y lo envolvió en abrazo protector recostándolo suavemente en su pecho .
Afro: Estoy cansado, Gabriel, arto de mantenerme, siempre limpio y de ser bueno con la gente y fingir que soy el niño perfecto que todos creen que soy , estoy arto ya de sonreír como una linda ovejita blanca, que es feliz aun sabiendo que será asesinada en el matadero… no quiero morir así… ya no… estoy cansado de ser la oveja siguiendo al pastor…quiero que esto se acabe ahora… quiero disfrute mi vida, disfrutar de eso que siempre me he negado por mantener el linaje de mi estúpido apellido, quiero embriagarme, tener sexo, disfrutar de los placeres más bajos de la vida, quiero sentirme vivo, sin importarme que esto llame la atención de alguien o no ... quiero ahora seré yo el lobo que los devore a ellos…
G: pues a casar se ha dicho… una vez me dijiste que había alguien que te gustaba, podríamos empezar con él, como se llama…
Afro: tiene un gran parecido a ti para serte honesto, solo que un poco más joven sus cabellos como sus ojos, son igual azules oscuros como los tuyos… su nombre es Ángelo Rossetti, le apodan Deathmask por su reputación de malo, va conmigo en la universidad pero no, el no…
Los ojos de Gabriel se abrieron por completo se encontraba sorprendido al escuchar aquel nombre, su corazón comenzó a latir rápidamente, mas evito que no que afrodita se diera cuenta de esto.
G: - separando a afrodita de su echo y mirándolo a los ojos- está bien… ¿pero estas seguro de tu decision? Una vez iniciado esto no hay vuelta atrás…
Afro: - con tono firme- Todo el tiempo he sido un niño bueno, he obedecido hasta la mas estúpida orden que me han dado siempre dejado incluso que manden sobre mi cuerpo, pero eso se acabo, es hora de disfrutar la vida y nada mejor que hacerlo con los placeres que esta nos pueda dar… ¿no es así?...
G: esa es la actitud, pero bueno por hoy es momento de descansar… lo mejor será que te lleve a tu casa.
Ambos subieron a la motocicleta dirigiéndose rumbo a la casa de afrodita este abrazaba a Gabriel recargándose en su espalda, mientras que en la mente del último pensaba para si mismo
G: ardera Troya cuando te enteres de esto… Ángelo… no, Deathmask… o mejor dicho...hermanito…