Desde el festival que se había llevado a cabo en Samezuka, las cosas habían cambiado un poco, en especial para Sousuke, quien no se imaginó terminar así…
Desde ese día habían pasado muchas cosas entre ellas fuertes sentimientos que se hicieron presente en el corazón del de ojos turquesas, pero él no se había dado cuenta de ello hasta que 3 chicos que él conocía, comenzaron a acercársele más a él.
Estando en Tokio estudiando administración de empresas, Sousuke lo que menos se esperaba era toparse con Makoto y Haru, quienes al verlo también se sorprendieron, entre los 3 se hizo rutina el verse para almorzar o en ocasiones a cenar.
Cada día que pasaban juntos, Sousuke tendía a pensar más y más acerco de los dos chicos de Iwatobi y llego a la conclusión que le gustaban ambos, pero aun así sin poder olvidarse de su primer amor y mejor amigo.
Unos meses después Rin había regresado de Australia y entre los 4 habían quedado de acuerdo en encontrarse en Tokio para poder ir a comer y conversar, a decir verdad, la reunión fue sumamente incomoda en especial para Sousuke, ya que se encontraba sentado y rodeado por su primer amor (Rin) y sus actuales amores (Makoto y Haru).
Lo que Sousuke no se dio cuenta eran las miradas de competencias que se lanzaban entre si los otros 3 chicos por la atención del de ojos turquesas.
Ya cuando los chicos cursaban el 4 año de sus respectivas carreras (Rin había entrado a un curso para poder ser maestro) una noche como otras, los 4 chicos se reunieron en la casa de Sousuke, habian estado riendo y viendo películas, pero en algún punto de la noche los tres chicos se quedaron viendo fijamente y luego voltearon a ver a Sousuke, este confuso les pregunto.
-¿Qué ocurre?- A lo que los chicos dijeron al mismo tiempo.
-¡Sousuke/Sousuke-kun/Yamazaki, tú me gustas!-
Dejando a un Sousuke sorprendido y en estado de shock, eso era lo último que esperaba escuchar esa noche.
Luego de ese incidente, Sousuke había propuesto sacar a los chicos a citas y al final de un tiempo el diría con quien de los 3 se iba a quedar, los chicos accedieron a esos.
A decir verdad Sousuke la pasaba genial, los chicos en ciertas ocasiones se “soltaban” y pasaban un buen rato con Sousuke, los días habían pasado rápido y Sousuke se encontraba acorralado.
Los 3 lo querían y él a ellos, al final Sousuke había tomado su decisión.
16 años después:
Bajo la sombra de un árbol en una escuela media de Tokio, se encontraba una niña de unos 14 años de cabellera castaña larga peinada en dos coletas bajas y un par de hermosos ojos verdes su nombre es Chihiro, a decir verdad la niña era muy hermosa además del hecho que era muy amable y amigable con todos, siempre ofreciendo su ayuda a quien lo necesitara, varios de sus compañeros varones les gustaba la chica, las chicas aunque quisieran no podían enojarse con ella, era muy tierna e inocente como para molestarla, sumando el hecho que ella ignoraba el gusto de sus compañeros para con ella.
Pero a pesar de todas esas cualidades, ninguno de los chicos se le acercaba de manera romántica era una sentencia de muerte asegurada, no era por la chica, claro que no ella era un ángel, precisamente eran sus hermanos… todos ellos.
Todos sus hermanos la sobreprotegían de cualquier chico que quisiese propasarse con ella con que intentara algo romántico con ella, bueno era algo que ellos siempre remarcaban, después de todo, ella era la única hija, en otras palabras ‘La princesa de la familia’.
El único chico que podía acercarse a ella era Ryugazaki Eita, un chico de cabello azulado algo rizado y de ojos rosados quien era amigo de todos los chicos y en especial mejor amigo de Chihiro, además del hecho de que era el único hijo varón de Ryugazaki Rei y Nagisa grandes amigos de la familia, todos los niños le tenían envidia ya que él si lograba acercarse al Ángel del salón.
-Chihiro-chan no es bueno que te quedes dormida aquí- Dijo Eita a su mejor amiga, quien abriendo lo ojos se topó directamente con un par de ojos rosados, así que sonrojándose por la proximidad dijo.
