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ZHIEND, ¿Una sombra olvidada" por LORD GRIM

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Notas del capitulo:

Hola a todos(as) los(as) lectores(as) espero que se encuentren muy bien les envío un saludo a todos(as). 

Este día- noche les traigo un nuevo capitulo esperando que les guste... 

- No puedo creerlo - afirmaba el empresario leyendo con detenimiento el contrato ante el - Zhiend - llamo al más joven que sonreía suavemente al ver las reacciones de emoción de su jefe - No cabe duda que eres el indicado para este papel
- Es usted muy amable Sr. Seguchi - confeso el más joven del grupo - Aunque quisiera compartir su emoción, debo admitir que me siento un poco abrumado. 
 
- No tienes motivo... lo harás muy bien - declaró el ex tecladista mostrando cada vez más su alegría por la oportunidad que se le presentaba a su adoración. 
 
- Me sentiría más sereno, si solo se tratase de cantar - respondió el cantante mirando a un punto vacío a través de aquel ventanal - Es un gran honor que me considerasen para esto, pero... será la primera vez que actué - se quedo pensativo un momento - Por primera vez estaré fuera de medio. 
 
- Zhiend... esto no solo será un gran desafío, sino una oportunidad para que te abras camino en el mundo de la actuación - expreso en americano que miraba a su protegido levantando su pulgar. 
 
- K tiene razón - se unió el de ojos esmeraldas - Incursionar en el mundo del cine será muy bueno para ti - coloco su mano en el hombro de su adoración- No te preocupes, estas al nivel para esto. 
 
- Le agradezco su voto de confianza - respondió el albino intentando disipar sus nervios mirando el paisaje a través de la ventana de aquel vagón. 
 
La gira europea había terminado tres días antes con el concierto frente al Big Ben, pero el trabajo para el cantante continuaba, por lo visto mientras más grande fuese su éxito con el público, más seria considerado para diversos tipos de trabajos que no solo implicarán la música. 
 
En esta ocasión fue seleccionado para audicionar para el papel protagónico de una película, la cual sería una adaptación a un clásico musical, mismo que sería filmado durante un año entero en la ciudad del amor... Paris, Francia. 
 
¿Y de qué clásico se trataba? Ni más ni menos que "El Fantasma de la Opera" de Gaston Leroux y el victoriano iba a audicionar por el papel de ni más ni menos de Erik, el mismísimo fantasma de la ópera.
 
Ese era el motivo por el cual aquel pintoresco trío se encontraba viajando hasta la ciudad del amor en El Venice Simplon-Orient-Express posiblemente la manera más romántica y lujosa para viajar y visitar las ciudades europeas de Londres, París y Venecia. Sus vagones antiguos una delicia para todo amante de los viajes en tren y los servicios de comida de primera clase y como no serlo si el simple boleto tenía un costo de $5000 euros.
 
El viaje a Paris duraría aproximadamente 12 horas, lo que le daba al albino tiempo suficiente para controlar sus emociones y leer el libreto que le fue entregado días antes por su mánager, si bien conocía la historia perfectamente, una cosa era conocerla y otra vivirla. Esperaba estar a la altura de lo que implicaba encarnar un papel, ya que jamás seria lo mismo expresar con música las emociones a transmitirlas a través de todo el cuerpo, era buen intérprete pero ahora lo pondría a verdadera prueba y como no hacerlo con semejante personaje. 
 
Erik, the phantom of the opera 
 
Hay mucho que decir sobre este ser ya que es muy complejo, pasa por diferentes facetas y es difícil describirlo en una sola palabra u oración, lo que queda claro y esta mas que prohibido llamarlo fantasma porque simplemente no lo es, es un mortal torturado por la circunstancia de la vida.
 
