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Ai wa yoki shinai monodesu ( El amor es algo inesperado) por ValexWalker

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Notas del capitulo:

Hii

un nuevo capítulo 

espero les guste

nos leemos al final

:)

En Namimori…


-¿Por qué me llamaste? ¿Qué es lo que quieres?


Su expresión mostraba lo “feliz” que se sentía de estar reunido en ese lugar y precisamente con esa persona. No entendió por qué lo había citado precisamente a él, comprendería si hubiese ido a buscar a Tsunayoshi, pero ¿él?... ¿qué asuntos quería que tratasen?


-No tienes que ser tan frío Muku-chan- sonrió y como usualmente lo hacía, se llevó un malvavisco a la boca- ¿No puedo ver a un amigo?


-Tsk- el solo sonido de su voz lo irritaba demasiado- ¿amigo? si quieres bromear, elegiste a la persona equivocada- se cruzó de brazos


-No estoy jugando ni nada parecido- su rostro tomó una expresión seria como casi nunca lo hacía- quiero hablar contigo ¿Podemos sentarnos allí?-señaló una banca que se encontraba cerca a ellos y esperó la respuesta del ilusionista


Mientras más rápido pueda irme, mejor


Sin decir palabra caminó hasta el lugar antes señalado por el peliblanco, seguido casi de inmediato por este.


-Y bien- dijo una vez sentado cruzado de piernas y brazos- ¿Qué es lo que quieres?


-Pues…-levantó la vista y observó fijamente al “herbívoro piña”, cortesía de Hibari por supuesto- quería ofrecerte disculpas


Se hizo un silencio estremecedor por casi un minuto luego de lo dicho por Byakuran.


Mukuro no creía lo que escuchaba, ¿acaso el loco de los mundos paralelos se estaba disculpando? ¿Qué demonios pasaba?


No tengo la más mínima idea de lo que está pensando


-¿De qué demonios hablas?


-Lo que oíste, sé lo que mi yo del futuro hizo, por eso me disculpo; actúe como un completo demente, ¿cierto?- sonrió como usualmente su rostro lo hacía y ese gesto provocó una ligera, pero muy ligera, sensación de vergüenza en Mukuro.


-Si es así,  con el que deberías disculparte es con Tsunayoshi, no conmigo


Se levantó de la banca dispuesto a irse del lugar pero fue detenido del brazo por el contrario.


-Ya lo hice, aunque me dijo que no tenía porque ya que que en este tiempo aún no he hecho nada


-Y tiene algo de razón- trató de zafarse del agarre pero el peliblanco no lo dejaba ¿Quién se creía?


-Aun así – yo… sé lo que te hice a ti también y no puedo permanecer como si nada


Maldición quiero que me suelte


-Está bien- sintió que la presión con la que Byakuran apretaba su brazo disminuía y pudo zafarse


-M-Muku-chan…


-Acepto tus disculpas- se giró y observó fijamente al albino- si eso era todo, me voy


-Espera- se apresuró a decir


-¿Ahora qué?- lo único que quería era irse de allí, estar con ese sujeto se sentía demasiado incómodo y extraño


-Tsuna lo aceptó y me alegraría que tú también lo hicieras


-Se claro ¿Qué quieres decir?


-Quiero ser tu amigo- sonrió ampliamente


Mukuro pensaba que si existiera un premio para las sonrisas idiotas y molestas, sin duda, Millefiore y el guardián de la lluvia se llevarían el premio mayor.


-¿Estas bromeando?


-No lo estoy, Muku-chan


-No me llames así, idiota de los malvaviscos


-Pero tu nombre suena lindo de esa forma


-Me largo- dio media vuelta pero nuevamente fue detenido, se estaba empezando a hartar de esa situación


-No te enfades, en verdad quiero ser tu amigo, no sé porque, pero es algo que me gustaría


-Yo no tengo la más mínima intención de ser cercano a ti


-Me esforzaré- dejó libre la mano del de cabello índigo haciendo que este voltease a verlo- iré todos los días Kokuyo land si es necesario


-No te atrevas


-Lo haré porque quiero ser alguien cercano a Muku-chan


-Tsk-el ilusionista frunció el ceño- te mataré si lo haces


-Te ves muy tierno cuando te enfadas- llevó dos de sus dedos a la frente del contrario- tu ceño fruncido es adorable ¿Te lo habían dicho?


Un color carmín se apoderó del rostro de Mukuro y apartó rápidamente al albino.


