Hibari-san a pesar que suene egoísta...quiero que vayas a Italia, quiero que te quedes a mi lado
Una lágrima rodó por la mejilla de Tsuna y se quedó dormido esperando que su deseo se cumpliera
.....................................................................................
Al día siguiente, el canto de los pájaros despertaron a cierto pelinegro experto en el baseball. Apenas despertar, la ansiedad se apoderó de él, pues recordó que ese día sabría la respuesta a su confesión.
"Hayato..."
Yamamoto había esperado mucho tiempo para poder dejar salir todos sus sentimientos y expresarlos en palabras, ya que en acciones ya lo hacía desde hace mucho. Poder decirle cuanto lo amaba, cuanto anhelaba poder ser algo más que un amigo a Gokudera, fue sin duda lo más difícil que había hecho hasta ese momento.
-Oww- bostezó- este será un gran día, lo presiento
Salió de la tienda y tuvo que cerrar los ojos ya que los rayos del sol le dieron directamente al rostro, cuando se acostumbró, los abrió lentamente y divisó al dueño de sus pensamientos, estaba junto a Tsuna conversando, vio como el peliplata sonreía, sin duda su sonrisa solo podía compararse con la de un ángel
"Un ángel muy tsundere"
-io, Tsuna, Gokudera- saludó el guardián de la lluvia con una sonrisa y se acercó a los mencionados
-Buenos días Yamamoto- respondió el castaño
-B-Buenos días, friki del béisbol- respondió extrañamente el peliplata apenas en un susurro
Él no acostumbraba a saludar al moreno, casi siempre era un "¿Porque te apareces cuando el décimo y yo estamos tan bien?", así que el hacerlo lo sorprendió más a él que al propio Tsuna.
"Tsk..."
El peliplata se encontraba muy nervioso desde que despertó, ese día tendría que darle una respuesta al friki, pero aún no se sentía preparado... aún no podía decirle nada a Yamamoto
Al igual de pensativo que el peliplata estaba Tsuna, quien a pesar de que apenas salió de la tienda fue abordado por Gokudera, quien no paraba de preguntarle cómo pasó la noche, no podía dejar de pensar en el prefecto, en si se quedaría en Japón o iría a Italia, esa duda lo estaba matando.
Tal parecía que tanto el castaño como el guardián de la tormenta trataban de distraerse, de despejar su mente conversando, pero ninguno de los dos lo lograba.
-Muchachos- habló Reborn acercándose a los mencionados junto con Ryohei, Haru y Kyoko
-Reborn, Onii-san, chicas - Tsuna sonrió
- Buenos días- saludaron
-Dame Tsuna- Reborn lo miró fijamente, los ojos de su alumno estaban un poco hinchados, era casi imperceptible, pero siendo el mejor asesino del mundo, nada lo podía engañar- chicos, es temprano, así que les asignaré ciertos deberes a cada uno
-¿Deberes?- preguntó Yamamoto
-Así es, si quieren desayunar claro-Reborn sonrió maliciosamente- escuchen atentamente- hizo una pequeña pausa para luego continuar- Primero Yamamoto, Gokudera y Ryohei irán a cortar leña; Kyoko y Haru irán desempacando la comida hasta que ustedes lleguen para comenzar a prepararla y finalmente Hibari y dame-Tsuna irán a traer agua del río
-¿Ehh...yo y Hibari-san?
-Sí, o no quieres ir conmigo, herbívoro- añadió Hibari, quien se acercó hacia la multitud al escuchar su nombre
-No, no es eso Hibari-san, solo pensaba en voz alta-respondió el castaño
-Bueno, ya dije que harán, así que andando- dijo Reborn interrumpiendo la situación
-¿Y tú que harás Reborn?-preguntó Tsuna
-Pues esperaré a que regresen
-¿Qué? eso no es justo
-Lo es porque yo lo digo, además iré a despertar a la vaca estúpida... y es mejor que te apures o si no...
El ex arcobaleno tomó a Leon e forma de arma y apunto a su pupilo
-E-Está bien- el castaño se tensó y se alejó lo más que pudo de su tutor
-OK, aquí tienen cubetas para ti y Hibari- dijo entregándole los objetos al prefecto- y hachas para Yamamoto Gokudera y Ryohei- finalizó- nos vemos en media hora- y así Reborn se fue hacia la tienda en la que Ipin y Lambo aún dormían
Los chicos se miraron y tras luego de unos minutos, cada grupo se separó.
...
El peliplata se sentía relajado por la presencia de Ryohei, gracias a él Yamamoto no se le acercaba para hablar sobre "ese tema".
