“No importa cuánto agites tus alas intentando volar, no importa cuánto desees escapar, cuanto desees ser libre, cuando desees amar y ser amado… eso no pasara…pequeña mariposa.”
Misaki también deseaba haber ido a la escuela junto a su hermano Ritsu, de verdad quería ir, tenía la pequeña ilusión de hacerlo, pero no fue posible, aquella pequeña ilusión fue apagada, entonces recordó aquella conversación que tuvo con su madre hace dos días…
----Flash Back----
Era de noche, y Hana había llamado a Misaki a la biblioteca de su casa mientras que Ritsu “dormía” en la habitación que compartían ambos hermanos.
-¿Qué sucede mamá? – pregunto el pequeño sentado en las piernas de su madre, ella se encontraba sentada en el sofá rojo con Misaki en sus piernas, pues el pequeño no pesaba tanto.
-Misaki, en dos días Ritsu ira a la escuela – dijo Hana viendo la cara confundida de su hijo.
-¿Escuela? – pregunto el pequeño en tono curioso.
-Sí, es un lugar donde van los niños a aprender cosas nuevas y divertidas, allí conseguirá muchos amigos – dijo ella con una pequeña sonrisa, tratando de convencer al pequeño de que su hermano estaría bien.
-¿Enserio? Eso suena divertido – los ojos del pequeño comenzaron a brillar, estaba emocionado, lástima que aquella emoción no duraría mucho – Mamá, ¿Yo también puedo ir? Quiero estar junto a mi hermano y también tener amigos – Hana ya había previsto que aquella pregunta saldría de los pequeños labios de su hijo, así que ya había ideado una respuesta sutil ante aquella inocente pregunta.
Hana negó suavemente con la cabeza – No, Misaki, tú te quedaras aquí conmigo, me harás compañía, ¿Verdad? No quisiera quedarme sola – dijo un poco triste, Misaki lo noto y rápidamente entendió, él no quería que su madre se sintiera así, aunque en su mente rondo la idea de que tal vez la verdadera razón era por lo que había escuchado accidentalmente hace cinco días, Misaki puso su carita triste, luego sacudió su cabecita, no quería pensar en aquello, no quería pensar en aquellas palabras crueles que habían salido de los labios de su propio padre hace cinco días – Ya verás que nos divertiremos los dos juntos – Hana sonrió.
Misaki también sonrió y luego asintió – Si, mama, nos divertiremos juntos – dijo el castaño aun sonriendo.
-Ah, Misaki, una cosa más… Tal vez esto vuelva a pasar en el futuro, tal vez cuando sean más grandes tú y Ritsu no sean tan unidos, solo espero que te acostumbres, mi pequeño, guarda muchos recuerdos felices junto a él ahora, ¿De acuerdo? Ah, pero quiero que sepas que a pesar de eso tu no estarás solo, porque yo siempre estaré contigo, estaré a tu lado haciéndote compañía, siempre estaré contigo mi pequeño, nunca te olvides de eso – Hana le sonrió, pero aquella era una sonrisa nostálgica, Misaki lo noto, pero simplemente también sonrió abrazando fuertemente a Hana, de verdad amaba mucho a su madre, ella siempre lo hacía sentir amado, ella era lo que más amaba junto con Ritsu, su madre era su ángel, siempre cuidando de él, siempre dándole amor, siempre regalándole sonrisas e irremplazables momentos felices a pesar de todo – Bueno pequeño, ya es hora de que vayas a descansar – dijo Hana riendo ante la cariñosa reacción de su pequeño hijo.
-Sí, ya me voy – ambos fueron hasta la habitación de los gemelos, encontrando al castaño mayor sentado en la cama de Misaki y con la luz de la lámpara encendida.
-¿Ritsu? ¿Qué haces despierto? – pregunto Hana sorprendida.
-No puedo dormir sin Mi Misaki – dijo con voz y cara seria, como si aquello fuese un argumento irrefutable – Misaki, ven, vamos a dormir, tengo sueño – bostezo mientras palpaba un costado de la cama para que Misaki se acostara allí.
-Sí, hermano – Misaki sonrió e hizo caso, se despidió de su mama con un beso en la mejilla y luego camino hasta la cama y se acostó junto a su hermano – Buenas noches Hermano – dijo Misaki ya acostado y bien cómodo junto a Ritsu.
