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ZHIEND, ¿Una sombra olvidada" por LORD GRIM

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Notas del capitulo:

Saludos a todos, en estos tiempos de COVID- 19 

Espero de todo corazón que aquellos que leen mis historias, se encuentran bien ante la situación tan dificil que se esta atravesando de forma global. 

Les envió un fuerte saludo y para contribuir a la propuesta de "Quedate en casa" aqui les dejo un nuevo capitulo de esta historia. 

Espero que les guste...

Habían pasado unos meses desde que el albino llegará a Paris, para adicionar por el papel de Erik y tal y como su jefe y manager esperaban solo el victoriano tenía el porte, la elegancia, pero más importante que nada, la prodigiosa voz para encarnar al fantasma de la ópera. Ahora bien, los ensayos eran demasiado extenuantes, porque había días en que ensayos o filmaciones se alargaban hasta la madrugada ya que, las escenas debían filmarse con el manto de la noche o existían retrasos por cuestiones de maquillaje, vestuario o alguna complicación de horario entre los actores.

 

Pero a pesar de todo, el cantante mostraba una profesionalidad impecable sin importar la situación o el reto, lo anterior aunado a que, a pesar de sus preocupaciones iniciales, resulto ser un excelente actor o al menos esa era la impresión que daba en el set. Sin embargo, para quienes lo conocían como era el caso del presidente de NG y su manager, era difícil distinguir entre la verdadera personalidad del albino y la del fantasma de la ópera, ya que ambos eran parecidos pues eran en extremo herméticos, dejando saber a quienes los rodeaban solo lo esencial y de la misma forma haciendo su voluntad por encima de todo.

 

De improvisto una música oscura y sepultural invadió el set, pues se comenzaba con el ensayo de la escena en la cuál el fantasma se presentaba por primera vez ante su pupila Christine Daae. El cantante lucía asombroso en su traje victoriano negro, con una larga capa negra, pero lo que mas lucía era la máscara que ocultaba la deformidad del rostro del fantasma, cortesía del equipo de maquillaje profesional contratado para la película, la expresión de seguridad y fortaleza se alzaban mostrando que el personaje no mostraba duda alguna de sus acciones.

(Christine Daae)

In sleep, he sang to me

In dreams he came

That voice which calls to me

Ands speaks my name

And I do I dream again?

For now I find

The Phanthom of the Opera is there

Inside my mind

 

(The Phanthom of the Opera)

Sing once again with me

Our strange duet

My power over you

Grows stronger yet

And know you turn from me to glance behind

The Phanthom of the Opera is there

Inside your mind

 

(Christine Daae)

Those who have seen your face

Drawn back in fear

I am the mask you wear

 

The Phanthom of the Opera: It´s me they hear

 

Ambos: Your spirit and my voice in one combined

The Phanthom of the Opera is here

Inside my/your mind

 

Christine Daae: He´s there the phanthom of the opera

 

The Phanthom of the Opera: Sing my angel of music

Sing my angel

Sing for me

Sing my angel!

Sing for me!

El fantasma descendiendo del pequeño bote en una extraña ala de las catacumbas parisinas, donde se pueden observar muchos muebles, telas, lienzos alumbrados por unas cuentas velas, se gira para así extender su mano enguantada en negro a la joven que aun permanece sentada en la barca.

-          ¡Corte! – grito el director al mismo que se escucha el sonido del marcador cortar la escena – Muy bien hecho Zhiend… luciste esplendido – confirmo el director acercándose a la pareja de actores, al mismo que escucho un bufido – Usted también ha estado muy bien señorita Emmy Rossum *1

-          Si… - contesto molesta la joven al mismo que cruzaba los brazos– Pero… por lo visto, no lo suficientemente esplendida como el joven cantante – sin decir más giro sobre sus talones para comenzar a caminar lejos – ¿Ya termino la escena no?... estaré en mi camerino.

 

La joven protagonista se alejó aun molesta, causando un enorme suspiro por parte del director y ningún gesto del albino, quien agradeció las palabras amables que le ofrecieron y se excuso un momento para poder beber algo.

 

-          Vaya – argumento el manager americano que le entregaba un vaso con agua congelada a su protegido – Esa chica debió interpretar a La Carlotta Giudicelli, tiene el mismo carácter dulce que la diva de la ópera – se burló ampliamente.

-          Por favor K… - pidió amablemente – No es correcto expresarse de esa forma y mucho menos de una dama – miró el camino que la joven actriz siguió hacía unos momentos atrás – Aunque… ¿No logró comprender esa actitud tan hostil para conmigo?

-          Eso muchacho – comentó el manager palmeando el hombro del menor – Se llaman celos, tu voz suena completamente natural, no posees problema alguno para alcanzar las notas altas del fantasma, mientras que ella debe esforzarse para no quedar opacada, he oído que el director le ha pedido duplicar esfuerzos para estar a tu nivel.

-          La verdad… no fue mi intención causarle problema alguno – se disculpo bebiendo su agua y mostrando un poco de pesar por ser la causa de preocupación de una dama.

-          No es el único motivo – una tercera voz se escucho se trataba del empresario que venia llegando al set, después de mas de 2 meses fuera arreglando asuntos de la disquera en Japón – Gran parte de su molestia se debe a que la primera opción para el papel de Christine Daae, decidió rechazarlo al saber que tendría que cantar con alguien de tu talla, mi querido Zhiend – menciono mostrando una sonrisa real, totalmente diferente a las de antaño.

-          Aun así… no es de mi gusto saber que soy el motivo por el cual una dama se preocupa – comentó el albino bebiendo nuevamente del vaso que tenía en la mano – Ese es el motivo por el cual, decido no tener relación sentimental alguna – dijo quitándose los guantes de cuero negro ya que a su parecer eran demasiado incomodos.

 

Sin saberlo, el cantante había generado un enorme pesar en uno de los rubios, quien a veces presentía que sin importar cuando se esforzará, jamás podría salir de la zona de amistad que tenia con su adoración. Por su parte, el americano suspiraba de tranquilidad, pues hace tiempo atrás creyó que el empresario podría estar penetrando las barreras que su protegido había levantado, no obstante, las cosas permanecían iguales y no es que se preocupara por la cuestión amorosa, al final el de ojos bicolor tenía el derecho de rehacer su vida cuando así lo deseará, pero la persona con la que quisiera hacerlo sería capaz de aceptar todos sus demonios. 

-          No digas eso Zhiend – opino el ex tecladista – No debes cerrarte a la idea de tener a alguien con quien compartir tu vida en un futuro – comento tratando de quitar esas ideas tan radicales de la cabeza del menor.

-          Sr. Seguchi… - llamo el menor mirando fijamente el vaso que sostenía en sus manos - ¿Usted ya estuvo casado, no es así? – pregunto sin siquiera mirar al mayor.

-          Si… hace algunos años – contesto un poco sorprendido por aquella pregunta tan extraña.

-          Disculpe la pregunta, pero… ¿Valió la pena? – preguntó cerrando los ojos y mostrando un gesto de ironía – Después de todo, termino divorciándose de quien fue su esposa – preguntó percibiendo que su jefe se mostraba intranquilo, aunque no lo demostró en sus facciones – Le ruego me disculpe… me he excedido – se disculpo de inmediato el menor, con una mirada de culpa por ser un completo idiota.