Desde el inicio se habla de un ser perverso que habita en los sótanos de la ópera, que exige al dueño del recinto un pago mensual, así mismo un palco exclusivo para su uso personal aunque no se le viera ahí nunca. Este un ente sombrío y oscuro que muy pocos habían visto, lo cual le favorecía ya que lo convertía en una leyenda, un mito, esas cosas que todo mundo da por ciertas pero no se molestan en investigar porque no quieren correr riesgos. 
 
Erik atemoriza constantemente a los empleados, tramoyistas, actores y bailarinas de la ópera, cualquier cosa anormal que suceda ahí será su culpa. 
 
Conforme avanza la historia las cosas se van poniendo de verdad más intensas, los crímenes comienzan a ser reales y se descubre su lado oscuro, sus cámaras de castigos y sus métodos violentos para hacer valer su autoridad, todo esto porque se ve amenazado por la presencia del joven Vizconde Raoul. Los actos de maldad son cada vez más frecuentes, tenemos a un ser realmente despiadado buscando por todos los medios obtener lo que desea, además, hay que agregar que la mayor parte de la acción ocurre dentro de la ópera y que Erik la conoce mejor que nadie, tiene una ventaja enorme por encima de todos ya que sabe como deslizarse por las rampas, cortinas, camerinos, túneles y sótanos del edificio. Es como si estuvieran conectados, como si el misterioso hombre y la ópera fueran uno mismo.
 
Por otra parte, dejando de lado las atrocidades cometidas por el fantasma tenemos al misterioso genio de la música o ángel de la música como lo conoce su pupila. Este ser ha instruido a la hermosa Christine en el canto, le da lecciones privadas y le ayuda a mejorar sus habilidades como nadie más pudo haberlo hecho. Christine cree ciegamente que él es el genio de la música un enviado por su padre después de morir con la misión de cuidarla y llevarla por el camino correcto. 
 
El genio nunca puede ser visto por Christine, se esconde y lo único que se conoce de él es su voz. Es, sin embargo, un ser amable, educado, caballeroso, delicado, astuto y un sin fin de virtudes y cualidades más. Erik aprovecha esa creencia de Christine para poder estar cerca de ella y satisfacer sus propias ambiciones, su plan es claramente prepararla para que en un día no muy lejano puedan estar juntos sin importar nada ni nadie
 
El cantante suspiro profundamente Erik era un personaje demasiado complejo, cuyas facetas jamás podrían ser enlistadas apropiadamente sin temor a equivocarse, por Dios como encarnar a alguien así. 
 
- Zhiend - llamó el empresario interrumpiendo los pensamientos del menor - Hemos llegado, - anunció sorprendiendo al menor al saber que perdió la noción del tiempo, 12 horas habían pasado ya - Aquí ya es de madrugada, el clima es fresco debes... debes abrigarte - pidió extendiendo el abrigo de su adoración. 
 
- Gracias - fue todo lo que el albino contestó para así colocarse su sobretodo y abandonar el vagón para notar que pasaba de la media noche.
 
A diferencia de Londres, en esta ocasión el americano se encargó de buscar un departamento donde pudiesen alojarse ya que aunque sonase un poco pretencioso, sabía que su protegido lograría obtener el papel y por tal motivo se quedarían en Paris una larga temporada. 
 
El paso de la noche fue muy lento, ya que no era capaz de dormir, a pesar de que aún faltaron algunos días para que se llevase a cabo la audición, deseaba profundizar lo más posible en el personaje de Erik y ante sus inexistentes habilidades de actuación, lo único de lo que podía apoyarse para adentrarse en el papel era la música, en esta caso, las canciones de la obra original, por lo que teniendo cuidado de no molestar a sus compañeros cantaba con suavidad una que otra pieza. 
 
Insolente boy this slave of fashion, 
Basking in your glory!
Ignorant fool! 
This brave yong autor
Sharing in my triumph! 
 
- Ese chico necesita descansar - afirmó el americano que se encontraba en su habitación, acurrucado, bien abrigado y escuchando como su muchacho cantaba, decidió ignorarlo y regresar rápidamente a dormir. 
 
