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El cortesano, el noble y el príncipe. por Maby de Sagitario

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Notas del capitulo:

Hola.

Mil años despuès actualizo, la Universidad me tiene algo estresada.

Espero estèn bien n.n

Después de la demostración de Shun, Hyoga pasó meditadumbo por varios días, su animo por hacer fiestas y partidas de ajedrez se había esfumado, su servidumbre murmuraba de que tal vez a su señor le hayan echado " un maleficio". Claro que eso eran creencias, la actitud del joven rubio era la causante de su caída.


Una tarde Mime entró a su habitación seguido de Isaac quién al verlo dibujó una discreta sonrisa, por su parte el rubio fingió una sonrisa que ni llegó a su corazón. Esa tarde esperaba un milagro antes de terminar sin un centavo, ya ni Asmita le prestaba atención peor Saga.


—estoy a un paso de quedarme en la calle—dijo por saludo—todos me señalan como el causante de que la familia D'Acuario esté tambaleando, pero en realidad...


—el más viejo de todos nosotros está empeñado en sacar a la madre de Camus—contestó—supongo que sabes que te hablo de Krest.


Hyoga había olvidado que Isaac era pariente lejano de Camus, la mención del abuelo de su ex-amante el cual lo avergonzó delante de la corte le hizo hervir la sangre.


—si, pero también quiere sacarme de la corte.


—ante ese escenario, te propongo mi ayuda. Krest no tiene jurisdicción sobre mi pues desciendo de un medio hermano suyo.


El tono empleado por el joven le sonaba como si no se sintiera a gusto compartir sangre con los D'Acuario, Hyoga se sintió medianamente feliz ante el tono agrio de Isaac, más al recordar que Camus formaba parte de ellos le hizo ponerse como la peor cosa del mundo. De repente deseó que la brillante y alegre luz de su habitación se apagase y lo dejara en la más completa oscuridad.


Isaac al no obtener respuesta fue hasta la ventana y la abrió, la bocanada de aire que ingresó por la misma golpeó en el rostro del rubio que hizo una mueca, incómodo por esa acción se puso de pie y cerró la ventana cosa que para Isaac representó que su anfitrión no estaba de buenas para ni siquiera el viento refrescara su habitación.


—a cambio de qué me ofreces tu ayuda—fue al grano luego de retomar su sitio.


La mirada de Isaac recorió la habitación, estudió los cuadros y luego la posó sobre las orbes de Hyoga con satisfacción.


—no finjas que no sabes mi interés por ti.


—tengo o tenía muchos interesados por mi—recuperó el tono de confianza—pero no sabía que entre esos estabas tú.


—es increíble la forma en que moldeas tu carácter ante la situación, cuando llegué estabas desganado y ahora que hablamos de.... negocios te muestras más alegre.


Una brillante sonrisa adornó el bello rostro de Hyoga, dejó su posición en tanto se disponía a abrir la puerta y al abrirla un muchacho de baja estatura se fue de bruces hacia adentro, mientras tanto el resto se excusaban diciendo que pasaban por ahí. Hyoga no era idiota para creer que estaban haciendo otra cosa, su personal estaba espiando la conversación.


—contaré hasta tres y a ninguno quiero ver—sostuvo al chico que era el paje—vuelven a hacerme esto y considerénse despedidos.


Nerviosos y tropenzándose unos con otros se esfumaron por donde vinieron.


—bien—dio un paso hacia el pasillo—¿cúales son los términos del acuerdo?


No percibía que estaba a pocas horas de perder su sitial en la corte.


*************************


Retrasando la inminente y fastidiosa boda con la hija del Duque de Aquila, Aioria daba largas su estadía en Denébola donde el pequeño grupo que era partidiario a su familia materna trataba de saber porqué se negaba a regresar a los territorios de la dinastía Virgo. Esos días llevaba tejiendo diversos planes para desligarse de esa molestosa " obligación".


Muy cortésmente había despedido a un mensajero de su " futuro suegro" aduciendo que estaba de " retiro espiritual" y que no sabía cuando regresaría.


" Dígale que no sé cúando regresaré"


Y luego pensó en Kanon.