-Buenas noches, hermanito – respondió Ritsu, abrazando posesivamente al pequeño Misaki, luego ambos cerraron sus ojitos, Hana que los veía desde el marco de la puerta, no paraba de sonreír, sus dos pequeños eran verdaderamente adorables, decidió dejar la tenue luz de la lámpara encendida, cerrando lentamente la puerta de la habitación, despacio, para no emitir sonido alguno, no quería despertarlos y arruinar aquel hermoso y único momento.
----Fin Flash Back----
Misaki suspiro pesadamente al recordar aquello, pues había visto como su hermano se iba por primera vez de su lado por tanto tiempo, la mirada del pequeño era triste, sabía que de ahora en adelante iba a ser así, que en el futuro tal vez ya no serían tan unidos, sabia aquello, su madre se lo había dicho, y aunque él no quería aceptarlo, no quería acertar separarse de su hermano, tenía que hacerlo, tenía que obedecer y aceptar todo lo que le dijeran, como el “Buen niño” que era, después de todo era así como lo habían educado, a pesar de siempre estar juntos, a él lo habían educado de manera totalmente diferente que a Ritsu, pues Ritsu era siempre consentido, hacia lo que quería y nadie le decía nada, era muy imperativo, y todo el mundo lo mimaba, incluso su frio padre, aún recuerda que fue al parque por primera vez gracias a Ritsu, pues nadie desobedecía ninguno de sus caprichos; Sin embargo Misaki era un caso completamente diferente, desde que tenía memoria, siempre le habían dicho cuál era su “lugar”, él tenía prohibido salir de la casa, solo había visto el exterior una sola vez gracias a su hermano, a Misaki siempre le decían que debía obedecer en todo, sin reprochar nada, que cuando hablaran permaneciera en silencio, por eso Misaki era tranquilo y no hablaba mucho con otros que no fueran su hermano o mama, sin embargo el no ocultaba su hermosa sonrisa y siempre, a pesar de todo, era muy alegre y gentil con los demás, él también amaba a su padre a pesar de que este siempre lo ignoraba y lo veía fríamente, el pequeño era así, tan dulce e inocente, a Misaki lo habían criado de manera sumisa, en donde siempre debía obedecer, mientras que a Ritsu lo criaron de manera mimada, en donde siempre lo debían de obedecer, en ese sentido eran como dos polos completamente opuestos, muchas veces Misaki se preguntaba el porqué de la indiferencia de su padre hacia él, pero ahora ya no le importaba, pues Hana, su madre siempre estaba con él.
Hana noto la inquietud del pequeño, lo vio un rato con algo de culpa y luego dijo – Misaki, ven, vamos a hacer galletitas - tomando la manito de Misaki, ella había notado su triste mirada, no quería verlo así, era aún muy pequeño como para perderse en ese camino de pensamientos tristes, sabía que el pequeño, a pesar de siempre sonreír, no era del todo feliz, Misaki, a diferencia de Ritsu, no había salido de casa, no lo tenía permitido, aún recuerda el día en que su pequeño por primera vez fue al parque detrás de su casa, ese día sus ojitos brillaron como nunca, recuerda que Ren al principio se había negado a dejarlo salir, pero cuando supo que era petición de Ritsu no se negó más y simplemente acepto, Ritsu era su consentido, Ren siempre decía que Ritsu era idéntico a su fallecida madre, que estaba orgulloso de él, Ritsu si se parecía un poco a Mary, la mama de Ren, tenía una que otra facción similar, a diferencia del color de sus ojos y cabello, pero en cuanto a su personalidad y comportamiento si eran idénticos, ella era muy posesiva y caprichosa, tal vez era por eso que Ren quería y consentía al pequeño castaño, Ritsu, “Su más grande orgullo”, así es como lo llamaba él.
-…Si, vamos – le dijo Misaki a Hana con una hermosa sonrisa en su rostro, ella también sonrió, tomo su manita y ambos entraron a la casa, camino a la cocina - … Mamá… - dijo Misaki mientras veía como su mama metía las galletas al horno.
-Dime, Misaki.
-H-Hay algo que siempre quise preguntar… - dijo tímidamente.