A la mañana siguiente, el empresario se encontraba en la cocina preparando el desayuno muy animadamente, al no estar como huéspedes en un lujoso hotel, las comidas eran responsabilidad de los inquilinos y quería hacer algo lindo para su adoración. 
 
Ser el dueño de una de las compañías musicales más grandes del medio Oriente era estresante, pero no había nada que el gran Thouma Seguchi no pudiera hacer, ya que a pesar de estar viajando constantemente con su amado victoriano, era perfectamente capaz de llevar sus negocios desde cualquier parte del globo y eso era una ventaja ya que era evidente que el albino iba a estar muy ocupado con los rodajes el próximo año, era posible que tuviese que ir y venir varias veces a Japón durante ese tiempo, aunque podría ser que hubiese otra solución. 
 
- ¡Buenos días! - se oyó una voz que lo hizo olvidar sus cavilaciones por un momento. 
 
- ¡Buen día Zhiend! - saludo el de ojos esmeraldas al ver al cantante parado en el marco de la puerta - ¿Tienes hambre? - pregunto el mayor señaló la mesa donde ya se encontraba parte del desayuno listo. 
 
- Claro... huele delicioso - afirmó el menor muy alegre acercándose al mayor - Déjeme ayudarlo - tras eso comenzó a servir el café en las tazas. 
 
- ¿Cuando es la audición para el papel de Erik? - pregunto el rubio que colocaba los platos con el desayuno sobre la mesa. 
 
- Es en 3 días - contesto el más joven quien miró al rubio que sonreía de una forma tan dulce y sincera que lo sorprendió - ¿A que se debe esa sonrisa? 
 
- Que ya pasó poco más de un año desde que nos conocimos - confesó el rubio recordando su primer encuentro. 
 
- Tiene usted razón - afirmó el más joven que miró a su jefe - No puedo creer que ya haya pasado más de un año. 
 
- Si... el tiempo vuela supongo - contesto el empresario al mismo que comenzaba a reírse con una suave carcajada. 
 
- ¿A qué se debe el repentino ataque de risa? - pregunto el menor mirándolo con curiosidad. 
 
- Recordé... - dijo el mayor mirando los ojos del menor - El día que te conocí, tuve la delicadeza de sugerir que habías perdido tus lentillas - comentó haciendo ademanes graciosos y riendo - Debí parecer un tonto. 
 
- Si... de hecho fue muy descortés- confirmó el cantante sentándose en la mesa para seguir recordando aquel primer encuentro. 
 
- Cuanto lo siento - se disculpó el mayor imitando al más joven y tomando asiento a la mesa - Han pasado tantas cosas desde entonces. 
 
Aunque hubiesen querido seguir recordando esos momentos, la llegada del americano los interrumpió, la charla giró en torno a la audición, sin embargo la mirada del cantante lucia un poco perdida, situación que fue percibida por el empresario. 
 
- Zhiend - llamo el mánager captando la atención de todos los presentes - Tengo una reunión para confirmar lo de tu audición, deberías disfrutar tu estancia en Paris y los pocos días libres que tendrás. 
 
- No lo sé K - expreso el más joven - Aún no termino de leer el guion que me diste - suspiro un poco - Quiero estar preparado para la audición. 
 
- Zhiend... no tienes de qué preocuparte - opino el rubio - No es como si no conocieras la historia, si no mal recuerdo alcance a ver un libro del fantasma de la opera en la biblioteca de tu casa - sonrió tratando de evitar que el menor se sobreexijiera - ¿Que te parece si damos un paseo juntos? - ofreció
 
- Es una buena idea- declaro el americano señalando a rubio - Tu necesitas distraerte de tus negocios - y después señaló al más joven- Y tu necesitas tomar sol, mírate estas pálido, además no has dormido bien.
 
- K - llamo el albino mostrando un poco de molestia por el comentario - No es gracioso que te burles de mi tono de piel - cerró los ojos - Además me encuentro perfectamente descansado. 
 
