Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Bajo la Luna por MikaShier

[Reviews - 93]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Boda SouMako, después de mil años. Lo lamento.

Capítulo extra

 

¿Cuánto había que sufrirse para poder madurar? ¿Cuánto tenía que arriesgarse para ser feliz? ¿Qué demonios era felicidad? Las respuestas vagaban. Llegaban y se iban a la misma velocidad. Porque, a pesar de todo, nada era certero. Nada era realmente importante.

 

Porque la felicidad no era más que un ideal. Y su ideal estaba cumpliéndose.

 

Haru estaba sentado en uno de los sofás de la habitación, abrochándose un botón de la manga mientras Makoto se paseaba por el cuarto, pensativo. El azabache terminó por suspirar y mirarle directamente, cargando todo el peso de su mirada sobre el nervioso castaño.

 

— ¿Estás seguro de que esto es lo que quieres, Makoto? —cuestionó, levantándose para enfrentarlo. El aludido se detuvo y le observó por un par de segundos.

 

—Sí, ¿por qué?

 

—Ni siquiera te has vestido. Y la boda comienza en media hora. ¿Por qué no me dices qué es lo que sucede?

 

Makoto sabía que Haru tenía una idea. Se conocían a la perfección. El más alto estaba lleno de dudas sobre las razones que le llevaban a casarse con Sousuke. ¿Despecho, solamente? Sentía que lo amaba. Pero… ¿realmente estaba seguro?

 

¿Qué sentiría cuando viese a Rin entre sus amigos? ¿Cuándo lo viera con la sonrisa radiante que había vuelto a su rostro, el brillo que regresó a su mirada y esos hermosos hijos que había tenido? ¿Qué iba a sentir cuando viera la sonrisa imperceptible de Sousuke?

 

No sabía, no sabía nada. Porque no sabía si su amor le pertenecía solo a Yamazaki o Rin seguía siendo propietario de la mayor parte. ¡Era tan difícil!

 

Haru lo comprendió, así que lo hizo sentarse en uno de los sofás, posicionándose en el de frente. Apoyó los codos en las rodillas y el mentón en sus manos unidas mientras miraba fijamente a su mejor amigo. Era hora de dejarlo todo de lado. No hablaría como el esposo de Rin, solo sería el amigo de Makoto. Únicamente por ese momento.

 

— ¿Qué es lo que sientes por Rin, Makoto? ¿Sigues enamorado de él? —el castaño clavó la vista en sus ojos, analizando la situación y comprendiéndola de inmediato. Un momento para ser libre de toda su carga. Un momento para dejar la culpa de lado y hablar de lo que él en verdad sentía.

 

—No lo sé. Sigo pensando en él, pero pienso más en Sousuke. Sousuke me gusta más. Creo.

 

— ¿Qué te gusta de Rin?

 

—Eh… Me gusta su cabello, es muy suave. Su aroma, bastante dulce. Su actitud, su voz, su personalidad. Sus hijos —Haru asintió, desviando la mirada. Luego carraspeó y se recargó en el asiento.

 

— ¿Qué te gusta de Sousuke?

 

¿Por dónde empezar? Sousuke era un tipo serio, misterioso a su punto de vista. Le atraía su cuerpo, su olor, su forma de ser. Adoraba cuando Sousuke fruncía el ceño mientras le decía algo lindo, su forma de querer hacer parecer que lo que decía no era un alago para nada. Le gustaba las bromas pesadas que soltaba. Sus abrazos, sus caricias. Su voz por las mañanas, cuando le hablaba adormilado y decía “Buenos días”. Le gustaba sentirlo a su lado. Le gustaba que sus miradas se encontraran.

 

Le gustaba su apoyo, los abrazos consoladores que le daba. Le gustaba que lo interpretara en silencio, que se diera cuenta de si estaba triste, enojado, feliz, excitado, emocionado, y le diera un abrazo tan fuerte. Le gustaba cómo se llevaba con sus hermanos, le gustaba que besara su mejilla y acariciara su nariz con la propia. Le gustaba su ceño fruncido mientras decía cosas como “Haré de comer solo por hoy” cuando ya había cocinado toda la semana.

 

Haru lo vio. La sonrisa de idiota que Makoto estaba poniendo mientras intentaba llegar a una respuesta concreta. Así que también sonrió, levantándose y dirigiéndose al perchero. Tomó el traje blanco de su mejor amigo y lo puso sobre el regazo del mismo, sacándolo de sus pensamientos.

 

—Respuesta suficiente. Ve y cásate. O Rin va a matarte por dejar a su mejor amigo plantado.

 

—Gracias por escucharme, Haru…

 

Y fue una decisión. La ropa de Makoto voló con rapidez mientras intentaba vestirse a gran velocidad. Faltaba cada vez menos. Haru le ayudó a buscar las cosas que le faltaban, acomodándolas en la mesita para facilitar el que fuesen tomados después.

 

— ¡No me cierra! —gritó Makoto, luchando con la parte superior de su camisa— Bueno, sí, pero no está el botón. Haru rotó los ojos y se acercó.

 

—Te la has abrochado mal. Empieza de arriba abajo a la próxima.

 

— ¡No me casaré una próxima vez!

 

— ¡Sabes que no me refiero a eso! —bufó. Makoto se estaba comportando como Sakura, cuando se graduó del jardín de niños.

 

—Ah, vale. La desabotono y la abotono de nuevo… ¡Haru, mi corbata! ¡No está!

 

—Vas a usar moño…

 

—Pero mis zapatos…

 

—Sabes que están fuera de la habitación.

 

— ¡No sé qué haría sin ti, Haru-chan!