A su vez, Tsuna y Hibari se dirigían hacia al río, el castaño estaba sumergido en sus pensamientos, solo pensaba en el prefecto y el viaje a Italia....ahh!!! Odiaba que ese asunto se apoderara de todos sus pensamientos.
Tan sumergido estaba que no se percató de la gruesa raíz de un gran árbol que sobresalía del suelo, haciendo que tropezara.
El futuro jefe Vóngola esperó el impacto contra el suelo pero este nunca llegó, en contraste, sintió unos fuertes brazos rodearlo y cuando se dio cuenta estaba demasiado cerca de Hibari.
El prefecto había notado lo perdido que estaba Tsuna desde que se levantó esa mañana así que no le fue raro el que el castaño se tropezara, no lo dudó 2 veces y evitó que cayese apegándolo a su cuerpo.
Sus rostros estaban demasiado cerca y como en la noche anterior, los ojos de Tsuna brillaban.
"Son hermosos"
Se fue acercando cada vez más mirando también sus labios, esos labios rosados que se veían tan apetecibles, se preguntaba cómo sería probarlos, estaba deseoso por descubrirlo.
Sus narices estaban ya tocándose cuando la voz de Tsuna lo detuvo nuevamente.
-Hi-Hibari-san- Tsuna temblaba de nerviosismo, el tener al prefecto muerde herbívoros tan cerca era malo para su corazón, estaba tan acelerado que sentía se saldría en cualquier momento de su pecho.
El pelinegro se separó al oírlo, soltó el cuerpo del menor y tras unos segundos de silencio, decidió hablar.
-Continuemos
Tsuna asintió con el rostro ligeramente rojo y los dos siguieron su camino
Al llegar al río, llenaron las cubetas que antes de partir Reborn les dio. Luego de unos cuantos minutos, tras terminar de realizar su tarea, Tsuna al sentir lo fresca que estaba el agua, no pudo resistirse a mojar sus pies en el río, así que sacó sus zapatillas.
Hibari miraba divertido las acciones del castaño y sonrió de medio lado al ocurrírsele una idea para molestarlo un poco. Se le acercó sigilosamente y colocándose detrás del castaño suspiró al oído de este haciendo que Tsuna, asustado y sonrojado, cayese al agua.
El pelinegro solo sonrió divisándolo, a lo que Tsuna le devolvió la mirada con un puchero de molestia por su expresión de satisfacción. Con un poco de esfuerzo, salió del río, tomó una de las cubetas con agua y se la aventó mojándolo, el prefecto no se quedó atrás y sin pensarlo tomó otra e hizo lo mismo, comenzando así una guerra de agua.
Pasaron un rato "jugando" hasta que Tsuna se rindió y cayó exhausto, Hibari estaba sobre él en el suelo mirándolo detenidamente, Tsuna respiraba agitadamente tratando de recuperarse y al verlo a los ojos le sonrió, haciendo que el prefecto le devolviera el gesto.
El mayor se levantó y ayudo al castaño a hacerlo de igual forma, además, al estar con la ropa mojada el prefecto no pudo evitar embelesarse con el espectáculo que le ofrecía Tsuna.
Su ropa pegada al cuerpo resaltando su contorneada figura, así como sus piernas y por su puesto su redondo trasero que se veía tan apetecible como sus labios, era algo digno de observar.
Tsuna sintió escalofríos, por la ropa humeda que se ceñía a su cuerpo y Hibari, que se había quitado su chaqueta antes de comenzar el "juego", se la colocó en los hombros para cubrirlo y posteriormente abrazarlo por la espalda.
-Debemos regresar Tsunayoshi, sino te resfriarás- susurró a su oido
Tsuna se sonrojó por enésima vez y asintió sin siquiera voltear a verlo
El pelinegro se acercó al río a llenar nuevamente las cubetas ya que el agua la utilizaron mojándose mutuamente. Le tomó solo unos minutos y, cuando terminó, se puso en marcha nuevamente con Tsuna hacia donde los demás los esperaban
__________________________________________________
Regresaban con la leña, sin duda había sido un arduo trabajo el cortarla pero teniendo un muy extremo guardián con ellos habían terminado en poco tiempo.
Caminaban por el bosque rumbo hacia donde los demás los esperaban y el peliplata caminaba aún con el rostro muy rojo producto de la conversación que tuvo con Yamamoto...
"Tsk, maldito friki... ¿porque provocas estas reacciones en mí?"
