Pasaron aproximadamente 10 minutos en los que Tsuna no se atrevía a hablar, ni siquiera a levantar la mirada; se sentía muy nervioso al estar solo con Hibari ya que aunque el chofer estuviese allí, una placa negra lo separaba y era como si solo estuviesen el prefecto y él.
Quería agradecer a Hibari por haberle dado su chaqueta hace unas horas y evitar que se resfriara, pero no sabía cómo iniciar una conversación con él.
Por su parte, Hibari se divertía al ver la expresión de nerviosismo del pequeño herbívoro, le hacía gracia notar lo tenso que estaba tan solo por su presencia.
Pasaron 10 minutos más y Tsuna estaba decidido, no podía pasarse todo el camino así, tenía que darle las gracias al pelinegro y eso era justo lo que haría, tomó todo el valor posible y...
-Hi-Hibari-san- llamó el castaño
-Dime, herbívoro-respondió el pelinegro quien estaba recostado en el asiento con los brazos cruzados por debajo de su cabeza
-Yo... quería agradecerte por lo de antes -Tsuna sacó de su bolso la chaqueta del prefecto perfectamente doblada y planchada
-No tienes por qué hacerlo
-Si tengo-Tsuna extendió sus manos entregándole la chaqueta- Hibari-san fue muy amable y gracias a eso no me resfríe
El pelinegro tomó la chaqueta- La próxima debes estar más atento con lo que traes puesto y el clima- Hibari no pudo evitar revolver los cabellos del castaño, algo lo llamaba a ser amable con él
Tsuna se sonrojó al sentir la mano del mayor sobre sus cabellos, algo dentro de él no quería que el contacto terminara, pero luego de unos segundos lamentablemente lo hizo.
El castaño sentía que esta era la oportunidad que tanto había anhelado, la oportunidad de poder entablar una conversación con el pelinegro, de poder llegar a saber más acerca de él.
-Etto, Hibari-san, me preguntaba, ¿desde cuando eres el jefe del comité disciplinario?
Hibari sonrió internamente, le gustaba saber que Tsunayoshi quería entablar una conversación con él, y aunque él era de pocas palabras, trataría de llevar una amena conversación con el herbívoro que llamaba su atención desde hace tanto tiempo.
-Desde el primer día que entré en Nami-chu herbívoro...
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En 1 hora y media llegaron al lugar de encuentro. Mientras esperaban a Tsuna, Reborn y Ryohei habían comenzado a armar las tiendas de dormir y Yamamoto junto a Gokudera, habían ido a buscar leña para la fogata.
Haru y Kyoko desempacaban la comida que trajeron, ellas serían las encargadas de cocinar para todo mientras Ipin y Lambo las ayudaban.
La camioneta en la que viajaban Tsuna y Hibari llegó unos 15 minutos después. El chofer del auto bajó primero mientras el castaño y el prefecto todavía permanecían dentro.
-Al fin llegamos Hibari-san- los ojos de Tsuna observaban fijamente a su acompañante
-En efecto, tus amigos te deben estar esperando... fue agradable habla contigo Sawada Tsunayoshi
Tsuna abrió muy grande los ojos. Hibari lo había llamado por su nombre, eso lo hacía extremadamente feliz.
-A mí también me agradó mucho hablar contigo Hibari-san
Luego de dudar unos segundos en si preguntarle o no, el castaño finalmente se decidió
- ehh... Hibari-san ¿te quedaría con nosotros?
-A que te refieres herbívoro
-Yo...no me gustaría que Hibari-san se quedase solo, si es un campamento, significa que debemos estar reunidos, aunque sé que a Hibari-san no le agrada eso, yo no me sentiría bien al saber que está solo en esta montaña desconocida
-En pocas palabras quieres que me quede contigo y los otros herbívoros
-Etto- Tsuna lo miro con súplica- sí, quiero que te quedes Hibari-san
Normalmente el pelinegro se negaría, odiaba las multitudes y eso todo el mundo lo sabía, pero no podía negarse a esa expresión tan adorable... admitir eso le tomó tiempo pero al final terminó por hacerlo
En lo que me conviertes, herbívoro
-De acuerdo
-¡Hai!- Tsuna sonrió y tímidamente tomó la manga de la camisa de Hibari- entonces vayamos Hibari-san
Está muy cerca
El prefecto podía apreciar sus lindos ojos color avellana, además de su hermosa sonrisa y algo en él lo inducía a acercarse cada vez más.
