—¿Y?... ¿tuviste suerte ayer?
Con una sarcástica mirada, Al levantó los ojos de su desayuno para toparse con esos ojos marrones que correspondían a su hermano James, el cual no reprimía su curiosidad ni la ligera burla en su tono, pues a diferencia de su hermano menor, él no era tan malo en Pociones.
Albus, acostumbrado a esa actitud desde que estaba en primer año, había aprendido a ignorarlo, hicieron falta cinco años pero lo logró, por eso ahora simplemente se encogió de hombros con desinterés, bajando de nuevo la mirada, recordando su propia mueca incrédula y furiosa de la tarde pasada, cuando Scorpius simplemente se había marchado después de darle aquella tarea extra.
—Por tu cara, asumo que te encontraron, o que alguien lanzó una bomba boñiga a tu habitación— Comentó con humor el Gryffindor antes de sentarse al lado de su hermano —Aunque no me explico como Scorpius dedujo tu escondite
—Bueno, porque es obvio que él no es idiota— Una nueva voz femenina se había unido a la conversación, y visiblemente más irritado que alegré por ello, Al dirigió su mirada a su prima: Rose Weasley, la causante de su predicamento —¿Que esperabas con esconderte, Al?
—Te aseguro que una fiesta en Honeydukes no— Respondió éste causando la irritación de Rose, algo que sirvió para animar su mañana mientras la observaba fruncir los labios, como si se contuviera de decir algo, y fue entonces que Al lo entendió —¿Tú...? ¿Le dijiste donde estaba, Rose?
—¿Lo hiciste?— James la miró sin saber cómo reaccionar —¿Traicionaste a la familia, por un Malfoy?
—Venga, ya— replicó ésta impaciente, cruzándose de brazos muy al estilo Hermione Granger —Scorp solo me preguntó si había visto a Al, y yo le dije que creí verlo en la biblioteca, eso no es traicionar a la familia— pero por la expresión de James, se notaba que él pensaba todo lo contrario, fue por eso que Rose añadió: —Además, Al necesita ayuda en pociones James, si te molesta tú mismo podrías ser su tutor
—Lo... ¿lo acabas de llamar “Scorp”?
Parecía que eso fue lo único que pudo articular su primo, haciendo que su prima rodara los ojos, intentando fingir exasperación... sin embargo, quedaba poco convincente por el rubor en sus mejillas.
Arqueando la ceja ante eso, Albus ladeo la cabeza, confuso por la irritación que aquello le produjo, ¿estaba celoso?... No, lo más seguro es que siendo uno su mejor amigo y la otra su prima, no quisiera estar enmedio por si ellos dos comenzaban a... a salir. De manera involuntaria se estremeció de desagrado por la imagen que apareció de repente en su cabeza donde Scorpius caminaba de la mano con Rose.
Horrible, definitivamente horrible
Así que optó por ignorar la plática de ambos, concentrándose en su desayuno, ahora frío, deseando haberse sentado en la mesa de Slytherin y no desayunar con los Gryffindor como acostumbraba, además, ahora Lily ya no lo necesitaba, no cuando platicaba alegremente con sus amigas, mientras ellas reían y le hacían caídas de ojos a él y a James, quien en vez de estar incomodo, parecía encantado por la atención. Como si siendo prefecto no tuviera ya demasiada...
—¿Interrumpo algo?— Si fue la sorpresa, el ligero toque en su espalda, o el roce de unos labios en su oído, Albus nunca lo supo, lo único cierto que es se levantó tan rápido como si alguien le hubiera lanzado una maldición, provocando que su nuca impactará de lleno con la nariz de Scorpius —¡Potter! ¿Puedes decirme qué pretendes?
—E-e-eso es lo que yo te pregunto— Replicó este, rogando porque el repentino rubor no lo hubiera notado nadie por concentrarse en la mueca de irritación del rubio mientras este con las manos en su nariz, intentaba evitar que la sangre fluyera, cosa en la que no tenía mucho éxito, provocando así un ligero sentimiento de culpa por parte de Al, quien apartándose de la mesa se acercó con la intención de ayudar... Al menos hasta que Rose intervino
—¿Estas bien, Scorpius? ¿Te llevó a la enfermería?
