Palacio Girtab,Oficinas de la Cancillería .
Releía una y otra vez las líneas escritas por Milo, Kardia tenía curiosidad por ir a visitar a su hermano y conocer a Asmita del cual llegaban hasta sus oídos cada una de las reformas y proyectos que hacía.
—si estás pensando en salir, créeme que sólo disfrazado lo conseguirás.
—¡ qué graciosa Calvera!—replicó sacándole la lengua.
Calvera, una mujer de cabellos negros y figura voluptuosa, había conseguido el puesto gracias a su incipiente educación y don de mando que tenía entre los nobles.Milo la había nombrado como su voz para que sea su voz y oídos en asuntos políticos en los que no quería que estuviera inmersa su madre Selene y para que sea la facilitadora de Kardia en caso de que algo necesite, esto último sólo lo sabían unos pocos de confianza.
—soy tu aliada querido, la Canciller de este Principado, aparte de tus lamebotas de la corte que son la mitad contra la de la arpía de Selene—refutó arrebatándole el papel—y sabes que tengo razón.
Puso los ojos en blanco mientras la imitaba, era verdad, Calvera estaba en lo correcto, su madrastra ni en sueños lo dejaba salir salir de "Girtab" donde lo tenía como preso. No obstante al haber recuperado uno de sus tratamientos cabía la posibilidad de que algún miembro de la realeza de otros lugares se interese en él.
—podría convocar a la corte para que me extiendan el permiso de salida.
—lo haré ahora mismo—dijo la mujer poniéndose de pie y recogiendo su vestido.
—finge que es para otra cosa, que la bruja no se entere que estás de mi lado—dijo casi gritándole.
—claro mocoso—dijo con ademán descuidado.
Para Kardia tener aliados era lo más importante por que sino los tenía era como un náufrago en medio del mar.
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—eres candidato probable ¿ lo sabías?
A Dégel le temblaba la mandíbula de rabia, ella regresó como si nada y ahora se atrevía a besarlo e insinuársele descaradamente, no entendía por qué la habían dejado entrar.
—aunque lo fuera, tu presencia no es bienvenida aquí.
—me amaste Dégel, soy la madre de tu heredero—ella miró hacia el dedo anular de su ex-esposo—pero puedo hacer que me vuelvas a querer de nuevo.
—oficialmente no eres mi esposa—se zafó del agarre de ella.
Serafina ni se inmutó ante el gesto de indiferencia de Dégel, no se iba a ir de Indrapaths sin las manos vacías, no luego de oír que su ex-marido podía ser el monarca del reino, del cual se divorció días después del nacimiento de Camus.
—puedo vover a hacerlo....
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Sísifo estaba fuera de lugar, así definía su estado luego de que el gemelo de Saga lo interceptara saliendo de la sala donde solo se reunían los hombres para asuntos típicos de ocio.Kanon le había preguntado por Aioria a lo que él le había contestado con su usual amabilidad que se encontraba bien, ignorando que Kanon le formulaba aquella pregunta por que tenía un especial interés en Aioria.
La sorpres vino cuando el Capítán del ejército le comentó que su sobrino lo había cautivado y que deseaba visitarlo primero como amigos y luego si lo aceptaba, como algo más.
El deseo de Sísifo era que sus sobrinos casaran y le dieran descendientes, no es que estuviera en contra de las uniones entre hombres, pero creía que su linaje debe perpetuarse.
—no quiero sonar descortés, pero ya tenía planes para Aioria....
—entiendo—dijo el guapo capitán—pero prometo que si no soy aceptado, no insistiré más.
—está bien, yo le avisaré cuando pueda ir—fue su respuesta—¡ buenos días!—se retiró de su presencia.
Saga que había oído y visto todo, se apareció detrás de su hermano con su usual expresión seria. Kanon quedó un poco desmoralizado, la respuesta del Duque Sagittarius-Leons fue plana y arisca según lo percibió, volteó a ver a su gemelo quién alzó una ceja.
—Sisifo es tradicionalista—comenzó escrutándolo de pies a cabeza.
—no me desmotives....
—por primera vez estás vencido—puso una mano sobre su hombro—pero tal vez puedas recurrir a Asmita para que te eche una mano.
Al menor se le iluminaron los ojos.
—cierto... no lo había pensado—la sonrisa volvió a su rostro—eres un genio hermano ¡ te quiero!
Saga rodó los ojos.
—si, como no....—dijo viéndolo irse a solicitar una audiencia a Asmita para los próximos días.
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Jardín de rosas, Mansión D´Pisces.
—ash, tú—inquirió con desprecio Afrodita al ver a su visitante.
—tranquilo—dijo el extraño de nombre Misty—traigo una primicia.
—si es de la aburrida vida de alguno de los viejos....
Misty arracó una rosa roja mientras negaba divertido ocasionando que Afrodita le arrebatara la rosa para ponerla en un pequeño jarrón de clorita, no le caía bien Misty, no tenía buenas intenciones y su lengua era más larga que Death y él juntos. Era capaz de destrozar la reputación de cualquiera con una palabra.