- Si como no - lo miro acusatoriamente - Entonces me confundí, seguramente era el verdadero fantasma de la ópera el que cantaba en tu habitación a las 4 a.m. - dijo tras mirar a su protegido con una sonrisa marca guasón.
 
Al albino le dio un ligero ataque de tos, para después disculparse con los presentes y retirarse a su habitación, no sin antes escuchar al amante de las armas. 
 
- Esta listo a las como a las 4, de esta tarde - gritó el americano - Vas a salir... quieras o no - declaro sin que nadie pudiese objetar nada. 
 
Tras aquello ninguno de los aún sentados a la mesa dijo nada, el rubio mayor fue el encargado de limpiar la cocina ya que ni por equivocación dejaría a su adoracion lavar ni un plato y sabía que el americano no movería ni un dedo, pero en si no le molestaba, ya se había acostumbrado a la dinámica de convivencia con ese par, después de todo ya había pasado un año. 
 
Mientras realizaba sus labores, el sonido de su celular lo distrajo, el contestar no fue nada grato, pero desafortunadamente no había nada que pudiera hacer con la situación de la que acababa de enterarse, solo le quedaba resolverla lo mejor posible. 
 
Cuando el reloj marcó las 4:00 p.m. los músicos comenzaron una caminata por los bulevares de Paris, ambos estaban callados pero el silencio no molestaba a ninguno, para ellos era algo común.
 
New York 12:30 a.m. 
 
Mientras aquel par caminaba sin preocupación alguna, del otro lado del mundo la noche reinaba en la gran manzana y en uno de tantos bares se llevaba a cabo una reunión. 
 
- Lo que me pidio investigar no fue nada sencillo - comentó un hombre que se cubría con abrigo largo y la oscuridad del lugar no dejaba apreciar su verdadera identidad. 
 
- Con lo que le estoy pagando por sus servicios, me importa poco si fue sencillo o no - expreso un hombre rubio que fumaba mostrando una mirada seria. 
 
- Le aseguro que quedará satisfecho - afirmó el misterioso hombre sacando de entre su gabardina un sobre que colocó sobre la mesa - Ya que podrá satisfacer su curiosidad y tal vez avanzar. 
 
- Limítese a hacer solo su trabajo - sentenció el rubio, harto de recibir clases de ética de cada uno de las personas a las que había contratado para realizar la investigación.
 
El rubio sujeto el sobre para después abrirlo y comenzar a leer atentamente cada uno de los papeles que se encontraban dentro, al observar una serie de fotos donde aparecía su pareja, una gran sonrisa se formó en aquel bello rostro, ahí estaba como lo recordaba, con la extraña mata rosa que tanto lo caracterizaba. 
 
- ¿Cuando fueron tomadas estas fotos? - pregunto el rubio, pasando sus dedos por el rostro de la persona que más amaba y por estupido dejo ir. 
 
- Un mes después de su separación- explicó su acompañante disfrutando del trago que tenia enfrente - Segui sus pasos desde Japón hasta esta ciudad. 
 
- ¿Que sucedió con el, en estos años? - pregunto muy ansioso de saber la verdad que tanto lo carcomida, pero más que nada ¿como se convirtió en eso? 
 
- Esa parte es complicada- dijo el acompañante buscando entre los documentos lo que parecia ser un historial médico y la foto de un diario. 
 
Cuando el rubio tuvo en sus manos dichos papeles su rostro antes tranquilo quedó en shock, incluso sentía que tras de el se escuchaba el sonido de un fuerte choque, al mismo que unas líneas similares a la sangre se marcaban a sus espaldas. 
 
Aquello tenia que ser una terrible pesadilla, pensó sintiendo como sus manos temblaban con fuerza, con desesperación dejó de lado la noticia y miró detenidamente el historial médico y lo que aparecía en este no era nada alentador. 
 
- ¿Que tan fidedigna es esta información? - pregunto el rubio mirando a su acompañante. 
 