-          Tranquilo Zhiend… - pidió el rubio mayor mostrando una sonrisa sincera – No es algo que me afecte, pues después de mucho analizar me di cuenta de que me case por lo motivos equivocados – levanto las manos para restarle importancia – Que puedo decir, era joven e inexperto, estaba iniciando mi carrera con NG, al final cometí muchos errores y termine lastimando a muchas personas – a su mente vinieron las imágenes de su ex esposa, ex suegro, cuñados y de un peli rosa.

-          Me gustaría poder ser como usted – admitió el menor del grupo sintiendo un poco de celos de su jefe – Tener la oportunidad de decir que aprendí de mis errores.

 

Sin estar 100% consiente de sus acciones, el albino apretó con tal fuerza el vaso que ese término rompiéndose en su mano, cosa que no le preocupo en lo mínimo, pues al sentir el cristal simplemente mostro una sonrisa de burla, emitió un bufido para después abrir la palma y dejar caer al suelo lo que restaba de aquella pieza.

 

-          ¿Te has hecho daño Zhiend? – pregunto el empresario preocupado al ver que algunos vidrios parecían hacerse incrustado profundamente en la palma de su adoración.

-          Me dolió – comentó el menor mirando fijamente su mano y como una pequeña línea de sangre brotaba, aquello logró que se perdiera del mundo que le rodeaba y por inercia continúo hablando – Pero… aprendí algo nuevo: a no confiar demasiado, a no dar tanto cariño - nuevamente apretó la palma sin importarle que los cristales se encajaran cada vez más – Y a ser consiente de que siempre habrá una mentira.

 

Las acciones del cantante alarmaron a ambos rubios, quienes de inmediato se dieron cuenta de que algo no andaba bien, pues el mas joven parecía totalmente perdido y que mejor prueba de ello que continuaba infringiéndose daño, lo peor del caso es que parecía no sentir que cada vez era mas la sangre que brotaba de la herida que se había hecho con un pedazo de cristal de tamaño considerable.

 

-          Zhiend – llamo el empresario acercando sus manos a la del más joven, sin recibir respuesta alguna – Zhiend – llamo con más fuerza, sujetando así la palma del más joven quien por fin reacción, sacudió la cabeza mirando a su jefe y posteriormente la zona en la que se había herido – Calma… - pidió el rubio sintiendo alivio al ver como su adoración finalmente aminoraba la presión en su palma.

-          ¿Estas bien muchacho? – pregunto el americano acercándose para revisar la magnitud del daño.

-          Eso creo… - contesto el cantante aturdido, mirando su palma la cual sangraba debido al vidrio que se encontraba incrustado justo en medio de su mano.

-          Iré por un botiquín, tenemos que curar esa herida – fue todo lo que manager dijo para después salir corriendo en busca de lo que necesitaba.

-          Vamos Zhiend… será mejor que te sientes – opino el tecladista llevándose al menor a una esquina alejada de todo el barullo de set, en la cual ambos tomaron asiento en espera del regreso del americano.

-          No lo entiendo… - dijo el menor aun confundido por lo ocurrido – Ni siquiera aprete el vaso tan fuerte – explico tratando de recordar lo que sucedió momentos atrás, pero la realidad es que su mente estaba en blanco.

 

-          Bueno… no es cristal francés… de ese tan frágil que se rompe por cualquier cosa – dijo el rubio tratando de calmar la situación – Eres… alguien muy fuerte, si lo sabre yo – dijo recordando el día que se llevo un buen golpe por intentar ver el tatuaje del más joven – Es un buen recordatorio de lo que me espera si te hago enojar.

 

Aquellas palabras lograron hacer reír al más joven, el americano no tardo en llegar curando así la herida de su protegido y lo sucedido con el vaso paso a segundo término, pues el rodaje debía continuar. Los siguientes meses continuaron con largas jornadas de trabajo, aumentando la carga emocional para todos los integrantes del set, ya que los berrinches de Emmy Rossum crecían con el pasar de los días, siendo evidente también su aversión por el cantante, pues en cada escena hacía comentarios hirientes, situación que era ignorada totalmente por el receptor lo que acrecentaba su enojo y hacia insoportable la convivencia con ella.

 

-          Estoy a así – confeso el americano mostrando con su pulgar e índice una señal conocida cuando nuestra paciencia es puesta a prueba – Así de cerca… de estrangularla con alguno de sus vestidos.

-          Jamás en todos mis años en el mundo del espectáculo había conocido a una… - el empresario se detuvo para buscar una palabra no tan ofensiva pero que describiera la horrible actitud de la chica correctamente – a una… actriz tan – suspiro cansado – como ella.

-          No comprendo… - se unió el cantante, con la diferencia de que el no hizo comentarios negativos o amenazantes para con la joven - ¿Qué tiene de malo su maquillaje? – pregunto mirando como la aludida era maquillada por tercera vez por el equipo de dicha área – Pienso que la señorita Rossum luce impresionante – aquello hizo que una gota de sudor se mostrara en la cabeza de sus acompañantes.

-          Es evidente que no conoces a las mujeres Boy – expreso el americano sorprendido de que a su protegido le importaran poco los malos tratos de la actriz y aun sí fuese un caballero para con ella – No existe ser viviente más complicado que una mujer.

-          Eso es ser prejuicioso K – declaro el menor suspirando, ya conocía a su manager y su particular forma de expresarse – Pero… dejando de lado las cuestiones femeninas como tu… las llamas, la película jamás estará terminada si no podemos avanzar de la escena de “Think of me”, se supone que es la escena cumbre en la que se muestra el talento de Christine Daae en la opera por encima de La Carlotta Giudicelli – el albino llevo una de sus manos bajo su mentón – No lo entiendo… ¿Qué sucede con la señorita Rossum? – negó con la cabeza para después comenzar a caminar – Iré a hablar con ella.

 

El menor ignoro olímpicamente las protestas de sus acompañantes, ya que estos pensaban que eso era una pésima idea, al llegar hasta donde estaba la joven actriz pudo observar como una de las maquillistas salía despavorida del lugar, todo debido a un nuevo berrinche.

 

-          Señorita Rossum – llamo el albino con suma delicadeza - ¿Usted se encuentra bien? – pregunto logrando obtener una mirada de hastió por parte de la mujer.

-          Eso no es tu asunto – declaro la joven siendo totalmente descortés – Soy perfectamente capaz de solucionar mis problemas – declaro ignorando al albino y tomando una brocha del espejo que se encontraba frente a ella.

-          Me disculpo… jamás he puesto en duda su habilidad para cuidarse – comentó el albino siendo sincero con sus palabras – Solo deseo saber, si se encuentra bien.

-          No entiendo el motivo… - dijo la mujer mirándolo a través del reflejo del espejo – Es decir, no es como si fuésemos amigos o algo así – rio un poco.

-          Tiene usted razón – comentó el menor sonriendo un poco – No la considero como una amiga o algo similar – dijo logrando causar molestia en la actriz.