FLASH BACK
-Ahh-suspiró el guardian del sol- ya termine aquí, ¡cabeza de pulpo!, ¡Yamamoto! Iré a buscar más leña que cortar- Ryohei se alejó de los mencionados dejándolos solos
"Maldición, maldito cabeza de césped ¡no te vayas!"- eso fue lo que quiso gritarle Gokudera al guardián del sol, pero se contuvo, si lo hiciese hubiese sido demasiado obvio que trataba de evitar a Yamamoto
El peliplata siguió en lo suyo con la leña tratando de ignorar a un pelinegro, que desde que comenzaron con su tarea, mantenía una expresión entre tristeza y ansiedad.
Pasaron unos minutos y lo único que reinaba era un silencio atronador, alguno de los dos tenía que romperlo de una vez y fue precisamente Yamamoto el que lo hizo
Se acercó a Gokudera y habló con vacilación
-G-Gokudera...
El peliplata quiso hacer como si no hubiese escuchado nada, en el fondo de su ser quería hablar con él, pero aún no tomaba el valor suficiente, necesitaba un poco más de tiempo
-Hayato, mírame- añadió Yamamoto tomando el brazo del albino obligándolo a mirarlo, tenía que aclarar las cosas, odiaba el hecho de que la persona a la que más quería lo ignorara de esa manera
-... Su-Suéltame friki- dijo Gokudera sin mirar a los penetrantes ojos del moreno
- No lo haré, no hasta que me mires y escuches lo que tengo que decirte
El peliplata se tensó, cuando Yamamoto utilizaba esa voz tan varonil y seria todo su cuerpo se estremecía.
Sin decir nada, el albino posó sus ojos en los de Yamamoto, este soltó suavemente su brazo y habló
-Gokudera yo... quiero que dejes de evitarme, no soporto el que no me hables, no soporto el que no pelees conmigo con tan solo verme- el pelinegro esbozó una sonrisa- sé que la razón de todo esto fue lo que te dije ayer ¿verdad?, quiero que me disculpes por haberte dicho que quería una respuesta para hoy, fue un poco egoísta de mi parte, puedes darme una respuesta cuando quieras yo...
-Friki- interrumpió Gokudera- p- podrías esperar hasta mañana, te aseguro que podre darte una contestación
Yamamoto se sorprendió un poco, para luego sonreír sinceramente
-Esperaré todo el tiempo del mundo, si es por ti cualquier cosa está bien, Hayato...- el pelinegro acarició el rostro del albino, haciendo que este se sonrojara y se tensara por el contacto
-Ya-Yamamoto...- Gokudera sentía como cada vez más el guardián de la lluvia se acercaba a él, sus ojos estaban muy cerca, podía sentir su respiración, su aliento...
-Hayato...- susurró el pelinegro, estaba por tomar los labios que por tanto tiempo había anhelado, pero una voz estruendosa los interrumpió e hizo que se separasen rápidamente
-¡Ya regresé con más leña!,¡creo que es suficiente, podemos regresar!- dijo Ryohei con una sonrisa en el rostro
-R-Regresemos entonces...- dijo el peliplata dando marcha al retorno
FIN DEL FLASH BACK
Llegaron hacia donde estaban todas las tiendas y rápidamente fueron donde las chicas para ayudarlas a colocar todo para que comenzaran con la preparación del desayuno.
Luego de un rato, llegaron Hibari y Tsuna, este último tiritando de frio a pesar de la chaqueta que le dio Hibari para que se cubriera.
-Décimo- el albino se acercó rápidamente donde el mencionado para averiguar porque se encontraba así
-G-Gokudera-kun
-Qué fue lo que sucedió décimo, porque está empapado
-Me caí al río, sabes que a veces soy un poco torpe- Tsuna le sonrió
El albino posó su mirada en el prefecto, quien estaba al lado de Tsuna- ¿Hibari también se cayó al río, décimo?
-Ehh...no Hi-Hibari-san...
-Solo lo ayude a salir- Hibari miró inexpresivamente al peliplata- Herbívoro, será mejor que te cambies de una vez, acuérdate de lo que hablamos- le dijo a Tsuna
-Ahh sí, iré a hacerlo enseguida, pero ¿y tú Hibari san?
-Esperaré a que te cambies primero
El castaño recordó entonces que compartía tienda con el pelinegro- Pero te resfriarás Hibari-san...
-Décimo si quiere puede cambiarse en mi tienda, así Hibari lo puede hacer en la que comparten
-Buena idea, Gokudera-kun- Tsuna esbozó una sonrisa- Bueno entonces iré a sacar mi ropa
Tsuna se alejó hacia su tienda seguido por un pelinegro, que antes de alcanzar al castaño, le dedicó una mirada espeluznante a Gokudera, de esas que te dicen "aléjate de lo que es mío o te morderé hasta la muerte"
....