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Firebroken por scienceFragile

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Notas del capitulo:

Chan! Si no es problemas para escribir, son problemas para publicar. Juro que voy a cambiarme de empresa de internet, porque estoy hasta la puta mierda de que nunca me ande para nada. 

Espero que les guste el capítulo dos, ¡Muchas gracias por sus hermosos comentarios! Me hicieron muy feliz uwu asasacdscsd. 

Las quiero. 

 

Capítulo II. Agua.

 

Natsu no podía decir que odiaba ir al pueblo, pero sí que lo hacía sentir un poco ¿Incómodo?

Como ahora, que está en medio de la feria comercial ayudando a Porlyusica; buscar hierbas raras y esas cosas. Tenía una bolsa medio liviana en una mano, y la otra la tenía colgando pegada a su cuerpo, ¡El mercado estaba llego de personas! Algunas charlaban a lengua suelta en medio del camino y tenían que empujarlas, y otras simplemente pasaban sin importarles que estés ahí y te chocaban sin más. Parecía un caos, pero con un ambiente hogareño.

Sí, sí. Sólo Natsu podía pensar que un mar de personas apretujadas comprando todo lo que podían era hogareño; pero la gente hablaba contenta y a los gritos, se escuchaban carcajadas, siempre sonreían… una niña que ni conocía había pasado al lado de Natsu y le había dicho lo lindo que era su gato – Happy – para luego regalarle un dulcecito e irse a comer helado. Todos eran amables.

Pero, como Natsu vivía con una vieja estreñida y de mal carácter no estaba acostumbrado a los buenos tratos; eso era lo que le ponía incómodo.

-¡Natsu, Natsu! ¡Mira! ¡Qué edificio tan grande! – Happy clavó sus uñas en su hombro (Estaba sobre él, porque simplemente ya no quería caminar) y movió su cola con entusiasmo.

-¿Qué edificio? – como la gente estaba metida en lo suyo, no pasaba nada si le hablaba con total naturalidad.

-¡Ese con el cartel gigante!

Moviste la vista, desviándote del mercado, y, justo a la entrada de este, no muy lejos, pudiste verlo.

Un edificio ENORME en toda la extensión de la palabra. Con una reja muy linda de metal; pilares de piedra lisa blanca, como de unos veinte metros de alto o más; bellísimo. En  la entrada había una especie de arco de piedra lisa, y justo en el medio un cartel con una caligrafía hermosa que decía…  

-Fairy Tail… – leyó el nombre en voz baja, y no apartó la vista en ningún momento de aquella hermosa construcción.

-¿Eso es un gremio? ¡Impresionante! – Happy movió su cola más rápido, golpeando la nuca de Natsu algunas veces, pero este, estaba más concentrado en  resaltar todos los detalles de ese gremio.

-Tiene como cuatro pisos. – dijo rodando los ojos; ¿Para qué necesitarían tanto espacio?

-¡Te apuesto a que tiene piscina!

-Seguro.

-¡Tengamos piscina!

-Claro que no, es mucho mejor el lago. – Natsu bajó a Happy al suelo, y se sobó un poco el cuello. – Happy, estás gordo. Me lastimas.

-¡¿Gordo?! ¡Natsu, malo!

-Sí, sí. Busquemos a Pourlyusica antes de que nos eche bronca. – El pelinegro hizo unas señas a Happy con la mano para que lo siguiera, mientras se daba vuelta. Antes de empezar a caminar, volvió a echar una mirada al gremio, y sus ojos se toparon con un color azul marino hermoso.

El mago que la otra semana fue atendido por Porlyusica – ¿Cómo se llamaba? – salía del gremio acompañado por un chico de lentes y campera verde, también había una chica rubia al lado de los dos gritándoles. Natsu lo observó mientras varias personas pasaban frente a él y le obstruían la visión.

Ahora se veía más sano.

Llevaba un pantalón marrón oscuro, botas y estaba sin camisa; ah, y llevaba una cruz en el pecho. Ahora que lo miraba con más atención, notó que tenía la marca de su gremio en el pecho.

-Natsuuuuu, ¡Apúrate!

Parpadeó, mirando con irritación el felino.

-¡Ya voy! – corrió, Happy ya estaba a metros de distancia. Chocó a un par de personas en su apuro, pero eso no le importó mucho.

 

Los momentos que Natsu mejor pasaba era cuando se escapaba de Porlyusica para ir al lago sólo. Como ahora, por ejemplo. Ya era de tarde, pero no tanto. El sol se preparaba para empezar a desaparecer, pero entre tanto, el cielo se pintaba de rosado y naranja.