-          De ser así no debería perder su valioso tiempo conmigo – dijo girándose al fin para mirar al cantante – Debería estar practicando… o no… que imprudencia he cometido – dijo riendo al mismo que cubría su boca con su mano para mitigar una carcajada – Usted es el magnifico Zhiend, un prodigio en la música, aquel que no necesita esforzarse ni un poco – lo miro de arriba hacia abajo – O al menos eso es lo que dice la prensa.

-          La verdad… - contesto el cantante muy tranquilo a pesar del ataque recibido por la mujer – No… presto mucha atención a lo que dice la prensa, ya que distorsionan la verdad, especialmente si con eso pueden vender algún encabezado.

-          Si claro… - dijo la mujer cruzando los brazos, un poco harta de la actitud tan extraña de aquel albino.

-          No tengo porque mentirle – comento el de ojos bicolor – Yo no miento… al menos no como las otras personas.

-          Sabes… deberías ocuparte de tus cosas y dejarme en paz – comento llevando sus manos a sus caderas – Por si no lo sabes, me preparo para una escena y debo asegurarme de que todo salga perfecto.

-          Entonces todo saldrá perfecto – dijo el cantante mostrando una sonrisa – Usted luce encantadora y en el set hará un estupendo papel.

-          Eres insoportable – dijo la mujer dando la espalda al cantante para intentar bajar algo de la parte más alta una estantería, pero debido a su estatura no era capaz de alcanzarlo ni, aunque se pusiese de puntillas – Maldición ¿Quién pone las cosas tan alto? – se quejo comenzado a brincar para sujetar lo que necesitaba.

-          Necesita ayuda – se ofreció el albino, sin acercarse ya que no deseaba invadir el espacio de la actriz, quien como de costumbre lo ignoro.

 

Desafortunadamente en uno de los saltos que realizó la dama, esta alcanzó a golpear la caja que deseaba alcanzar haciendo se cayese al suelo, esparciendo su contenido en el suelo, se trataba de una tiara que al salir de su empaque apresuradamente se partió en dos con el impacto, además de que gran parte de las pedrerías que tenia se esparcieran por todo el suelo.

 

-          ¡Oh no! – exclamo con preocupación la actriz, inclinándose para recoger lo que quedaba de la tiara – Era para la escena que… la mande a hacer especialmente para… esta… escena… – dijo sujetando lo que quedaba entre sus brazos – Esta arruinada, arruinada – mencionaba con molestia, debido a su torpeza y orgullo ya que debía haber dejado que su acompañante la ayudase a bajarla.

-          Cuanto lo lamento – admitió el albino inclinándose para auxiliar a la actriz – Fue mi culpa – la dama tenía un gesto de frustración en su rostro y era evidente que estaba por llorar, pero se contenía – Señorita Rossum, tranquilícese hallaremos una solución se lo aseguro.

-          Esto es tu culpa – grito liberando toda su frustración y molestia para así propinarle una buena bofetada al cantante y después salir corriendo de su camerino.

 

El cantante por su lado quedo completamente pasmado por el comportamiento de la joven, era la primera vez que alguien le daba una bofetada o al menos no recordaba otra ocasión, suspiro profundamente para después observar la tiara.

 

Unas horas más tarde el director del set, estaba algo molesto debido a la impuntualidad de señorita Rossum, quien había desaparecido unas horas antes y por ende retrasando toda la producción, pero finalmente la diva parecía querer honrarlos con su presencia pues se encontraba en medio de donde debía filmarse “Think of me”, mismo que sería filmado ni mas ni menos que en el escenario de la antigua casa de la opera de Paris, mismo que fue adecuado a la época.  

 

-          Por fin señorita Rossum – dijo el hombre con molestia sentado desde su silla – Espero que ya no tengamos más retrasos – expreso con enojo, siendo ignorado por la actriz quien solo lo miro seria – Muy bien continuemos… antes de que algo más nos atrase – el hombre ya había dado la señal “acción” cuando…

-          Corte… corte – una voz se escuchó fuertemente atrás de la cámara, logrando la frustración del director quien se giraba molesto para encarar al culpable.

-          El único que dice corte… soy… - se detuvo al observar de quien se trataba – Zhiend eres tú – expreso muy alegre de ver al victoriano, quien por lo visto había corriendo una maratón pues su respiración sonaba agitada y entre sus manos traía un paquete - ¿Qué haces por aquí… necesitas algo? – pregunto desviviéndose por atender al albino pues desde que este fuese seleccionado para la película, la expectativa creció ampliamente en el público – De ser así mi asistente te ayudara con gusto.

-          Una disculpa señor… - comentó el menor comenzando a caminar para subir al escenario, al mismo que tras de él, llegaban sus acompañantes quienes lucían mas cansados que el albino – Señorita Rossum – hablo finalmente acercándose a la dama y extendiéndole el paquete que traía en manos – Lamento la tardanza… pero veo que he llegado a tiempo.

-          ¿Qué quieres ahora? – dijo la actriz demostrando nuevamente su mala actitud – No has hecho suficiente – eso logro que el empresario avanzará molesto al escenario, nadie se metía con su adoración afortunadamente fue sujetado por el americano mientras se removía en señal de berrinche.

-          Enmendar las cosas – dijo abriendo la caja que tenía en sus manos para así descubrir la piara de unas horas atrás, además de un collar y pendientes a juego – Usted tiene razón fue mi culpa que se arruinara en primer lugar – confeso muy apenado – Usted estaba estresada preparándose para su escena y lo único que hice fue interrumpirla, lo que es peor aún, su tiara termino hecha pedazos.

 

La actriz sujeto la caja que el albino le ofrecía sorprendida por aquel gesto, no pudiendo creer lo que sus ojos contemplaban, ahí estaba su piara totalmente como nueva, parecía que nunca se hubiese averiado, miro al cantante quien continuaba ofreciendo disculpas.

 

-          Debí ser un caballero y auxiliarla cuando tuvo dificultades para alcanzarla – bajo la mirada apenado por su mal comportamiento – Se que esto no compensará el mal rato que le hice pasar.

-          ¿Estas bromeando? – gritaron sus rubios acompañantes, quienes miraron la escena con los ojos en blanco y dientes en punta molestos por aquello ya que opinaban que lo sucedido no era culpa del victoriano, aunque este se empeñaba en lo contrario.

-          Pero… es mi manera de ofrecerle una disculpa – dijo tratando de normalizar su respiración ya que por lo visto había tenido que correr mucho.

-          Esta como nueva – dijo la joven mirando cada detalle del accesorio, además de que era evidente de que había sido limpiada o pulida, cual fuese el caso, lucia mejor que en un inicio.

-          Así es… la lleve con un joyero – comento el menor logrando normalizar su respiración –Me hubiese gustado entregársela antes, pero disponía de muy poco tiempo – rio un poco recordando la travesía que tuvo que atravesar para arreglar la tiara – El joyero hizo un trabajo de primera a pesar del corto tiempo del que dispuso y bueno… los pendientes y el collar – se mostro un poco avergonzado – Cuando los vi, no pude resistirme combinan perfectamente con su hermoso vestido.

