“No importa que, siempre le mostrare una sonrisa a la hermosa flor blanca que me acompaña… ella es lo único que tengo, lo único que me queda, mi única compañía…Pero, aun con ella a mi lado… Tengo miedo… Tengo miedo a soñar, a dormir, cerrar mis ojos, y al abrirlos no encontrarla junto a mi…Tengo miedo a perderla…Tengo miedo a estar solo…”
-…Seré “Un buen niño” – Misaki aun sonreía, pero nuevamente pequeñas lagrimas se hicieron presentes en sus ojitos.
-…M-Misaki… ¿Qué quieres decir con eso? – Pregunto preocupada Hana.
-…Hace una semana, estaba jugando a las escondidas con Ritsu, él contaba y yo me escondía, así que me escondí debajo del escritorio de papá…
----------Flash Back----------
Misaki se encontraba sentado, abrazando sus rodillas, debajo del escritorio de Ren, esperando poder ser encontrado por Ritsu, entonces escucho la puerta abrirse, pensó que era su hermano mayor, pero no fue así… Quienes entraron por ahí, fueron Ren y Hana detrás de este, el pelinegro camino hasta uno de los sofás y se sentó, Hana solo se quedó parada frente a él.
-Dime de que querías hablarme – pregunto serio, viendo fijamente a su esposa.
-…Ren, ya falta poco para el cumpleaños de Ritsu y Misaki, los dos cumplirán 5 años, y…quería preguntarte si… - estaba nerviosa, con la cabeza agachada y jugando con sus dedos.
-Continua – él quería que Hana continuara, a pesar de ya saber lo que iba a pedirle.
-… ¿Po-Podrías dejar que Misaki salga con nosotros? – pregunto reuniendo todo su valor posible.
Misaki que escuchaba en silencio todo, cuando escucho la pregunta de su mamá, se puso realmente feliz – “Saldré, podre salir de nuevo con mi hermano, estoy realmente emocionado – pensó mientras una sonrisa se posaba en su rostro y sus ojos color esmeralda brillaban intensamente de alegría, pero grande fue su sorpresa al escuchar la respuesta.
-No – fue la rápida y firme respuesta de Ren, al escucharla Hana entristeció su mirada, y Misaki abrió sus ojos sorprendido.
-“¿No? ¿Por qué no?... ahora que lo pienso, yo solo eh salido de cada una vez…” – pensó el pequeño, y muchas dudas rondaron en su cabecita.
-Ren, por favor… - Hana alzo su rostro para verlo fijamente.
-Ya te dije que no, la última vez lo deje salir solo porque Ritsu me lo pidió como regalo de cumpleaños, pero no lo permitiré otra vez, no a menos que sea el mocoso el que me lo pida, después de todo Misaki le pertenece a el – dijo serio, para después ver su reloj de muñequera y pararse del sofá – Bueno, si eso es todo, me tengo que ir – empezó a caminar hacia la salida, pasando al lado de una muy tensa Hana, que tenía nuevamente su cabeza agachada.
-¿Por qué? – Susurro despacito, aun así fue escuchada por Ren - ¿Por qué no puedes dejar que Misaki salga solo por un momento de casa? ¿Por qué eres tan cruel con él? Solo deja que salga un rato, nada más te pido… - Se giró, encarando a su esposo, ya harta de las palabras crueles que salían de los labios del hombre que poco a poco iba odiando, sí, porque desde que el pelinegro le dijo aquello sobre su hijo, ya no lo amaba, ya no como lo hacía antes, aquel amor ya no estaba, él mismo había borrado aquel amor con crueles palabras y con su tonto comportamiento rencoroso y egoísta, y ella ya no lo amaba, pero lo seguía queriendo, y aunque no quería odiarlo, él seguía con su reproche.
-“¿Por qué?” Ya te lo dije muchas veces, ¿Es que acaso no lo logras entender? Pues bien, te lo repetiré una vez más, te daré una respuesta menos compleja – dijo acomodando sus lentes, viendo los hermosos de Hana, SU Hana – Simplemente no quiero que Misaki sea libre – fueron palabras frías, mientras que el rostro del dueño de aquellas palabras ni se inmutaba, seguía con su rostro neutro, carente de emociones, chasqueo la lengua al ver la desafiante mirada de Hana, eso lo molestaba y enojado dijo – No me hagas recordarte que todo eso fue tu culpa… - Y por primera vez en un largo tiempo, su mirada se vio triste.
