Llevaba más de dos horas tratando de ignorar a la persona que se encontraba sentada en su sofá comiendo malvaviscos, pero por más que lo intentara, su vista siempre terminaba desviándose hacia él.
“¿Cómo sucedió esto?” se preguntaba constantemente hace ya varios días, específicamente desde que fue citado por el peliblanco sonrisa de psicópata, que fue cuando toda esa pesadilla comenzó.
Nunca pensó que cumpliría con su amenaza de visitarlo todos los días y volverse más cercano a él… ¿Estaba loco? ¿Qué lograría fastidiándolo de esa forma?
Por su mente pasó el preguntarle sin rodeos la razón, pero no quería darle a entender que le afectaba su presencia, no sería él el que se rindiera primero, esperaría a que Byakuran se aburriera y lo dejase en paz por cuenta propia… sí, eso pasaría pronto, estaba seguro.
-No me mires tan fijamente Muku-chan, tus ojos me ponen nervioso- sonrió llevándose un malvavisco a la boca, esperaba la reacción del ilusionista fuese la que intuía
-¿Q-Qué?- las palabras dirigidas a él lo sacaron de sus pensamientos y no pudo evitar que su rostro se calentara repentinamente- ¿Quién demonios te está mirando? Idiota
-Tu lindo sonrojo me dice que es verdad- estaba feliz, la reacción de Mukuro había sido la esperada- pero Muku-chan, no debes solo mirarme fijamente, si quieres saber algo tan solo pregúntame, responderé todo lo que quieras saber- terminó con una sonrisa
-Tsk…-lo irritaba demasiado, ese maldito lo hacía actuar como el guardián de la tormenta de Tsunayoshi y no era para nada gracioso ¡él no era un puto tsundere! Él era una persona malvada, sarcástica y muy fuerte, mataría a Byakuran por cambiar de esa forma su personalidad- te lo diré entonces- ya se había hartado, a la mierda todo- ¿Cuál es tu objetivo? ¿Qué ganas con venir aquí todos los días?
-Pensé que te lo había dicho- se paró del sofá y se acercó lentamente al otro deteriorado mueble donde estaba el ilusionista- quiero ser cercano a ti, ser tu amigo- se inclinó acercándose al rostro de Mukuro y esperó la respuesta de este en silencio
-¿Crees que soy idiota?- se reincorporó rápidamente provocando que su contrario también lo hiciese y quedasen frente a frente- lo que dices no es una opción… ¿Tu mi amigo? Kufufu- rio- la mentira es demasiado mala, pensé que eras experto en eso, pero parece que me equivoqué
-¿Porque no puedes ser dulce como Tsunayoshi-kun?- de un momento a otro apresó sus muñecas y lo apegó a su cuerpo, la farsa se había acabado muy pronto pero supo que tuvo que intuirlo desde el comienzo, era Mukuro de con quien trataba de todos modos
-¿Que tiene que ver Tsunayoshi? Imbécil- trató de zafarse y no supo si fue la cercanía con el contrario o los ojos del peliblanco viéndolo fijamente lo que le quitaron las fuerzas para cumplir con su cometido
-Aunque debo admitir que fue esta personalidad tuya la que me atrajo desde un principio- se acercó aún más hacia el guardián de la niebla, el espacio personal para ese entonces había quedado en el olvido
-Qué mierda estás…
-Lo que oíste, Mukuro- el llamarlo así sorprendió al ilusionista, pero lo que lo impresionó fue la expresión seria en la mirada de Byakuran- tenías razón, la amistad no es lo que busco de ti, no pude engañarte en lo más mínimo
-Lo sabía- sonrió con sorna- ¿qué es lo que realmente buscas?
-Tu amor
La respuesta del Millefiore resonó por toda la habitación haciendo que el silencio se instaurara inmediatamente después; los dos chicos parados en medio del lugar se hallaban inmóviles, uno esperando la respuesta contraria y el otro por lo confundido que se sentía en ese instante.
¿Amor? De verdad piensa que soy idiota ¿cierto? Lo de la amistad es mil veces más creíble… no sé si golpearlo o reírme maldita sea
Se debatía mentalmente en que hacer a continuación, aquella respuesta por parte de Byakuran lo había sorprendido a tal punto que por primera vez no decidía que es lo que haría a continuación.
