¿Qué había escuchado? ¿Naruto queriendo denunciar a su hermano? Ya sabía que Sasuke era un hijo de puta y que le hervía la sangre al mencionarlo, pero de eso a llegar al punto de meterlo a la cárcel faltaba mucho. Después de todo… era su sangre y la sangre llamaba antes que todo, más cuando ellos dos habían tenido una infancia muy traumática, él había… había prometido cuidarlo de todas las cosas y de solo pensar que estaría en una cárcel… —porque así sería, lo sabía con tan solo ver la cara del castaño, era odio puro, sabía que haría todo para meterlo a la cárcel— con muchos rufianes, de la peor calaña que existía, se le ponían los pelos de punta y su corazón se ablandaba. ¡Por Dios era su hermano!
Le comenzaron a temblar las manos al ver como Naruto medio sonreía por eso y cómo sus ojos se transformaban en dos témpanos de hielo, ¿dónde estaba el Naruto que conocía? ¿El de las venganzas infantiles?
¡Reacciona Itachi! se pegaba mentalmente, tenía que recordar lo que su hermano, su lindo hermanito —de eso ya nada quedaba—, había hecho, había violentado al hombre que comenzaba a amar con locura… Pero... pero…
Estaba tan confundido, ¿a quién apoyar? ¿Cómo saber que estaba bien y que no?
La ansiedad comenzó a comerle las entrañas… ¿Tenía que avisarle a Sasuke? ¿Tenía que mantenerse callado y apoyar a Naruto en esta locura?
No se dio cuenta, de que hace mucho Neji y Naruto habían dejado de hablar al verlo tan nervioso y ansioso, su aura se había ensombrecido y su mirada se perdía en sus pensamientos, ambos hombres le miraban pero él estaba tan metido en su lucha interna que no se dio cuenta.
A Neji le podía parecer cómico pero Naruto no lo sentía así, sabía lo que eso significaba, significaba que Itachi se iría de su lado o que sus lazos se volverían más fuertes que nunca y podrían amarse sin temor a nada.
Le pedía mucho, lo sabía… no había consultado nada con él antes pero era su decisión, estaba demasiado dolido y lleno de resentimientos, lo único que quería era meterlo en la cárcel para que le hicieran lo mismo que le había hecho a él. Quería que sufriera, que se retorciera y que aprendiera a vivir con eso durante toda su estancia en la cárcel.
Quería verlo llorar y pedir piedad…
Pero salió de sus pensamientos oscuros al ver al hombre enfrente suyo temblar mientras pedía desesperadamente un shot de lo más fuerte para tragárselo de un solo y fruncir el ceño, con cuidado deslizó su mano hacia la mano de Itachi y la acarició suavemente para después apretarla y dejarle saber que estaba ahí, luego siguió hablando con Neji.
Itachi había reaccionado con el suave apretón que Naruto le había dado, salió de su transe y lo vio tan bonito aun sin brillo, como un muñequito roto, pero ahí estaba, haciéndose el fuerte como si ese tema no lo matara. Y supo que estar con él era lo correcto, tenía que darse tiempo para hacerse a la idea de lo que pronto sucedería. No era fácil pero lo iba a intentar.
Pudo ver como Naruto comenzó a ponerle más atención a Neji.
—Tenemos que poner la denuncia ante la policía. Será un poco difícil, si tomamos en cuenta que debiste denunciarlo cuando sucedió, ahora ya no hay pruebas físicas, ni siquiera el producto de esa violación.
—Eso ya lo sé —dijo resignado—, solo que no estaba seguro de si eso era lo que quería pero ahora…
—Se lo que quieres pero calma tigre, no podemos avanzar de una manera tan precipitada, no hasta que la policía lo arreste y se pida un juicio por violación.
—¿Tengo que ir a poner la denuncia?
—Si chaval, tienes que ir a hacerla. Tienes que alegar que ocurrió y si se hallan pruebas de que sucedió lo arrestaran y es ahí donde yo me juntaré con la policía para ver el caso y con los fiscales para meterlo preso, ¿me entiendes ahora?
—¿Eres fiscal?
—Puedo ser todo Naruto… No te preocupes, no te fallare.
—Gracias —susurró.
—Ahora hay que movilizarnos, no hay que esperar más tiempo.
Naruto asintió y quiso seguir a Neji pero cuando se levantó la mano de Itachi todavía sostenía la suya y no la soltó.
