En mi carrera desesperada me encontré con los chicos que estaban con Cris, por desgracia ninguno de ellos supo darme noticias de él, así que solo se me ocurre un lugar al cual ir.
-¡Cris!, ¡abre por favor! ¡Sé que estas allí! ¡Déjame explicarte no es lo que piensas! - ¡Maldita sea! ¿Por qué no abre, ni contesta? - ¡Cris! - Las lágrimas estaban empezando a salir cuando se abrió la puerta, pero no había nadie todo estaba a oscuras pero aun así decidí entrar, solo poner un pie adentro sentí como Cris, me abrazaba por detrás hundiendo su rostro en mi cuello.
- ¿Me preguntaba cuanto tardarías en venir ?– Sentí su cálido aliento en mi oído.
-Yo. Yo – No sabía cómo reaccionar, mi cuerpo solo temblaba, temblaba por el miedo de que esta fuera la última vez que podría estar así con él, no pude evitar empezar a llorar.
Fue entonces cuando se paró en frente de mí, lo observe tomar mis mejillas con ambas manos, alzar mi rostro y a pesar de los lagrimones con mocos que seguro tenia; Cris me brindo el más dulce de los besos, si antes creía que estos eran sabor a miel, ahora solo sé que son un dulce nectar, tan tiernos, tan maravillosos.
Por supuesto correspondí con todo mi corazón, fue como flotar, sentía que iba a empezar a elevarme de verdad por lo que me sostuve fuertemente de su camisa, y poco a poco todo se fue volviendo más demandante sentíamos que esto no era suficiente, no se quien guio a quien pero terminamos devorándonos los labios en la cama de Cris.
-Al te amo - Esa sola frase fue suficiente para que perdiera la poca cordura que me quedaba, empezamos a besarnos nuevamente y Cris empezó a quitarse la camisa y luego la mía fue cuando lo detuve, por supuesto la confusión en Cris no se hizo esperar.
-¿Al?
-Cris, es que - Que vergüenza pero – Estoy …gshhhh.
.- ¿Qué?
-¡QUE ESTOY GORDO! – Una estupidez lo sé pero es que verlo allí con todo su cuerpo tonificado y yo… BUENO…, seme quebró un poco el corazón cuando lo vi empezar a reír, luego verme y levantarse - ¿Cris?
Mayor fue mi sorpresa cuando encendió la luz de la habitación, por supuesto me acomode la camisa y luego abrió las cortinas ¿está loco?, iba a levantarme e irme pero el rápidamente ya estaba sobre mí.
-Al, Angelus King eres el chico gordito más hermoso del mundo – Dijo para empezar a retirar mi camisa y luego el pantalón – Cada parte de ti – Beso en los muslos– Cada llantica- Beso en la cadera – cada conejito – beso en el ombligo - Lo adoro - por fin llego a mis tetillas, estrujándolas y lamiéndolas tanto que podía sentir que más bien parecía amamantarse con ellas.
-Cris ¡mgh!, así no ¡ah! ...suena ¡ah! ...vulgar
- Vulgar dices pero ya estas así – Sentí como bajaba y retiraba el bóxer que hasta ese momento ya se había vuelto un tormento para mi.
- No…yo ¡Mgh! – Al bajar la mirada tuve la vista más erótica de mi vida, la forma como Cris me estaba viendo casi hace que me viniera, pero segundos después solo pude arquear la espalda y correrme, en el momento en que sentí la calidez de su boca, fue tan intenso que mi mente solo veia luces con chispas blancas, y al instante pude sentir como me besaba nuevamente. - Tu ¿lo, tragaste? – pero la única respuesta que obtuve fue un beso más demandante que el anterior.