Capítulo 2. Vorágine.
Y como con todo camino… había un fin.
Naruto llego a su desgraciada fortuna y miro con una mala cara al sujeto de “admiración” de su madre.
¿Qué tenia de especial alguien con cara de estar oliendo basura todo el día?
¿Por qué las chicas hacían tanto alboroto por alguien como él?
Ni era tan atractivo.
— ¡Naruto ya siéntate de una vez!—se sobresalto ante el grito del profesor y arrastro la silla para luego dejar caer su trasero sobre esta, se cruzó de brazos mostrando incomodidad con aquella expresión corporal e inflo las mejillas poniendo una cara resentida.
Sasuke miraba a la ventana tratando de calmar esa sensación de repulsión que se formaba en su tranquilidad.
¿Qué carisma tenía aquel idiota?
Parecía un mocoso de 1 año haciendo un berrinche porque no le dieron su biberón.
Desvió la mirada y capturo el momento exacto donde Naruto le miraba de reojo, sus orbes volvieron a alejarse del otro y ambos sintieron un escalofrío recorrerles.
“¡¿Qué mierda me ves?!” pensaron al mismo tiempo de manera consternada.
La clase de historia comenzó y el profesor empezó a presentarse explicando cómo se evaluaría el semestre y los porcentajes de cada unidad respectivamente.
Varios bostezos escaparon de la boca del Uzumaki y el Uchiha sentía la ira apoderarse de él al tener un compañero de mesa tan flojo.
Seguía sin comprender la clase de brujería que el Uzumaki había usado para entrar a la preparatoria.
Decidió sacar su cuaderno para distraerse apuntando los datos que daba el profesor Asuma respecto a los porcentajes de las unidades, aunque todo se había grabado en su mente.
Comenzó a escribir y miro de reojo la expresión aburrida de Naruto ¿acaso no iba a apuntar nada? Alguien tan imbécil como él no podía retener información fácilmente ¿cierto?
— ¿Qué tengo en la cara para que me mires tanto? —dijo con ese tono molesto que irritaba al Uchiha –aunque cualquier cosa que viniera de parte de Naruto le era un fastidio-
— ¿Quién te está mirando?
— Tú lo estás haciendo
— Ve a que te chequen la vista, imbécil
— ¿Cómo me dijiste?
— ¿Acaso tu cerebro es tan pequeño que no retiene información a corto plazo? —dijo de forma despectiva provocando enfado en el Uzumaki.
— Eres un idiota
— ¿Acaso hablas de ti mismo?
— ¡Idiota!
— Oh… entonces si hablas de ti—una sonrisa arrogante se apodero de la cara del azabache y un borrador de pizarrón salió disparado con destreza hacia la cabeza del rubio quien no lo vio venir.
— ¡USTEDES DOS DEJEN DE DISCUTIR O LOS CASTIGARE! —y Asuma termino aquella pelea sin sentido.
El rubio se quejó pero se quedó callado haciendo una que otra mueca de enfado, Sasuke se rio internamente del Uzumaki y prosiguió con lo que hacía escasos minutos atrás.
La hora finalizo y el Sarutobi se despidió con una flojera obvia. Aún quedaban 10 minutos restantes para que el siguiente profesor apareciera.
Naruto se estiro en la mesa y dejo caer su cabeza sobre la fría madera, tenía tanto sueño que podría dormir encima de una piedra.
— Oye idiota supremo, no babees mi mesa.
Esa voz fastidiosa, seca, tajante y odiosa…
— ¿Tú mesa? ¿Desde cuándo es tuya?
— Estas poniendo tus asquerosos brazos de mi lado, así que muévelos—comento el azabache frunciendo la nariz
— ¿Tu lado?
— ¿Estás sordo o algo?
— ¡Eres realmente odioso, de veras*!
— ¿De veras? ¿Qué manera tan estúpida de hablar es esa? —cuestiono el Uchiha usando el mote del Uzumaki en su contra
La expresiva cara de Naruto estaba siendo un total espectáculo ya que pasaba de confundido a enfadado y de ofendido a iracundo.
— Es la primera vez que veo a Uchiha hablando demasiado—alguien interrumpió su pelea y ambos voltearon a ver al forastero, Neji Hyuga.
— ¿Quién eres? —pregunto el de orbes zafiro con notorio desosiego.