Y después se sintió culpable de que Aioros tuviera que aceptar una unión con quién no quería sabiendo que alguien más " competía por su corazón". Ash su tío y su absurda prueba de esperanza.


—suponiendo que me atreva....


—¿decía algo señor?—un sirviente vizco y no muy agraciado se apareció cual fantasma frente suyo, el joven frunció el ceño ante la interrupción.


—disculpe, Su Señoría—murmuró apenado—pensé que quería algo.


El alegre fuego crepitaba en el hogar el cual tenía dimensiones mucho más grandes que la casa principal de Sisifo, el lujo era moderado pero aún así destacaban los objetos de obsidiana, lapizlásuli, mármol, muebles de fina madera forrados de terciopelo y cosidos con hilos de plata; Aioria se encontraba sentado en el frío suelo de mármol examinando alguna cosa que estuviera fuera de lugar.


—necesito... no espera Tersites—clavó la vista sobre unos leones que descansaban sobre pedestales cerca de la escalera se le había ocurrido una idea muy peligrosa—ordena que preparen un viaje a Giudecca.


El viejo se horrorizó ante la petición.


—pero señor—chilló asustado—ese reino está atacando a todo aquel....


—tendré cuidado—dejó el suelo mientras se sacudía la ropa—sólo quiero no se enteren mi tío ni mi hermano en Indrapaths.


A la hora estaba listo el cochero quién al verlo emitió una sonrisa nerviosa, iban a meterse a la boca del lobo, el plan de Aioria iba a ejecutarse ahí. Tersites se frotaba las manos contra su ropa mientras miraba al joven subirse, si las cosas salían mal debía decirle a Sisifo quién tomaría cartas en el asunto.


Aioria era hijo de la última Condesa-Duquesa de Denébola por lo tanto único heredero de la misma, la historia sobre cómo había terminado bajo la custodia de Sisifo tenía tintes amargos y dolorosos.


—tenga cuidado....


—no te preocupes.


****************************


—¿creíste que me había ido con ellos?


Dégel se alegró al oír la indiscutible voz de Kardia quién se hallaba con expresión divertida, parado en el umbral de la puerta que conducía a las oficinas privadas del Canciller y demás funcionarios de palacio.


El Duque de Hydor miró a todos lados antes de acercarse y rozar sus labios en la nariz de Kardia.


—¿quieres....?


—puedo esperar—murmuró al separarse—por ahora quiero saber si Camus y Milo llegaron a Antares.


—aún tardarán en llegar, en estos momentos están a medio camino.


No iba a sentirse aliviado hasta cuando supiera que su hijo estaba sano y salvo y hasta cuando su ex-cuarta esposa se aburriera de atosigarlo haciéndole propuestas horrorozamente indecentes que hasta asustaría al casto Sisifo. Metió una mano tras el cabello enmarañado de Kardia y la bajó hasta la nuca, adoró el sensual gesto que hizo Kardia en su rostro todo hubiera seguido perfecto si no carraspearan.


—perdón—Shion tenía la vista en el suelo—Dégel, tu padre acaba de regresar y está esperándote en el mausoleo de tus ancestros.


—emocionante—murmuró él—que querrá el señor Krest.


Si Shion y Kardia notaron el tono irónico empleado por Dégel, no dijeron nada.


Mausoleo de los Acuario.


—¿que emocionante y bella noticia traes padre?—dijo como saludo apenas encontró el sitio donde se levantaba el mausoleo.


Krest hizo una mueca de molestia ante la informalidad de su vástago mayor.


—ahórrate tus ironías—dijo—te mandé a llamar a este lugar porque hallé la solución al problema.


Dégel miró a su alrededor, el dichoso mausoleo de sus ancestros el cual era más grande que cualquiera de los nobles e incluso del mismísimo rey. Mármol blanco era el material usual para esos monumentos lo único que cambiaba eran los relieves que mostraban escenas que no pudo identificar pues eran antiguas, por sobre encima del techo del mausoleo un escudo de armas muy diferente al actual coronaba la edificación. Una puerta de oro era lo único de más valor que tenía.