-Lo siento Eita-kun, es que estaba muy cansada- Dijo Chihiro para luego poder sentarse, Eita hizo lo mismo y se sentó a la par de ella.
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Mientras ellos hablaban como siempre lo hacían, en otra parte de dicha escuela se encontraban un par de chicos de 13 años, eran parecidos, pero no gemelos, quienes se encontraban en la piscina de la escuela flotando tranquilamente mientras podían.
-Es mucho mejor cuando nadie más esta, ¿no es cierto Mizuki?-
-Hum… es más tranquilo, Kei-
Mizuki era un chico algo alto de cabello liso negro azulado como el de su madre y un par de ojos turquesas, era alguien muy tranquilo y callado, aunque en ciertos casos se volvía competitivo. En cambio Kei era del mismo tamaño que Mizuki y al igual que el posee cabello liso pero este es rojo y los mismo ojos turquesas, un chico dinámico en actividades físicas y muy animado aunque en ciertos casos se volvía muy reservado, cualquiera diría que son gemelos y aunque ambos son hermanos y de las misma edad, no lo eran, Kei era dos meses mayor.
-Ya quiero que sea la hora y así ellos vengan- Menciono Mizuki, quien muy a su pesar salía de la piscina, seguido de su hermano y poder cambiarse e ir de nuevo a clases.
-No solo tú, todos estamos así, en especial Chihiro- Respondió Kei.
Al estar listos ambos chicos caminaron hacia el patio e ir a disfrutar lo último de tranquilidad que les quedaba y de paso asegurarse que ningún chico se le acercara a su tierna hermana.
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Dentro de un salón vacío dos chicos de 15 años altos se encontraban en una comprometedora situación.
Uno de ellos era Souichi de cabello corto al igual que su padre y de color negro con unos ojos de color carmesí, normalmente era callado y reservado, que solo hablaba cuando era necesario y quien permanecía junto como si un guardia tratase de su hermano Kazuya, mismo hermano a quien ahora tenía acorralado contra una pared.
Kazuya, un chico de cabello algo despeinado como el de su madre castaño verdoso y de ojos entre verde y turquesa, normalmente alegre y servicial, se podía decir, pero cuando se metían con sus cosas, amigos y/o familia se volvía un ser frio, calculador y sádico, su lema “Nadie se mete con sus cosas”.
-N-nii-san- Dijo Kazuya quien se encontraba con el rostro sonrojado debido a la proximidad que había entre él y su hermano mayor.
Souichi atino a reír al verlo de esa manera – Oh, entonces ahora eres el pequeño hermano menor tímido~ - Procedió a acercarse al oído de Kazuya para luego susurrarle al oído – Si hace menos de 40 minutos ibas a sacarle los ojos a aquella pobre chica- Su sonrisa se agrando al sentir como su hermano colocaba sus brazos alrededor de su cuello y lo apegaba más a él.
-Ella debe de saber que Nii-san es solo mío~- Susurro de vuelta Kazuya con una sonrisa sádica en su rostro- Además~ tú estabas a punto de matar a golpes a mi compañero de laboratorio~ ¡Ah!- Termino con un gemido al sentir los labios de su hermano mayor en su cuello- N-nii-san~
Souichi solo atino a tomar de la cintura a su hermano menor juntando aún más ambos cuerpos mientras que ahora comenzaba a morder la deliciosa piel del menor y sus manos ahora las dirigía al trasero de este para darle un apretón. El menor de los dos solo podía gemir y dejarse hacer.
-Así todos sabrán de una maldita vez que tienes dueño, outoto~-
Ambos chicos, los dos eran los mayores de todos sus hermanos, desde hace tiempo ambos hermanos forjaron sentimientos más fuertes de solo hermanos, ellos se amaban como amantes, era su secreto más oscuro, no sería difícil ocultarlo, pero ambos eran totalmente posesivos el uno del otro.
*
*
En una camioneta van familiar de 8 asientos de color blanco, iban 4 adultos y un bebé, ellos se dirigían hacia una respectiva escuela media para la celebración de fin de año y graduación para los de 3er año.