¿Adorable?… hijo de…


-Suelo decir lo que pienso, no te enfades por eso Muku-chan


-Ya cállate… ya me cansé de perder el tiempo contigo


Se giró y comenzó a caminar rumbo al lugar donde Ken y Chikusa lo esperaban, puesto que Chrome había salido con la chica de los disfraces ese día.


-¡Iré mañana temprano!- gritó el peliblanco


Eres muy lindo, Mukuro


Sonrió perversamente, nunca pensó que su actuación hubiese sido tan buena. Era cierto que se arrepentía por el daño que su yo del futuro causó a los Vóngola, pero de ahí a actuar tan “Takeshimente” era demasiado. Él era alguien sádico por naturaleza, pero al tratar con un tsundere sarcástico como Mukuro, debía copiar un poco la actitud que el guardián de la lluvia de Tsunayoshi tenía con el tan Gokudera Hayato.


-Haz lo que quieras idiota- respondió el ilusionista sin amenguar su paso


En el fondo, Mukuro sabía que era un error lo que estaba cometiendo.


Solo debí golpearlo, maldición


No entendía porque había dejado que Millefiore se saliese con la suya, solo que eso le traería problemas…sí, muchos problemas.


Estúpido Byakuran


__________________________________________________


El castaño cerró sus ojos para disfrutar aún más el agua caliente, pero de pronto sintió que una mano le tapó la boca. Se exaltó inmediatamente y quiso voltear para ver de quién se trataba, pero un cálido aliento susurrando contra su oído lo dejó inmóvil.


 


-¿Pensabas en mí, Tsunayoshi?


Se estremeció y se sonrojó fuertemente, sentía el pecho de Hibari rozando su espalda y su juguetona lengua lamiendo su lóbulo.


-Hibari-san…


El prefecto, quien solo tenía una tolla envuelta en su cintura, se metió al agua y sin dejar de cubrir la boca del castaño, comenzó a lamer su cuello y clavícula, succionando lentamente la suave y delicada piel que tenía a su merced.


-mmm… - gimió al sentir la lengua del prefecto sobre su piel, percibiendo como la mano libre del pelinegro acariciaba sus muslos por debajo del agua


-Tsunayoshi…- Hibari bajó hasta la espalda de Tsuna mordiéndola y lamiéndola con lujuria, la piel de su herbívoro era sin duda exquisita


-Ahh…nngh- apretó los ojos al sentir como Hibari se deshacía de su toalla y comenzaba a acariciar su miembro desde la base a la punta provocándole un placer indescriptible


-Tsunayoshi…- Hibari se excitaba cada vez más al ver como de los ojos de Tsuna se escapaban lágrimas de placer y como la saliva del castaño humedecía los dedos de la mano que apresaban su boca


-Hi…mmm…-Tsuna se sentía en el cielo, los labios de Hibari lamiéndolo sin pudor, su mano estimulando su miembro eran demasiado para él, sentía que en cualquier momento se vendría


-mmm!!...ahh!!- luego de unos segundos más de estimulación, el castaño liberó su esencia en la mano del prefecto, quien al sentir como el menor llegaba al orgasmo, dejó libre la boca de este para escuchar sus excitantes gemidos


Tsuna respiró agitado por unos minutos y tras recuperar el aire, se giró para ver a su “atacante” dedicándole una sonrisa sincera


-Baka


El inicio de un beso apasionado entre los dos no se hizo esperar, sus lenguas danzaban como si se conocieran desde siempre. Luego de unos segundos, se separaron; el castaño miró fijamente a los ojos de Hibari y le sonrió tiernamente.


El pelinegro notó que Tsuna estaba muy rojo y caliente, además de que apenas podía mantenerse en pie, era evidente que había sido su primera masturbación, lo cual le alegró demasiado, quería ser él todas las primeras veces de ese hermoso herbívoro.


Hibari optó por cargarlo al estilo princesa provocando que Tsuna se avergonzase, lo sacó del agua y lo vistió con su bata de baño que estaba en un mueble cercano, y luego lo  llevó rápidamente a la habitación que ambos compartían.


Al llegar, lo acostó suavemente en uno de los futones y apagó las luces ante la atenta mirada de Tsuna. Hibari se acercó hacia la mesita de noche y prendió la lámpara que allí se hallaba, la cual iluminaba lo necesario para poder ver al castaño, y dándole, sin saberlo, un toque romántico al momento, se acercó al menor.


-Hi-Hibari-san- habló el castaño


El pelinegro se colocó sobre él y le susurró


-Te deseo, Tsunayoshi… ¿puedo hacerte mío?


