-Llevémonos bien de ahora en adelante, Skylar-
Al saludarme nuevamente de esa manera yo no pude contestarle porque me tomo por sorpresa, nunca me imaginé que alguien dentro de esta odiosa escuela me hablase de esa manera, así que más por sorpresa que por otra cosa decidí ignorarlo todo lo que duro la clase, si, lo sé muy estúpido de mi parte ignorarle a la única persona que me dirigió palabras amables pero no estoy acostumbrado a que me hablen así y creo que nunca lo haré.
Cuando tocaron el timbre que indicaba que terminaba la clase para empezar el receso estaba decidido en salir a buscar un refugio donde nadie me molestara, pero justamente cuando trataba de huir una mano de forma delicada me tomo por el brazo, en ese instante gire mi rostro para averiguar de quién se trataba y nuevamente esos ojos verdes me miraban fijamente.
-Skylar, quisiera compartir el receso contigo, me pareces muy amigable, un poco tímido pero amigable- me lo dijo siempre con esa sonrisa sincera pintada en su rostro, no entendía porque se refería a mí como una persona amigable si lo había estado ignorando durante un buen rato.
-Tengo cosas importantes que hacer- le conteste sonando un tanto frio y en realidad no tenía nada que hacer solamente perderme en todo lo que acaba la hora de descanso. Inmediatamente me zafe de su agarre y seguí caminando sin importarme su reacción y que él me siguiera hablando desde su asiento.
Caminé por los pasillos de la escuela hasta dar al inmenso patio, como ya lo conocía muy bien me dirigí al lugar que por varios años ha sido un buen lugar donde puedo estar tranquilo, a pesar que es la parte más bonita de la escuela muy pocos se acercan a esta.
Mis ojos siempre se deleitan al observar ese lugar, al fondo y hacia donde me encamino a recostarme está lleno de pequeñas florecillas que son cubiertas por un enorme árbol de hojas de un color verde muy hermoso, un verde muy vivo como los ojos de ese sujeto que sin querer lo recuerdo al observar este cedro que me llena de paz.
Cierro mis ojos tratando de alejar todo pensamiento acerca de ese chico, concentrándome en descansar, pero a mi mente acuden los recuerdos de mi hermosa y amada madre, esa mujer que por amor a mí lo dio todo inclusive su valiosa vida, ella es el único buen recuerdo que guardo en mi interior porque todo lo demás es basura, me reconozco a mí mismo como podrido desde mi interior, sin nada bueno que brindarle a las demás personas, no soy bueno expresándome con los demás, soy muy callado y las pocas veces que hablo lo hago de una manera cortante y fría que creo que en cierta parte se lo debo a los continuos abusos de mi padre, en mi rostro no suelo expresar emoción alguna y no tengo ni idea cuando fue que di mi última sonrisa porque desde hace mucho carezco de razones para hacerlo, siento que mi vida solo se prolonga porque mi cuerpo a pesar de todo cuenta con una buena salud y aunque lo niegue quisiera tener una razón para vivir, una razón para levantarme de la cama todos los días, quisiera poder encontrar mi norte.
-Así que dormir era lo importante que tenías que hacer- Esa voz interrumpió mis pensamientos, lentamente abro mis ojos topándome de nuevo con esa sonrisa y ese par de ojos verdes que se avivan con el resplandor del sol, ahí estaba él parado a un lado mío observándome con su juguetona sonrisa.
- Así es y me interrumpes- le conteste cortante porque no sabía qué demonios hacia ahí.
-Te he estado buscando Skylar, te dije que quería pasar el receso contigo- Y su imborrable sonrisa permanecía ahí - Así que ahora me aguantas contigo- soltó una leve carcajada- De ahora en adelante seré tu amigo así que estaré pegado a ti como una bacteria – me dijo con una sonrisa mientras que yo no sé ni cómo reaccionar ante esto
-Deberías buscarte otros amigos que si quieran compartir su tiempo contigo, porque como verás me gusta pasar solo- le respondí cortante y este solo empezó a reírse como si hubiese contado un chiste- ¿qué? ¿Por qué te ríes? No he dicho nada gracioso- le dije con un leve tono de disgusto.
-Lo siento, es que me recordaste a los lobos, tan solitarios y distantes pero igualmente son tiernos, así te veo a ti- Y nuevamente me perdí en esos ojos verdes y no sé si fue mi imaginación o qué pero sentí como si mi sangre corriera hacia mis mejillas convirtiéndose en un leve sonrojo, espero que haya sido producto de mi imaginación
-Sí, pero recuerda que los lobos muerden y hasta matan- le conteste fríamente, en este momento ya no sé ni cómo reaccionar, no entiendo porque este chico está perdiendo el tiempo conmigo, seguramente no ha escuchado los rumores en la escuela, uno de tantos como que soy un enfermo por ser gay, que soy un antisocial, que soy una basura de persona porque soy grosero, que nunca ven emoción en mí y otro montón de estupideces que hablan de mí, creo que si él lo hubiera escuchado no estaría aquí tratando de entablar una relación de amistad conmigo.
-Lo sé, pero creo que eres una excepción, solo puedo ver a una buena persona en ti, me lo dicen tus ojos- Kenneth me lo dijo con una seguridad que hasta podría creer eso que acaba de decirme – El cielo-me dijo esto pero no lo comprendí
-¿Qué pasa con el cielo?- le pregunté con mucha intriga
-Tus ojos son como el cielo, de un celeste muy lindo, definitivamente tienes unos ojos muy bonitos y muy puros-
Cuando termino de decirme esto sentí que algo en mi pecho daba vueltas y que mi pulso cardíaco se aceleraba al igual que mi respiración, no entiendo como esas palabras pueden tener este efecto en mí, supongo porque puedo percibir la sinceridad en sus palabras.
-Gracias, creo- le conteste desviando mi vista puesto que ahora no podía sostenerle la mirada, aunque de reojo pude observar el hermoso contraste del color de sus ojos con los rayos del sol.
Extrañamente después de mucho tiempo he vuelto a sentir el latido de mi frio corazón…