Entonces sin más duda lo arrojé nuevamente a la cama y seguí su beso. De a poco introduje mi lengua dentro de su cálida boca. Bocchan dejó escapar un gemido ahogado que me volvió loco. ¡Qué cálidos y suaves eran sus labios! Eran mejor inclusive de lo que los había imaginado tantas veces. ¡Y ahora estaba sucediendo! Quería devorarlos, quería devorarlo todo. Sin poder contenerme, introduje mi lengua un poco más profundo y empecé a juguetear con la suya, envolviéndola, tocándola, haciéndolo avergonzarse al punto del sonrojo. La metía y la sacaba, Ciel comenzó a seguir mis movimientos. Fue entonces que decidí dar un paso más y lo sostuve de la nuca mientras que con mi otra mano bajaba acariciando lentamente por su mejilla, su cuello, recorriendo todo su pecho para llegar a sus pezones. Comencé a acariciarlos y a frotarlos de manera que mi amo dejó escapar un gemido:
"¡Ahh, uhh, Seb...AH!"
Solté su nuca y entrecrucé mis dedos con los suyos para luego bajar mi cabeza hasta su miembro e introducirlo lentamente en mi boca, ignorando por completo a mi amo quién inútilmente trató de zafarse de mí. "¡AHHH! MALDITO NO! No ahí, Sebass... Uhhh...Ahhh ¡¡no hagas eso!! En ese lug..Ahhh, ¡Detente!" Solté su miembro húmedo y dejé que un hilo de líquido preseminal escapara de mi lengua.
- Bocchan...Qué cuerpo tan delicioso tiene...mmmm...sss-
"Ahh, Auuu, Ahhh ngghh, tsk, ahhhh".
Comencé a moverme...Lentamente, envolviendo su delicado miembro, mojándolo, mojándome con su líquido mientras que mi mano acompañaba el movimiento. Llegaba hasta abajo y volvía a subir, abriendo los ojos de a ratos para poder deleitarme con la cara erótica que ponía mi amo al verme succionando todo su presemen.
"Ahhh...No... uhhh... Se-Sebastian p-por favor, ahhh...nghht... no-no sigas...ahhhh... ngghh, te lo suplico... Me correré".
Por dentro yo estaba deseando que se corriera, deseaba ver su rostro poseído por la lujuria, por el placer de venirse, a él, al gran conde Phantomhive quien nunca se permitía mostrar sus debilidades... Quería ser yo el primero y el único. Hacerlo disfrutar, arrastrarlo a un infierno de locura, quería probar su semen, volverlo loco y volverme loco con él...-Sss...Ahhh- Sin darme cuenta dejé escapar un gemido suspirado cuando pensé en ello. Pude notar que Ciel se sorprendió al escucharme.
"Seb...ahhh...Sebastian dime uh... nghhh... ¿Te gusta estar a-así conmigo?"·
-No se imagina lo mucho que me gusta esto- dije, volviendo a succionar su erecto y delicioso miembro. -No puedo más, quiero poseerlo amo, quiero...quiero estar... dentro suyo-
Noté que el rostro de mi amo se encendía de pasión y que su cuerpo tembló cuando le dije aquello. Y como me encantaba tenerlo así, a mi merced.
Cada vez los gemidos se intensificaban y el calor iba constantemente en aumento mientras le practicaba sexo oral a mi joven conde, hasta que no resistí mi deseo y dejé escapar un suspiro casi suplicante mientras lo miraba a los ojos
-Amo, córrase, ¡córrase en mi boca por favor!- Al oír esto, Ciel se ruborizó mucho más y quiso apartarme de sí, pero lo sostuve firmemente y seguí succionando con fuerza.
"Ayyy...Sebb...Me v...me veng...Uhh...aghh, ah, ahhhh...¡¡Me corro!!" y apenas terminó de decirlo cubrió mi boca y parte de mi rostro con su caliente esperma, la que lamí y tragué por completo.
-Mm delicioso- dije, sonriendo en forma pícara y ladina. Realmente era la primera vez que podía sentir el gusto del semen, y por cierto no me desagradaba. Su cuerpo aún se estremecía aun cuando decidí que era el momento.
"Mm? Q-qué haces??" Gritó el pequeño Pantomhive cuando llevé mis dedos a su entrada "¿¿Eh?? ¿Qué harás?" dijo, confundido y asustado.
-No se preocupe, lo haré lo más cuidadoso que pueda, por eso necesito prepararlo- y dicho esto introduje dos de mis dedos (previamente humedecidos con su semen) en su estrecha entrada.
"AHHH!!!, sácalos, Sebastian!!" Pero no cedí. "Ahh, maldito, te mataré".
Reí por lo bajo.
-Vaya vaya, ¿te atreves a hablarle así a tu mayordomo en esta situación?-
Ciel chasqueó la lengua en tono de desagrado. A tan sincero gesto le siguió un beso que planté en sus suaves y mojados labios. No sé cuánto duró, realmente era un paraíso infernal besar tan deliciosos labios, mientras continuaba expandiendo su entrada. Cada vez costaba menos y se notaba que Ciel ya se estaba acostumbrando porque sus gritos de dolor paulatinamente se fueron convirtiendo en gritos de placer. Pero fue cuando encontré su punto que gritó con una sensualidad más deseo que nunca:
"¡AHHHHHHH!! Q-ué...ahhh significa..uhhhhh...e-esto?"
-Vaya...Conque es aquí-
"Ahh...Sebastian por...¿por qué se siente así? ahhh"
Pero yo no podía contestarle. Literalmente estaba siendo consumido por mi deseo de hacerlo mío...TODO MÍO.
Cuando creí que era suficiente quité mis dedos haciendo que Ciel me mirase con sorpresa. Decidí que no perdería ni un poco más de tiempo y comencé a arrancarme la ropa.