—No me pidas estar en el momento preciso en que lo acuses, todavía no pienso con claridad, perdóname.
—No importa…
Naruto se soltó de su mano y ambos sintieron un gran vacío y cuando ya no se tuvieron en la vista del otro, ambos se dieron cuenta, algo se había quebrado entre ellos y la distancia se volvió a formar, tan abrasadora y solitaria pero ya no había vuelta atrás.
Itachi suspiró y contuvo las ganas de llorar.
*
*
*
Neji no paraba de hablar de todo el proceso, tantas palabras comenzaban a marearlo e irritarlo, apretaba en un puño la mano con la que sostuvo la mano de Itachi tratando de guardar todavía el calor pero este se iba poco a poco, le dolía… vaya que le dolía como el infierno, no era un dolor físico era algo más…
—Déjame respirar —dijo fuerte, Neji comprendió y se mantuvo callado.
Cuando ambos llegaron a la estación de policía Neji se quedó afuera esperando mientras que el rubio entró y se dirigió rápidamente hacia alguien que pudiera atenderlo.
—¿Si? ¿En qué podemos ayudarlo?
—Vengo a poner una denuncia de abuso.
—¿Abuso doméstico, física o sexual?
—Abuso sexual, psicológico… de todo —murmuró.
La chica que lo estaba atendiendo, llamó a un policía de mayor rango que ella y transfirió a Naruto para hablar con él.
—Yo llevaré su caso señor...
—Uzumaki.
—Mucho gusto, soy el agente Hatake.
Naruto al fin pudo verlo a la cara, no había querido hacerlo hasta ahora.
Era un tipo peculiar, nada como antes visto en algún oficial, todos eran ordinarios y monótonos, pero este hombre frente a él, era todo lo contrario, alto, buen porte, cara varonil, pelo plateado —que aunque parecían canas él era demasiado joven para tenerlas en todo su pelo—, buen cuerpo y lo más peculiar, sus ojos… uno negro y el otro rojo con una cicatriz que pasaba por su ceja bajando por su ojo hasta llegar a su pómulo, era impactante verlo y lo dejó sin palabras.
—Lo sé, lo sé… Mi aspecto lo es todo —dijo burlándose—. Es heterocromía, soy el único que tiene estos colores, pero no me quejo.
—Ah si… —dijo sin saber qué más decir.
—Que mis ojos no lo intimiden, ahora cuénteme más sobre su supuesta experiencia.
—Pasó —dijo firme.
—¿Hum?
—¡Qué pasó! ¡¡De verdad pasó!!
—Hasta que no encuentre pruebas yo dictaminaré si pasó o no, ahorita solo estoy tomando su declaración del abuso sexual pero… no veo nada en su aspecto que lo confirme.
—¡¡Estuve internado en el hospital sanando heridas!! ¿¡Cómo puede decir eso!?
—Se sorprendería de cuántos casos vienen argumentando un supuesto abuso sexual, solo para vengarse de sus exparejas, o solo para sacar millones de dólares, ¿crees que la policía está hecha para eso? Vamos no soy tan tonto y no meto personas inocentes a la cárcel.
Era inaudito, solo quería levantarse e irse de ahí, todavía seguía lo bastante traumatizado como para recordar a gusto y ver que el policía lo creía uno más del millón le molestaba.
—Ahora si es tan amable de comenzar a relatar sus hechos, yo lo anotaré.
—Vale —suspiró, pero se quedó callado, ¿cómo dar rienda suelta a lo que tanto le dolía?, ¿cómo abrir las puertas del recuerdo cuando éstas ardían tan fuerte que le quemaban y asustaban?
—Bueno, comenzaré yo… ¿Alguna relación con su atacante?
—Si…
—Nombre y relación.
—Uchiha… Sasuke Uchiha.
—Vaya un pez gordo —se volvió a burlar—. Ahora ya no saben qu… —pero Naruto le cortó de uno solo.
—El padre de mi hijo —dijo serio viéndolo directo a los ojos.
Kakashi se sentó derecho y puso más atención.
—Vaya, esa no me la esperaba, quizá perdí mucho tiempo sin seguir las tendencias de moda, que ni me enteré que el famoso ese ya tenía un hijo…
—Nadie lo sabe.