— Neji Hyuga
— ¿Se te ofrece algo? —ignoro Sasuke la plática empezada por Naruto y Neji y cuestiono al castaño.
Esos dos se “llevaban” bien, aunque siempre competían por sacar mejores calificaciones que el otro.
Peleas de sabelotodo que no podría comprender Naruto Uzumaki.
— Nada
— Hm.
El rubio se quedó mirando las intensas miradas que esos dos se echaban y se imaginó un rayo emanando de ambos ojos y colisionando con el del contrario.
¿Era una pelea de resistencia?
Al final aquella lucha se tuvo que posponer porque la profesora entro al aula.
—Buenos días estudiantes, seré su profesora de inglés. Mi nombre es Kurenai Yuhi. Encantada de conocerlos.
El Uzumaki estaba algo ansioso ya que se había contenido de hacer un comentario hace algunos segundos atrás, trago saliva fuertemente y chisto para que su compañero de mesa le hiciera caso.
— ¿Qué?
— No te llevas bien con ese chico ¿verdad?
— No es de tu incumbencia
— ¿Ah? Eres detestable, de veras.
— Y tú eres un idiota
— ¿No te sabes otro insulto? —gruño el rubio provocando la “creatividad” del Uchiha.
— ¿Qué te parece “rey de los imbéciles”? Te lo has ganado.
— ¡Tú eres el imbécil!
— ¡¿QUÉ DEMONIOS PASA ALLÁ?! ¡¿QUÉ CLASE DE VOCABULARIO ES ESE?!
Tercer regaño del día. Naruto Uzumaki andaba de racha.
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Había sido mandado con la prefecta Anko para que le levantara un reporte y se había perdido la clase de biología debido a ello.
Regreso al salón y noto como varias chicas estaban platicando con el idiota creído de Sasuke en SU lugar.
¡Maldito bastardo!
Además atraía a chicas demasiado bonitas… ¡debería de morirse!
“Mamá, Papá, perdónenme si voy a prisión por matar a este imbécil” pensó aquello mientras caminaba molesto hacía SU lugar.
— ¡Sasuke me alegro que se alejara de ti ese delincuente!—hablo una pelirroja llamada Karin.
— ¡Es un grosero y vulgar!—se quejó Sakura
— ¡Además de detestable y vago! —agrego Ino
— ¡Pero sobretodo feo!
Gritaron al unísono lo último y Naruto sintió como unas flechas imaginarias le atravesaban con furia.
Las mujeres podían ser tan crueles, tal vez Dios las había hecho hermosas para cubrir con una máscara ese “defecto” de sobredosis de maldad.
— ¿Saben…? Es de mala educación hablar mal de las personas mientras no están—menciono tratando de salvar la poca dignidad que le quedaba
— ¡¿Ah?! ¿No te metas en conversaciones que no te incumben? —le dijo de regreso la rubia poniendo una de sus manos en su cadera
— ¡Sí! —dijeron las otras dos y el Uzumaki sintió más temor que cuando peleaba contra los chicos de escuelas rivales en su época de la secundaria.
No sabía manejar a las mujeres, tal vez por eso nunca había tenido una novia.
La vida era tan injusta para algunos.
— ¡La clase ya va a comenzar así que dejen que me siente en mi lugar! —alzo la voz, impactando a todos en el aula.
— Estamos ocupadas hablando con Sasuke así que…—antes de que Karin pudiera terminar su frase el profesor de español, Iruka Umino, entró al salón de clases.
Las chicas rechistaron y volvieron a sus asientos realmente disgustadas.
Naruto se sentó en su silla con una mirada impactada que no pasó desapercibida por Sasuke.
“¿Acaso te enamoraste del profesor, estúpido?” Pensó con una rabia que empezaba a emerger al ver los ojos azules del rubio brillar de una forma que no había visto con anterioridad.
— Profe Iruka…—murmuro por lo bajo, saco un cuaderno maltrecho de su mochila y se dispuso a apuntar cada cosa que el mayor decía o escribía en la pizarra.
“No es tan interesante” reflexiono el Uchiha aunque su estoico semblante se empezaba a caer en pedazos.
¿Por qué estaba tan enfadado?
Tal vez sería un misterio que tardaría en resolver.