- Según mi investigación, - el misterioso hombre miró a su cliente - No solo es 100% verídico sino - espero un segundo para continuar ya que sabía que lo que estaba por decir no era alentador para su cliente - que también es 100% irrefutable, no... hubo nada más que hacer según el médico que lo atendió. 
 
- Eso es imposible - grito el rubio golpeando la mesa en señal de frustración - Siempre hay camino... una solución... - su voz iba apagándose poco a poco - Una salida. 
 
- En verdad lo lamento pero... - continuo el acompañante - Eso fue lo que se me dijo el médico - tomó nuevamente el expediente médico para extenderlo a su cliente - Si usted así lo desea puede hablar con el, anexe su nombre, dirección, número y lugar de trabajo. 
 
Tras aquellas palabras el hombre en gabardina, terminó su trago, se levantó de la mesa para despedirse de quien fuera su cliente y abandonó aquel bar. 
 
Por su parte el rubio aún trataba de digerir de lo que se enteró, ahora algunas cosas tenían sentido, pero nuevas dudas surgieron. Por ahora no tenía muchas opciones, en primera hablaría con el médico y después ya vería que haría, pero en definitiva no lo iba a darse por vencido. 
 
- No... tiene que haber un error, esto no puede ser posible - dijo para así dejar unos billetes en la mesa para pagar su consumo, tomar el sobre con la información que le entregaron y salir del lugar - Yo se... mi corazón me dice que eres tú... pero...
 
Paris 
 
La noche finalmente alcanzo la ciudad luz, permitiendo admirar el ambiente nocturno parisino, el clima aunque frío era muy agradable para todas las personas que caminaban. 
 
El par de músicos continuó su paseo por varias horas, era increíble que pudiesen andar por tanto tiempo sin hacer nada más que disfrutar de aquella ciudad, a pesar de que pudieron visitar varios lugares algo les impidió hacerlos y se trataba del victoriano que lucia ampliamente disperso, más de lo común. .
 
El empresario había aprendido de su amado que el admirar las cosas en silencio, era algo revitalizante pues podías apreciar cosas que aunque estaban ahí, por las prisas de la vida cotidiana no eras capaz de apreciar.
 
- Zhiend - llamó el empresario a su adoración, haciendo que este detuviera su andar - No quisiera invadir tu privacidad pero... - lo miro con verdadera preocupación- ¿Te encuentras bien? 
 
- Absolutamente... me encuentro perfecto - contesto mostrando un gesto de seguridad, sin embargo no logro convencer al mayor. 
 
- Mientes - dijo el dueño de NG logrando captar la atención de su adoración - No se el motivo pero... - el rubio sabía a la perfección el tipo de persona que era el menor y estaba consciente que de intervenir más de la cuenta el albino podría cerrar las vías de comunicación - Te siento muy disperso. 
 
- No entiendo sus razones pero... le repito que me encuentro perfectamente- respondio el menor mostrando una sonrisa, una muy diferente la cual carecía del encanto del victoriano, lo que logró que el rubio no pudiese dejar las cosas así. 
 
- Zhiend - llamó el mayor acercándose al dueño de su corazón - Te siento diferente... incluso creo que algo te preocupa - con suavidad tomo sus manos - Se que no me tienes tanta confianza como a K pero... - apretó un poco sus manos y girando el rostro un poco y luego mirarlo nuevamente - Si necesitas algo... o deseas algo... siempre puede contar conmigo y... disculpa si soy algo insistente pero estoy preocupado por ti. 
 
Tras dichas palabras aquel el victoriano de quedo sin palabras por primera vez, ya que hablando con honestidad si estaba un tanto preocupado, por tal motivo busco lucir lo más tranquilo posible para no alarmar a sus acompañantes ya que era consciente que tanto su mánager como su jefe tenias sus propias preocupaciones. 
 
