" He estado a tu lado desde mucho antes de seas un poderoso Conde.....
pero sé que tu objetivo principal es Camus al cual amas"
La pluma de deslizó por el papel, algunas gotas de tinta salpicaron la parte en blanco de la hoja mientras Shun respiraba con pesadumbre, desde que Camus había regresado, Hyoga no paraba de hablar de él mandandole cartas e incluso las veces que Camus iba con Milo trataba de llamar la atención del Príncipe consorte de Antares.
Su hermano Ikky ignoraba los sentimientos de él hacia el rubio Conde de Helias.
—¿está bien joven Shun?—preguntó Mime apareciendo por el pequeño cuarto en el que el joven realizaba sus escritos, poemas y sátiras para la corte.
—si, gracias Mime—dijo sonriendo.
—si necesita algo... sólo dígalo.
—lo haré gracias Mime—dijo tapando el tintero. Saldré un momento, si mi hermano pregunta por mi dile que que fui a entregar un escrito.
El joven pelirrojo guardó en su memoria el mensaje para Ikky, volvió a sus labores. Al poco rato Shun salió con varias hojas atadas con cinta dorada las cuales entregaría a Asmita quién en sus ratos libres aparte de pintar, gustaba apreciar del talento de jóvenes escritores y poetas.
Fue gracias a Hyoga quién orgulloso le mostró varios escritos al rubio rey quién admirado por la calidad y la forma de escribir, lo tomó bajo su protección convirtiéndose en su mecenas, desde ese día Shun era conocido como el pequeño poeta de los Virgo.
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Luego de la salida con Milo, Aioria se dirigió hacia el lado norte de la ciudad, más concretamente a un lugar apartado de la arquitectura de ciudad Indrapaths a un monasterio donde se había recluido la persona que debía suceder a Asmita, su nombre Shaka.
Sus pies dolían por el terreno donde se hallaba el clustro, era empinado y difícil prácticamenete estaba encaramado sobre una colina protegida por gruesas murallas cuyo acceso era imposible a menos si se iba a pie, pero el afán de ver a Shaka le hacían olvidar la molestia. Unos monjes vestidos con ropajes brillantes le dieron la bienvenida.
—joven Leons—saludó el líder—es un placer tenerlo aquí.
—gracias maestro Devendra ¿ cómo está Shaka?
—alcanzando la sabiduría.
Ese breve intercambio de palabras eran suficientes para Aioria, por que el resto eran para Shaka, aquel al cual le había brindado su amistad incondicional desde niños.
Caminó detrás de Devendra por el angosto y silencioso pasillo labrado en piedra cortada toscamente, Aioria veía en cada habitación monjes meditando, rezando entre varias cosas más. Cuando llegó donde se hallaba Shaka, su rostro se iluminó al verlo.
—Shaka ¿ cómo estás?
El mencionado quién hasta esos momentos permanecía con los ojos cerrados, los abrió apenas llegó el saludo a su oído, una pequeña y casi desapercibida sonrisa se formó en sus facciones, el castaño era el único que había quedado aparte de Asmita. Se barajaban diversas teorías acerca de por qué el rubio renunció al trono, desde que no estaba de acuerdo con ciertas cosas de la corte, o que no quería vivir una vida lujosa mientras había gente muriendo de hambre y de frío, o la última y la que sonaba más fuerte.... sentimientos no correspondidos.
—Aioria, te esperaba.
—amigo, siempre me es grato verte—se acercó para abrazarlo.
El joven rubio, aún recordaba aquel día en que le comunicó a su hermano, su decisión.
Flashback.
Su rostro se mostraba angustiado, sus manos temblaban mientras la corte en completo estupor observaba cada uno de los movimientos de Shaka y Asmita quién por primera vez estaba sin palabras; a su lado Deuteros parecía aprobar la decisión de su joven cuñado ya que él tenía conocimiento de las causas.
—Deuteros—se dirigió a él suplicando su intercesión.
—creo que eres libre de decidir lo que tu corazón dicte, Shaka—dijo el consorte de Asmita—lo que optes, yo lo apoyo.
Asmita miró desconcertado a su esposo, Deuteros prefería ser neutral que ayudarlo a persuadir a su hermano, por su parte Shaka agradecía las palabras de su cuñado y se las seguiría agradeciendo aún después de su muerte.
—Asmita, déjalo.
El rubio abandonó el salón decepcionado, regresando a los pocos minutos más calmado. Ocupó su lugar a lado de Deuteros quién se sorprendio al sentir como su diestra era apretada buscando apoyo, el moreno la alzó y le estampó un beso que para Asmita significó fuerzas.
—gracias—dijo un poco más aliviado.
Asmita emitió un veredicto el cual ya todos los suponían.... Shaka renunciaría a sus derechos para retirarse a un monasterio.
Ese mismo día escoltado por la guardia real, abandonó el palacio Rajish para enclaustrarse en el monasterio.
Fin flashback.
—es grato verte—dijo conduciéndolo hacia una sencilla mesa de guayacán—¿ cómo está tu familia?
—muy bien, gracias por preguntar.
Shaka dispuso dos tazas con té de jasmín, el aroma invadió las fosas nasales de Aioria que gustoso lo acercó a sus labios y lo saboreó.El rubio Virgo no se podía admitir admirar con el mismo amor que llegó a sentir por Aioria.