-          Son preciosos – dijo la joven contiendo la emoción, nunca nadie había hecho algo así por ella – Yo también lo lamento – al percibir la confusión en la mirada del albino continuo – Es decir, he sido muy grosera contigo sin razón, desde que inicio el rodaje, me comporte como si fuese una niña tonta – apretó suavemente la caja contra su pecho – Y lo que hiciste… fuiste muy amable, de verdad eres todo un caballero – nuevamente sus ojos parecía querer derramar lágrimas.

-          No haga eso – pidió el cantante quien continuaba apenado por lo ocurrido – Arruinará su maquillaje, aunque debo decir que no lo necesita de ello, luce muy bella sin el – extendió sus manos a la caja para después preguntar - ¿Me permite? – dijo refiriéndose a que si lo dejaba colocarle las joyas.

-          Sera un honor – dijo la dama finalmente muy feliz, cerrando lo ojos sintiendo una calidez como nunca antes.

 

El cantante tomo primeramente los pendientes para colocárselos con extremo cuidado, después el collar al mismo que la actriz sujetaba su cabello para facilitarle el trabajo y finalmente la tiara, no hubo mas palabras simplemente ambos jóvenes mostraron una suave sonrisa, era evidente que las palabras sobraban, tras eso el victoriano realizo una reverencia y salió del cuadro para permitirle a la joven grabar la escena.

 

El albino camino saliendo del antiguo teatro, pero subiendo a uno de los balcones superiores desde ahí vería la interpretación de su coestrella, durante todo ese trayecto fue seguido por sus acompañantes, quienes aun no estaban muy convencidos que las acciones del mas joven fuesen las mejores, sobre todo cuando este había sido el objeto de los ataques de la persona que acababa de ayudar.

 

-          ¿Zhiend? – llamo el empresario sentándose a la izquierda de su adoración, en aquel balcón - ¿No crees que has sido demasiado condescendiente con la tal Rossum?, es decir, la chica ha sido muy mala contigo.

-          I think same (pienso igual) – declaro el manager sentándose enseguida de su jefe, la verdad después de esa tremenda carrera, ya no estaba dispuesto a caminar de más – Esa chica no merece ni el más mínimo gesto amable y menos de tu parte.

-          No sean tan severos con ella – opino el albino cerrando un momento los ojos, para abrirlos con suavidad y mirar nuevamente a la joven – Además ustedes no deberían ser como el resto – el par de rubios lo miraron confundidos, al mismo que el menor sonreía en dirección a la actriz – “Todos opinan, todos critican, todos saben, todos aconsejan, pero nadie se pone en tu lugar, nadie siente lo que verdaderamente tu sientes. A veces solo necesitas eso, que te escuchen, te comprendan y te abracen” – la música comenzaba a sonar y solo añadió – Creo… que solo se sentía sola, una parte de mi conoce la soledad.

 

La canción había iniciado, siendo solo el victoriano quien escuchaba atentamente la melodía, pues aquel par de rubios, no pudieron objetar nada, pues recordaban que tiempo atrás, prácticamente estuvieron obligando al mas joven a incursionar en el mundo del cine, sin conocer sus verdaderos sentimientos, un error que sabían que había sido perdonado por el cantante. El manager se culpo de no estar pendiente a los deseos de su protegido, pues cuando lo tomo bajo su tutela decidió que estaría a su lado siempre, de una forma en que no pudo hacer antes, esta era su forma de hacer lo correcto. Por su parte el tecladista, confirmaba lo que ya sabía, pues a pesar de que su adoración fuese menor que el, era más maduro en muchos aspectos y eso lo hacía alguien inalcanzable al menos para él, pues sentía que no era digno de alguien como el de ojos bicolor.

 

Al principio se podía ver a una joven con atuendo de esclava y bailarina, misma se que mostraba insegura, ante la petición de dos hombres de edad avanzada quienes con algo desconfianza, le solicitaban que cantase, el piano sonó con suavidad al pedido del maestro de la orquesta, muy suavemente. 

(Cristhine)

Think of me, think of me fondly

When we've said goodbye

Remember me once in a while

Please promise me you'll try

When you find that, once

Again, you long to take your heart back and be free

If you ever find a moment

Spare a thought for me

 

El sonido de los violines inundo la antigua casa de la Opera, al mismo que un reflector deslumbraba a la cámara, los asientos antes vacíos se llenaron de gente de una época lejana, en medio del escenario había una joven con un impresionante vestido blanco, con una hermosa tiara plateada, atrás de ella ángeles con pegasos en una noche azulada, daban un ambiente celestial. 

(Cristhine)

We never said our love was evergreen

Or as unchanging as the sea

But if you can still remember

Stop and think of me

Think of all the things

We've shared and seen

Don't think about the way

Things might have been

Think of me, think of me waking silent and resigned

Imagine me, trying too hard to put you from my mind

Recall those days, look back on all those times

Thinks of the things, we'll never do

There will never be a day, when I won't think of you

 

En ese momento se podía ver como la imagen se adentraba por lo que parecía una alcantarilla, junto a la orquesta de músicos, yendo hasta lo más profundo en las entrañas de la tierra, siguiendo una pequeña gota de agua, donde una figura envuelta en una capa oscura, iluminada por una tenue luz clara, se alzaba sin dejar ver su rostro, pues se mantenía de espaldas disfrutando la bella canción de quien fuera su más grande amor, ya en el teatro los espectadores llenaron el teatro con aplausos ante tan bella interpretación. Al mismo que un joven desde un balcón, se levantaba sin poder creer lo que sus ojos contemplaban, de inmediato se levantó para ir al encuentro de la joven que conoció en su infancia.

 

[Raoul]

Can it be?

Can it be Christine?

Bravo!

Long ago, it's seems so long ago

How young and inocent we were

She may not remember me

But I remember her

 

(Cristhine)

Flowers fade, the fruits the summer fade

They have their seasons so do we

But please promise me, that sometimes

You will think

Ahhh – ahhh – ahhh – ahhh - ahhh

Of me!

 

Tras el último alto, el público de época victoriana se levantó de sus lugares para aplaudir a aquella hermosa joven, que los había deleitado con su bella voz, eso era lo que mostraba el director a los actores y cantantes, quienes parecían muy satisfechos con el resultado de aquella hermosa escena, traída desde el pasado.

 

-          Felicidades Señorita Rossum – felicito el director, no pudiendo creer que aquella joven tan arisca fuese capaz de hacer algo tan bello – No cabe duda que se ha superado, aunque sus comienzos no fueron de lo mejor – dijo, aunque con un toque de incredulidad mismo que fue percibido por ambos cantantes. La actriz estaba por levantarse para decirle unas cuantas cosas al director, pero fue detenida por la mano del albino.

-          La Señorita Rossum – expreso con calma, logrando evitar que la joven hiciera una escena innecesaria – Es una gran cantante, tiene el talento necesario, incluso superior para esta película – miro al director con dureza, logrando que al pobre hombre se le helara el cuerpo – Es una lastima que usted no sea capaz de verlo, pero… le rogaré que limite sus comentarios ofensivos, pues está en presencia de una dama, ya que de no hacerlo seré yo quien lo obligue a mostrarle respeto.

