Narra Berthold
Casi medio día, todos estaban ya a punto de terminar su labor, lagrimas recorrían mis ojos al pensar en lo que les esperaría a todos y a cada uno de ellos, a mis compañeros, y muchos de ellos mis amigos Eren, Mikasa, Armin, Mina, Marco, Christa, Connie, Sasha, Thomas, Samuel, incluso Jean e Ymir. Y también estaba el, mi única razón de vivir en este mundo, mi mejor amigo y compañero, Reiner Braun.
Annie y yo nos escabullimos hacia la puerta externa con nuestros equipos de maniobras sin que nadie nos note.
-Bien Berthold vamos a hacer esto de la forma fácil, o de la forma difícil.
-Ya te dije que lo hare Annie, pero deja de apuntarme con ese cuchillo!
-Entonces hazlo de una maldita vez!!
-BASTA!! Es que sus vidas no te importan??!?! Son nuestros compañeros…
-Me importa un rábano ellos, solo debemos seguir con la misión ahora hazlo o sino… sabes que le hare a tu amigo Reiner… y a ti.
Lagrimas y mas lagrimas salían, un fuerte respiro…
-PERDONENME!!!!!
Una mordida en la mano y el calor recorriendo mi cuerpo, donde hilos de músculos salían de mi cuerpo, y ahí estaba yo como el Titán Colosal, no había vuelta que dar, el vapor lo envolvía todo y no pude ver mas allá, solo logre divisar a Eren y a otros de mis compañeros que cayeron muralla abajo.
El terror me invadía y quise dar marcha atrás, mas sin embargo logre ver a Annie con sus afiladas espadas apuntando hacia mí, noto que quería dejarlo, así que alzó con fuerza su brazo y clavo la espada en mi pie mirándome con cierta advertencia, no tuve opción, alcé el pie que no estaba herido y destruí la puerta, al mismo tiempo alcé mi brazo y destruí unos cuantos cañones. Pero por un momento tuve miedo, pero no de Annie. Un impetuoso Eren sediento de venganza ahora se abría camino por mi brazo de titán dispuesto a atacar la nuca, el punto débil, no pude mas y simplemente cuando Eren logro cortarme, salí del cuerpo del titán desapareciendo entre el vapor mientras el titán iba desapareciendo.
Logre llegar a donde estaba Annie, rápidamente tomo mi brazo, y cuando esperaba una mirada molesta u otra amenaza de muerte…
-Vámonos de aquí… Reiner nos espera adentro.
Simplemente entramos y todos estaban alterados, trate de controlarme y conservarme neutral, aunque por dentro lloraba y gritaba de dolor y de culpa.
-Berthold, estas bien??
-Reiner… yo…
Me lance a sus brazos tratando de no llorar, y el no pudo hacer más que acariciar mis cabellos.
-Basta ustedes dos que están vivos de milagro, a mi señal Reiner ya lo sabes… no es así?
-Si si ya entendí Annie… ahora por un segundo cállate maldita…
-LOS TITANES SE ACERCAN!!!! TODOS A SUS POSICIONES!!!
Logre distinguir la voz de uno de los superiores y no pude hacer más que separarme de Reiner. A ambos nos asignaron a la retaguardia a evacuar a los civiles, por lo cual la cosa seria más tranquila para nosotros y otros compañeros de elite y hábiles como Mikasa, mas no así para los demás. Muy dentro de mí, desee que Annie sea devorada por algún titán.
Nuestra labor fue relativamente sencilla, pues pocos titanes se habían adentrado a la puerta interior, y con personas tan fuertes la evacuación de civiles fue rápida.
Narra Reiner
Pude ver a todos y cada uno de ellos, seres humanos, con sentimientos y emociones, con miedo, con personas queridas cerca de ellos o en sus corazones, y por sobre todo, seres con vida, que si bien no eran perfectos tenían vida. Me compadecí de ellos y casi me odie a mi mismo por lo que iba a hacer cuando Annie diese la señal. Y en un solo instante simplemente no quise hacerlo, y no lo haría. Pensé a la velocidad algo para distraer a Annie y evitar convertirme en el Titán Acorazado para romper la puerta interior de Trost hacia el muro Rose, pero mi prioridad seria cuidar de Berthold.
