La expresión del rubio se ensombreció, su voz no salió, la noticia que salía de la boca de Itachi en ese preciso momento estaba cavando muy por dentro en su cabeza.
¿Él había perdido a un hijo?
Ni siquiera sabía que lo tenía… Nunca se sintió mal, nunca lo supo y se lamentó más al saber de quién era, su estado mental pendía de una cuerda floja, no quería dejarse caer al vacío, tenía razones para no caer, estaba Sakuya, Gaara, Itachi…
Pero simplemente no podía, no aguantaba, su cuerpo dolía, y dolía más en el alma saber que Sasuke había llegado tan lejos, solo de pensar en él, le entraban ganas de echarse a llorar temblando del miedo.
Se sentía asqueroso y utilizado, había dolido como el mismísimo infierno, un acto rudo sin amor y lleno de odio e ira, rompiéndolo lentamente, maltratándolo hasta llegar a puntos sin límites. Haciéndole caer y tropezar una y otra y otra vez.
¡Basta!... gritaba.
¡¡Basta!!... gritaba más alto...
Pero nadie escuchaba.
—Naruto —le llamó Itachi.
Salió de su trance pero aun así no lo volteó a ver, no quería ver la cara de Itachi, sabía que si lo veía se largaría a llorar, sabía que vería a un hombre igual de destrozado que él.
Odiaba a Sasuke en su totalidad, había llegado a su límite lo haría pagar, de eso estaba seguro.
De repente se sintió vacío por dentro, como si la criatura hubiera dejado un vacío en su vientre, Sasuke no era consciente y era mejor así.
—Vete —dijo fuerte, no quería compañía de nadie, no en los momentos más críticos de su estado emocional
—Sakuya está aquí —dijo suave.
—Llévatelo, si eres lo suficiente inteligente sabrás que no quiero que vea a su padre de este modo, mírame bien Itachi, esta no es la imagen que quiero darle a mi hijo y no quiero que se entere de nada, ahora vete.
Supo que se había quedado solo al escuchar la puerta cerrarse, infló su pecho respirando profundo y conteniendo las lágrimas pero no fue un éxito, pronto comenzó a llorar, apretando su ropa, queriendo respirar, pero era tanto el ahogo, la tristeza y el repudio que sentía por sí mismo, que le costaba mucho.
—Lo siento, lo siento.
Sollozaba fuerte mientras agarraba su vientre, él sabía lo que se sentía tener una vida dentro y saber que por su culpa un bebé se había muerto y nunca iba a conocer la luz del sol le mataba.
Por eso todos lo miraban con lástima, si no se sintiera tan débil querría golpear todo, gritar y llorar con el alma en la mano.
—Maldición, maldición.
De algo estaba seguro Sasuke se arrepentiría de lo que le había hecho.
*
*
*
Habían pasado los días, Itachi siempre había estado con Naruto aunque este apenas lo supiera, ya que día a día iba mejorando físicamente, las heridas curaban pero su mente no, recordaba todas las noches el ser violado, despertaba asustado y llorando.
Itachi se moría al verlo así pero Naruto apenas dejaba que se acercara lo suficiente.
—No quiero tu lástima —había dicho él.
—No te tengo lástima —había dicho Itachi.
—Pero no quiero que me veas así, no cuando estoy en el piso, ahora vete-
Había hecho caso, cuando estuvo fuera del cuarto susurró casi llorando:
—Entonces déjame darte mi mano y levantarte.
Por cada logro que Naruto hacia él estaba feliz, su rubio iba superando las cosas. Había estado tan pendiente del rubio que apenas había puesto atención a la vida afuera del hospital.
Cuando Naruto estuvo completamente recuperado físicamente, al fin dejó pasar a Sakuya para hablar con él y arrullarlo como su madre, tranquilizar al niño y decirle que todo iba a estar bien.
Itachi no mentiría al ver el cambio que tenía Naruto, apenas sonreía, tenía miedo de que entrara en un trauma por la violación o en depresión por el aborto. Las dos cosas eran malas, y él no quería perderlo de esa manera, no cuando había comenzado algo entre ellos.
Salió del hospital, ese día se llevaba a Naruto hacia su casa, ya estaba recuperado, aun así el médico había dicho que un psicólogo era lo más correcto en este tipo de casos, pero no sabía cómo iba a reaccionar Naruto cuando le dijera.
Fue rápido en su moto hacia una cafetería, solamente pidió un café y un pan dulce, desde que había estado en el hospital apenas cuidaba bien de sí mismo, la barba ya le crecía y tenía ojeras pronunciadas, no había dejado por un momento que Sasuke entrara y se acercara al rubio, tenía miedo de que de ser así el rubio sufriera algún colapso mental, y él tampoco había ido a hacer justicia porque sabía que iba a empeorar todo, quería tomar decisiones junto al rubio.
Cuando su pedido fue entregado se montó otra vez en su moto y salió rápido hacia una florería.
Se bajó y acercó a un muchacho y este sonrió amable.
—¿Qué desea?
—Las mejores flores que tengas, las más hermosas.
—Claro señor.
Vio trabajar el chico armado un hermoso ramo de flores, cuando terminó se lo entregó y le dio la cifra del costo total.
—¿No es muy poco? —preguntó Itachi.
—No siempre las flores más caras son las más bellas —sonrió radiante y cobró el pago.
Itachi sonrió y lo pensó, cuánta razón tenía ese chico.
Apretó las flores entre sus brazos y se subió a la moto, todavía tenía tiempo de llegar por Naruto. Vio su reloj y se fue hacia el hospital.
Cuando llegó vio al rubio con una pequeña maleta de ropa a su lado, se veía mejor, seguía un poco pálido, pero completamente recuperado, nada de moretones tan solo unas pequeñas cicatrices.
