Han pasado 18 semanas desde que Ritsu se embarazó.
Las náuseas y el dolor cesaron por completo y a lo que se enfrenta ahora es a una ligera pérdida de memoria que es perfectamente normal y a un apetito voraz.
Con todo lo que hable con su padre semanas atrás quedaron claras varias cosas y mi situación en la casa Onodera mejoró bastante. Aunque su madre sigue odiándome ya nadie puede impedirme estar junto a él en todo momento y todo el tiempo que quiera; he tomado eso a mi favor y trato de compensar todo el tiempo que estuve lejos de él además de aprovecharme y hacerle algunas cosas pervertidas.
La mayor parte del día la pasamos en su habitación, donde él me enseña la cantidad de libros que tiene, todos con historias maravillosas y a mí me gusta escucharlo, me gusta ver cómo se entusiasma con cosas que para cualquiera podrían ser simples y principalmente me gusta verlo cuando me habla sobre su decisión de estudiar literatura.
Sin duda es un chico con grandes expectativas.
De mi parte trato de mostrarle un poco como es la vida de una persona más… normal. Cosas tan simples que para cualquiera sería absurdo de explicar para él resultan maravillosas y completamente desconocidas. Es por cosas como esas del por qué lo amo.
Un par de veces lo convencí – o mas bien lo obligué- de salir a comprar algunos mangas que me gustan para que él también se diera cuenta de como es la vida fuera de la comodidad de su casa, pero él se niega debido a que tiene miedo de las miradas curiosas de las personas que lo verán pues a estas alturas su vientre había crecido lo suficiente como para pasar por algo más que sobrepeso.
También me vi en la necesidad –junto con Ritsu- de comenzar a acoplar una habitación para que pudiera dormir ahí el bebé y era en momentos como ese cuando de verdad caía en la cuenta de que todo lo que estaba sucediendo era real, que de verdad había que preparar todo ese tipo de cosas que eran realmente necesarias.
Sin embargo él se veía muy muy feliz y eso también me hacía feliz a mí.
Pero con todo eso no habíamos podido aun hablar de nosotros y sobre el rumbo que ahora deberíamos tomar sino hasta esa noche.
Intentaba dormir cuando Ritsu apareció en mi puerta, diciéndome tímidamente que no podía dormir.
“Es por el embarazo” pensé –La cama es pequeña…-
-Es cierto- me respondió de inmediato –La-Lamento haberte molestado a estas horas, yo…-
-Solo dije que la cama es pequeña- lo interrumpí mientras tomaba a Sorata –La tuya es más grande-
-¿Ah? ¡Oh, si!-
-Entonces vamos- le dije mientras salíamos y recorríamos toda la casa hasta llegar a su habitación donde me recosté de un lado, dejando a Sorata sobre mis piernas –No entiendo como atravesaste toda la casa a estas horas solo para verme-
-Lo lamento…-
-No lo digo por eso, sino porque incluso a mí me da flojera ir hasta allá… no deberías hacer esfuerzos innecesarios-
-Ahm… Senpai, si te molesta puedo decirle a mi padre que te cambie de habitación a una que este más cerca-
-No hace falta, ya me acostumbre- respondió –Además no creo que a tu madre le guste eso. Creo que en verdad me odia-
-Así es ella- me dijo –Tiene un carácter especial-
-Y vaya que es especial- dije mientras cruzaba mis brazos por debajo de mi cabeza –Pero no creo que vaya por la vida odiando a la gente-
Hubo un silencio por unos minutos, pero no fue un silencio incomodo, sino uno bastante tranquilo.
-¿Qué prefieres que sea?- pregunté
-¿Ah?-
-¿Qué prefieres que sea?- repetí mirándolo –En cuanto al género. La habitación que hemos estado preparando no va de acuerdo a el hecho de que sea niño o niña, lo que a mi parecer está bien… no soy fan de los estereotipos-
Ritsu se sonrojó al entender a lo que me refería -¡Ah! Eso, eso no importa. No tengo un predilecto-
-¿Pero si lo tuvieras?-
-Ah… yo, yo en verdad no…-
-¿No has pensado en eso?- pregunté
-¿Ah? ¡No, no! ¡No es eso! Es que… yo…ah…-
Él se había sonrojado por completo. Me encantaba hacer que se pusiera así “Tan lindo” pensé antes de darle un beso en su frente “Tan lindo”
Sorata se movió y bajó de la cama, acurrucándose cerca de la entrada. Con mis piernas libres, arrimé al chico y lo senté sobre mí.
-Senpai…- me llamó aferrándose a mi pecho –Tú… ¿En verdad has pensado en eso?-
-¿Por qué lo dudas?- pegunté sin saber exactamente si lo había hecho claramente o no
-No lo dudo- me dijo casi de inmediato –Es solo que… yo todavía no estoy listo…-
En ese momento no supe cómo interpretar eso –Ritsu…-
-Tengo miedo- me dijo en un ligero sollozo –No sé qué va a pasar después-
-Estamos juntos en esto ¿No es así?- le dije con calma
Él me miró y asintió con su cabeza –Te amo Senpai-
Iba a responderle, pero un ligero movimiento que hizo provocó que tanto él como yo nos diéramos cuenta del estado en el que me encontraba.