Kakashi guardó silencio esa historia le parecía un poco absurda, no es que cuidara el culo al famosito Sasuke, de hecho le daba igual pero no era una historia tan creíble.
—Okey, sigamos, aparte de que es el padre de su hijo, tuvo que haber una relación amorosa que terminó ¿hace…?
—9 años.
—Bien, y la violación fue resiente, lo que me hace pensar que se reencontraron y fue ahí donde se dio todo el problema ¿no es así? Terminaron su relación de manera dolorosa y quedaron resentimientos. Tú después de todo lo amabas y para que pongas una denuncia y que digas “padre de mi hijo” me dice que eres un doncel con todas las de la ley.
Por un solo momento se sintió desnudo bajo la mirada de ese hombre y tuvo un poco de miedo al saber su poder de deducción.
—Si a todo.
—¡Vaya caramba! —dijo resoplando—. Nunca me equivoco, o no es muy común, bien si dices que fue hace 9 años, tuviste a hijo muy joven lo que quiere decir también que el bastardo no sabe nada de su hijo, así que cuando se vieron en el presente no dudo en dañarte ¿Qué más?
—Yo… yo… —sentía la mirada penetrante del policía en él, nunca pensó que fuera tan difícil—, cuando volvimos a vernos, volví a tener relaciones con él.
—Oh una parejita fogosa… pero no veo el motivo de violación si todo iba bien.
—Es mucho más profundo de lo que cree.
—Entonces explícate.
—Después de que termináramos mal, ya que él me engañó con mi…
—¿Padre? ¿Madre? ¿Hermano mayor? —la cara de Naruto se deformó con la última mención y Kakashi sonrió— ¡Bingo!
—¡No sé qué hago contando esto! Esto no tiene nada que ver con dejar una denuncia —se paró enojado, listo para irse, pero el fuerte agarre de Kakashi lo detuvo y lo sentó de nuevo.
—Vale, tomaré en cuenta tu denuncia ahora ve a los hechos.
—Iba hacia mi departamento, cuando estaba por meterme alguien me empujó hacia adentro haciendo que cayera al suelo y me golpeara, ahí me di cuenta de que era Sasuke.
Naruto comenzó a relatar cómo había sido todo lo mejor que pudo, no podía ser tan gráfico porque hasta sus palabras dolían, pero el policía nunca dijo nada ni lo interrumpió, cuando termino estaba temblando.
—¿Motivos que usted piense que pudiera tener?
—Odio… Me odia.
—Vale, señor Uzumaki, deje la investigación en mis manos y si llego a tener las pruebas necesarias, tendrá un juicio asegurado, pase una buena tarde.
Asintió y se levantó despacio, respiró con calma y salió del departamento de policías más pálido de lo que había entrado. Neji estaba comiéndose un cono de helado y al verlo se apresuró.
—Creo que lo necesitas más que yo.
—No quiero nada baboseado por ti…
—No me importa abre esa boca, necesitas azúcar o te desmayarás.
Neji le había metido un poco de helado a la fuerza y sus sentidos comenzaron a volver a la normalidad.
—Fue difícil ¿eh?
—Como no tienes idea…
*
*
*
—¿¡¡Qué!!? —había pegado el grito en el cielo.
—Sí, lo que oyes, esta mañana vino a amenazar a nuestra jefa, estaba hecho una fiera.
Sakura comenzó a preocuparse, diablos que estaba preocupada y todo empeoró cuando su jefa la llamó, acababa de regresar de ir a perseguir a unos cuantos políticos, para su nuevo artículo. Entró a la sala de reuniones con su jefa y esta no más pasó cerró la puerta con seguro y la miró lo más seria que podía.
—¿Qué… qué es lo que pasó?
—¡Qué es lo que no paso! —dijo histérica—. Ese tipo amenazó con mi carrera, y exigió saber de quién era el seudónimo, claro que entre el bienestar mío y el tuyo me importa más el mío, así que le dije que eras tú.
—¿¡¡Qué!!? —dijo alarmada, eso no estaba pasando—. Pero usted prometió…
—Así se vive en este mundo, aprende rápido niña, vale más mi pellejo que el tuyo.
—Usted no entiende —comenzó a temblar—, él es capaz…
—De todo, lo sé muy bien, me dio tanto miedo tenerlo al frente listo para rebanarme en tajadas.
—Pero…
—Al parecer te conocía muy bien, porque grito muy fuerte “hija de puta” y se fue muy cabreado.