Estaba sentado en el borde del lago. Happy dormitaba acurrucado entre sus piernas. Miraba el cielo; movía sus dedos y sentía la tierra debajo de ellos;  el aire fresco le llenaba los pulmones, los árboles movían sus ramas como si bailaran con el viento, y se escuchaba el chinar de algunos pájaros.

El pelinegro suspiró; metiendo su mano el uno de los bolsillos del chaleco que llevaba, buscó en el por unos momentos, y, luego de encontrarlo, sonrió victorioso y sacó su mano de la tela. Sostenía una pequeña vela y unos fósforos. No, no iba a quemar el bosque. Tal vez.

A ver si funciona, pensó.

Con cuidado de no despertar a Happy, se acomodó y se sentó derecho. Dejó al gato durmiendo a un costado; si algo salía mal, no quería que él saliera lastimado. 

Prendió un fósforo, y luego la vela; soltó una maldición cuando un poco de la cera le cayó en la mano. Apagó el fósforo, y lo guardo en su bolsillo. Miró la flama débil que desprendía la vela, que era ondeada por la brisa, la llama se movía como si  estuviera peleando contra ella. Natsu tiró todo esos pensamientos de su cabeza.

No es momento para jugar, se dijo. Y miró la llama  fijamente.

Se concentró, tenía pensado controlarla, hacer algo; lo que fuera. Contó hasta tres mentalmente, y miró con rabia al fuego. Pensó en que el fuego se hiciera grande. Hazte grande, hazte grade, hazte grande, repetía una y otra vez en su cabeza, como si se pudiera comunicar con el fuego, cosa que daba risa, pero si podía hablar con un gato… no perdía nada en intentar hablarle a una llama, ¿No? Negó. Concéntrate.

-Vamos… – susurró con impaciencia. – Haz algo. – Dijo, acercando un poco la vela a su cara. – Cualquier cosa, lo que quieras; pero haz algo. – El fuego no se movió, salvo por el viento, esto, desesperó un poco a Natsu. Vaciló, pero al final, murmuró muy despacito: – ¿…Por favor?

Nada.

Suspiró, y derrotado, se tiró con brusquedad sobre el pasto; se hallaba frustrado.

¿Cómo había sido que lo hizo la otra vez? No lo sabe.

Sólo recuerda que sintió un fuerte sentimiento en el pecho, que le quemaba. No se sentía como si lo estuviese lastimando, más bien… se sintió bien. Esa sensación lo hizo sentir protegido, de alguna manera y podría jurar que escuchó algo; algo… no sabía qué, pero fue un sonido fuerte, firme y poderoso.

-Una sensación poderosa… –  Como el fuego, se le vino a la mente. El fuego era fuerte, imponente y poderoso; se asemejaba a la sensación que le quedo marcada en el pecho. – Fuerte y poderoso… – Susurraste, apretando el pasto debajo de tu palma. –… poder.

Se dio un golpe mentalmente; ¡Vamos Natsu, piensa! ¿Qué le venía a la cabeza al pensar en el fuego?

Fuego… llamas.

 Calor, luz, intensidad, ardor, quemar; olor a… ¿Quemado?

-¡Natsu! ¡Natsu, quema!

-¿Eh…? ¿¡Qué!? – Oh Dios, oh Dios ¡El pasto se estaba quemando! Hey, espera; ¡¡Lo había hecho!! – ¡Happy, lo logré!

Saltó de la alegría, llevando los puños al aire.  Observó cómo esas llamas quemaban el pasto, llamas que él había creado de la nada, ¡Él! ¡Sus llamas! Rió; se sentía orgulloso de sí mismo, pero ahora…

-¿Cómo lo… apagamos?

- … – Natsu y Happy se quedaron mirando como el pasto se quemaba lentamente. No podían dejar eso… así. – Y… lo apago yo.

-¿Cómo?

-Como lo prendí.

-¿Y cómo lo prendiste?  

-… No sé. – Happy maulló en respuesta. Y antes de que pudiera acotar algo, Natsu le cortó la palabra. – ¡Y-Ya sé! ¡Sólo tengo que decirle que se apague y lo hará!

¿Cómo puedes hablarle al fuego y ordenarle que se apague? El gato tenía muchas ganas de hacer un comentario despectivo hacia el moreno, pero se los guardó y se sentó en el pasto, a una distancia razonable, del fuego y de su amigo-dueño. Miró de reojo al agua del lago, pensando que si Natsu se cansaba de hacer el ridículo – o se salía de control la cosa – sólo tendrían que buscar agua del lago y problema resuelto. Quizá… Sacudió su cabeza, y prestó atención a lo que hacía su dueño. Se había parado en una pose extraña y su mirada irradiaba odio hacia las llamas; pensaste que sus ojos se caerían de sus cuencas si seguía haciendo tal fuerza.