El rostro del castaño se tiño de rojo, lo dicho por el prefecto era demasiado vergonzoso.


Hibari estaba impaciente esperando la respuesta de Tsuna; luego de unos segundos de mirarlo fijamente, este asintió provocando una sonrisa en el pelinegro quien se acercó a él y comenzó a besarlo.


Después de un tiempo, dejó libre labios del castaño para comenzar a atacar su cuello lamiendo y mordiéndolo ligeramente.


-Te deseo…-susurró mientras daba pequeños besos en los hombros de Tsuna


Al escuchar las palabras del contrario, el castaño lo separó de su cuerpo con ayuda de sus manos provocando que Hibari lo mirase a los ojos interrogando el porqué de su acción.


-Hibari-san- habló Tsuna mirándolo con determinación- ¿qué es lo que sientes por mí?... ¿t-tú me quieres?- tembló ligeramente al terminar de decir aquella interrogante


-Te deseo, Tsunayoshi


El rostro del menor se entristeció


Solo me desea…


Su súper intuición se activó de inmediato y colocó uno de sus dedos sobre la boca del prefecto.


-Por favor, asiente o niega con la cabeza- sus ojos miraban fijamente al pelinegro- ¿Hi-Hibari-san …me quiere?


El aludido lo observó y por la expresión del castaño, entendió lo que este deseaba; Tsuna quería que se sincerara con sus sentimientos y Hibari, con todo lo que habían pasado, con todo lo que el menor provocaba en él, sabía cuál era la respuesta que debía dar.


Asintió y sonrió de una forma en la que jamás lo había hecho, una sonrisa que expresaba ternura y amor, ese amor que sentía por ese pequeño herbívoro que se había apoderado del corazón que no pensaba tener.


El castaño retiró su dedo y le devolvió el gesto- Me haces tan feliz, Hibari-san…yo….yo también te amo mucho- rodeó con sus brazos el cuello del pelinegro, se acercó a él y comenzó un beso que expresaba todo el amor que le tenía


Hibari no se quedó atrás y poco a poco fue dominando el contacto, para luego seguir en donde se habían quedado, esa noche él y su tierno herbívoro serían uno solo.


-Ahhh…ngh- gimió al sentir como el prefecto lo despojó de la bata y acariciaba cada parte de su cuerpo, sus manos frías haciendo contraste con su piel cálida le provocaban un infinito placer   


-Tsunayoshi, déjame oírte más- tiró la bata del castaño a un extremo de la habitación, para luego comenzar a estimular los pezones de Tsuna; los succionaba y mordía provocando que estos se pusiesen erectos.


-Ahh! Hibari-san…


El pelinegro sonrió al escuchar los gemidos de su herbívoro y de pronto se le ocurrió una idea para hacer que todo fuese más excitante.


-Tsunayoshi-habló separándose del castaño- espera un momento-dijo para luego levantarse e ir al futón continuo


-Hi-Hibari-san- Tsuna no entendía la acción del pelinegro, solo lo veía buscando algo rápidamente


Tras unos segundos Hibari volvió, traía en su mano su chaqueta del comité disciplinario, se colocó nuevamente sobre el castaño y lamió su mejilla.


-Ten ponte esto, quiero oírte gemir mi nombre con esto puesto


Del solo oírlo se puso de mil colores, Hibari era un completo pervertido, pero ¿podría negarse?


-E-Está bien- ayudó a Tsuna a reincorporarse y observó atentamente como el castaño se colocaba la chaqueta, dejándola abierta.


Cuando terminó de hacerlo el prefecto se sentó en el futón e indicó al menor que hiciese lo mismo pero sobre sus piernas. Este obedeció y soltó un sonoro gemido al sentir un gran bulto debajo de él, era el miembro de Hibari, que a pesar de estar bajo la toalla que este aún mantenía enrollada en su cintura, se sentía muy claramente.


Es enorme


-Ahora, di mi nombre, pídeme que te toque- sonrió perversamente y subió su mano por debajo de la chaqueta, acariciando la espalda del castaño.


-Ahh...Ky-Kyoya… m-más…tócame más- no sabía lo que decía, tan solo se dejaba llevar por Hibari, sentir sus manos tocar su piel lo llevaban a otro universo


-Buen chico…- se apoderó de sus labios mordiéndolos, succionando con mucha lascivia y ansiedad


-Mmm…ahh!- gemía el castaño entre el beso tratando de seguir el ritmo del pelinegro fracasando en el intento


Hibari luego de unos segundos dejó los labios de Tsuna para besar y succionar fuertemente sus pezones.