Por el lado del peliblanco, solo ansiedad era lo que se observaba. Era verdad que tenía una personalidad retorcida y no había sido el más bueno de todos; sin embargo, cuando se trataba de Mukuro, algo en su interior cambiaba y lo volvía más sensible. En ese instante las ansias por conocer la respuesta del ilusionista habían abarrotado todo su cuerpo, pero para cuando se dio cuenta, las ansias de besarlo las habían rebasado.
Llevó una de sus manos a la nuca de Mukuro y sin que este pudiese replicar su acción o siquiera empujarlo, unió sus labios de forma rápida pero lo más delicada que pudo.
Si la respuesta de Byakuran lo había dejado anonadado, el ósculo que compartían había terminado por destruirlo. Sentía sus lenguas saborearse una contra otra sin darse tregua alguna, al principio había tratado de separarse golpeando con sus puños el pecho del peliblanco, pero las corrientes que su cuerpo recibía por el contacto y las caricias de este en su cuello y cintura terminaron por doblegarlo. Él ya había besado antes, por diversión o lo que fuese, pero juraba nunca haber disfrutado tanto de un contacto tan íntimo hasta ese momento.
-ahh…i-idiota- respiró agitadamente mientras llevaba su brazo al rostro para ocultar su rostro
-Muku-chan…-trató de tocar al ilusionista pero una bofetada en esta fue todo lo que obtuvo
-¿por qué hiciste eso?- lo miró fijamente buscando una respuesta
-Ya te lo dije… te amo, Muku-chan- sonrió de forma sincera después de mucho tiempo; era mentira el decir que se rendiría si el ilusionista lo rechazaba, después de todo, sus sentimientos eran completamente sinceros.
-T-Tú…- un sonrojo cubrió su rostro- ¿cómo puedes decir algo así?- era demasiado vergonzoso el escuchar algo así dirigido a él
-Digo la verdad me creas o no- tomó la cintura del contrario y esta vez no le impidió el contacto-déjame estar a tu lado- acercó sus labios a los de Mukuro pero antes que pudiese besarlo, el ilusionista lo detuvo con uno de sus dedos
-Ni se te ocurra
-Sé que te gustó el anterior, no trates de negarlo Muku-chan- llevó su boca cerca de su oído- jadeabas realmente lindo- susurró riendo
-Tsk…- trato de golpearlo pero fue detenido inmediatamente- suélt…
El peliblanco se apoderó de sus labios por segunda vez y no desaprovechó la oportunidad para profundizar más el contacto. Estuvieron de ese modo por largos minutos hasta que la falta de oxígeno los hizo parar.
Mukuro no se creía lo que estaba haciendo ¿Qué no solo hasta hace un momento quería matar a ese idiota? ¿Cómo podía dejar que lo besase? y más aún, disfrutar de esa manera de la boca contraria. Damon lo mataría si lo viese.
-Me correspondiste, eso significa para mí un sí- abrazó el cuerpo contrario estrujándolo un poco
-Suéltame- golpeó el cuerpo del Millefiore- solo me divertía un rato, no tomes eso a tu conveniencia
-Eres muy malo mintiendo, por lo menos a mí- se separó para ver fijamente al ilusionista
-No miento, idiota-hizo aparecer su tridente de un momento a otro y con una sonrisa de los más diabólica observó fijamente a Byakuran- te haré sufrir lentamente
-M-Muku-chan…- retrocedió unos pasos ¿Por qué todo tenía que acabar de ese modo?... Oh, ya recordaba, era Mukuro después de todo.
-No te salvarás, te mataré ahora mismo
Y así comenzó una batalla campal destruyendo Kokuyo Land a medida que esta transcurría. Byakuran trataba de huir y hacer entender a Mukuro que no quería pelear mientras que por su parte, el ilusionista probaba sus mejores alucinaciones para ver cuál de ellas lograba acabar con la vida del adicto a los malvaviscos.
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Se encontraba fuera de su casa. Hace varios minutos había recibido la llamada del rubio italiano diciéndole que iría a verlo y sin poder contener la emoción, se arregló lo más que pudo y fue a la calle a esperarlo.
-¡Emma-chan! – corrió rápidamente hacia el chico pelirrojo cuando de un momento a otro fue a parar contra el piso; era necesario alguno de sus subordinados para que dejase de ser tan dame, pero cuando iba a visitar al Shimon, prefería hacerlo solo… ¿la razón? Ni él la sabía, lo único de lo no tenía duda era que amaba la compañía de Kozato.