 

El director no dijo palabra alguna tras lo dicho por el victoriano, simplemente se disculpó con ambos jóvenes y se retiro del lugar, dejando a aquel singular par solos, unos momentos después el albino realizo una reverencia con la cabeza en señal de despedida y salió del lugar, sin embargo, en el momento en que abandonase la sala, fue seguido por la joven cantante.

-          Zhiend – llamo la actriz logrando alcanzarlo casi en la salida de aquel remolque.

-          Señorita Rossum ¿En que puedo ayudarla? – pregunto el victoriano deteniendo su andar para poder mirar a su coestrella, la cual estaba a unos pasos de él.

-          Quiero agradecerte por lo de hace un momento – comento mostrando un gesto serio – Ese hombre es insoportable – declaro cruzando los brazos, evidentemente estaba molesta por los comentarios que el director hizo en su contra.

-          Simplemente ignórelo – pidió el albino mirando el camino que había tomado el director del set – Al final es director de cine, así que no esta muy familiarizado con la cuestión musical  – declaro cerrando los ojos como normalmente acostumbraba cuando hablaba de algún tema – Solo aquellos que estamos dentro de este mundo, tenemos el conocimiento para poder realizar algún comentario o critica constructiva de aquellos que forman parte de nuestro gremio – abrió los ojos para mirar a la joven y continuar – Aunque… dudo que vuelva a intentar ofenderla, no dude en acudir a mi si es que sucediera lo contrario, mis palabras no fueron una amenaza sino un advertencia.

-          No creo que se atreva – dijo la joven comenzando a reír al recordar la cara pálida del director – ¿Has visto su cara? – pregunto dándole un pequeño golpe en el pecho al albino en señal de juego – Lo asustaste tanto que prefirió salir con la cola entre las patas – tras eso no pudo contenerse y estallo en risa.

-          El aterrarlo no era mi intención – informo el albino llevando una de sus manos a su mentón – Pero si eso sirve para que le muestre el respeto que se merece, por mi esta bien.

-          Eres muy extraño – declaro la joven sonriendo, aquel tipo era muy agradable a su parecer, ahora se lamentaba haber sido tan grosera con él, pues si no se hubiese dejado llevar por sus prejuicios a estas alturas ambos ya serían amigos.

 

El cantante simplemente le sonrió a la joven, ya que sus palabras no lo afectaron pues sabia que no era para nada común pero así estaba bien. La actriz por su parte sintió una extraña sensación, era como si alguien la observará, como si deseara asesinarla, su espalda estaba sudando frio, así que busco por todas partes hasta encontrar la causa o causante de aquello y vaya que lo encontró. Unos metros atrás de ellos, oculto tras una parte de la utilería del set se encontraba uno de los acompañantes del albino, se trataba si es que no se equivocaba del productor de NG Records, Thouma Seguchi quien, a pesar de mostrar una enorme sonrisa en su rostro, parecía estar a punto de saltarle encima como un león a su presa. La situación fue muy extraña para la joven, ya que, siendo honesta no comprendía el motivo por el cuál aquel tipo la miraba de dicha forma, es cierto que en un principio fue muy grosera con el cantante, pero ahora las cosas ya estaban mas que resueltas y podría intentar ser amigo del de ojos bicolor… un momento y si ese fuera el motivo.

 

Dicen que los hombres son muy despistados en las cuestiones amorosas, a diferencia de las mujeres quienes son capaces de ver lo evidente de quienes las rodean o al menos ese fue el caso de la actriz, pues casi de inmediato comprendió la situación, aquel rubio estaba “celoso”, de su cercanía con el cantante. Aquello le genero una enorme sonrisa, pero no una con malas intenciones sino de alegría, así que su mente empezó a maquinar un plan bastante elaborado al menos para el poco tiempo que paso tras sus siguientes palabras.

 

-          Zhiend – llamo al victoriano mostrando una enorme sonrisa que apenas podía contener, vaya que era un genio – ¿Has probado los helados del puente de las artes? – pregunto muy feliz de sus palabras – Los parisinos creen que dichos helados tienen una magia secreta, que te ayuda a encontrar a tu media naranja.  

-          Me temo que no soy de salir mucho, desde el inicio del rodaje solo me he concentrado en mi papel… - no pudo terminar ya que fu interrumpido.

-          Ahhh, ya veo eres unos de esos obsesivos con el trabajo ¿No es así? – cruzo los brazos negando aquella situación de quien seria su nuevo amigo – Eso no está bien, nada bien… necesitas un descanso, al menos de unas pocas horas – cerro una de sus manos en forma de puño y golpeo su otra palma como decidiendo una situación – Bien ya esta decidido, mañana tenemos un descanso entre las 2:00 y las 6:00 ya que estarán preparando la locación del cementerio Montmartre.

-          Perdone Señorita Rossum – dijo el victoriano bastante confundido por las palabras de la joven ante el – Pero…me temo que no la estoy entendiendo – un dedo se colocó sobre su nariz con suavidad.

-          Es simple Zhiend – dijo la actriz muy alegre manteniendo su dedo sobre la nariz del albino y la otra en su cadera – Yo quiero un helado del puente de las artes y tu me llevarás por él, antes de que se realice la filmación en el cementerio – dijo en un tono muy confiado – Y no acepto un no como respuesta – respondió al notar que el de ojos bicolor parecía querer negarse – Soy una dama… y no puedes negarte al pedido de una ¿O me equivoco?

-          Señorita Rossum… la verdad no podría hacerlo, pero… - el cantante intento salir de esa situación lo mejor posible, pero fue inútil.

-          Que bien… te espero mañana a las 4:30 frente al Louvre – tras dichas palabras la actriz emprendió la graciosa huida con el fin de no dejarle ninguna otra opción a su coestrella – Y no llegues tarde – grito ya desde muy lejos, dejando al victoriano parada en medio del set, sin comprender lo que había pasado.

 

El victoriano simplemente se quedó parado, por lo visto no tenía muchas opciones que digamos, mostro una sonrisa por lo ocurrido, vaya que la joven era especial, era tan obstinada como él, sin que lo notará sus acompañantes se acercaron hasta donde estaba, aquel par había visto desde lejos lo sucedido y al no ser capaces de escuchar la conversación se mostraban curiosos de saber lo ocurrido.

 

-          Boy, are you fine? – pregunto el manager llegando hasta el menor con los brazos tras de la cabeza, conocía a su muchacho y no creía que lo sucedido fuese algo de cuidado.

-          Todo esta en orden K – contesto el albino restándole importancia a la situación con el movimiento de una de sus manos, para empezar a caminar con ellos hasta su remolque muy tranquilo.

-          ¿Todo bien con Rossum? – pregunto el empresario con un tono que, aunque ocultaba su molestia, no parecía tranquilo en lo absoluto.

-          Si… por lo visto he hecho las paces con la Señorita Rossum y algo me dice que podremos llegar a ser amigos – informo a sus acompañantes quienes continuaban caminando hasta el remolque, aquello pareció tranquilizar al ex tecladista pues suspiro con suavidad y comenzó a beber un poco de agua de una botella que llevaba en las manos – Y antes de que lo olvide – continúo llamando la atención de quienes lo seguían – Mañana… tengo una salida con la Señorita Rossum.