Su agente le ayudaba a manejar todos sus negocios, además de su carrera como cantante y compromisos, eso sin mencionar que debido a su pésimo sentido de orientación fungia como una clase de niñera-guardaespaldas, cosa que se agravó desde el incidente de la serpiente. Por el otro lado estaba su jefe, el dueño de la casa productora musical más grande de Oriente, un hombre con múltiples ocupaciones en su disquera, además de sus otros negocios, mismos que dejó para estar al pendiente de su carrera al saber al igual que su mánager que era un despistado de primera. 
 
Sin querer el más joven solto las manos de su jefe y se acercó un poco a la baranda que se encontraba unos metros cerca, con el fin de tranquilizarse un poco ya que en estaba avergonzado, al observar mejor su alrededor se dio cuenta que se encontraban al inicio del puente de las artes. 
 
El puente de las artes...
 
- Zhiend - llamó el empresario nuevamente - Por favor... - pidió un tanto preocupado de haber sobrepasado el límite de la privacidad de su adoración, cosa que intuía ya que el albino se mantenía callado - No quise ser entrometido pero... en serio me preocupas. 
 
- Le ofrezco una disculpa - contesto el menor girando su cuerpo un poco para ver el rubio, dejando una mano sobre la baranda del puente - No era mi intención ser una preocupación para usted - en ese momento mostró una sonrisa que era una mezcla entre pena y sentimiento - Más aún cuando... me ha acompañado amablemente, descuidando NG. 
 
- ¿Como? - pregunto el empresario intentando procesar la respuesta de su adoración. 
 
- No fue mi intención... - cerro los ojos sonriendo un poco - Pero temo que escuche la llamada que recibió en la mañana - abrió los ojos para acercarse a su jefe - Tras retirarme tan de improviso de la mesa, tuve la ligera sospecha de que K no ayudaría con la limpieza y como fue usted quien se encargó del desayuno era justo que yo me encargara de la limpieza. 
 
- ¿Que fue lo que escuchaste? - pregunto el empresario con nerviosismo. 
 
- Me temo que todo - contesto el albino - Se que NG esta atravesando un crisis, no tan grande pero requiere su inmediata presencia - tras eso realizó una reverencia - Lamento haberle causado tantas molestias. 
 
- Zhiend - el rubio se acercó al más joven y por primera vez se atrevió a cruzar un poco el espacio del albino, colocó su mano en su mentón para levantarlo - No tienes porque preocuparte, en lo que se refiere a NG... yo solucionaré lo que sea, de acuerdo. 
 
Con eso el cantante sonrió con mayor libertad, de cierta forma se sentía más tranquilo al escuchar a su jefe. 
 
- Ahora... - el rubio retomó la palabra - No estas así, solo por la situación de NG ¿Hay algo más que te está preocupando?, ¿No es así? - pregunto el mayor logrando una sonrisa delatora en su adoración. 
 
- ¿Soy tan transparente? - pregunto el más joven. 
 
- Supongo... que he llegado a conocerte un poco más - explicó el empresario sonriendo para aminorar la tensión - Y... algo me dice que estas así por lo de la audición para el papel de Erik.
 
El victoriano suspiro profundamente, se acercó nuevamente a la baranda y observó el río Sena iluminado ya por las luces nocturnas, intento meditar un poco pues no iba a negar que au jefe estaba en lo correcto, la audición lo tenía intranquilo. 
 
- ¿Quieres que lo hablemos? - pregunto el mayor imitando los pasos del menor, con la diferencia que el si se recargo en la verja, colocando sus brazos sobre ella y apoyando su cabeza - Es una bella noche y el lugar es tranquilo por no decir que tenemos una vista hermosa del Sena. 
 
- No me siento preparado para audicionar por el papel de Erik - el más joven no tardo es exponer sus inquietudes, el rubio solo dejo que hablara, necesitaba escucharlo para saber ¿cómo se sentía? - Si tengo que ser honesto... es la primera vez que me siento temeroso - explicó- Nunca en mi vida he actuado, solo interpreto las piezas musicales que compongo y me es fácil ya que al ser su autor comprendo lo que deseo transmitir en ellas. 
 