-¿Qué es, pequeño? – pregunto algo preocupada, por alguna razón tenía una leve idea de lo que quería preguntar.
-… ¿Por qué yo no puedo salir de casa?... – Misaki estaba cabizbajo, Hana a pesar de haber previsto aquella pregunta, se sorprendo por lo directo que fue el pequeño, pues el siempre aceptaba todo sin preguntar, siempre permanecía en silencio respecto a ese tipo de temas.
-… - Hana simplemente no sabía que responderle, ella no podía decirle lo que Ren le había dicho, eso era cruel, Misaki era muy pequeño todavía, aunque ya mismo cumplía los 5 años, no le quería decir aun lo que Ren tenía planeado para él, no podía decirle aquellas duras palabras… ¿O sí?
Misaki al no escuchar repuesta alguna, lentamente levanto su rostro, viendo a su madre esta vez cabizbaja, y triste por aquello simplemente continuo - …A lo que me…A lo que me refiero es… es porque siempre me quedo aquí, siempre que ibas de compras Ritsu te acompañaba, él siempre iba con Emy al parque y salía a visitar a su amigo Kisa… pero yo siempre que quise acompañarte, siempre que quise salir, conocer a gente, conocer al amigo de mi hermano, me decías que no podía, que me tenía que quedar aquí, yo… yo nunca dije nada y siempre acepte… y no es que esté en contra, yo nunca me opondría a una orden, pero… pero solo quiero saber el motivo… solo quiero saber porque yo no puedo, y Ritsu si… solo quiero saber el motivo, nada más…por lo menos quiero saberlo… - dijo triste el pequeño, Hana pudo notar como pequeñas lagrimas salían de aquellos hermosos ojos, era la primera vez que ella lo veía llorar, la primera vez que el castaño era sincero con ella respecto a ese tema - … nada más te pido… mamá… - termino de decir mientras limpiaba su rostro con sus pequeñas manitos.
-“Quizás…Quizás lo mejor sea decírselo, decirle la verdad, mientras más pronto lo sepa mejor, falta poco para que cumpla los cinco, y así no sabrá toda la verdad de golpe, solo le diré una parte, si, así cuando sea un poco más grande ya estará preparado y sabrá como enfrentar su destino, lo diré…” – pensó Hana mientras lo veía llorar nuevamente, ella poso una triste sonrisa en su rostro, intentando calmarlo un poco - …Misaki, ven – lo invito a sentarse en sus piernas, el pequeño alzo su rostro, camino hacia ella, Hana lo levanto, sentándolo en sus piernas dio un suspiro y continuo – Misaki, contestare tu pregunta, pero quiero que me prometas algo – el castaño la miro atentamente.
-Si… - dijo más calmado.
-Prométeme que no me odiaras por lo que te diga de ahora en adelante, prométemelo Misaki, por favor, prométemelo mi pequeño – Hana lo abrazo fuertemente, sorprendiendo a Misaki con sus palabras.
-…Si, te lo prometo mamá, yo nunca podría odiarte, tú y Ritsu son lo único que tengo, son los únicos que me quieren – contesto sincero, correspondiendo aquel cálido y maternal abrazo.
Hana beso la cabecita del pequeño – Gracias, mi pequeño… - susurro, y entonces recordó la conversación que tuvo con Ren hace ya tres años atrás…
----Flash Back----
-Misaki está comprometido – dijo Ren sentado en la cómoda silla detrás de su escritorio, mientras reposaba su cabeza en sus entrelazadas manos, viendo fijamente a Hana que se encontraba sentada en la silla de su delante, ambos se encontraba en el estudio del pelinegro.
-¿Qué? – pregunto sorprendida, con sus ojos abiertos, no podía creer lo que su esposo le acababa de decir.
-Lo que escuchaste, Misaki se casara ni bien cumpla los 17 años – dijo serio.
-… ¿Desde cuándo? ¿Desde cuándo planificaste aquello? – estaba enojada, pero no podía demostrarlo, su pequeño Misaki apenas tenía un añito, ella tenía planeado que el fuese quien eligiera a su pareja, que el encontrara por si solo el amor, no que alguien más elija por el algo muy delicado.