-“¿Qué fue lo que dijo?” – se preguntó el pequeño Misaki, lagrimas ya habían resbalado por sus suaves mejillas, el pequeño había empezado a llorar en silencio, y ya no queriendo escuchar el resto de la conversación se tapó las orejitas con sus pequeñas manitos, mientras cerraba fuertemente sus ojitos, el ya no quería escuchar, no quería saberse un estorbo, no quería confirmar lo que tanto temía, no quería confirmar que su padre no lo quería.
-Ren… - susurro Hana, volviendo a su estado de infinita culpa, que buscaba siempre complacer al pelinegro.
-Por cierto, Misaki conocerá al mocoso el día de su cumpleaños, el vendrá aquí y ambos pasaran el día juntos, será mejor que hagas lo que él te pida, y que Misaki haga lo mismo, no quiero que Ritsu se interponga entre ellos, así que invite a Kisa para que lo distraiga, además a partir de ese día las visitas del prometido de Misaki serán frecuentes, para ese entonces espero que Ritsu tenga más amigos y que Misaki se porte bien con ese niño, no quiero escuchar alguna queja sobre su mal comportamiento.
-“¿Prometido? ¿Mal comportamiento?” – Escucho apenas Misaki, aun llorando y destapándose sus oídos, curioso, ¿De que hablaba su padre?
Hana, aun sorprendida intento decir algo, pero Ren rápidamente continuo con lo que decía – Hana, no te preocupes de nada, solo encárgate de que Misaki sea “un buen niño” – le dijo a su esposa con una amable sonrisa, de esas por las cuales Hana se había enamorado de él, y finalmente salió de allí cerrando despacio la puerta.
Hana de verdad no entendía a su esposo, por un momento era frio y por otro era amable, ya no sabía si odiarlo o quererlo, era como volver a empezar, volver a empezar desde el día en que lo conoció – “Ren… solo quiero de vuelta al Ren del cual me enamore…” - pensó nostálgicamente y con una mirada triste, luego camino hasta la puerta, la abrió, suspiro y salió, dispuesta a ver a sus dos pequeños jugar juntos, ya que quizás eso no sería posible en el futuro, un futuro no muy lejano.
Misaki luego de un rato limpio su rostro lloroso con sus dos manitas, después salió de su escondite, se paró con su cabecita agachada y su mirada pensativa, algo triste, así estuvo por un largo rato, hasta que sacudió su cabeza, alejando todo pensamiento negativo, alzo su rostro y nuevamente sonrió, nuevamente mostro aquella hermosa sonrisa que lo caracterizaba, camino hasta la salida, cerró la puerta y se dispuso a buscar a su hermano, ya que seguramente su madre estaría con él y Misaki no quería preocuparlos – “Sonríe, Misaki, sonríe, siempre sonríe a pesar de todo” – era lo que siempre le decía su madre y eso es lo que siempre haría, sonreír, o por lo menos lo intentaría…
----Fin Flash Back----
Misaki le había contado todo aquello a su madre, Hana lo observaba con un semblante triste, hubiera preferido que su pequeño nunca escuchara aquello, no sabía que decirle a su angelito así que simplemente se quedó callada, formando un incómodo silencio en la cocina, silencio que decidió romper Misaki - …Papa dijo que no quiere que yo sea libre… ¿Por qué dijo eso, mama? – pregunto el pequeño viendo la mirada triste y algo sorprendida de su madre, Misaki la miraba con una inusual expresión seria en su rostro, nunca antes Hana lo había visto así - …Mamá… él…papá… ¿él no me quiere, verdad?
Hana lo vio sorprendida, suspiro triste y contesto - … No es eso Misaki, es solo que…es solo que, él quiere… - ella intentaba contener sus lágrimas y su quebrada voz que poco a poco salía - …él quiere que tu futuro sea bueno, Misaki – “Mentira, mentira, mentira, perdóname Misaki, perdón por mentirte, pero… no puedo, aún es muy pronto para que sepas… que tienes razón…” – pensó torturándose a sí misma - …él es así contigo porque quieres que seas fuerte, por eso se comporta así contigo, pero… pero él te quiere ¿Si? Él te quiere, tu también eres su hijo después de todo – Hana sonrió, con sus ojos acuosos pero su sonrisa brillante convenció al pequeño.