Desviando su mirada irritada de Al a esta, su semblante de manera apenas notoria, se suavizó un poco, antes de negarse con la inherente actitud digna de un Malfoy
—Solo fue un golpe— Y con una última mirada de desdén para Al, sacó su varita y dando unos golpecitos en su nariz murmuró: —Episkey
Casi de inmediato la sangre se detuvo mientras que con el ceño ligeramente fruncido, Rose le entregaba un pañuelo a Scorpius para que terminara de limpiarse el rostro, lanzando de manera furtiva una mirada de desaprobación para su primo quien simplemente la ignoró.
—¿Necesitabas algo Scorpius?
Intervino James con cierto tono gélido y mirada burlona por lo sucedido, como si deseara que volviera a pasar en un futuro.
El aludido rodó los ojos con incredulidad antes de replicar con desdén
—¿Es que acaso piensas que vine solo para admirarte, Potter? ¿No te basta con tu legión de fans?— Inquirió con burla señalando con el mentón a las chicas de Gryffindor que mantenían su atención en él, y antes de darle tiempo para replicar, añadió con simpleza —vine por Al, tenemos Historia de la magia y no deseo ser su tutor en esa clase también.
Pero bueno, no es que fuera un inútil en todas las demás clases, y de no haber sido porque acababa de golpear a Scorpius, Albus ya se habría encontrado replicando, aunque... No podía dejar de admitir, que encontraba divertido el humor sarcástico de su amigo. Y por ello, negando con una ligera diversión, oculta dentro de sí, se levantó para acercarse a Malfoy
—Yo tampoco lo deseo, Scorpius, así que vámonos.
Ignorando la mueca despectiva que él hizo ante ese comentario. Albus se despidió de su familia con una media sonrisa, tomando sus cosas y saliendo del gran comedor detrás de su amigo que se había adelantado con una mirada arrogante.
Al, no podía negar que, mientras caminaban en silencio, su mente volvía a recordar aquella sensación de tener los labios de Scorpius susurrando en su oreja, fue... más agradable de lo que le gustaría admitir.
Y sin poder evitarlo, se encontró contemplando su andar, uno que enorgullecería al mismo Salazar por la elegancia, confianza y arrogancia que transmitía. A veces se preguntaba si su amigo ensayaba todos los días para tener ese porte, o si para él era tan natural como respirar.
—¿Ves algo que te interese, Al?
La manera fluida en que Scorpius repentinamente se dio la vuelta, y arqueo una ceja con desinterés, disipó las dudas de Albus: su porte era innato
—Difícilmente, tú eres él único que está aquí
Replicó con burla para enmascarar la inexplicable manía que tenía de observar cada gesto de Scorpius por simple placer, una que tenía hace unos años. Entonces supuso que era admiración pero ahora... Regresando su mirada a la plateada, de manera involuntaria relamió sus labios con nerviosismo.
Ahora no estaba tan seguro.
—Precisamente por eso. No creo que puedas ver algo más interesante en el castillo
Jactándose en tono divertido, ladeo unos segundos la cabeza, explorando las profundidades de los ojos verdes de Al, mientras de manera lenta y depredadora, se acercaba a este quien involuntariamente dio un paso atrás por aquella intensidad en la mirada de Malfoy. Perdiéndose también en sus ojos mientras de nuevo se despertaban aquellas extrañas sensaciones que le exigían también acortar la distancia, sentir el calor de la piel de Scorpius y...
—¡Scorp!
Fue la voz de Rose la que rompió el hechizo.
Albus dio un respingo como si saliera de un trance mientras que su amigo, se detenía a un escaso medio metro de él, mostrándole una mirada que transmitía irritación por la interrupción, antes que desapareciera en un gesto cortés mientras se volvía a la Weasley
—¿Sí?