Unas semanas después de la reunión, el cantante albino ya se encontraba cómodamente instalado en su nuevo departamento en una de las zonas más exclusivas de Japón, alegre de disfrutar de un poco de paz luego del ajetreo de la mudanza, mientras que en NG su dueño en conjunto con su el manager de su nueva estrella conversaban.
- Así que Zhiend esta descansando por la mudanza - comento el empresario mirando atentamente algunos documentos.
- That's right - informo el manager al mismo que recordaba algo - Por cierto, antes de que lo olvidé Zhiend me pidió que te comentara que estuviese preparado porque en menos de una semana tendrá listo su primer single.
- Que tan pronto - el dueño del edificio quedo sorprendido por aquella noticia ya que el cantante no tenía ni un mes en Japón y ya tenía lista su primer canción - Vaya esto ha sido antes de lo previste - con serenidad puso su siempre eterna sonrisa- todavía no he vistos a los medios para iniciar su lanzamiento ni nada por el estilo.
- Si ese es el caso - contraatacó el americano - Será mejor que se de prisa, si hay algo que mi protegido detesta es la mediocridad, bien me voy nos veremos pronto.
Después de comunicar eso último el manager salió velozmente de la oficina sin dejar hablar a su jefe quien le gritaba fuertemente.
- No K espera - desde su escritorio extendió la mano pidiendo un segundo a quien acababa de salir - Me están dando muy poco tiempo no he hablado siquiera la persona de relaciones públicas o el de publicidad - al notar que se encontraba sólo, no tuvo de otra más que comenzar a organizar todo en tiempo record - Demonios
Lo siguiente que se vio fue al dueño de NG gritando en su oficina y pidiéndole a su secretaria que llamase a casi todo su personal. En otra parte de la ciudad, específicamente en la biblioteca central de Tokio un hombre de cabello y ojos color dorados terminaba su firma de libros luego de casi 6 largas horas de tratar con fanáticas adolescentes y amas de casa dementes.
- Malditos eventos - bramaba por lo bajó el más famoso escritor en Japón quien ya se dirigía a la salida del lugar hasta que el sonido de un ronquido llamo su atención.
Su cara cambió de un gesto fruncido a uno de enojo y como no estarlo cuando una cifra de pelos blancos se encontraba plácidamente dormido sobre su más reciente obra, la cual era la sensación del momento entre el público femenino.
- Oye... - llamo al albino quién no lo escucho, así que jalo una silla para sentarse frente de el y llamarlo nuevamente - Oye... - el tipo levanto la cabeza un segundo para caerse de golpe logrando el enojo del rubio - Oye... - llamo por tercera vez elevando más su tono.
- Que... Que paso? - pregunto el joven de cabellos blancos hallándose uno de sus ojos al mismo que miraba a la persona que lo había despertado - Se le ofrece algo caballero.
- Escucha mocoso imbécil, - dijo con un tono de enojo ante el chico frente a el - Sabes que estas dormido sobre el libro del momento - pregunto con su usual tono altanero.
El albino quien aún se encontraba adormilado sobre la mesa donde estaba hace unos momentos durmiendo, se incorporó con una mirada suave para encarar al Rubio, quien por su lado quedo impactado por la imagen poco usual del chico, no era común encontrar personas con rasgos tan exóticos como eran la piel de porcelana, cabello blanco y ojos de diferente color, en verdad que era bello desde el término de su relación con el peli rosa nunca volvió a considerar a otro hombre como atractivo ni nada por el estilo al menos hasta ahora.
- Es interesante que uno de los escritores más famosos del país se exprese de esa forma tan poco educada - contesto el joven bicolor apoyando se mentón en una de sus manos - Cuando su habilidad con el lenguaje ha sido lo que lo ha hecho famoso, Sr. Yuki Eiri
- Vaya - sonrió el Rubio al sentirse importante para aquel joven - Nuevamente mi fama me delata, dime viniste a la firma de libros.
- Me temo que no - contesto el menor muy tranquilamente dejando que sus ojos chocarán con los del antipático hombre - El que me encuentre en este lugar es sólo una coincidencia y... - una pequeña risa se escapó de sus labios - Debo decir que no soy su admirador.
- Entonces como explicas el que conozcas mi nombre y más aún que estuvieses leyendo uno de mis trabajos - contraataco el mayor muy seguro de desenmascarar al niño ante el.
- Eso es simple - confirmo el albino sonriendo como sí aquello se tratase de una broma, con delicadeza tomó en libro en sus manos mostrando la parte de su interés - Su fotografía al igual que una breve biografía de su persona se encuentra al final - dejo el objeto en la mesa nuevamente - Al llegar a este lugar escuche como muchas señoritas comentaban acerca de el, por lo que decidí leerlo - con delicadeza se acomodó el mechón de cabello de su cara.