 

El empresario que iba muy tranquilo bebiendo agua, al escuchar tal información no pudo hacer más que escupirle liquido sobre el americano, este solo se dejo bañar sin moverse ni un centímetro, por lo visto a ambos rubios la noticia los dejo mas que impresionados. Cada uno tenia una especie de guerra o debate mental de lo que acababa de suceder y como no hacerlo cuando lo impensable había sucedido, Zhiend tenia… una cita.

 

El americano a pesar de estar goteando por el agua que recibió de una manera asquerosa por parte de su jefe, estaba mas que impactado pues en los pocos años que había estado junto a su protegido, esta era la primera vez que aceptaba salir con alguien fuera de él y mas recientemente de su jefe; aquello era increíble, si bien sabia que el menor era bisexual, con una preferencia mayor por el genero masculino, Rossum era la primer mujer por la que mostraba interés, posiblemente eso explicaba las excesivas atenciones que tenia para con ella, por el amor de Dios nadie recorre la mitad de la ciudad del amor, para intentar arreglar una baratija como la tiara de la actriz y a parte le hizo un regalo de casi 20 000 euros entre los pendientes, el collar y el pago de los servicios del joyero, así que había una posibilidad de que el victoriano pudiese estar interesado en la joven.  

 

Por su parte el tecladista no estaba mejor, su corazón comenzaba a caerse poco a poco en pedazos, ¿cómo diablos paso eso?, fue tan ciego que no se dio cuenta de lo que se alzaba ante sus ojos, pues sin saberlo pensaba lo mismo que el americano, su adoración le prestaba demasiada atención a la joven, se preocupaba por ella y fue capaz de gastar una fortuna por el simple hecho de que pudiese brillar en su escena, eso no era normal. Momentos atrás se mostró celoso por la cercanía de la actriz para con el menor, pero casi de inmediato descarto dicha posibilidad, pues, aunque Zhiend fuese bisexual, tiempo atrás le confeso que su preferencia por los hombres, además de que no estaba interesado en tener una relación amorosa con nadie y vaya que recordaba sus palabras.

 

“Es precisamente por estas cosas que no tengo novio,

No tengo ganas de pensar en alguien todo el día,

Enojarme porque no me conteste los mensajes,

No tengo ganas de encelarme o privarme de cosas por alguien,

No tengo ganas de dejar amistades o tener tiempo para una persona,

No tengo ganas de ser cursi,

Da dar explicaciones, de llorar por una pelea.

La verdad es que no tengo las más mínimas ganas de enamorarme”

 

Esas palabras, vaya que en su momento le dolieron y ahora más que nunca, tal vez el victoriano si era consiente de sus sentimientos hacia él, posiblemente aquella palabras fueron para decirle que no tenía ganas de enamorarse de él, pero en si no podía estar seguro, mucho menos actuaría como un idiota, ya lo había hecho en dos ocasiones, la primera vez fue cuando perdió el collar que le regalo el menor, la segunda fue con la mentira de su relación con Cassia King, ahora no podía darse el lujo de hacer un estupidez nuevamente, ya había aceptado que por encima de lo que el deseará, lo mas importante era que Zhiend fuese feliz, aunque no fuese con él, aun con el dolor llevo una de sus manos hasta el dije que fuese un regalo de quien más amaba.

 

-          Por lo visto la noticia les ha caído como balde de agua fría – declaró el mas joven viendo con un poco de burla a sus acompañantes por la cara que estaban poniendo – Pero… no se hagan ideas equivocadas, no es una cita ni nada por el estilo – explico con tranquilidad – La Señorita Rossum, quiere que la lleve por un helado al puente de las artes, antes de que filmemos las escenas en el cementerio Montmartre – levanto los hombros como si aquello no fuese algo extraño – Y no me dejo muchas opciones, pues salió corriendo antes de que pudiese excusarme con ella.

-          Pero… no entiendo ¿Es o no una cita? – pregunto el americano aun impactado por lo que ocurría – Porque déjame decirte, su petición no es nada usual, es decir, que te pida llevarla por un helado eso me parece una cita.

-          Según sus palabras soy un… obsesivo con el trabajo – explico el menor riendo al recordar las palabras exactas de la joven y vaya que tenía razón – Me dijo que necesito un descanso, aunque fuese de unas cuantas horas, la veré mañana a las 4:30 frente al Louvre – miro a su manager para intentar calmarlo – Y… puede que tengas razón K, no descarto la posibilidad de que la Señorita Rossum pueda tener otras intenciones, pero… no hay de que preocuparse.

-          ¿A que te refieres Zhiend? – el empresario hablo por primera vez durante todo ese tiempo y vaya que hacer esa pregunta le costo bastante, pues no deseaba confirmar sus sospechas y perder de manera definitiva a quien amaba.

-          La Señorita Rossum es una encantadora dama, no lo niego – dijo bajando la mirada un poco mostrando un poco de tristeza – Pero… mantengo mi palabra de no tener deseos de enamorarme de nadie – aquello lo dijo con mucha sinceridad – Así que, si el tema sale a flote, la rechazare como es debido – tras sus palabras sonrió aun con la tristeza en el rostro – Es una mujer muy especial y merece a alguien mejor que yo.

 

Dichas palabras calaron hondo en el manager, este último comprendía a que se refería su protegido y en cierta forma le dolió en lo más profundo, tantos años desde lo ocurrido y seguía menospreciándose, sin que nadie se diese cuenta mostro un gesto de impotencia, la vida no era justa, pues él había sido testigo de lo mucho que la vida le había quitado al menor y aun así parecía que su deuda no estaba saldada pues indirectamente le quitaba la posibilidad de ser feliz y rehacer su vida.

 

-          ¿De qué hablas? – pregunto confundido el empresario – Tu eres un gran partido para cualquiera y si ella no lo viera no merece la pena – dijo por impulso sin pensar en sus palabras, siendo mirado de inmediato por el manager quien intentaba impedir que hablara de más – Eres atractivo, amable, caballeroso todo lo que cualquiera pudiese pedir en una pareja.

-          Seguchi – llamo el manager intentando callarlo nuevamente, más fue ignorado olímpicamente por su jefe, al mismo que alternaba su mirada entre el rubio y su protegido, las cosas iban a terminar muy mal.  

-          Dejando eso de lado, eres sensible, sabes tocar muchos instrumentos, tienes una voz privilegiada, eres culto, educado si quien te pretenda no puede verlo, déjame decirte mi querido Zhiend que no te merece.

-          Seguchi – el americano prácticamente le grito al otro rubio, pues ya se había pasado de la raya y por lo que veía una enorme tormenta se acercaba.

-          ¿Queeeé? – pregunto el ex tecladista, molesto ante el fuerte grito del amante de las armas, al que miro con furia.

-          Quieres cerrar la boca – dijo al mismo que desviaba la mirada al más joven preocupado por lo que las palabras del empresario pudieran provocar.

 

Casi de inmediato el dueño de NG desvió su mirada hacia su adoración, el cual estaba parado en la puerta de su camerino con la mirada baja, sus cabellos cubriendo sus ojos, una de sus manos acallando sus sollozos y derramando lágrimas. Las palabras de su jefe le llegaron hasta lo mas profundo, pero no de una manera positiva, sino todo lo contrario.