Sus labios se ven tan deliciosos
Ya podía sentir la respiración de Tsuna, sus narices rozaban, estaba a punto de hacer algo que nunca imaginó haría...pero se detuvo al escuchar la voz del castaño.
-¿Hi-Hibari-san?- Tsuna estaba tan rojo como un tomate, el prefecto, la persona que le hacía sentir tantas cosas tan solo con su presencia, estaba demasiado cerca, tanto que sentía el aliento del mayor chocar contra sus labios.
El pelinegro se alejó rápidamente rompiendo con la agradable atmósfera que se había creado entre ambos.
-Vamos herbívoro- por imposible que pareciera, Hibari estaba avergonzado, así que desvió su mirada y abrió la puerta del auto
No puedo creer lo que estuve apunto de hacer
-Ehh...sí- dijo el castaño un poco confundido por la acción de Kyoya, aunque su cercanía le gustó mucho
Salieron de la camioneta y lentamente se acercaron hacia donde se encontraban los demás.
Yamamoto y Gokudera habían ya regresado de recoger la leña y ahora se apreciaba una gran fogata, mientras que Reborn y Ryohei habían armado ya las tiendas.
Kyoko, Haru e Ipin estaban preparando la comida en otra pequeña fogata, donde freían la carne y otros alimentos, que luchaban Lambo no se terminase antes de servirlos para todos.
-¡Muchachos!-saludó Tsuna
-Uhm-fue lo único que "dijo" el pelinegro
Todos se sorprendieron al ver a Hibari allí, pero viendo que venía con Tsuna, pensaron que seguro el castaño lo había convencido.
-Décimo- saludó Gokudera
-¡Tsuna!-saludó Yamamoto
-Gokudera-kun, Yamamoto- respondió el cielo
-Dame Tsuna, hasta que llegaste, pensé que no llegarías
-Reborn, no olvidaré que te fuiste sin escucharme- dijo el castaño con fingido enojo
-Pero ¿te fue bien no?- el arcobaleno sonrió pícaramente haciendo que su alumno se sonrojase por su comentario
-¡No molestes Reborn!- Tsuna esperaba que el prefecto no hubiese escuchado lo antes dicho por su tutor
-Sawada, puedes dejar tus cosas en tu tienda, ya armamos todas, aunque falta la de Hibari ya que no sabríamos que se quedaría con nosotros- dijo el guardián más extremo con una sonrisa
-Ahh... eso es un problema, ¿no hay más tiendas? onii-san
- Lamentablemente no, Sawada
-No te preocupes herbívoro- Hibari hizo que el castaño le prestase atención
-Pero Hibari-san donde...-Tsuna se detuvo, tenía una idea pero le daba mucha vergüenza decírsela al pelinegro
-¿Que pasa?- preguntó el prefecto tras el silencio del castaño
-Es que, bueno, las tiendas son grandes, así que me preguntaba...Hibari-san puede quedarse en la mía...si quiere- lo último lo dijo en casi un susurro para luego bajar la mirada, el cielo se había sonrojado
Wao, muy atrevido
Hibari sonrió de medio lado
-Es una buena idea
-Ehh... no... ¿no te molesta?- dijo Tsuna sorprendido por la afirmativa del guardián de la nube
-No, Tsunayoshi- respondió el pelinegro
-Bien, ya que ya está todo arreglado vamos de una vez alrededor de la fogata, creo que las chicas ya terminaron de preparar la comida- dijo el arcobaleno- estoy hambriento
-¡Sí!, Tsuna-san, Reborn-chan...todos, siéntense que ya vamos a servir-desu- dijo Haru
-Ven Hibari-san, estoy seguro que la comida de las chicas te gustará- dijo Tsuna con una sonrisa
-Está bien, herbívoro
Luego de que todos se acomodasen, las chicas sirvieron los platillos, la comida se veía deliciosa, todo tipo de menús se mostraban frente a los ojos de los chicos, a los cuales que se les hacía agua la boca de tan solo verla.
-¡Itadakimasu!- dijeron todos antes de comenzar a comer
La comida transcurrió entre bromas acerca de lo que hicieron en el parque de diversiones, gritos de Lambo por querer comer más y regaños por parte de Reborn.
Al terminar la cena, el arcobaleno se puso muy serio, el porqué de la excursión no era solo el divertirse y pasarla bien, la razón de alejarse unos días de Namimori era que se relajaran para poder hablar sobre el viaje a Italia que desde hace unos meses había sido anunciado por el ex arcobaleno a Tsuna y todos sus guardianes.