Ahi se hallaban sepultados sus hijos muertos al nacer.


—piensas que no es la gran cosa—la voz de Krest interrumpió su visión del mausoleo—en los tiempos en que nuestra familia gobernaba estos territorios, esto era lo más impresionante en su especie.


Recordó que hacía siglos los Acuario anteriores gobernaban Indrapahts, le parecía que eran seres mitológicos porque su reinado ocurrió antes de que Antares fuera un Principado.


Krest volvió a hablar.


—hallé que ella nos engañó, no es noble, ni siquiera tiene ancestros que lo hayan sido. Su familia era de modestos comerciantes.


—eso me perjudica ¿ sabías?


—claro que lo sé—se recargó sobre una estatua—tu único hijo no podrá heredar tu patrimonio porque uno de sus padres no tiene origen noble, sólo lo que le deje su esposo.


—y ¿porqué estás tan tranquilo padre?


—tranquilo no es la palabra exacta para definir Dégel—rascó un borde de la estatua—sólo esperando el momento para usar esa información y exiliarla para siempre de nuestra familia.


Aún así no lo convenció ese argumento, por ese error Camus pagaría el doble porque ninguno de ellos previó que una plebeya ambiciosa se colaría en su familia, claro que había dado el hijo que le sobrevivió a Dégel. Eso era aparte como una vez leyó una línea de la memoria de sus ancestros que le pareció sumamente injusta.


" Borya dictaminó que todo hijo nacido de matrimonios no válidos, no tiene derecho al trono, ni porción del patrimonio, él dice que nuestra línea de sangre debe permanecer incorruptible...."


Se había enojado una vez que terminó de leer esa línea, arrojó el grueso cuaderno forrado de azul marino contra el suelo.


—las leyes son injustas a veces mi querido hijo, pero depende de ti si decides quebrantarlas u obedecerlas, serás rey pronto tal vez.... y yo me retiraré lejos de todo eso una vez esté restaurada nuestra familia en el trono—fue lo último que dijo antes de retirarse con paso elegante.


Mientras tanto con Asmita.


Había llamado a Saga quién acudió con todo lo recolectado acerca de la investigación, Asmita leyó cada conclusión ante la ansiosa mirada de Saga quién temía que relacionara el ascenso de Hyoga con él.


—¿hay algo que tengas que acotar Saga?—preguntó apartando el legajo de papeles y mirando fijamente al gemelo.


Saga sudó frío.


—encontré que el Conde de Helias manipuló la voluntad de su viuda aduciendo que ella le dejó todo cuando en realidad sólo le dejó la mansion donde vivían y una generosa pensión.


—y tú le ayudaste a obtener el título....


El Canciller afirmó sumamente avergonzado, ahora se arrepentía de esa treta. Si el rey decidía destituirlo de su puesto lo aceptaría, la calentura con Hyoga nubló su juicio.


—hiciste un buen trabajo en investigar esto y en serme sincero—sonrió enigmáticamente—conservas tu lugar y encárgate de quitar unos cuantos lugares en la corte.


Para esa noche 45 puestos en la corte estaban sin dueño, muchos falsos condes, vizcondes y marqueses fueron notificados de que habían perdido los derechos entre esos Hyoga quién tuvo uno de sus arranques de furia rompiendo casi todo lo que tenía en su habitación, Isaac al enterarse de la resolución de Asmita tuvo que cancelar su " ayuda" y hacerse a un lado.


Asmita ya preparaba el ascenso de Dégel, Deuteros estaba a punto de presentarse a su esposo, El Cid aún no se decidía y Aioria preparaba un peligroso plan para estar con Kanon.


 


Hasta aquí.


Adicional:


Tersites.- Tomé este nombre pues al leer por vigésima vez la Ilíada y un libro llamado La canción de Aquiles, hallé este nombre cuyo portador fue un revoltoso en el tiempo en que duró la guerra. Según su descripción era feísimo.


Como he dicho desde hacía algunos capítulos que está por finalizar esta parte. Les digo la verdad faltan más o menos tres o cuatro para darle punto final así que tengame un poco de paciencia n.n

Notas finales:

Abrazos n.n


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