Se apresuró y llegó hacia él, cuando Naruto lo miró se sorprendió, Itachi se arrodilló y alzó el ramo de flores.
—Hazme el hombre más feliz recibiendo estas flores.
Naruto no supo que hacer, varias personas lo miraban y se sintió avergonzado, agarró el ramo lentamente con las manos temblándole y apenas sonrió, aunque por dentro se sintió cálido, Itachi estaba tan descuidado pero aun así no dejaba de ser guapo y ni qué decir de lo dulce que era.
Itachi sonrió radiante y se levantó del suelo terminando de comer su pan dulce.
El doctor llegó y sonrió al ver a la joven pareja.
—Vaya señor Namikaze tiene suerte de tener al señor Uchiha, él ha estado pendiente de usted todos estos días.
—¿Qué? —dijo apenas en un susurro.
—Sí, bueno —dijo nervioso Itachi— quería estar siempre a tu lado, ya sabes por si necesitabas algo de mí.
Naruto quiso llorar de vuelta pero se había prometido nunca más llorar por nada, ya había llorado lo suficiente como para quedarse seco y sin lágrimas.
No se merecía a Itachi, apretó sus flores viendo lo hermosas que eran y se sintió especial.
—Gracias Itachi.
—Ya sabes, ahora ¿nos vamos?
El rubio asintió dio las gracias al doctor y se fue con Itachi.
El azabache se estaba montando en la moto cuando Naruto lo paró.
—No quiero ir a casa… —Itachi comprendió de inmediato.
—¿Q-quieres irte a la casa de Gaara?
El rubio lo pensó un poco y asintió.
—Pero antes de eso llévame a este lugar.
Sacó su celular y le enseñó una dirección a Itachi, este sin comprender aceptó llevarlo.
*
*
*
La culpa lo había estado carcomiendo desde hace varios días, todavía no salía de su shock, ¿que él tenía un hijo? ¿Qué Naruto estaba embarazado de nuevo? ¿Qué lo había violado?
Diablos, se había convertido en la persona que más odiaba…
Su padre.
Pero ahora ya nada podía hacer, no tenía una máquina del tiempo, no podía cambiar todo lo que había hecho. No sabía si arrepentirse por completo o no, simplemente tenía muchos demonios encima y por eso su carácter de mierda.
Salió de su carro y se metió al edificio de periodismo, quería saber quién había publicado eso, arruinando, o bueno manchando su reputación.
Debía saber quién había sido la fuente exactamente, sin nombres falsos de por medio, si había sido Naruto entonces tenía bien merecido todo lo que le hizo.
Paso como toda una diva hasta meterse en las oficinas de los de mayor rango, varias personas quisieron detenerlo pero no pudieron, cuando llegó donde la jefa de periodismo habló firme y claro.
—¿¡Quién demonios es la fuente del maldito chisme que pusieron en los periódicos!?
—Como sabrá señor Uchiha son fuentes confidenciales.
—Me importa una mierda eso —dijo enojado—. Si no habla, le aseguro que su vida va a ser como el mismo infierno —amenazó—. Comience a hablar, porque le aseguro que si digo que está fuera de este maldito trabajo así será y tenga por seguro que no encontrará otro trabajo, porque me voy a encargar de refundirla.
La mujer se quedó sorprendida y un poco temerosa, el hombre que tenía en frente intimidaba tan solo con sus ojos pesados y llenos de ira.
Asintió temerosa y sacó un curriculum dándoselo a Sasuke, este lo tomó y lo abrió rápido llevándose la sorpresa de su vida.
Nombre: Sakura Haruno.
Seudónimo: Kuruma.
Oficio: Periodista.
Y no tenía que leer más, solo con ver la foto supo quién era.
—¡Hija de puta! —gruñó
Y ahora le caía encima todo lo que había hecho.
Había pagado las consecuencias una persona totalmente inocente….
‘’—Crees… ¿crees que puedes jugar conmigo?
—No… Solo ¡¡espera!!’’
No, no podía ser… Él había hecho eso contra Naruto y el rubio no había tenido nada que ver…
‘’—Te voy a enseñar como jodo de verdad a un hombre.
—¿Q-qué?… No, espera por favor.’’
Había sido un monstruo contra él… Apretó sus puños, ¿¡qué demonios había hecho!?
‘’—Ya no más… Sasuke…
—Ruégame puta…
—Por favor, por favor, ya no.
—Qué poca dignidad. No me importa, disfruta de este pene bebé.’’
—¡¡Maldición!! —gritó y salió como alma que llevaba el diablo.
Era despreciable…
*
*
*
Estaban en un pequeño café, extravagante pero muy reservado, casi para hacer negocios. Habían botellas de alcohol caro y podía ver como el rubio se embriagaba poco a poco mientras él lo acompañaba, no sabía ni porqué estaban ahí.
El rubio iba a tomarse otro shot de vodka cuando una mano fuerte le quitó la copita y se la llevó a sus labios, lo notó, era el tipo del pub de la vez pasada.
¿Qué hacía ahí?
—Neji –dijo Naruto serio.
—Lo siento, lo necesitaba —dijo medio sonriendo.
Comprendió que era el amigo de la infancia de Naruto pero aún seguía perdido, no sabía que estaba pasando.
—No importa, solo mataba el tiempo —pudo sentir la duda en el rubio pero pareció que el castaño no iba a profundizar en el tema.
—Vamos a ser claros y muy profesionales, no tocaré temas que no quieras por el momento pero de algo si estoy seguro, seré tu abogado.
—Gracias.
—Ten por seguro que hundiremos a Sasuke en la cárcel.