Luego de estar media hora degustando e intercambiando palabras, Aioria consideró en marcharse cosa que netristeció a Shaka por que quería que se quedara un poco más, pero sabía que Aioria tenía deberes concernientes a su familia.
Se despidieron prometiéndose volverse a ver.
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Sala de Hyoga.
Conoció poco a Deuteros, pero en el corto tiempo en que lo trató, Hyoga se dió cuenta del inmenso amor que profesaba el moreno hacia Asmita.
Deuteros Cástor podía actuar como alguien comprensivo con sus súbditos que acudían a Asmita y su persona solicitando su benevolencia, o podía ser severo y duro con quién pretendía algo indebido en la corte.
No le simpatizó ni lo detestó, le era indiferente.
Llegó a sentir la conmoción de Asmita al anunciar que su amado esposo había muerto luego de varios días padeciendo por una herida recibida durante una emboscada hecha por unos bandidos; durante la ceremonia fúnebre, llegó el hermano de Deuteros llamado Aspros el cual era su gemelo.
—oye pato—la " dulce voz" de Ikky lo sacó de los recuerdos—¿ has visto a Shun?
—lo vi en el palacio, iba a entregar unos escritos a Asmita—respondió.
—ah, es que no lo vi y por cierto ¿ donde te metiste?
Con una sonrisa de suficiencia respondió.
—estaba con Camus.
—tienes escrúpulos para verte con él a sabiendas de su esposo.
Hyoga alzó los hombros como si no le importara.
—soy inteligente que es muy distinto—replicó acariciando a un pequeño gato gris de mala cara—ese Milo es tan ingenuo que vive en un mundo rosa y fiel.
En esos momentos apareció corriendo un sirviente con un sobre de filos dorados, era una invitación con motivo del onomástico del menor de los Sagittarius-Leons, Regulus con fecha a celebrarse en tres noches en la propiedad de la ilustre familia, el rubio supuso que Camus estaría ahí con Milo por lo que haría lo que estuviera a su alcance para captar su atención, distrayendo a Milo.
—¿qué maquinas oxigenado?—indagó Ikky al notar un ligero destello de malicia en los ojos de su amigo.
—me ayudarás con el ingenuo de Antares.
Ikky se espantó ante la propuesta.
—ni con tres litros de alcohol en mis venas, haría eso, a diferencia tuya aún conservo mis escrúpulos—se cruzó de brazos mirándolo con reproche.
—está bien, igual ya tienes a Esmeralda.
—tu posición te está nublando el juicio—comentó con seriedad—espero que recapacites a tiempo.
Abandonó la sala enfurruñado dejando al rubio con sus propios pensamientos.
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Así como Dégel, Krest también se sintió complacido al conocer a Milo, sus orbes verdosas rebozaban de dicha inusitada, jamás pensó que tendría un vínculo con un principado. La confianza de Dégel también regresó luego de coprobar que su yerno también cautivó a su padre.
Milo estaba un poco nervioso, en pocos días ya era el centro de atención de todo el reino por lo que aparte de los nervios también se hallaba abrumado.
—¿cúantos años tienes jovencito?
—19, Sr. Krest.
—supongo que eres hijo único.
—no, tengo un hermano mayor llamado Kardia.
Sin que se diera cuenta, Krest corrió la vista hacia Dégel quién negó, sabía lo que pretendía, el mayor endureció la mirada ante la negativa.
—¿dónde está Camus?
Nadie supo qué responder, Krest no admitiría la injustificada ausencia de su nieto, no era bien visto que un consorte no acompañara a su pareja.
Alguien tocó la puerta, la ama de llaves apresurada se dirigió a abrirla, Misty era la persona quién estaba en el umbral de la puerta aguardando el permiso de los dueños de casa para entrar.
El rubio pensaba revelarle a Milo lo que había visto, pero al ver a Krest y Dégel prefirió dejarlo para otro día.
—Sus Señorías, Alteza—fue el saludo de Misty.
Krest se adelantó antes que nadie, caminó hasta detenerse frente a Misty que retrocedió amenazado, a pesar de su baja estatura, Krest D´Acuario era capaz de hacer tambalear a hombres muchos más altos que él.
—espero que no traigas malas noticias—dijo para que lo oyera Misty solamente.
—sólo vine a conocer a su nuevo integrante—dijo canturreando con hipocresía—a poco no es lindo, Su Señoría.
Poniendo la mejor de las sonrisas mientras se hacía a un lado para que Misty se presentara ante Milo.
—¡ Alteza!—hizo una leve reverencia—mi nombre es Misty, miembro ilustre del grupo de Teatro Real, cuando usted lo requiera puedo representar una pieza de su agrado.
—es un placer, Misty, consideraré su propuesta—dijo sonriendo.
Al presentarle sus respetos, no pudo evitar sentir envidia de Camus, no le cabía en su cabeza que un hermoso joven de alta alcurnia ni siuqiera percibiera que su esposo estaba viéndose con el " más detestado de los nobles, pero el más querido y admirado entre la plebe, él le haría abrir los ojos como sea.... Hyoga ganaría otro enemigo más....