Simplemente el quedarme cerca de los demás sería suficiente para evitar convertirme y mantener a raya a Annie, quien a pesar de todo, no era tan estúpida para ponerse en evidencia frente a tantos soldados y con tanta desventaja como testigos y falta de energía, sin mencionar que nuestros tanques de gas se habían vaciado, incluyendo los nuestros.
Cuando nos acercamos al centro, vimos que muchos de los nuestros ya habían muerto, entre ellos Thomas, Mina, y para nuestra sorpresa Eren. Al ver a Armin frente a Mikasa desconsolado y sintiéndose culpable, vi a Berthold temblando tratando de conservar la compostura, a lo que yo atine a tomar su mano disimuladamente.
-No es tu culpa.
-Lo es Reiner… ellos no volverán y es por mi culpa, ellos tenían sueños y vida, y ahora no la tienen más.
-Si quieres buscar culpables, solo mira a esa estúpida organización, y a Annie.
Berthold calló, mientras tanto, a pesar de que todos nos quedamos casi sin gas para trepar el muro, Mikasa avanzó, y diciendo unas cuantas palabras llenas de coraje y tristeza, avanzó para seguir peleando, y muchos la siguieron, era mi oportunidad para huir.
-Berthold, hay que ayudarla.
-Pero… Annie…
-No importa, si la perdemos será mejor para nosotros, además eso ayudara a mitigar un poco la culpa no crees?
Y sin más, avanzamos hasta que nos quedamos casi sin gas. Pude ver a muchos de nuestros compañeros heridos, agobiados y sin ganas de seguir, invadidos por el terror, y muchos de ellos ya muertos.
Pudimos exterminar a muchos y de cuando en cuando entrar a alguna de las casas a descansar un poco y calcular en cuanto tiempo nos quedaríamos sin gas. Más sin embargo, un misterioso titán anormal que atacaba a otros titanes fue avistado por algunos compañeros nuestros, y a Armin se le ocurrió usar al mismo titán para atacar a otros y llegar al centro de suministros. Algunos murieron en el proceso, pero logramos llegar, y, gracias al plan de Armin para matar a los titanes que estaban en el sótano, pudimos recargar gas y cuchillas. Todos huyeron, con excepción de Mikasa, Armin, Jean… y Annie.
Cuando tratamos de irnos para trepar el muro, Annie nos detuvo, pensé que iba a darme la orden de convertirme.
-Reiner, Berthold, cambio de planes. Seguiremos luchando pero no te convertirás en el Acorazado.
-Eh?- Sentí un gran alivio a la vez que tuve un mal presentimiento-¿Por qué?
-Mira ahí abajo.
Logramos ver el cuerpo de ese titán frenético que nos “ayudó” ya destrozado, y de la nuca del mismo reconocí a una figura familiar… y no pude creerlo, mi compañero y amigo, Eren Jaeger, el cual tenía nuestro mismo poder. Cómo? Porque él?
-Él es el que buscábamos.
-No… Eren… no puede ser…
-Cállate Reiner, por ahora no podremos capturarlo, Mikasa y los demás acabarían con nosotros. Actuaremos como si nada pasara y fuésemos no mas que cadetes normales quedo claro?
-S-Si…-respondió Berthold aun helado por la sorpresa.
Mientras tanto, Armin y Mikasa, cargando a Eren se fueron a dar la cara a los soldados de mayor rango encargados de las Tropas Estacionarias. Berthold, Annie, Jean y yo nos quedamos a observar que sucedía con ellos. Por primera vez en mi vida, agradecí la presencia de Jean.
La cosa no iba bien para ellos, les dispararon con el cañón y Eren no tuvo más opción que recurrir al cuerpo del titán para protegerse y proteger a sus amigos. Cuando el humo se iba disipando, Armin salió en defensa de ellos. Sabía que Armin era débil, en el entrenamiento si Eren o Mikasa no estaban cerca, yo era el que terminaba ayudando al rubio a seguir, pero había algo en el mucho más poderoso, su inteligencia no tenia limite, era un genio sin lugar a dudas, cuando se trataba de estrategias simplemente Armin era el numero uno. El miedo invadía a los superiores, y cuando estaban a punto de dar la orden de disparar por segunda vez, un viejo raro los salvo de una muerte segura y nos dio a todos un respiro de alivio, su nombre: Dot Pixis, comandante de las Tropas Estacionarias de la región sur de los muros.