- Interesante - comento el Rubio sin despegar la mirada del chico quien resultaba ser más que una cara bonita - Mi mayor duda es ahora saber Por que confiaste en el juicio de un grupo de chicas sí dices no ser mi admirador - por más que lo negara lo haría caer en su juego.
- Esto se convirtió en un interrogatorio - pregunto el menor sin dejar ese aire de seguridad -Contestare su pregunta si usted contesta una mía antes.
- Por supuesto - afirmo el Rubio pensando que al final había logrado vencer al joven de extraña belleza.
- Por que tanto interés en un perfecto desconocido - con eso el mayor quedo ligeramente sorprendido, ese niño era astuto.
- Eres alguien inusual - afirmo mirándolo lascivamente de arriba hacia abajo, era evidente que deseaba.
- Entiendo - dijo el menor riéndose de lo predecible que resulto ser aquel egocéntrico tipo - Es una pena para usted ya que no estoy interesado - dijo logrando que la cara del mayor cambiara a una de molestia - Como ya le había dicho no soy su admirador ya que recientemente llegue al país, así que usted es un completo desconocido para mi.
En conjunto con sus palabras una mueca de burla fue regalada logrando que el Rubio quedará sin habla, pues esta era la primera vez que lo rechazaban tan abiertamente, el cantante al darse cuenta de que había golpeado fuertemente el orgullo del escritor decidió seguir.
- Además el nivel de sus novelas no atrae mi atención como para que llegase a considerarme como su admirador - confeso comenzando a recoger sus cosas con tranquilidad.
El Rubio estaba boquiabierto ante aquella confesión, el mocoso acababa de decirle en su cara de una manera muy sutil que sus libros eran malos, en serio que el chico era muy valiente o demasiado tonto.
- En que te basas para decir que mis novelas son malas - grito colérico dispuesto a irse a los puños contra el chico quien ya caminaba hacia la puerta del lugar.
- No he dicho que sean malas - explico el menor girandose para encarar al escritor - Simplemente son ajenas a la realidad - al darse cuenta del gesto de desconcierto del mayor continuo hablando - Sus libros únicamente expresan al amor como un sentimiento de felicidad lo cual es lógico considerando el público al que esta dirigido adolescentes con las hormonas alborotadas en busca del amor eterno y mujeres frustradas en su matrimonio refugiadas en un mundo ficticio - expreso dando un gesto sombrío que que término por helarse el cuerpo al escritor - Pero... Dígame Sr. Uesegi en verdad el amor es sólo emociones bellas o tras esos matices cálidos se esconden algunos fríos productos de aquel sentimiento.
Todas aquellas palabras golpearon fuertemente al escritor ya que aquel extraño joven había logrado ver más allá de lo que muchas personas logran ver en sus novelas, el amor no siempre es un sentimiento que genera alegría sino dolor, el mejor que nadie lo sabía ya que por una tragedia.
- Además... - la voz del albino lo saco de sus recuerdos - Creo que usted desconoce una gran verdad que se esconde tras el sentimiento del amor, - una suave sonrisa fue regalada, una que logró sonrojar al escritor como un tomate - Tal vez deba considerarlo.
El escritor estaba completamente perdido en aquel hermoso ángel de inusuales y hermosos ojos de diferentes tonalidades, su sonrisa era muy cálida lo llenaba con una emoción que no había sentido en mucho tiempo, eso sumado a su exótica belleza lo tenían perdido cosa que fue perfectamente percibido por el bicolor quien reía en sus adentros, al mismo que giraba para abandonar el lugar.
- De que verdad hablas? - el rubio se atrevió a preguntar aún perdido en su mundo de ensoñacion sin esperar la reacción del menor.
- Si en verdad desconoces aquella gran verdad - contesto el bicolor aún de espaldas girandose lentamente para mostrar una sonrisa burlona y autosuficiente - Entonces no tiene caso alguno el explicárselo, con su permiso.
El cantante se fue riéndose en sus adentros y con una mueca de felicidad en el rostro, mientras el escritor estaba con la boca abierta ante la enorme burla sufrida por un chiquillo al menos 5 años menor que el, si un crió se rio del más afamado escritor del Japón.
- Maldito mocoso - grito con todas sus fuerzas, tan grande fue el estruendo que provoco que la bibliotecaria lo callara, pronto corrió al exterior esperando encontrar al atrevido albino pero para su mala suerte no logró alcanzarlo - Mierda, se me escapo.
Unas calles más adelante el joven de cabellos albinos caminaba con tranquilidad por las enormes calles de aquella ciudad ajeno al reciente encuentro con el escritor de pacotilla, sin embargo una parte de su ser se recriminaba por sus acciones.