El sonido de unas cuantas risas llamó su atención, eran unos niños que jugaban en las cercanías, estos pasaron tras de ellos. 
 
- La verdad - el albino retomó la palabra - No creo ser capaz de interpretar correctamente a Erik, es un personaje complejo - levantó la vista al cielo ocultando sus orbes con su cabello - Estoy consiente de mis limitaciones y deficiencias... soy un cantante no un actor - bajo la mirada para observar el cause del río - No tengo preparacion o experiencia... y no deseo entrar a esa sala de audiciones para avergonzarme a mí mismo pero... - un gesto de angustia y vergüenza se mostró en su faz - Tampoco quiero decepcionarlos a ustedes, no después de todo lo que han hecho por mi. 
 
El empresario se sorprendió ante tal confesión, pues era evidente que era a K y a el a quienes el victoriano no deseaba decepcionar, si analizaba la situación desde que la propuesta del protagónico del filme llegara, tanto el americano como el no habían hecho más que hablar de la gran oportunidad que representaba para el menor, durante más del una semana de sus bocas solo salieron frases con altas expectativas, pero jamás se detuvieron a pensar en lo que el cantante deseaba. 
 
Zhiend era una musico de talla internacional, si... pero aún se le consideraba una estrella naciente y era evidente que no tenía mucha experiencia en varias cosas y para terminar empeorar la situación, tanto el manager como el se encargaron de colocarle altas expectativas sobre sus hombros y si hacia memoria no estaba seguro de que el menor hubiese accedido a la audición, fueron ellos quienes tomaron la desicion de aceptar la propuesta sin considerar los deseos o sentimientos de quien se supone era su protegido.
 
- Zhiend - llamo el mayor - Se que a estas alturas es algo inútil pero... - miro que su adoración - Te pido un disculpa por haberte orillado a todo esto... - bajo la mirada al suelo - Ni K, ni yo nos detuvimos a pensar en lo que tu deseabas, supongo que al haber vivido en este medio por mucho tiempo solo... vimos una buena oportunidad y nos lanzamos sobre ella. 
 
El empresario trataba de soñar lo más sincero posible, no era muy común que ofreciera disculpas pero... tratándose del menor no había problema, después de todos su adoración valía eso y más. 
 
- Pero debes saber algo importante - el rubio recuperó su sonrisa pero esta era sincera y llena de orgullo por quien estaba a su lado - Solo puedo hablar por mi... creo que te insistí demasiado en este asunto no solo porque crei que seria un oportunidad única para ti y deseo verte crecer cada día más, porque saberte un artista completo en lo que más amas que es la música - aquello llamo la atención del más joven.
 
- Sr. Seguchi - hablo el menor. 
 
- Pero... si no deseas hacer la audición no voy a obligarte y tampoco K - el rubio miro al albino y rostro reflejaba plena seguridad lo que sorprendió al de ojis bicolor - De ser necesario hablare con el - llevo su mano derecha hasta su pecho - Lo que más me interesa es tu bienestar... aunque debi decirte que... - desvío un poco la mirada para elegir correctamente tus palabras - Yo creo que no hay nadie mejor que tú para este interpretar al fantasma de la opera. 
 
El cantante parecía no comprender las palabras de su jefe o al menos laz últimas, pero pronto sus dudas fueron despejadas. 
 
- Zhiend... es cierto que no fuiste el único considerado para el papel - continuo el rubio intentando transmitir seguridad al menor - Pero no debes preocuparte por ellos, puede ser que tengan preparación o más experiencia en la actuación pero... hay algo que no tienen y tu si - lo miro con una enorme sonrisa - Tu voz... el fantasma de la opera es una obra musical y su personaje principal es un maestro en la música así como lo eres tú - tomo sus manos - En estos momentos te sientes abrumado por esos otros participantes sin embargo te puedo asegurar que son ellos los que tienen una verdadera razón de temer... ya que no hay nadie que se te pueda comparar... ya que eres único Zhiend. 
 