-… ¿Enserio? ¿Enserio, mamá? – Hana asintió – Entonces él si me quiere – los ojitos de Misaki brillaron nuevamente, estaba feliz, para el ahora todo tenía sentido y con solo saber que su padre si lo quería estaba muy feliz, tenía en mente que su padre no lo admitiría, pero que si lo quería, y solo eso importaba y aliviaba su corazoncito.
-… - Hana suspiro aliviada, por ahora era mejor así – Si, así es mi pequeño, por eso debes portarte bien y hacer caso en todo, sobre todo deberás llevarte muy bien con tu nuevo amiguito que vendrá en tu cumpleaños ¿De acuerdo Misaki? – sonrió un poco más calmada.
-¡Sí! Me esforzare para que mama y papa sean felices – dijo sonriendo - ¿Nuevo amiguito? ¿Es el que se llama “Prometido”? – pregunto inocentemente.
-Sí, pero ese no es su nombre – le dijo suave acariciando dulcemente su cabecita.
-Entonces ¿Por qué papá lo llamo así?
Hana se lo pensó un momento – Es porque él lo llama así.
-Entonces ¿Cuál es su nombre? – pregunto con curiosidad.
-…Es un secreto – Hana coloco su dedo índice en sus labios y le guiño un ojo a Misaki.
Misaki rio, divertido y ansioso de saber su nombre - ¿Entonces el vendrá en mi cumpleaños? – Pregunto, Hana asintió – entonces me llevare muy bien con él, le enseñare las mariposas del jardín y jugaremos juntos – Hana sonrió ante las inocente palabras de su pequeño - ¡Y Ritsu también jugara con nosotros! – dijo alegre, mientras en su mentecita planeaba todo ese día, Hana sonrió con nostalgia, pues sabía que Ritsu no estaría con ellos, pero aun así prefirió no decírselo, no quería desilusionarlo, no ahora.
El horno sonó - ¡Ah! Ya están las galletas – dijo Hana riendo.
-¡Sí! A Ritsu le encantaran – dijo Misaki animado, viendo las galletas con emoción.
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A Ritsu le había ido bien en su primer día en clases, estaba en primero, había aprendido cosas básicas como la utilización de los números, canciones infantiles y varios juegos que no conocía antes, además Kisa estaba con él y ambos se habían hecho amigos de un niño muy adorable, uno de los más lindos, su nombre era Chiaki Yoshino, y un niño muy imperativo y también muy lindo cuyo nombre era Shinobu Takatsuki.
-¿Entonces tienes un hermano menor? – pregunto curioso Chiaki, era receso y los tres se encontraban sentados en una de las pequeñas mesas del pequeño patio para primaria, comiendo sus respectivos aperitivos.
-Sí, su nombre es Misaki, y él es muy lindo – sus ojitos brillaron recordando a su adorable hermanito – ambos tenemos 4 años, aunque en dos meses cumplimos los cinco.
-¿Enserio, entonces son gemelos? – Pregunto Shinobu mientras comía una galleta, Ritsu asintió sonriendo – Vaya, que suerte – hizo un puchero celoso de también querer tener un hermanito – Cierto ¿Y porque el no vino a clases?
-…Bueno, no sé por qué, pero creo que es mejor que no haya venido – dijo celoso de que alguien más vea a su Misaki.
-¿Por qué? – pregunto esta vez Chiaki.
-Porque no quiero que ningún otro niño lo vea – dijo serio.
Los dos niños lo vieron sorprendidos, menos Kisa, quien ya lo conocía bien, hubo un pequeño silencio que Kisa rompió – Jajaja Rit-chan es muy sobreprotector, pero es un buen hermano mayor, el siempre protege a Misa-chan – sonrió.
Ritsu se sonrojo levemente ante el comentario de su amigo – E-Eso es porque lo quiero mucho – los tres amigos lo vieron y rieron de aquella adorable reacción.
“El amor que una vez te tuve poco a poco y sin notarlo se convirtió en odio, un odio tan grande que ni yo mismo me pude detener…”
Continuará…