-Creo que me excedí tal vez... Aún me falta madurar un poco - ante su comentario mostró una sonrisa de niño para después decir - Nooooo
En NG el empresario se encontraba por primera vez en su carrera estrenado por tanto trabajo, ya que el hecho de que el chiquillo de Zhiend le hubiese informado que en menos de una semana iniciarían las grabaciones de su primer éxito lo tenían sobré cargado.
- Cuando vea a ese triste intentó de príncipe azul me las pagara - gritaba el rubio, al mismo que rechinaba los dientes, nunca nadie lo había hecho correr como tonto durante su tiempo como promotor musical.
Por su parte el escritor se encontraba ya en su departamento frente a su computadora sin poder concentrarse en su actual escrito ya que todos sus pensamientos estaban dirigidos al inusual joven de ojos bicolores y cabello albino que se burlo de su credibilidad como escritor.
- Criajo del demonio - menciono escribiendo en su portátil "maldito" infinidad de veces - Quien se cree que es? - se pregunto abiertamente - Cuando lo vuelva a ver juro que lo haré pagar por sus palabras.
Ambos rubios mantenían muy profundamente de sus pensamientos sin quererlo al joven cantante, era evidente que no era santo de su devoción por su extraño comportamiento y cambios de personalidad demasiado bruscos, pero alejando su comportamiento ambos hombres concordaban que era alguien muy inteligente y astuto tal vez demasiado para su edad, pero más que nada era total y absolutamente atractivo, el evocar los recuerdos de aquel exótico ser hizo que a ambos rubios petulantes les despertará una parte de su anatomía bastante peculiar.
-Maldición - aquel par totalmente alejados e ignorantes de los altercados individuales sufridos con el cantante gritaron con evidente frustración al sentir como sus miembros despertaron a causa de un calor extremó. - Estúpido niño
- Achu... - el joven de cabellos albinos estornudaba ligeramente cubriendo de inmediatamente con un pañuelo -
- Te resfriaste - pregunto su manager quien devoraba tranquilamente un emparedado saliendo de la cocina.
- Muy a mi pesar creo que alguien esta hablando mal de mi - río negando con la cabeza para después continuar con lo que estaba haciendo.
- Escribes y escribes es esa libreta - confeso el manager refiriéndose al pequeño libro oscuro que el menor hizo - Después de 4 años ya debe de estar llena - pregunto sentándose frente a su protegido para continuar cenando - Estas seguro que no quiere sino uno? - pregunto recibiendo una negativa del menor
- Eres muy amable pero... Sabes que me gusta cenar ligero - agradeció para después concentrarse en su escrito - En cuanto a mi libreta, solamente es una forma de liberar mi tensión, sólo eso.
- No tienes idea de como me mata la curiosidad por ver su contenido - ante aquellas palabras el menor negó con la cabeza riendo.
- Prometo mostrártela algún día - afirmo con ternura - Cuando los demonios de mi pasado no me atormenten.
-No sigas con eso, - pidió el rubio preocupado que luego de tantos años siguiera viviendo en aquellos recuerdos dolorosos - Ya deberías dejar eso atrás.
- Por favor no te angusties - pidió el cantante alejando su mirada de su trabajo - El pasado ha quedado atrás, no me siento atrapado en el... Simplemente me ayuda a no cometer los mismos errores.
El rubio miró fijamente a su protegido, tanto tiempo a su lado le había dado armas para saber cuando algo extraño le sucedía y ese era un caso.
- Speak, What happening? - pregunto mirándolo fijamente dándole a entender que no intentará mentirle, por su parte el cantante decidió decirle la verdad total aquello carecía de importancia.
- Hoy estuve en la biblioteca de Tokio - aquello no pareció generar interés en el rubio - Y coincidí con la firma de libros del escritor Yuki Eiri. - con eso último el americano comenzó a ahogarse con su comida, siendo auxiliado por su protegido.
- It's a joke - grito el mayor sujetando al victoriano por la solapa del cuello bastante molesto.
- Yo nunca miento... Al menos no como el resto de las personas - aseguro el más joven soltando de del agarre del rubio para después regresar a su sofá para continuar con su labor.
- Are you ok? - pregunto el americano manteniendo su mirada atenta en su protegido el cual parecía no importarle, lo cual no era nada nuevo realmente parecía que nada le importaba.
- Perfectamente - afirmo con tranquilidad sin quitar la mirada de su trabajo.
Por una hora más el manager se dedicó a observar atentamente a su protegido, este no parecía alterado en lo absoluto al contrario estaba tranquilo tal vez demasiado, en cierta forma eso lo tranquilizaba pero no del todo, pronto la imagen de Zhiend sería de dominio público por lo que debía tener la guardia en alto... Sólo por sí las dudas.