Con el alivio, no tuvimos más opción que reunirnos con nuestros compañeros. Ahí abajo todos miraban asustados pensando que pronto aparecería el Titán Acorazado. Quise tranquilizarlos, decirles “calma, no vendrá, te lo aseguro” pero no podía.
Al poco rato, el mismo comandante nos presento una estrategia para recuperar Trost, que consistía en usar al titán de Eren para tomar la gran roca cerca de la entrada y tapar el agujero, siendo protegido por soldados de elite, mientras que los demás serian la carnada para atraer a los titanes a un punto en especifico y distraerlos.
Partimos hacia un punto a llevar titanes, y si era necesario, a matarlos, cuando nos detuvimos por un instante.
-Tuvieron suerte ustedes dos, pero no creas que no me di cuenta lo que tratabas de hacer, Reiner.
-Sí, y no me arrepiento de haberlo hecho, al final decidí por mí mismo, hice lo que tenía que hacer. No me convertiré en un maldito titán cada que te de la gana.
-Tu…
-Entonces… ustedes fueron quienes…? No… no puede ser.
Volteamos hacia esa voz, y vi a Marco, estupefacto y pálido. Nos había descubierto. Un silencio abismal hasta que Annie hablo.
-Así es Marco, Reiner es el titán Acorazado, Berthold es el titán Colosal, y yo también, soy un titán del tipo femenino.
-Pero porque?? Ustedes son nuestros amigos, nuestros compañeros.
-Escucha Marco, podemos explicarlo.
-Berthold, no creo que puedan.
-Ya no hagas tanto drama Marco.
-Annie!!!
En ese momento escuchamos unos pasos aproximándose, un titán de 7 metros venia hacia nosotros con claras intenciones.
-Es una pena Marco, en verdad me caías bien…
Y diciendo esto, Annie le hizo caer quitándole su equipo de maniobras tridimensionales en unos movimientos rápidos y agiles que nadie vio venir.
-Pero estuviste en el lugar y tiempo equivocados, no nos juzgues.
-Que vas a…
-Annie no!!!!!!!
Lo pateo hacia donde estaba ese titán, el cual logro morder la mitad de su cuerpo, pues ahora le interesábamos nosotros. De nuestros ojos cayeron gruesas lágrimas al ver a nuestro amigo Marco ser devorado por un titán. Y con Annie de por medio.
-Asesina!!!!
-Calla Reiner, ahora vámonos que esto se pondrá serio, Berthold, mata a ese titán.
En un reflejo Berthold acabo con el titán, y no quedo más opción que salir de ahí. Una vez lejos, Annie se quito su equipo y se coloco el de Marco.
-Y por qué le quitaste su equipo a Marco??
-Por sea caso…
Pasó más tiempo y se dio la noticia de que la entrada estaba sellada con la roca, ahora solo quedaba limpiar la ciudad de titanes y de los cuerpos de los soldados ya fallecidos.
Lo primero fue relativamente más fácil gracias a la ayuda de la Legión de Reconocimiento, lo segundo fue una verdadera tristeza. En plena limpieza, pude ver a Annie de pie frente a un cadáver, disculpándose. Fue la primera vez que vi a Annie siendo humana, por un momento pude entenderla, muy en el fondo ella tampoco quería ser parte de la misión, una misión de la cual no sabíamos nada y solo seguíamos ordenes. Suavemente me acerque a ella y puse una mano sobre su hombro.
-No hay tiempo para disculparse, debemos seguir.
-Si…
Mientras continuábamos con nuestra labor, Annie rompió el silencio.
-Cambio de planes muchachos, todos entraremos a la Legión de Reconocimiento, incluyéndome.
En un instante, pude ver nuestra posibilidad de libertad esfumarse. Y muchas dudas rondando mi cabeza, que debía hacer, que podía hacer, ya no lo sabia.