-Sen-Senpai… tú estás…-
-Lo lamento, no pude controlarme- dije mientras llevaba mi mano hacia mi rostro –Que mal…-
-Está bien- me dijo de pronto y yo quise interpretar eso como una invitación para continuar -Entonces ¿Puedo hacerlo?-
Ritsu no me respondió de inmediato -¿No te molesta que sea así?- preguntó con pena –Es vergonzoso-
“Tan lindo” pensé de nuevo mientras lo sujetaba y lo recostaba sobre la cama –No me molesta en lo absoluto- le dije mientras alzaba su playera hasta su pecho y lamía sus pezones –Por el contrario, me excita como no tienes idea-
-Ah… Senpai-
-Si te es vergonzoso entonces haré que te sea lo suficiente como para ser insoportable- agregué continuando hasta llegar a su cuello y cubrirlo de besos
-Senpai…-
-¿Qué?- pregunté mientras bajaba su pantalón –Vaya, vaya, mira cómo se puso aquí abajo-
-N-No… espera-
-No puedo esperar- respondí mientras lamía la base de su miembro al tiempo que comenzaba a acariciar sus testículos
-¡Ahah! Nnh…-
-Solo te he tocado un poco y ya está saliendo mucho… está muy húmedo aquí-
-¡Ngh!-
Sonreí y subí hasta su punta para chuparlo, recogiendo con mi lengua el delicado fluido que brotaba de él.
-Sen… Senpai… n-no…- gimió
-¿No querrás decir “Sí”?- pregunté con una ligera risa
-Ah… mis padres… podrían escucharnos-
-Entonces tendrás que contener tu voz- le dije en un susurro mientras metía su miembro dentro de mi boca y comenzaba a succionarlo
-¡AH!- gimió antes de cubrir su boca con sus manos -¡NGH!-
Él nunca ha sido silencioso al momento de hacer el amor, pero escucharlo resulta ser un verdadero placer para mí. Continué por algunos minutos más –no sé cuántos- hasta que sentí su esperma recorriendo mi lengua. Lo tragué -¿Por qué no habría de hacerlo?- y subí hasta su rostro para verlo.
Su expresión no me defraudó en lo absoluto, es más, incluso podría decir que me excitó más. Acaricié su mejilla y retiré su brazo de su boca que, hasta ese momento, lo había estado sujetando con sus dientes para evitar gritar.
-No hagas eso- le dije –Te dejarás una marca horrible-
-Eso fue muy cruel- me dijo en un sollozo
Esa expresión en su rostro era demasiado para mí –Te dije que no me iba a contener- respondí antes de besarlo
Envolví mi lengua con la suya dentro de su boca, motivándolo a que me besara también. Siempre había sido tímido en ese aspecto. Y comenzó a hacerlo lentamente. Un poco de saliva corrió por la abertura de sus labios resbalando hasta su cuello, provocándole cosquillas.
Me separé solo para que pudiera respirar –Ritsu…- lo llamé en voz baja –Te amo…-
-También te amo Senpai- me dijo
Nos besamos por unos minutos más y lo sujeté por sus costados, volteándolo un poco para recostarme atrás de él mientras dirigía mi miembro hacia su entrada, quedando perpendicular hacia él –Quiero entrar ya-
Él asintió y se aferró a las sábanas mientras empezaba a penetrarlo suavemente “Qué estrecho” pensé mientras él intentaba contener sus propios gemidos y me moví así por un rato, sintiendo como me succionaba cada vez más, pero al mismo tiempo no podía mantenerme mucho tiempo dentro de él debido a la posición en la que estábamos.
-Ah… mi-mi estómago…-
-¿Duele?- pregunté sudando ya
-No…- respondió –¡Ngh! Se siente… se siente muy lleno…-
Sonreí –Ritsu, me estás succionando con fuerza… nnh… tu interior está muy caliente…-
Ese tipo de conversaciones me hacían ponerme más grande dentro de él.
-Ngh… Sen-Senpai…- me llamó –Ya no puedo más…-
-¿Estás cansado?- pregunté, pero él se giró y me dio un tímido beso mientras me miraba de frente
–Quiero… Quiero venirme-
Un escalofrío recorrió mi cuerpo –Si sigues diciéndome esas cosas ambos tendremos un serio problema-
No me preocupé por el ruido y me senté sobre la cama, colocándolo sobre mis piernas de manera que me diera la espalda. Se recargó ligeramente sobre mí y comencé a moverme dentro de él. Cubrió su boca con su brazo de manera que pudiera mitigar los sonidos que brotaban de su garganta y por un momento también tuve que controlar más los míos.
Por fin no me detuve hasta que me corrí dentro de él poco después de que él lo hiciera. Se dejó caer sobre mi pecho y lo abracé por su espalda: estaba exhausto.