Eso fue todo para que sus pelos se pararan en punta. Sabía qué riesgo tenía todo, pero ahora su cabeza iba a rodar y todo por venganza.
Su jefa la dejó con la palabra en la boca y se fue dejándola sola.
Salió rápido de ahí y agarró sus cosas —las más personales—, para luego salir rápido del edificio, la paranoia crecía velozmente, podía sentir como si la estuvieran vigilando a cada rato o como si Sasuke podría salir de cualquier lado para hacer con ella todo lo que su sádica mente pedía.
Estaba asustada, se subió a su carro rápido, y salió sin demora para su casa pero… ¿y si Sasuke la estaba siguiendo?
Oh Dios, no, no, no le iba a dejar saber dónde vivía.
Comenzó a dar vueltas por diferentes calles para despistar a un fantasma que no la iba siguiendo, pero ella así lo sentía.
Haber sido la prometida de Sasuke hace menos de 3 años no había sido bueno y quería su venganza por todo lo que había hecho ese desgraciado.
Sakura Haruno era una chica de élite, claro estaba que no se encontraba en sus momentos de gloria, aunque no lo pareciera, había nacido en una cuna de oro, su familia tan rica y millonaria, la había consentido y dado una maravillosa vida, que más podía pedir.
Carros lujosos, comida deliciosa, mansiones, terrenos, piscinas enormes, hasta ponis, pero había una condición, ser la niña que mamá y papá siempre querían, delicada, pura y obediente.
Claro no contaba con que un día sus papás le presentaran a su prometido… un chico igual de millonario que ella, ambas familias ricas habían acordado unir a sus hijos para fortaleza la riqueza de ambos y traer más dotes de dinero, ella estaba emocionada, ¡claro que sí! Quería conocer a su caballero de armadura de plata, pero en vez de eso le presentaron a un hermoso vocalista de una banda de rock que ya estaba establecida y comenzaba a ser famosa.
Era una chica de 20 años que cayó enamorada de un chico de 23, rebelde y realmente hermoso, ella nunca había conocido a un chico igual y mucho menos había tenido novio, sus padres siempre le habían dicho que se guardara para el que sería su esposo.
Y ella lo había cumplido, esa era su única condición para mantener la riqueza, y a ella no le costaba nada pero con la llegada de Sasuke todo se fue a la mierda muy rápido.
No era momento de recordar su historia pero quizá después tendría ocasión de hacerlo…
Recordar todo su pasado y como había quedado pobre por culpa de él.
—Maldito imbécil.
*
*
*
A la mitad de la noche, cuando todo estaba tranquilo y la mayoría descansaba para afrontar un arduo trabajo al día siguiente, un rubio despertaba gritando desesperado, sudaba como nunca antes y podía sentir la presión de las manos de su atacante, había estado soñando con lo mismo, se sentía tan real que le daba miedo, podía sentir los ojos de Sasuke en su nuca cada vez que dormía, los buscaba en la habitación oscura.
Lo sentía golpeándolo, penetrándolo…
Estaba volviéndose loco.
La puerta fue abierta bruscamente y por ella entró la luz del pasillo y se veía a un pelirrojo muy exaltado con un bate de béisbol en sus manos listo para atacar. Prendió la luz pero cuando vio que no había nada se tranquilizó.
—¡¡Diablos!! ¡Pensé que había alguien aquí adentro atacándote!
—Claro —dijo seco—, hubieras dado tanto miedo con esos boxers de unicornios y todos esos muñequitos cute.
—Deja mis hermosos boxers de lado, carajo en serio me asustaste.
—Ya está… nada pasó—
—Titi está tratando de dormir a Sakuya de nuevo, ahora abre un espacio ahí, que de aquí no me iré.
Naruto asintió y se hizo un lado de la cama, vio como Gaara apagaba la luz, y tuvo ganas de decirle que no lo apagara, pero se quedó callado, cuando el pelirrojo se metió al lado de la cama, el rubio le dio la espalda lo más disimuladamente posible, pero se tensó cuando Gaara lo abrazó por detrás.
No podía estar tan cerca, no cuando todo era tan reciente.
Controló mucho los temblores, no quería hacer sentir mal a su amigo. Se mordió el labio y vio hacia la ventana, la vista hermosa que tenía delante.
Claro, serian noches de insomnio.