-Muchachos, ha llegado la hora de hablar sobre nuestro viaje a Italia
Todos callaron al oír esas simples palabras, sabían a qué se refería el de fedorra, se los dijo hace unos 2 meses atrás.
-R-Reborn, ¿acaso la fecha del viaje ya se decidió?- Tsuna preguntó con miedo, sabía lo que significaba aquel viaje y aun no se sentía preparado para afrontar tales responsabilidades
- En efecto dame-Tsuna- Reborn miro fijamente al castaño- el Noveno me informó hace unos días que el viaje está programado para dentro de 1 mes.
-¿Tan pronto?- dijo Yamamoto
-Así es, como ustedes saben, ya es hora de que Tsuna aprenda todo lo relacionado con los negocios de Vongola, para eso es necesario ir a Italia y eso implica también que ustedes como sus guardianes deben ir con él. Además, muchos de los aliados de la familia quieren conocer a la nueva generación que sucederá a la de Nono, por eso es necesario que Tsuna y todos ustedes vayan a Italia lo antes posible. Sé que es un poco difícil para todos el Namimori y viajar a Europa, pero es necesario para el futuro de Vongola y vuestro futuro. Cuando terminó todo el conflicto sobre los arcobalenos y los Vindice, Tsuna decidió tomar el cargo de jefe y ustedes decidieron seguirlo; sin embargo, no se obligará a nadie... será una decisión de cada uno, ese es el deseo del Noveno- el de patillas respiró profundo mientras miraba fijamente a los adolescentes- ¿Cual es su respuesta? ¿quienes irán a Italia para formar parte de la familia más poderosa de la mafia?- finalizó preguntando Reborn
Todos callaron por un momento, el silencio era atronador, pero luego de unos segundos, fue roto por una tímida voz
-Yo... Yo iré Reborn, me convertiré en jefe de Vongola como antes les dije a ti y a Nono, cumpliré mi palabra- el castaño miraba fijamente al pelinegro con una determinación que ni él mismo sabía bien de donde sacaba
-Me alegra escuchar eso Tsuna- el ex arcobaleno sonrió
-Nosotros también iremos, seremos los guardianes Vongola de la décima generación- dijeron Yamamoto, Gokudera y Ryohei al mismo tiempo
-M-Muchachos- Tsuna les sonrió- gracias
-No tiene por qué agradecer, juudaime, yo le dije que sería su mano derecha siempre- dijo el peliplata sonriendo
-Así es Sawada, ¡será extremo ser parte de Vongola!- dijo Ryohei
-Claro, Tsuna, verás que será divertido- añadió el guardián de la lluvia con su usual calma
-Sabía que aceptarían muchachos, ahora escucha, Tsuna- dijo Reborn- te informo que Mukuro aceptó ser tu guardián
-¡Qu-Que!, pero Mukuro odia la mafia- el castaño estaba muy sorprendido. ¿El sarcástico y aún interesado en apoderarse de su cuerpo, Rokudo Mukuro había aceptado ser su guardián? Parecía el día de los inocentes.
-Estas fueron sus palabras "Dile a Tsunayoshi-kun que siempre estaré agradecido con él por liberarme de la prisión en la que me encontraba, también le agradezco el haber cuidado de Chrome. Yo no quiero que ella se involucre en la mafia, por eso seré yo el guardián de la niebla de Vongola y Chrome se quedará en Japón...Tsunayoshi ,nos veremos pronto kufufufu"- eso es todo Tsuna
-Entiendo- el futuro jefe Vóngola se quedó callado por unos segundos analizando la situación- me alegra que Mukuro haya superado su rencor hacia la mafia- se sentía feliz, ahora podía considerar a Mukuro alguien tan cercano como sus amigos, eso era muy bueno
-Ahora solo falta el guardián de la nube...- añadió Reborn mientras dirigía su vista hacia el prefecto, el cual se había mantenido al margen de la conversación hasta ese instante- ¿Hibari, piensas ir a Italia?
Todos voltearon a ver el pelinegro, este estaba sentado con los brazos cruzados mirando fijamente al autor de la pregunta.
El corazón de Tsuna se había detenido, estaba casi seguro que la respuesta sería negativa; después de todo, el prefecto siempre había dicho que no le importaba nada relacionado con Vongola y la mafia, lo único que le importaba era mantener la paz y el orden en Namimori.
Te quedarás ¿no es así?...Hibari-san
Luego de unos segundos de silencio, Hibari al fin se decidió a contestar...
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