Ambos se quedaron mirando las llamas; Natsu en su cabeza repetía constantes “Apágate, apágate, apágate” y uno que otro “Por favor” Happy miraba atento la escena aguantándose la risa, porque Natsu tenía una cara muy graciosa en esos momentos, pero por sus adrentros deseaba que nada malo pasase.

Unos segundos más pasaron, y las llamas flaquearon. El gato celeste abrió los ojos en sorpresa y Natsu sonrió, hasta que, el fuego desapareció de la nada.

-…

Happy no podía creer lo que veía, y Natsu estaba estático en su lugar. Él… lo había logrado.

-… Natsu… ¡Tú!

-¡Lo hice! – El moreno saltó de la alegría, alzando su puño al aire, y el felino maulló y saltó junto con él. La felicidad los envolvió a los dos, y es que Natsu lo había logrado.

¡Había podido controlar el fuego por sí so-…!

FFFSHHH

-…

-¡¡Natsu, fuego!!

El grito del felino resonó por todo el bosque y Natsu se había quedado estático. El fuego que había desaparecido, apareció; ¡El triple de grande! ¿¡Y ahora cómo se suponía que lo apagarían!?

-¿¡Qué hacemos!? ¿¡¡Qué hacemos!!? – Happy se aferró con garras al pantalón de Natsu, y trató de subir a su espalda. – ¡Vamos a morir! ¡Nos vamos a morir!

-¡Cállate Happy, no vamos a morir! – Sólo quemaremos la mitad del bosque, tal vez… ¡Usa la cabeza Natsu! ¡Apaga el fuego antes de que eso pase! ¡Con agua, podrían…!

-¡Whater Whip!

Antes de que Natsu se moviera; agua apareció flotando, y de un golpe apagó el fuego que él había comenzado. Los dos se quedaron con la boca abierta, viendo como el pasto que antes estaba ardiendo – ahora estaba todo negro y chamuscado – estaba húmedo, y de él salía humo. Lo habían apagado, no ellos, alguien, con, tal vez, magia.

Se quedó sin habla, y antes de que pudiera moverse, una chica salió de entre los árboles. No sabía quién era, y eso lo puso nervioso, pero al notar que la chica llevaba el logo de Fairy Tail tatuado en su cuerpo, lo hizo relajarse. La chica caminó unos pasos más cerca, y se detuvo a una distancia prudente, por lo visto tampoco confiaba mucho en un muchacho que prende fuego un bosque de la nada.

-¿Te encuentras bien?

-¡Es hermosa!

Cállate Happy.

-Ah, sí – hablaste despacio, mirando de reojo con odio al felino que había terminado de subirse sobre tu hombro. La chica tenía una mirada seria en su rostro, pero no parecía estar enojada o algo parecido. Parecía… ser amable. – Siento que hayas tenido que apagar mi problema.

Al decir eso, sonrió levemente. Eso te relajó.

-No te preocupes por eso, no fue nada para Juvia. – ¿Juvia? ¿Así se llamará? – Es normal que los novatos en la magia pierdan el control.

-¿Novatos…? – Natsu la miró confundido. – No, yo no puedo usar magia.

-¿No? Pero, eso de recién, ¿No fue magia de Fuego?

-¡Creo que esta también está loca!

¡Cállate Happy!

-Eh, no. – Negó con la cabeza despacio, la chica también lo había mirado confundida. – Yo no sé nada de magia, esto, no sé cómo lo hice.

-Hmh… – La chica ahora lo miró desconfiada, ¿Pensará que le estaré tomando el pelo? Pues sí, porque no se veía muy contenta ahora. – Ya veo.

Dijo finalmente, bajando los hombros. Luego, volvió a hablar.

-Tú… ¿No has visto a un chico sin camisa por acá, verdad?

-¿Un chico si camisa?

-¡Sí! – Happy clavó las uñas en tu hombro, y diste unos pasos para atrás, lo que antes era una chica bonita y calmada, se volvió en una alterada y algo loquita… se acercó a la velocidad de la luz, y, hasta que no estuvo a milímetros de tu cara, no volvió a hablar. – ¡Es Gray-sama, el chico más lindo, guapo, genial, y suuper fuerte de todo el mundo!

-¿Gray-sama? – Podría ser… ¿El chico de la otra vez?

-Estaba en medio de una misión, cuando él desapareció de mi lado de la nada. – Hizo un puchero y se cruzó de brazos – ¡Es tan injusto con Juvia, Gray-sama! ¡Abandonar a Juvia de la nada, y dejarla sola en el bosque!