 

-          Zhiend – llamo el empresario comprendiendo que había hecho algo que no debía, pero sin saber cien por ciento que – Yo… no quise… - sin embargo, ninguno de los rubios tuvo tiempo para reaccionar, ya que el menor simplemente corrió dentro de su camerino, cerró la puerta colocando el seguro para quedarse encerrado solo – Zhiend – llamo el rubio preocupado, porque sabía que es actitud no era normal en su adoración, al notar la puerta cerrada comenzó a golpear – Por favor Zhiend… abre la puerta… yo no sé ¿Qué dije? no fue mi intención… por favor… abre…- una mano se poso en su hombro, se trataba del manager quien negando con la cabeza le dio a entender que no tenia caso.

-          Sera mejor dejarlo tranquilo – explico separando alejando a su jefe de la puerta para así poder decir – Zhiend… te daremos tu espacio, sal de tu camerino cuando te sientas mejor, yo hablare con el director así que no te preocupes por nada – tras eso realizó una señal con la cabeza al empresario dándole a entender que debían irse.

-          Zhiend… - llamo el empresario nuevamente junto a la puerta, comprendiendo por la forma de ser de su adoración que lo mejor era hacer lo que el amante de las armas sugería, pero aun así no podía irse sin antes decir – Yo… lo lamento – fue todo lo que expreso para después darse la vuelta y alejarse de aquel camerino.

 

El victoriano por su parte permanecía de espaldas contra la puerta, fue capaz de oír a su manager y la disculpa de su jefe antes de deslizarse por la puerta y quedar sentado en el suelo de su camerino, aun derramando lagrimas de pesar, la percepción del empresario fue una carga emocional que termino derrotándolo, si bien apreciaba al rubio y agradecía sus palabras, la cruda verdad era que alguien como él, no podía tener un futuro junto a nadie y en cierta manera ya había aceptado que su destino, era vivir en soledad, aquello era lo mejor para él y para todos.

 

Habían pasado unos cuantos minutos, en las cuales permaneció en el piso de su camerino derramando lagrimas y aceptando aquello que ya sabía, era algo duro pero no imposible de aceptar, este no era el primer reto que superaba con éxito, con ese pensamiento se levanto de donde estaba, para ingresar al baño de aquel pequeño espacio, lavarse la cara para hacer desaparecer todo rastro de su llanto, se contemplo unos momentos ante el espejo y sonrió burlándose de sus acciones previas.

 

-          “Sentarse a llorar ante le primer tropiezo y querer que la vida sea gratificante las veinticuatro horas, – ahora si exhalo una pequeña risa, reconociendo que había actuado como un crio – Es definitivamente infantil”

 

Tras esas palabras, lanzo al suelo la toalla con la que seco su cara, para así comenzar a caminar a la salida, por encima de sus propios demonios, tenia un trabajo que realizar y no iba a permitir que una niñería le impidiese seguir adelante, con ese pensamiento y con la cabeza en alto, dejo el remolque para continuar con sus actividades en el set, a pesar de que sus acompañantes opinaran que debía descansar más. El tema de lo sucedido no fue vuelto a tocar por los involucrados, quienes consideraban que no era necesario o que podría generar una situación peor, esto ultimo en ideas del empresario quien debido a su gran metida de pata, decidió darle un poco de espacio al menor con el fin de cometer un nuevo error que pusiese alejarlos.

 

Al día siguiente el joven victoriano cumplió con su compromiso de llevar a la joven actriz por aquel famoso helado en el puente de las artes, además tuvo que admitir que fue una buena idea, ya que, la historia tras ese postre era un poco tonta, aunque encantadora, pues de acuerdo con la tradición parisina “Los sabores de tu helado se asemejan a la apariencia de tu alma gemela y eso te ayudará a encontrarla” Si bien no creía en ese tipo de supersticiones, no era un canalla para arruinarle a nadie esa esperanza.

 

-          ¿Y bien? – pregunto la actriz que ya con su helado, invitaba al albino a sentarse en una de las tantas bancas del puente de las artes - ¿Qué opinas?

-          No puedo negar que esto helados son deliciosos, además de que el día es el adecuado para degustarlos – expreso logrando que su acompañante lo mirada acusatoriamente.

-          No me refería a eso – explico la joven negando con la cabeza – Yo me refería a la leyenda de los helados, ¿Acertaron con la persona que mas amas? – cuestiono muy feliz mirando su helado, al mismo que se sonrojaba, daba la impresión de que recordaba a alguien.

-          Por lo que veo… - comento el victoriano al darse cuenta de las acciones de su acompañante, pues, aunque fuese un total despistado para con sus sentimientos, no lo era para con los demás – En su caso, la predicción ha sido acertada.

-          De hecho, así lo es – explico acercando a su pecho su mano derecha, en la cual reposaba un hermoso anillo – Se trata de mi prometido, el tiene el cabello café como el chocolate y los ojos azules como el arándano – al saber dicha información el victoriano se sintió aliviado de saber que no era una cita después de todo, solo una salida entre amigos – Pero dime ¿Qué hay de ti?

-          En cierta forma no creo mucho en esas cosas, pienso que somos nosotros quienes tomamos nuestras propias elecciones y eso define nuestras vidas – explico tranquilo logrando ganarse una mirada molesta de la joven – En verdad lo lamento, esperaba otra respuesta.

-          La verdad es que así es… pero no importa ya me di cuenta de que eres un aguafiestas – con aquello aquel par comenzó a reír – ¿Aunque debes admitir que esto es divertido o? – solo recibió un leve asentimiento de cabeza por parte del de ojos bicolor – Pero… no seas tan serio dime que te dijo el heladero.

-          Si mal no recuerdo – el cantante mostro su helado y comenzó a hablar – El hombre dijo “Piel blanca como la nata, cabello dorado como miel” pero no dijo nada sobre sus ojos, solo coloco una pequeñas frutas sobre todo – con delicadeza una de ella con sus manos para irlas comiendo conforme las nombraba – una perla de mango y una uva verde – rio un poco tras terminar de comer aquellos bocados – Creo que en mi caso la magia no ha funcionado, hay muchas personas rubias de piel clara en el mundo e imagino que coloco las frutas debido a la semejanza con mis ojos.

-          Yo no estaría tan segura – dijo la actriz que continuaba comiendo su helado con felicidad, al darse cuenta de algo que por lo visto su despistado amigo no era capaz de ver – Yo creo que… mas que nada es que no te has dado cuenta que tu alma gemela esta mas cerca de lo que crees y es por eso que la magia no ha podido darte todos los detalles – dijo muy contenta logrando que el albino riera un poco ante sus deducciones – No te burles… yo se de lo que hablo, es más… - se detuvo un momento para pensar como le iba a decir aquello que ignoraba – He visto a alguien para quién eres muy importante, muy cerca de ti en los rodajes, es más no se aparta de ti ni por un segundo.

-          ¿De que esta hablando? – pregunto el victoriano bastante confundido por aquellas palabras.

