ºº DOS ºº
–Esta es nuestra última parada–decía la voz de la azafata del bus–. No olviden sus pertenencias al momento de bajar y que tengan una cómoda estancia. Gracias por viajar con nosotros–decía sonriendo a los pasajeros, que iban bajando de uno en uno.
El rubio estaba cansado, no había podido pegar sus pestañas por el recuerdo de aquel sueño. Se apresuró en llamar un taxi, el cual ya había estado reservado para él. Un joven alto y de morenos cabellos le sonrió al abrirle la puerta del auto, lo cual hizo sentir nervioso al rubio.
–Buenas noches, mi nombre es Zack y por esta noche soy su chofer–dijo sin dejar de observarlo.
–Cloud, mucho gusto–dijo y se quitó el gorro de lana.
–¿Ehh? –el alto estaba sorprendido y avergonzado de haber pensado que su cliente era una mujer.
–Perdón por la sorpresa–dijo el rubio un poco sonrojado.
–No, yo soy quien debe pedir disculpas–se apresuró a decir el moreno–. Solo estaba un poco sorprendido, tienes una apariencia de…–carraspeó evitando completar lo que pensaba y notó que el rubio sonreía, verdaderamente era muy lindo.
–Ya, no eres la primera persona que me confunde con… una mujer–dijo azorado el rubio.
–B-bueno–agregó el moreno al notar su nerviosismo, pero no dejó de sonreír–, ¿dónde desea ir primero? –preguntó luego de sentarse en el asiento del conductor.
–Yo… la dirección que recibiste por correo, un hotel sería molesto–contestó el rubio.
Luego de que el moreno comenzara a conducir, se percató de que su chofer temporal era joven, quizás un estudiante, no mayor que él.
–¿Conoces la Universidad Central? –preguntó– Tenía planeado ir, pero no se en que horarios está disponible la entrada a personas comunes…
–¡Ah eso es cierto! –contestó Zack observando al rubio por el espejo retrovisor– Ahora ya es muy tarde si querías hacer una visita. El lunes está abierto a partir de las… once de la mañana.
–Ya veo, sabes mucho–dijo Cloud sonriendo–. ¿Estudias ahí?
–Sí, trabajo media jornada para gastos personales–contestó con una sonrisa–. Sé que no me conoces pero podría acompañarte el lunes… si no te molesta claro.
–Seria de ayuda, gracias–contestó tranquilo, luego se percató que el auto se detenía frente a una casa de tres pisos–. No la recordaba así, bueno gracias Zack por… ¿Zack?
–¡Ah, perdón! –dijo un poco nervioso, pero sin dejar de ver la casa–¿Tu vives aquí? –el rubio asintió y luego añadió–¿Eres familiar de Minerva? –a lo que el rubio volvió a asentir–¿En serio?
Pero el rubio no pudo responder ya que la puerta de la casa se abrió de golpe y salió una chica rubia no muy alta.
–¡Oye tu, no coquetees con mi hermano! –gritó señalando a Zack, el cual se puso colorado–¡Y tú, no te dejes engatusar por él, idiota! –añadió mirando a Cloud.
–¿Elena, que suce…?–una hermosa mujer rubia, como ambos jóvenes, salió de la casa y se quedó sorprendida de ver al mayor de sus dos hijos–¿Cloud?
–Buenas noches, madre–dijo sonriendo y acercándose un poco a ella, la cual sin esperar una respuesta lo abrazó y lo besó en la frente–. Te extrañe mucho, mamá.
–Que idiota hermano tengo–dijo la menor observándolos–. ¿Tú te piensas quedar toda la vida aquí? –preguntó, mirando de reojo a Zack, que se había sentido conmovido con la escena.
–¡N-no, ya me retiro! –se despidió del rubio, el cual le agradeció–Ya sabes que puedes avisarme si iras el lunes, adiós–subió al auto y se fue.