 

El azabache no añadió más. Le divertía ver a su mejor amigo tan nervioso, actuando con más torpeza de lo usual. Le ayudó a terminar de arreglarse y le ayudó a acomodar su cabello. Makoto estaba listo. Ahora solo debían esperar a que la hora exacta se diese.

 

___________

 

—Papi, ¿puedo jugar con eso?

 

—Sousuke, ¿puede jugar con eso?

 

El azabache le dirigió una mirada fulminante a su mejor amigo, que estaba sentado sobre la cama de la habitación, con Niji a su lado. Dirigió la vista al objeto al que ambos… niños, se referían. Bufó en alto y continuó acomodándose el saco.

 

—No pueden jugar con mi moño.

 

— ¿Por qué? —cuestionó Rin, ligeramente divertido.

 

—Sí, ¿por qué?

 

—Sakura, dile a tu madre que se comporte —siseó Sousuke. El pelirrojo más pequeño asintió y se giró hacia Rin.

 

—Mamá, compórtate.

 

— ¡Que no soy tu mamá! ¡Sakura, soy tu padre!

 

El aludido rió y miró a Sousuke nuevamente. Estaba admirando cómo se acomodaba las ropas de una manera tan… brusca y varonil, pero aún así se miraba como si hubiese tenido en cuenta cada detalle. Rin se había puesto su traje de una forma más lenta, más delicada. Frunció el ceño. Su papá era un perfeccionista. Ahora que se daba cuenta, siempre acomodaba el desorden en casa y limpiaba hasta el más último detalle. Doblaba la ropa y la acomodaba por colores cuando estaba nervioso. Y servía la comida de forma equitativa. Sakura y Niji estaban casi seguros de que les contaba las donitas del cereal para que fuera igual para cada quién.

 

—Yamazaki-san, ¿por qué mamá está loco? —Rin alzó la ceja y miró a su propio hijo.

 

—No estoy loco. Y deja de mirar a Sou así. Ni siquiera te has puesto el saco. Póntelo. Faltan diez minutos.

 

—De seguro es la edad, Sakura.

 

—Sousuke, no le sigas la corriente… Niji, dale el moño, a ver si se ahorca cuando se lo pone.

 

—Rin, es mi boda y estás más nervioso que yo.

 

Los labios de Rin formaron una fina línea. Era cierto. Estaba nervioso. ¡No todos los días se casaba tu mejor amigo gruñón! Así que estaba demasiado feliz y quería que ese fuera el mejor día en la vida de Sousuke. Quería que todo saliera bien.

 

Pero cuando estaba nervioso, era muy torpe. Así que mejor se había sentado con Niji y había puesto a Sakura a ayudar a Sousuke a arreglarse, pasándole las cosas y demás.

 

—Estoy nervioso porque tú no lo estás.

 

Pero sí lo estaba. Sousuke evitó mirarle mientras tomaba el moño y se lo ponía para después proceder a peinarse. ¿Cómo no iba a estar nervioso? Era su boda y, además, era con la persona a quien más amaba en la vida. Añadiéndole que esa persona había estado enamorada de su prioridad, su mejor amigo.

 

¿Cómo no iba a estar nervioso si las posibilidades de que Makoto le dijera que no aceptaba eran enormes? Agitó la cabeza y suspiró, dejando las cosas en su lugar y acomodándose los zapatos en la puerta.

 

—Vamos, ya es hora. No te pongas a llorar, ¿vale? Eres mi padrino y no quiero un padrino llorón… —Niji soltó una risa mientras se levantaba y se dirigía a la puerta, junto a Sakura, quien murmuraba varias cosas que afirmaban que su padre era un llorón.

 

—Yo no lloro…

 

____________

 

Pero sí lloró.

 

Cuando los votos fueron dichos y los anillos se colocaron en sus respectivos dedos, Rin echó a llorar, obteniendo una risa de Sakura, un abrazo de Niji y un beso de Haruka. Pero él no había sido el único. Y la razón por la que lloró no había sido la general.

 

Cuando Makoto sonrió y musitó un “acepto”, vio el alivio marcarse en el rostro de Sousuke. Le vio aguantar las lágrimas, a él, que casi nunca lloraba.

 

Sousuke tomó la mano de Makoto mientras se alejaban del altar, mientras salían de la recepción y se dirigían al auto que Sousuke había comprado meses atrás. Sousuke tomó la mano del amor de su vida y lo llevó lejos.

 

Y Makoto entendió que había nacido para esta con él.

 

Porque, a pesar de toda la confusión que sintió, los corazones que rompió y la vida que estuvo a punto de destruir, su camino se había aclarado. El amor era algo hermoso y él tenía la suerte de ser correspondido. Tenía la suerte de amar con la misma intensidad con la que era amado.

 

La luna siempre sería testigo del mejor de los amores.

 

____________________

 

Nagisa pateó algunas flores que habían caído de los árboles mientras se alejaba de la fiesta que había acabado en cuanto los esposos huyeron. Observó a Sakura dormido en brazos de Rin mientras Niji cabeceaba en los de Haru. Observó las estrellas brillando en el cielo y suspiró, sonriendo.

 

¿Cuántas noches habían pasado para que todos tomaran una decisión firme? ¿Para que todos tomaran su camino? ¿Cuántas noches pasaron antes de que el sufrimiento y la culpa cesaran?

 

Metió las manos en sus bolsillos y continuó alejándose. Mientras miraba a Rei abrazar la cintura de una Gou adormilada y dirigirla a la salida lateral. Soltó un bufido mezclado con una suave risa.

 

La luna era también testigo de las más grandes decepciones.

Notas finales:

Este proyecto culminó:3 no habrá segunda parte ni un capítulo extra con la condición de Nagisa. 

 

¡Muchas gracias por acompañarme hasta aquí!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).