-          Si esa persona esta más cerca de lo que te imaginas – recordó la tenebrosa mirada que el empresario le dedico cuando se acerco al cantante la tarde anterior – Incluso es muy celoso para contigo, - miro a su acompañante el cual parecía no entender ni un poco de lo que estaba hablando – Me sorprende que no te hayas dado cuenta – se giro un poco para así poder quedar frente a frente al de ojos bicolor – Te preguntaré ¿Quién… de las personas cercanas a ti tiene la piel clara, cabello rubio y ojos verdes?

El victoriano no comprendía las palabras de la actriz, hasta que le hizo aquella pregunta, solo tenía dos conocidos muy cercanos a él con el cabello rubio, se trataba de K y del señor Seguchi, quedando el primero descartado ya que tenia la piel apiñonada y los ojos avellana, entonces el único pendiente en la lista era su jefe, la sorpresa fue tal que el helado en sus manos termino en el suelo, esto debía ser una broma de mal gusto, el empresario tenía la piel clara, cabello rubio y ojos verdes. Tras dicho descubrimiento se levanto un momento tratando de procesar lo anterior, logrando su cometido casi al instante.

 

-          Creo que usted esta equivocada Señorita Rossum – explico con su recién recuperada serenidad – El Señor Seguchi es solo un buen amigo, al igual que usted – declaro muy confiado de sus palabras, lo cual no logro convencer a la joven que lo acompañaba.  

-          Si claro, - declaro la actriz mirando con burla el helado en el suelo – Repítelo hasta que tu mismo te lo creas querido, - con calma se levanto de su lugar y continuo explicando lo que el albino no había o no deseaba ver – Por favor, tan solo piénsalo, estamos hablando del dueño de la casa productora más grande de Oriente, jamás te has preguntado el motivo del ¿Por qué abandono su casa productora, negocios y su vida en Japón para estar a tu lado en la gira europea y mas ahora en el rodaje de esta película? Incluso cuando estuviste en América debido al soundtrack de una película.

-          Como se lo explique hace unos momentos, el Sr. Seguchi… es… un buen… amigo… – en esta ocasión sus palabras no parecían tan seguras como en un inicio.  

-          ¿Por qué no buscas en tus recuerdos con él? – cuestiono la actriz segura de estar dirigiendo al cantante por el camino correcto - ¿Qué más ha hecho ese hombre por ti? Pero más importante, ¿es eso algo que hacen los amigos? – al notar que su acompañante se quedó completamente mudo continuo – Tu silencio me da entender que estas comprendiendo muchas cosas, incluso me atrevo a decir que no es la primera vez que escuchas lo que yo te he dicho.

 

Las memorias del cantante estaban desbocadas como una gacela en una estampida, era cierto que el rubio era muy detallista con él, lo cuidaba por encima de todo y había estado a su lado, casi desde su llagada a Japón sin separarse más de lo necesario, acaso ese fue el motivo por el cuál cometió la estupidez de ir a buscar el collar que le regalo tiempo atrás en esa maldita tormenta, arriesgando su vida, si bien en ese momento no logro asimilarlo, además antes de su viaje a tierras americanas, su manager le había comentado algo así, pero se justifico con las mismas palabras que le había dicho a Rossum momentos antes, pero ahora no estaba muy seguro. Como olvidar cuando al engañarlo para ir en busca de respuestas del dije, termino en sus brazos llorando junto al Memorial del Holocausto en Hyde Park, eso sumando a lo ocurrido meses antes en aquel mismo puente, cuando su corazón comenzó a latir con fuerza tras escuchar las palabras del tecladista.  

 

“No te libraras de mi tan fácil... Mi querido Zhiend”

 

Esas simples palabras, tras recordarlas su corazón comenzó a latir nuevamente sin ser capaz de detenerse, al mismo que esa misma calidez lo invadió, llegando sin que fuese consiente hasta sus mejillas.

 

-          Por lo visto, te has dado cuenta – la actriz lo miraba muy feliz sentada nuevamente en aquella banca, con los ojos cerrados y ya sin su helado pues por lo visto sus pensamientos tardaron mas de lo que creyó – Te has sonrojado.

-          Aunque así fuese… - dijo el albino saliendo de aquella burbuja, pues, aunque fuese cierto había una triste realidad que le impedía ser capaz de sentir algo por alguien – No puedo enamorarme de nadie.

-          ¿Alguien te espera? – pregunto la actriz, tratando de comprender un poco aquellas ultimas palabras.

-          No… y no se trata de eso – el albino se giro para poder acercarse a la verja del puente de las artes, mirando atentamente el cause del Sena respondió – El problema no son los demás… sino yo mismo – tras escuchar eso la actriz se levanto de donde estaba para acercarse al albino y colocar una de sus manos sobre la del mas alto.

-          No conozco tu historia… yo también tengo una… me engañaron de una forma muy cruel, no entrare en detalles – dijo con calma tratando de sonar lo más comprensiva posible – tras eso, recuerdo que lo único que quería era que el dolor pasara y me prometí no volver a abrir mi corazón a nadie – una suave brisa comenzó a mover el cabello de aquel par – Fue mi abuela, quien antes de morir me dejo estas últimas palabras – se acerco y las susurro al oído.  

-          Sabias palabras – comentó el albino atento al pequeño relato de su nueva amiga, porque la verdad ya la consideraba como una – Pero… mi caso es distinto.

-          No lo dudo, - dijo otra vez ahora colocando ambas manos en la verja del puente de las artes – Pero, la realidad es que también sientes algo por esa persona, puede que no lo quieras aceptar, pero tu corazón no piensa lo mismo – sonrió para así colocar una mano en el mentón de su amigo y girarlo para que la mirará – Deberías darte la oportunidad de ser feliz, te lo mereces, por encima todo lo que hayas vivido, debes buscar tu felicidad – la chica solo se acerco un poco más para darle un casto beso en la mejilla al albino para así, comenzar a alejarse y darle un poco de espacio para pensar, pero antes de irse - ¿Sabes como regresar? – preguntó pues ya estaba enterada del pésimo sentido de orientación del cantante, logrando que este riera un poco.

-          Déjame adivinar K – su amiga solo asintió con algo de pena – No te preocupes, lo llamare cuando lo crea conveniente para que venga por mi – mostro su móvil – He traído mi teléfono, así que no habrá problema – con esas palabras la actriz se despidió con una señal con la mano y se alejo lentamente.

 

Por su parte el cantante se quedo en el puente de las artes, reflexionando en lo que su nueva y peculiar amiga le hizo ver, vaya que era un despistado total, pero no podía hacer mucho eso formaba parte de su personalidad y extrañamente esa persona lo quería aun con ello, aunque no estaba seguro si eso era una simple atracción o amor y solo había una forma para descubrirlo. Recordó las palabras que la Señorita Rossum heredo de su abuela y con una sonrisa tomo se teléfono para llamar a su manager, a pesar de que ya tenia una respuesta a sus sentimientos, aun debía preparase para la filmación de la película en la que estaba, tras eso repitió esas palabras que a partir de ahora cambiarían su vida.

 

“Puedes cerrar tus ojos a las cosas que no quieres ver.

Pero no puedes cerrar tu corazón a las cosas que no quieres sentir”

Notas finales:

Bueno amig@s eso es todo por el momento, espero que les haya gustado y nos estaremos leyendo mas pronto de lo que creen. 

AMOR Y COHETES 

LORD GRIM 


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