-¡D-Dino-san!- se acercó a él preocupado- ¿Se encuentra bien?
-Sí, no te preocupes- se reincorporó lentamente sacudiendo sus ropas- tropecé con una piedra jaja
Emma lo miró sonriente, no había ninguna piedra en el suelo, era más que obvio que el rubio había tropezado con sus propias piernas y eso le pareció muy tierno… Dino-san era demasiado tierno.
-Debe tener más cuidado- lo miró fijamente con algo de vergüenza- y… ¿Qué lo trae a Japón? Viene a ver a Tsuna-kun ¿cierto?
Aquello era algo que le dolía en cierta forma y se recriminaba constantemente por eso. Sabía que la razón por la que Dino dejaba Italia por su propia voluntad no era más que el visitar a su amigo Tsuna y no podía evitar pensar el querer llegar a ocupar ese lugar algún día.
Soy muy tonto por pensar esas cosas
-Bueno, es obvio que quiero ver a mi hermanito también- sonrió- pero esta vez bien a verte a ti, de hecho, mis últimos viajes han sido todos por las ganas que tenía de verte
-….- su rostro tomó un color carmín al instante. Sentía su corazón latir fuertemente y una corriente eléctrica atravesar todo su cuerpo
-¿Emma?- al no recibir respuesta se acercó más al cuerpo del pelirrojo buscando su atención- ¿Qué sucede?
-Yo…- la cercanía lo estaba haciendo hiperventilar ¿Por qué Dino le provocaba eso? – ehh...g-gracias
-¿eh?
-Gracias por tomarle importancia a alguien como yo…- agachó la mirada por la vergüenza y continuó hablando- n-no sé qué de interesante encuentras en mí para venir a verme, así que te lo agradezco
-No lo hagas- posó su mano sobre la cabeza de Emma y revolvió su cabellera pelirroja- gracias a ti por soportar a alguien tan torpe como yo
-¡D-Dino-san me gusta tal y como es!- su prácticamente grito impresionó tanto al rubio como a él. ¿Cómo se había atrevido a decir aquello? Quería morir allí mismo.
-Emma-kun me gusta tal y como es de igual forma- acercó sus labios a la frente de Kozato y depositó un beso en esta
Sintió su cuerpo temblar por el contacto y el silencio reinó por varios segundos entre los dos. Era muy vergonzoso todo lo que habían dicho y sumándole el beso, estaba a punto de tener una taquicardia.
Dino pensaba rápidamente en qué decir para relajar el ambiente entre ambos, se encontraba muy avergonzado por sus acciones y lo pero era que fueron impensadas; él no entendía el porqué de la calidez dentro de su pecho al ver a Emma sonrojado o la corriente que recorrió su cuerpo cuando lo besó…. ¿No eran amigos?
Squalo y Ryohei también lo eran y no sentía nada parecido con ellos, Emma era el único.
-ehh… ¿y Tsuna-kun? ¿Cómo está? No he podido ir a visitarlo últimamente
El pelirrojo esperaba así se relajase un poco el ambiente, debía tratar de actuar normal.
-¿Tsuna?... ahh, hablé con Reborn por teléfono y me dijo que hoy regresarían de una excursión o algo así, por lo que no he podido verlo aún
-Oh… es verdad, Reborn-san me invitó pero tenía muchos proyectos en la escuela por lo que no pude ir, imagino que deben haberse divertido mucho- sonrió imaginando a su amigo gritar en la montaña rusa ya que sabía que ellos planeaban ir al parque de diversiones
-Eso es una lástima- Dino hizo un gesto pensativo- ¡ya sé!… ¿Quieres comer un helado? Vamos al centro ¿Qué dices?
-¿Helado?
-Sí, ahora estás más libre ¿cierto?
-S-Sí
-Entonces vamos- tomó de la mano a Emma sin pensarlo y se sonrojó al instante pero no lo soltó-será divertido, podemos ir al cine después
-Etto…- observó el agarre en su muñeca y sus mejillas tomaron un color carmín- me encantaría Dino-san
Comenzaron a caminar con dirección a la heladería más conocida del centro de la ciudad, ninguno de los dos se atrevía a romper el contacto entre sus manos y tan solo lo dejaron ser, ya verían que sucedería en un futuro, si eran capaz de entender sus sentimientos o no, lo único importante en ese momento era disfrutar de la compañía del contrario y de las corrientes que se generaban en sus cuerpos por solo el roce entre sus pieles.
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