Tras esas palabras el albino no pudo hacer otra cosa más que cerrar los ojos y sonreír, las palabras de su jefe le transmitieron una gran seguridad y sin poder contenerlo una solitaria lágrima bajo por su mejilla. 
 
- Muchas gracias Sr. Seguchi - fue lo que dijo el cantante recuperando su actitud normal. 
 
El rubio sonrió al ver aquel brillo que tanto caracterizaba a la persona que amaba, de inmediato se dio cuenta que aún permanecían con las manos entrelazadas y al observar a su alrededor una idea cruzó por su mente. 
 
- Tengo una gran idea Zhiend - dijo el empresario con una mirada cómplice, al mismo que comenzaba a correr con el albino aún tomados de la mano. 
 
Unos momentos después ambos músicos se encontraban una vez más ante la verja del puente de las artes o tambien conocido como el puente de los candados 
 
Momentos antes en ex tecladista le pregunto al menor ¿qué deseaba hacer en cuanto la audición? Y este le respondió que continuaria adelante, además de rogarle que lo ocurrido no llegara a oídos del mánager. Que lo sucedido en aquel puente quedará en secreto solo para ellos. 
 
De esa forma compraron entre ambos un candado y pidieron que se grabaran sus iniciales, para así colocarlo en la verja del puente y cerrarlo, lo anterior tenía el significado que ambos guardarian el secreto ante el americano, el rubio entregó al menor la llave del candado, acción que fue ampliamente agradecida por el cantante. 
 
- Sr. Seguchi - llamó el menor al notar que su jefe comenzaba a caminar. 
 
- Ya debemos irnos es tarde - explicó el empresario señalando la dirección hacia donde se encontraba el departamento. 
 
- Yo... - el albino lucia inseguro pero controlo sus sentimientos - ¿Cuando se ira? 
 
- Me temo que mañana - contesto el tecladista con pena, generando un poco de pesar en el más joven - Pero... - esa palabra cambió esa emoción - Regresare para tu audición - aseguró con una sonrisa - No te librarás de mí tan fácil... mi querido Zhiend... - el rubio no dijo nada más solo inicio su caminata, sin percatarse mucho de las reacciones de su acompañante. 
 
Por su parte el albino comenzó a sentir algo en su interior, era algo nuevo, extraño y que nunca hubiera experimentado antes o al menos no tenía memorias de algo así en sus recuerdos. 
 
- ¿Que?... - tartamudeo internamente, sentía su cuerpo levemente más acalorado en comparación con la fria noche - ¿Que... que es esta... sensación? - dijo llevando sus manos a su pecho ya que era capaz de sentir su corazón latir una y otra vez, como si hubiese corrido una maratón. 
 
Boom...
Boom... 
Boom...
 
Uno tras otro los latidos continuaron, lo único que fue capaz de sacar al menor de aquel debate que libraba fue nuevamente el rubio, quien llamó a su adoración que comenzó a seguirlo para regresar al departamento. 
 
- Interesante - fueron las palabras del mánager quien se encontraba unos metros alejado de aquel par, oculto tras uno de los farales que alumbraban el puente - Al fin estas abriendo tu corazón... ¿no es así Shu...? - iba a pronunciar ese nombre, pero negó con la cabeza - No... la realidad es que yo fui quien te enterró... Shuichi está muerto - miro la dirección que seguían los músicos para contemplar al albino - Así debe ser no Zhiend.
 
Notas finales:

Bien... eso sería todo por el momento espero que les haya gustado, espero que me dejen algún comentario. 

 

Aviso que el próximo capitulo tardará un poco pues como ya lo habrán leído quiero incluir un poco de una de mis películas favoritas The Phantom of the Opera, entonces tardaré un poco pero valdrá la pena. 

 

Sin más que decir por el momento me despido de ustedes ...

 

Amor & Cohetes 

 

LORD GRIM


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