En algunos momentos el azabache desvió la mirada hacía su compañero de mesa y siguió mirando esa expresión atolondrada y de retardado.
Naruto Uzumaki sonreía como un completo imbécil… parecía resplandeciente. Brillante. Cegador.
— Demasiado brillante—murmuro capturando por un ápice de segundo la atención de aquella estrella gigante.
La clase termino y la campana del receso sonó con fuerza entre los pasillos, el Uzumaki tomo su caja de almuerzo y se fue corriendo hacía donde se había marchado el profesor de español.
— Idiota—gruño cabreado tomando su propio almuerzo, escapo hábilmente de las féminas parasitas y termino en el patio trasero.
Llego a las gradas y sintió la suave brisa en estas, el sol no estaba quemando así que podría comer allí.
Algunos chicos se reunieron para jugar un partido de basquetbol, al parecer sería un partido de 2 y 2.
Aburrido.
Reconocía a dos de los chicos presentes debido a que:
- Uno de ellos era Neji Hyuga.
- El otro era Shino Aburame, el chico inteligente, serio y amante de los insectos que competía a la par de su inteligencia.
Pero ninguno de los dos era mejor que él, obviamente.
Bebió algo de agua de su termo y se dispuso a observar el partido. Era lo más entretenido del momento.
De repente… sintió como algo de calor se acercaba.
¿Intuición? Tal vez.
Ya se había expuesto a aquella peste.
— ¡Wow, Kiba! —Naruto corrió hacía el chico de mirada agresiva y moreno— ¡¿Qué haces aquí?!
— ¡Eso debería de preguntarte yo a ti! ¡Eres un completo idiota! —le grito con clara burla
— ¡Mira quién habla! ¡Espera! ¿Tú también entraste aquí cejotas? —dijo aquel apodo hacía Rock Lee y este se comenzó a reír de regreso
— ¡Wow Naruto, me alegro de verte aquí!
— ¡Al fin habrá gente agradable en este lugar y no solo puros idiotas creídos! —comento Kiba mirando a Neji y Shino
— ¿Qué hacen? —hablo mostrando curiosidad al mirar la pelota de basquetbol en las manos del Inuzuka.
— Jugaremos basquetbol
— ¿En serio? Entonces quiero entrar—sonrió animado
— Lo siento Naruto, necesitas que entre otro a jugar para que este en el equipo rival—menciono el azabache con un suspiro
— ¡Ese no es problema! Ahora mismo consigo a alguien—tenía esperanzas de hallar a una persona que se uniera y entonces dio con Sasuke, el mirón de las gradas.
Esa mirada intensa no predecía nada bueno.
— ¡¿Qué me miras bastardo?! —le grito de regreso el azabache
— ¡Ven a jugar, necesitamos uno! —le pidió y sorprendió al Uchiha
¿Acaso le estaba invitando a ir a jugar? ¿Por qué había cambiado su actitud tan repentinamente?
Era exasperante.
Impredecible.
Molesto.
Hizo una mueca y después saco el dedo de en medio en una seña obscena para mandar al carajo al Uzumaki.
Las risas de Rock Lee y Kiba Inuzuka resonaron en los oídos del chico de ojos azules e incluso pudo escuchar un intento de carcajada de los otros dos chicos serios.
Se enfureció y apretó su mandíbula, ese jodido Sasuke Uchiha.
— ¡¿Acaso tienes miedo que destruya tu trasero?! Maldito cobarde…—se quejó en voz alta capturando la atención del de orbes oscuras— Aunque bueno… que más podía esperar de alguien que siempre será la sombra de su hermano mayor…
Lo había soltado.
Todos en esta vida tenemos un punto de quiebre, una palabra mágica que nos transforma en monstruos y la de Sasuke Uchiha era Itachi, su hermano.
El perfecto.
El inigualable.
El mejor estudiante y deportista.
— Maldito imbécil supremo—dijo el apodo denigrante con desprecio mientras brincaba las gradas y caminaba hacía la cancha.
Las miradas de enfado se cruzaron y una llamarada de fuego imaginaria choco entre los dos.
— Te demostrare que puedo barrer el piso contigo porque solo eres un imbécil
— Adelante, sabihondo—le dijo de regreso para provocarlo.
Vorágine.
Definitivamente la vida no los había dejado cruzarse antes porque ellos provocaban un desastre cuando estaban juntos.