-No…dejarán marcas,  Kyoya


-Solo marco lo que es mío- respondió continuando con lo suyo, para luego acariciar lentamente los muslos y nalgas de Tsuna, apretando estas últimas


-Ahh!- saltó al sentir las manos de Hibari en su trasero y se abrazó a este ante el temor que sentía, no era tonto, sabía lo que vendría


-No temas- Hibari tomó su rostro- no te haré daño


Tsuna asintió y le dio un dulce beso


-Lo sé…yo confió en ti, Kyoya


Sonrió  le mostró tres dedos- Lámelos- se acercó al oído del menor- te harán sentir muy bien


Tsuna asintió nuevamente y comenzó a lamer los dedos del pelinegro, los succionaba y mordía ligeramente tratando de lubricarlos lo más que podía;  por su parte, Hibari no pudo evitar soltar un suspiro al sentir la pequeña y cálida lengua de su herbívoro juguetear con sus dedos, sus acciones lo excitaban cada vez más y su miembro comenzaba a doler demasiado.


-Ya es suficiente- retiró sus dedos de la boca del castaño


-Ahh… Ky-Kyo…


-Tsunayoshi, acércate más- interrumpió Hibari e hizo que Tsuna se pusiese de rodillas sobre sus piernas


-Ábrelas un poco más


El castaño así lo hizo y sintió como el prefecto comenzó a acariciar su entrada


-Ahh!!... nngh…


-Ven aquí- se apoderó de sus labios, le quitó la chaqueta para poder tocar más de su piel y luego empezó a introducir el primer dedo en el estrecho agujerito de Tsuna


-nngh!! … ahhh! d-duele- se quejó el menor entre el beso


-Solo relájate, lo haré más despacio ¿está bien?


-E-Esta bien- Tsuna se abrazó al prefecto y dejó que este introdujera el segundo dedo, al principio le dolió mucho, pero Hibari fue muy gentil con él, moviéndolos despacio y dándole pequeños besos en el hombro para tranquilizarlo


Luego de un tiempo, al sentir cómo Tsuna alzaba y bajaba las caderas pidiendo más contacto contra los dedos de Hibari, este supo que ya estaba listo y los sacó del interior del castaño provocando en este un quejido de molestia.


-Uhm... espera un poco, no seas tan impaciente- sonrió perversamente y de un solo movimiento recostó al castaño de espaldas sobre el futón


Lo dicho por Hibari hizo que el menor desviase la mirada provocando una pequeña carcajada en el prefecto.


-Wao…así que te avergonzaste


-C-Cállate- dijo Tsuna haciendo un puchero


-Uhm… haré que te avergüences aún más, pequeño conejo


-C-Cone….ahh!!- Tsuna emitió un sonoro gemido al sentir la lengua de Hibari lamer su entrada


-No…no debes hacer eso…K-Kyoya ahhh!- el castaño se tapó el rostro con los brazos mientras gemía sonoramente


-Te gusta ¿verdad?- tomó el ya despierto miembro del castaño y comenzó a estimularlo con su mano mientras  introducía su lengua en el rosado agujerito de Tsuna


-Ahhh!!! Kyoya!!!- Tsuna arqueó la espalda por el placer que sintió en ese instante


-Tsunayoshi…


-Kyoya…ya casi…- el castaño estaba punto de venirse hasta que el pelinegro paró toda acción y se colocó frente a Tsuna retirando los brazos de su rostro


-Ya es hora, Tsuna- el castaño se sorprendió mucho, Hibari nuca lo había llamado de ese modo, alzó una mano y acariciando el rostro del pelinegro, le sonrió tiernamente


-Está bien, quiero que seamos uno


Hibari tomó la mano del menor, entrelazó sus dedos con los de esta y luego le dio un dulce beso.


Al separase, Hibari se arrodilló sobre el futón, se sacó la toalla de la cintura, acomodó su miembro  frente a la entrada de Tsuna y lo penetró lentamente.


-Ahh!!...K-Kyoya…d-duele- de los ojos del castaño se escaparon unas cuantas lágrimas, provocando que Hibari se acercase a él y lamiera estas tiernamente


-No llores, no me moveré, tranquilo


-K-Kyoya- lo abrazó y hundió su rostro en el pecho del pelinegro


Pasó un rato en el que Hibari se mantuvo inmóvil esperando que el castaño se acostumbrase; luego, cuando sintió que las caderas de Tsuna se movían hacia él, empezó a moverse lentamente provocando en Tsuna gemidos de dolor y placer.


-Ahh!! Kyoya!...


