El médico y el embalsamador fueron detenidos por órden expresa de Asmita que los interrogaría personalmente, Kanon fue quién cumplió con la orden. Los presos reales iban a parar a la torre azul o " Tower Blue" pues sus paredes estaban pintadas de azul regentada por el ejército real.
Tower Blue.
Su usual semblante pacífico se mostraba grave, había vuelto a usar sus ropas de luto para que se dieran cuenta lo que nuevamente su corazón padecía. Sus ojos azules lucían sombríos tal como esa prisión con sus paredes pintadas de ese color, los dos hombres con las miradas en el suelo no se atrevían a mirarle al rostro.
Les permitiría que les hable primero.
—los escucho.
—mi señor—el médico se lanzó a sus pies.
—no hagas eso, no soy un dios, solo quiero una respuesta a lo que hallé en la tumba de Deuteros.
El embalsamador tomó la palabra.
—Majestad—comenzó con tono tranquilo y confiado—nuestro Rey Consorte no soportó las heridas....
—pero él estaba recuperándose, es absurdo—refutó el médico.
Asmita prestó atención a lo que salió de la boca del médico.
—¿cómo dices?
—yo lo preparé, así que sé lo que digo.
—pero fue después de que los sirvientes nos dejaron entrar y entonces me dijiste que lo veías diferente—lo encaró olvidando que el rey rubio estaba ahí.
Este meditó cada palabra en silencio mientras daba vueltas en su lugar y los dos hombres se acusaban mutuamente, aquello le dejaba qué pensar. Médico y embalsamador temían que se los condene por traición y sean ejecutados.
—¡ Majestad!
—¡ silencio!—ordenó—debo analizar muy bien lo que acabo de oír.
—somos inocentes—clamaron al unísono.
—eso lo veremos, hasta cuando interrogue a los sirvientes—dijo con voz fría y plana—estarán en otra celda mejor que esta.
Ninguno se atrevió a decir nada más, Asmita llamó a Kanon que acudió presuroso a su llamado. Kanon no estaba de acuerdo en cambiarlos de celda, incluso le refutó.
—es una locura.
—Kanon.... Deuteros fue la persona que más quise y hasta que no sepa qué pasó pondrás a estos hombres donde te indiqué.
Kanon tragó grueso ante la mirada glacial de Asmita, si el rey se molestaba con él no le sería fácil pedirle ayuda con ese asunto que tanto le daba vueltas.... Aioria.
—está bien—resopló hastiado, se dirigió a los dos hombres—¡ levanten el trasero! agradezcan que irán a una mejor celda.
Temerosos obedecieron a Kanon.
La celda era un poco más decente, el azul era menos intenso y no habían esos incómodos catres que parecían de penitenciaría a donde iban a parar los delincuentes comunes. El juicio de ambos quedaría aplazado dentro de tres semanas pues Asmita interrogaría al mayordomo y los sirvientes y para eso necesitaba el intelecto de Kanon que era capaz de llegar al psiquis de alguien con fines investigativos. No en vano Asmita lo nombró el Jefe del ejército.
Con una sutil reverencia Kanon se retiró, debía presentarse sumiso pues sino Asmita no le ayudaría a obtener una audiencia con Sisifo Sagittarius.
—mañana a las una en punto, te espero en la sala de audiencias—dijo conciliador.
Asintió mirándolo fugazmente.
—estaré al tanto de los prisioneros.
Asmita abandonó Tower Blue.
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Vió las rosas deshojadas y dispersas por el suelo, astillas de la tapa del ataúd amontonadas y la sensación de que algo ocultaban a Asmita. Había regresado luego de abandonar " Los Elíseos" indignado al observar el interior de la tumba de Deuteros vacía y sin ninguna explicación coherente.
Aunque quiso comentarle a Kardia lo que pasaba, sintió que habían muchos oídos detrás de las paredes y aunque el Conde de Sargas fuera discreto, la sola presencia del Duque de Hydor cerca de Kardia le daba celos... Aún seguía queriendo a Kardia.
Se asomó cauteloso iluminando con una antorcha el interior del ataúd, parecía que jamás Deuteros estuvo ahí o estuvo pero alguien lo sacó y en la " fuga" se lastimaron he ahí la razón de la mancha de sangre en un lado de la misma. Ahora que lo recordaba al llegar a Indrapaths para los funerales de estado, el ataúd estaba sellado y permaneció así durante la ceremonia; Asmita al estar terriblemente desconsolado dejó todo en manos del mayordomo de palacio y la servidumbre que prepararon al Rey Deuteros.
Quizás ellos tenían la respuesta a la interrogante.
O tal vez el Canciller sabía algo, pero según supo, Saga Geminae había asumido el puesto dos años después y su gemelo Kanon hacía poco tenía el mando del ejército real, así que ambos hermanos no estaban en esa época.
—descubriré todo esto—entrecerró los ojos—nadie se burla de los Cástor.
Más allá dos personas espiaban cada movimiento, Aspros ni cuenta se daba.
¿?—se nos está saliendo de las manos...
¿?—hay intereses de por medio...
¿?—tres años en una mentira, ¿ Cuando sabrá que no murió que sólo le dieron una toxina para hacer creer que había muerto?
¿?—Deuteros no gustaba de vivir en tantos lujos, así que le hicimos un gran favor...
¿?—pero no niegues que extraña a Su Majestad.
El eco de sus voces llegó hasta oídos de Aspros que se puso alerta, golpeó el suelo dando a entender que los había oído y que se disponía a descubrirlos. Hubo un silencio y entonces optaron por retirarse.
—¿quién está ahí?
Pero sólo el silencio de las tumbas y las paredes transmitieron su eco.
A los lejos seguido por los dos hombres un par de ojos cobaltos lo miraron con nostalgia, su cabello oscuro ondeaba por el fuerte viento que en esos instantes golpeaba sin piedad los árboles y su capucha que por poco descubre su rostro. Una imperceptible llovizna cayó en la ciudad obligándole a marcharse con pesar, dio un último vistazo a la figura de Aspros que se agachaba y limpiaba los restos de las flores y astillas de una tumba vacía....
Las razones de por qué lo habían sacado de su tumba sólo él las sabía....
Ahora faltaba saber quienes eran esos...