Natsu sabía que las lágrimas que estaba soltando seguramente eran de cocodrilo, pero él nunca fue fan de soportar el llanto ajeno, lo hacía sentir ansiedad e incomodidad. Por eso, cuando la chica comenzó a llorar, empezó a pensar en cómo calmarla.

-¡No llores, de seguro no se fue muy lejos! –  Movió sus manos de un lado a otro, tratando de no tocar a la chica. – ¡Debe estar muy cerca! ¡Quizá vio algo relacionado con tu misión y por la emoción salió corriendo!

Soltó una risa nerviosa, viendo como la muchacha poco a poco dejaba de llorar, Fiuf. Esto había sido demasiado para él.

-¿Eso crees?

-¡Sí, sí! ¿Por qué iría a dejarte sola? – ella pareció calmarse, y Natsu suspiró. Happy maulló, y no entendiste lo que quiso decir, no estabas prestándole atención.

Antes de que pudieras decir otra cosa, la chica te calló. Te  tapó la boca con la mano y te acorraló contra el tronco de un árbol cercano.

-No hables. – susurró, Natsu buscó con la mirada  Happy y se dio cuenta de que él ya no estaba en su hombro, si no, que estaba lejos de ustedes dos, escondido debajo de unos arbustos. ¿Escondido…?

Y cuando unos árboles cercanos volaron por los aires supo por qué.

-¡Abajo!

El grito de la chica le alertó, pero para cuando quisp hacer lo que le dijo, sentió un fuerte golpe en las costillas. Salió disparado y cayó al borde del lago, justo antes de caerse en él pudo sostenerse de la maleza y evitarlo. La chica también habría sido golpeada, pero ella puso reaccionar a tiempo y saltando, se protegió con un escudo de agua. Cayó sobre el agua del lago con gracia, y se mantuvo a flote.

Natsu se llevó una mano a las costillas, y escuchó un rugido y la tierra tembló. De los árboles caídos salió una bestia gigante con cuernos, que parecía estar electrificado.

-¿¡Pero qué es-!?

-¡Ice Make: Cannon!

Un bloque de hielo golpeó al monstruo y este cayó de costado, de la maleza salió también Gray, el chico que Pourlyusica había hecho cuidar a Natsu hace unas semanas, ese mismo que había visto salir del edificio de Fairy Tail esa misma tarde.

El chico básicamente se veía despedazado. Tenía sangre por todos lados, junto on cortes y moretones. Su pantalón – la única prenda de ropa que llevaba – estaba desgastado y hecho gijonés, sin mencionar que su cuerpo estaba lleno de barro, y parecía haber sido electrocutado varias veces.

-¡Juvia! – gritó – ¡Hay una manada de estos bichos viniendo para acá! ¡El más grande tiene la roca en el cuello!

La chica fue corriendo sobre el  agua, y lanzando un ataque con el agua del lago al monstruo que estaba derribado, este desapareció, dejando atrás unas brillantes luces que eran como luciérnagas, pero de color rosado.

-¡Entendido, Gray-sama! – Sus brazos se deformaron y crearon dos látigos de agua que estaban unidos a ella. Giró su cabeza hacia Natsu y le gritó: – ¡Sal de aquí antes de que esto se ponga más p-! ¡Cuidado!

No pudo decir más, porque sólo se escuchó un grito que resonó por todo el bosque. Se escucharon varios pasos pesados, y árboles fueron derrumbados.

Un monstruo tenía agarrada a la chica por el cuello, y le lanzaba electricidad a través de ella, y Natsu… él estaba siendo pisado por uno de ellos.

Sentía como sus huesos eran aplastados, y como sus pulmones se ahogaban por la presión sobre ellos, el pie de aquel monstruo era gigante, tan grande como todo su abdomen, y eso le jugó en contra. Trató con todas sus fuerzas de hacer algo, ¡No sé! ¡Levantar el pie del monstruo con sus manos! ¡Algo, se estaba muriendo! Pero fue inútil, al escuchar como una de sus costillas se rompía desistió y se tiró contra el pasto; mirando el cielo. Podía distinguir la sonrisa de aquel animal, y también escuchaba sonidos difusos a su alrededor.

-¡Natsu!

Sintió como Happy le llamaba, pero no pudo hacer mucho; al momento de que una tercera costilla se rompió, este ya había perdido la conciencia…

 

Agua – Fin.

 

 

Notas finales:

Perdones si hay alguna falta de ortografía siempre se me pasan cuando empiezo a escribir como loca porque me gusta como va quedando xD 

Espero leerlos pronto uwu 

Con suerte comenzaré a actualizar los Martes, Viernes y Domingos. 

Nos leemos! 


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