-Deja de estar tan nervioso- Dijo uno de ellos, de cabello liso negro azulado cayendo sobre sus hombros y quien llevaba un suéter delgado que dejaba ver ambos hombros y un pantalón negro, quien en brazos llevaba un pequeño bebé de no más de 5 meses.
-¡Rayos ya lo sé! Pero es que… no puedo evitarlo- Respondió el otro, quien tenía un cabello rojo amarrado en una pequeña cola, llevaba una camiseta negra y roja con un pantalón azul y quien iba en uno de los asientos del medio junto al de cabello azulado.
-No es nada fuera de lo común, es algo normal- Dijo quien conducía la van, quien era de cabello negro corto, quien iba con una camisa manga larga de salir de color blanca y pantalón de salir negro.
-Tiene razón, s-solo hay que actual normal- Opino el último de ellos quien tenía cabello castaño despeinado, usando lentes, llevando una camisa de botones celeste y un pantalón café.
-Está bien, está bien solo apurémonos, ya vamos tarde-
Sin más siguieron el trayecto en silencio, bueno excepto por los pequeño ruidos de alegría que formulaba el pequeño bebé.
*
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En el gimnasio de la escuela media se encontraban todos los chicos del 3er año, juntos a sus maestros y los alumnos de 1ero y 2do, quienes debido a la celebración debían participar.
Souichi y Kazuya se encontraban algo preocupados ya que no veían en ningún lado a sus padres, pero tampoco habían recibido ningún mensaje de ellos que diciendo que no llegarían así que decidieron esperar un poco más.
-Chihiro-chan cálmate, seguro ya vienen en camino- Dijo Eita intentando tranquilizar a su amiga.
-P-pero es que n-no los veo- Respondió Chihiro algo triste.
-Solo espera, confía en mí-
Mientras tanto Kei y Mizuki, veían aburridos todo a su alrededor, solo tenían una cosa en su mente “Salir corriendo e ir a nadar”.
Luego de 40 minutos la celebración había terminado y los padres se reunían con sus hijos a conversar, en ellos ambos hermanos escucharon a sus hermanos menores gritar.
-¡Oka-san!-
-¡Ka-chan!
-¡Mamá!
Entonces vieron como sus tres hermanos menores se dirigieron hacia sus padres, con sonrisas en sus rostros ambos chicos llamaron a su maestro guía y junto los 3 fueron hacia los padres de los menores.
-Sensei, queremos presentarle a nuestro padre- Dijo Kazuya mientras señalaba a su padre.
-Y a nuestras madres- Termino Souichi señalando a las otras 3 personas que estaban junto a su padre.
-¿Madres?- Pregunto confundido el sensei.
-Mucho gusto señor, soy Yamazaki Sousuke- Se presentó el papá de los chicos.
-Yamazaki Makoto- Saludo el castaño.
-Yamazaki Rin- Luego fue el de cabello rojo.
-Yamazaki Haru… y Yamazaki Yuto- Menciono el ultimo de cabello negro azulado y señalando a su bebé.
El sensei de los mayores quedo sorprendido, no creía que sus dos mejores alumnos tuvieran una familia un tanto… inusual.
Sousuke solo sonreía ante la sorpresa del hombre mayor, a decir verdad, el todo los días se sorprendía al ver a su familia, que cada vez se hacía más y más grande.
Quien diría que iba terminar siendo esposo de 3 y con 6 hijos.
Extra:
Souichi y Kazuya se encontraban en el cuarto del mayor (Souichi) teniendo una apasionada sesión de besos, en donde en momentos Souichi comenzó a manosear por debajo de la ropa a su hermano menor, quien comenzó a gemir, en eso…
BAM!
-¡¿Qué rayos está pasando aquí?!- Rin había entrado de improviso por la puerta de la habitación, encontrándose a su hijo con el de Makoto.
-¡M-mamá!- Gritaron ambos chicos sonrojados apartándose de cada uno.
-Saben, no soy quien para hablarles de moral, es decir, mírenme comparto esposo con otras dos personas- Dejo salir un bufido- Eso sí, si escucho que algo por parte de sus hermanos, ¡se lo diré a su padre!
-¡Si!-
-Muy bien… por cierto, hay algo en las puertas que se llama “seguro”-