-¿”Desde cuándo”, dices? Desde que tuvo 4 días de nacido, desde que me entere que era como él, desde que me entere de que era un doncel que solo sirve para tener hijos – dijo en tono enojado Ren.
Hana quería golpearlo, pero debía controlarse, después de todo ella creía que ese odio era por su culpa – Eso… Eso no es su culpa, y tú lo sabes perfectamente… - dijo triste, comprobando una vez más el rencor de su esposo.
-Eso ahora ya no importa – acomodo sus lentes – De ahora en adelante Misaki no podrá salir de esta casa, no hasta que se haya casado, y eso si su esposo se lo permite, Misaki tendrá que aprender a ser un buen esposo, aprenderá a cocinar, aprenderá a cuidar una casa, a formar un “hogar”, también aprenderá a cuidar niños y sobre todo a complacer a su esposo, en hacerle caso en todo lo que él quiera, tendrá que aprender a obedecer en silencio, y tú serás quien se encargara de enseñarle todo eso.
-… ¿A qué te refieres con que no saldrá de aquí? ¿Qué pasara con sus estudios, con la escuela y el colegio? – pregunto preocupada.
-¿No entendiste? Bueno, ¿Recuerdas cuando te dije que tú te encargarías de su educación? Pues tú te harás cargo de él, y le enseñaras todo lo que te acabo de decir, Misaki no ira a la escuela, el no necesita estudiar, solo necesita aprender a ser “Una buena esposa”.
-Pero…
-Solo preocúpate de enseñarle bien lo que te dije, ese niño, su futuro esposo, a pesar de ser solo un mocoso de 6 años es muy exigente, si así es ahora, imagínatelo más grande – dijo con fastidio recordando al caprichoso niño.
Hana no quería discutir, como la “Buena esposa” que era no le quedó más opción que resignarse a la tonta idea – Aunque no estudie, ¿Por lo menos Misaki si podrá salir a pasear? – tenía un poco de esperanza de poder escuchar un “Si” como respuesta, pero no fue así…
-No – Respondió rápido y firmemente Ren.
-¿P-Porque?
-“No quiero que nadie más vea o toque lo que será de mi hijo”, eso fue lo que dijo el padre del niño, una de las condiciones que puso, y yo estoy completamente de acuerdo con él, ya que si sale se sentirá con libertades y empezara a pensar que puede hacer lo que quiera, eso es algo que no quiero, lo que quiero es que sea sumiso y obediente, que por ahora sea lo que se dice “Un buen niño”, después de todo el segundo no estaba en mi mente, solo quería un hijo, y con esto ya me deshice de él.
Hana ignoro lo último, apretando sus puños pregunto - ¿Quién es el niño? Y ¿Cuándo lo conocerá Misaki?
-¿”Cuando”?, Cuando Misaki cumpla los 5 años, y en cuanto quien es, eso es un secreto – termino de decir, una sonrisa igual de cruel que la de la última vez se formó en su rostro, haciendo temblar levemente a Hana.
----Fin Flash Back----
Hana suspiro de nuevo y finalmente prosiguió a contestar la inocente pregunta del pequeño - …Misaki… - tomo al pequeño del mentón, alzando su rostro para que la viera a los ojos – Tú…Tú no puedes salir porque tienes que aprender cosas nuevas conmigo, cosas que te servirán para tu futuro, seré tu “maestra”, yo te enseñare muchas cosas, ya lo veras – sonrió – además… además, pronto conocerás a una persona que será muy importante en tu vida, pero si tu sales, no podrás verlo, no podrás conocerlo y… - su sonrisa se hizo un poco triste – “…Todo sería mejor…” – pensó - …y no podrás jugar y divertirte con él, Misaki – le dijo al pequeño, aun sin quitar aquella triste sonrisa de su rostro, esa tonta sonrisa que ponía para poder tranquilizar a su pequeño angelito.
-…Mamá… - dijo Misaki agachando su rostro nuevamente, quería llorar de nuevo - … yo sé porque papá no quiere que salga… - Hana al escuchar esto abrí sus ojos, ¿Cómo era que su pequeño pudiese saber aquello? Debía de ser un error - … pero no te preocupes, mamá… - levanto su delicado rostro y viendo fijamente a su mama sonrió, mostrando una vez más aquella hermosa sonrisa - …seré “Un buen niño”
Continuará...