-nngh…Tsunayoshi…


Las envestidas se volvían cada vez más rápidas, llegando a ser muy salvajes, provocando que el pelinegro tocara aquel punto erógeno que hizo que Tsuna emitiera un gemido tan sonoro, que si hubiese sido escuchado por todos en la posada no le sorprendería.


-Ahh!!!! Kyoya!!...ahí… me gusta… nngh- no entendía lo que gritaba, solo sentía que necesitaba más de lo que Hibari le estaba dando


-nngh…tan estrecho… me succionas fuertemente, Tsunayoshi - Hibari sacó su miembro del interior del castaño, para luego entrar salvajemente de nuevo, volviendo a tocar el punto de placer de este


- Ahh!!!...aquí- Tsuna colocó una de sus manos sobre su ombligo y miró con ojos llorosos y el rostro completamente rojo al prefecto- te siento aquí, Kyoya…


-Eres un herbívoro muy lascivo- Hibari lamió los pezones del castaño mientras seguía envistiéndolo fuertemente


- Ahh……m-me vengo nngh…


-Estoy en mi límite, Tsuna- estaba por salir del interior del castaño, pero fue detenido por la mano de este


-P-Puedes hacerlo dentro…quiero sentir la esencia de Kyoya llenarme completamente…


Hibari se acercó al rostro del menor y tras darle un casto beso, lo envistió nuevamente hasta que los gemidos del orgasmo por parte de ambos resonaron en toda la habitación.


-Ahh!! Kyoya!!..


-T-Tsunayoshi…


El castaño liberó su esencia manchando los vientres de ambos y el prefecto dentro de él; luego de unos segundos en los que Tsuna respiró agitadamente tratando de recuperarse, Hibari salió de su interior y se acostó a su lado.


-Kyoya- Tsuna se volteó hasta quedar frente a frente con el pelinegro


-¿Te encuentras bien?


-S-Sí, fue maravilloso- el castaño se sonrojó al decir lo último- te amo, Kyoya


El pelinegro le devolvió la sonrisa


-…Te amo, Tsunayoshi


Fue un susurro casi inaudible, pero bastó para que de los ojos de Tsuna brotaran lágrimas de felicidad, en ese momento se sentía la persona más feliz del mundo.


-¿Por qué lloras?- Hibari retiró suavemente las lágrimas  del rostro de su herbívoro


-Porque estoy muy feliz


-Tonto, si estás feliz lo que debes de hacer es sonreír


-T-Tienes razón- entrelazó sus dedos con los de Hibari y le sonrió dulcemente


-Debes estar cansado, debes dormir para que te repongas ¿de acuerdo?


-Sí pero antes, quiero preguntarte algo


-….- calló esperando a que el menor hablase


- Pues… q-quería preguntarte si irás con nosotros a Italia o piensas quedarte en Namimori


Hibari observó los ojos de Tsuna, los cuales expresaban cierto temor, e intuyó que de seguro el castaño se estuvo martirizando bastante tiempo pensando cuál sería su respuesta.


-Después de todo lo que hemos hecho aún no sabes cuál es mi respuesta- el pelinegro lo abrazó y habló en susurro- es obvio que iré, no  me alejaré de la persona que amo


-Kyoya…-el castaño rodeo con sus brazos a Hibari correspondiendo el abrazo- ¡te amo!


Al separarse el pelinegro le dio un tierno beso.


-Es mejor dormir- colocó una mano en la cintura del castaño- o no podré controlarme


Se sonrojó y asintió acurrucándose en el pecho de Hibari y este lo rodeo con sus brazos no sin antes cubrir a los dos con una de las sábanas que quedó en el suelo por la “acción” antes consumada.


-Hibari-san…-susurró antes de caer completamente dormido


Nunca dejarás de ser formal conmigo, herbívoro


Sonrió y tras besar la frente del  castaño, se dejó vencer por el sueño de igual forma.


...

Notas finales:

kyaaaaaaaaaa <3 al fin lo hicieron :)

me disculpo por el lemon, soy pésima para ello

No recibí comentarios en el capítulo anterior pero de igua forma quise actualizar para las personitas que leen :) Sé que es un fic que estoy editando pero le he añadido aparicion de más parejas, así que es ligermante distinto a la version anterior... por ejemplo ahora fue turno de la 10069, espero les haya agradado eso.

El el próximo capítulo aparecer un tiburon malhumorado <3

En fin... me despido

Si les gustó el capítulo me gustaria que comentaran, sino, tambien pueden hacerlo, las críticas son algo muy constructivo.

Besos

Bye bye


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