Misty estaba acostumbrado al desprecio de Afrodita, tampoco le caía bien.
—no, es del odiado Hyoga Vladosky—dijo sabiendo que así captaría la atención de su inyerlocutor.
Los ojos de Afrodita chispearon de malicia, seguramente alguna nueva andanza o complot planeaba el rubio. Sin embargo Misty planeaba decirle sólo una parte a Afrodita ya que tenía en mente ir donde Milo y contarle todo.
—lo vi con Camus Acuario.
Una punzada de curiosidad malévola lo atravesó al oír el nombre del hijo de Dégel, pero automáticamente esa curiosidad fue reemplazada por una pena indecible por el bello y dulce Milo.
—Milo no merece eso....
—¿ desde cuando sientes pena por alguien?—replicó Misty con extrañeza.
Afrodita lo fulminó con la mirada mientras revisaba sus "niñas" como les llamaba a las rosas.
—él es diferente—refutó acariciando una rosa blanca—es como ellas—señaló al rosal.
Misty debía cerciorarse de que Milo era aquello que decían, así que lo visitaría cuando ni Dégel ni Camus se encuentren en casa.
—bueno, yo me retiro.
—que pases bien—dijo Afrodita con sequedad.
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—¡ Sr. Krest!
El aludido alzó una ceja ante el tono asustadizo de la ama de llaves de la Casa Bluegard, supuso que algo fuera de lo común estaba ocurriendo en su propiedad por lo que apuró su elegante andar.
Su seriedad se esfumó al ver a su hijo siendo acorralado por su ex-esposa en la biblioteca familiar. Hizo sonar sus zapatos en el suelo de mármol captando la atención de ambos. Dégel se alejó de Serafina y se colocó a lado de Krest.
—¡bonito espectáculo!—comentó con sarcasmo el mayor.
—no es lo que piensas padre—se justificó.
—ya no eres adolescente, Dégel para que andes como tal.
—ya te dije que no es lo que piensas—replicó ofendido.
Krest sólo probaba su paciencia, sabía que su tranquilo hijo no haría una tontería que le restara posibilidades de ser el heredero principal de Asmita Virgo.
—y en cuanto a ti—se dirigió a la madre de Camus—tú estás exiliada para siempre de esta casa.
La bella mujer de cabellos rubios y ojos azules guardaba distancia hacia su ex-suegro, ella creyó que no se lo tropezaría por que Krest destilaba poder con sólo una mirada o frase y aquello también lo poseía Dégel aunque no con la misma intensidad.
Los sirvientes escondidos detrás de la puerta oían toda la situación la cual debía manejarse con guantes de seda por que sería un escándalo en la corte.
—tienes 3 minutos para irte de aquí.
Sin replicar nada, ella abandonó su antigua casa, molesta por no obtener nada.Sin embargo en la más mínima oportunidad acorralaría a Dégel para volverse a casar con él.
Dégel respiró más aliviado con la intervención de su padre, aunque sabía que debía estar más pendiente de sus movimientos ahora que la madre de su hijo andaba rondando por ahí.
—no sabía que vendrías.
—el servicio de correo es indeseable—dijo refiriéndose a una misiva que envió pero imaginó que no llegó—aparte tú sabías que iba a regresar.
—lo pasé por alto, lo siento.
Luego de ese breve intercambio de palabras, Krest se dirigió a su alcoba, dejando con muchas cavilaciones a Dégel.
—aquí empieza mi prueba.....
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Corte de Antares.
Todos discutían la propuesta de Kardia, a su lado Calvera bufaba exasperada pues no entendía tanto trámite para más de concederle un bendito permiso para que Kardia saliera de Antares; si fuera por ella simplemente firmaba un papel con el sello de Antares.
Al fin luego de 25 minutos deliberando, el más viejo de todo ellos, un márques de nombre Moses, emitió la decisión de la corte de Antares.
—Su Señoría....—hizo una reverencia la cual molestó a Kardia—hemos discutido su deseo de visitar a nuestro soberano.
—Moses—lo interrumpió una condesa—a nuestros soberanos.
—eso—dijo carraspeando avergonzado—en vista de que es miembro de la ilustre y antigua familia Escorpio, la cual es fundadora de esta dinastía...
—al grano, Moses—dijo impaciente Kardia.
—la corte le ha concedido el permiso para viajar al reino Indrapaths, pero...
—¡ ahora qué!
—lo hará dentro de un mes.
Sería peor si no le concederían, un mes pasaría rápido.
—está bien—dijo con su típica alegría—esperaré el tiempo.
—la corte levanta la sesión extraordinaria del día de hoy—dijo Moses mientras se retiraba.
Con la ayuda de Calvera redactó una carta a Milo, en la que le comunicaba que pisaría Indrapaths dentro de un mes.Lo que el guapo escorpio no imaginaba era que su llegada causaría la misma sensación que produjo Milo..... admiración y apasionamiento de varios nobles.....