Los tres rubios se apresuraron a ingresar a la casa, la cual estaba casi como Cloud la recordaba, solo con unos cuantos cambios en los muebles y la decoración. Elena ayudó a su hermano a llevar su maleta y la mochila, que pesaba más que la maleta de ruedas, hacia la habitación que habían guardado para él. Su madre terminó de cocinar y se acercó a la sala, donde ya estaban sentados ambos jóvenes. Ella les indicó que fueran al comedor y luego cenaran. Tras terminar de cenar, una muy larga ya que estuvieron conversando sobre los estudios del mayor y otros sucesos que no habían oído de ellos mismos, cada uno se fue a su habitación.
Cloud se sentía emocionado de estar de nuevo con su madre y con su hermana, aunque ella no lo tratara como el mayor, había estado viviendo con su padre por algunos años, luego de que ellos se divorciaran. Ambos hermanos sabían que sus padres aun se amaban, lo cual lo hacía algo extraño entre ellos. Cada Navidad Cloud viajaba con su padre hasta la casa de su madre y Elena, los cuatro cenaban juntos, les daba dinero como regalo y luego pasaba la noche en el cuarto de huéspedes y Cloud en su propio cuarto. Ellos regresarían en algún momento.
///// En un departamento pequeño de la ciudad /////
Maldito sueño, pensó un joven alto de cabellos plateados. Por culpa del recuerdo y el sueño había tenido cinco erecciones durante el día, contando con la que hace pocos instantes tuvo que atender. Ese rubio, al cual en primera manera confundió con una mujer, pero tras conocerlo un poco y conversar se sintió tranquilo y natural con él, lo había dejado así desde finales de verano.
–Estúpido–dijo casi gruñendo por sentirse cansado, mientras botaba los pañuelos desechables a la basura.
Luego cogió un libro de su pequeña estantería y se puso a revisar el trabajo de investigación que tenía para el día lunes. Normalmente los hacía un día antes, pero por sentirse inquieto con esos recuerdos, tuvo que hacerlos en ese momento. Cerró los ojos, ya cansado de leer y revisar las hojas, se levantó hacia la cocina, encendió la televisión y se sentó en el sofá. Era un programa de investigaciones criminales. Apagó el televisor y se fue a su habitación, donde reconoció una cajita azul sobre la parte superior de su armario, que estaba empotrado a la pared. La sacó y no pudo evitar reírse, era la caja donde había ocultado el condón que pensaba utilizar con Cloud pero al cerciorarse de que no era mujer ambos se rieron y decidieron no usarlo.
Estaban besándose en la sala de la casa de playa donde Cloud descansaba. No pudo evitar ponerse un poco nervioso cuando el alto sacó un condón de su bolsillo, entonces recordó que Sefirot podía no saber de su sexualidad. O al menos no se lo había confirmado, ya que Sefirot tenía ligeras contradicciones, como falta de pecho al igual que algunas pocas mujeres, la voz neutral, ni muy aguda ni muy gruesa, y la complexión del rubio, era demasiado delgado y su cabello corto le quedaba tan bien como a una mujer de también cabello corto.
–Soy un chico–dijo un poco asustado, temiendo que el de cabellos plateados lo dejara ahí en la sala con tremenda excitación–. Si no lo dije antes es porque no me preguntaste y no había…
–……–Sefirot seguía callado, pensando en que era el único chico por el cual estaba atraído.
–Lo siento, pero… enserio me gustas, por eso no…–pero fue callado con un beso.
–Solo estaba pensando en que ahora tendré que tener mayor cuidado–contestó con un ligero sonrojo–. No tienes experiencia, pero te haré sentir bien… como esto, por ejemplo–dijo y comenzó a besar el cuello y orejas del rubio, que estaba rojo y nervioso.
–Supongo que comprar… un c-condón fue en va…Nnngh–otro beso lo cayó.
–Silencio, me quitas la excitación, solo abrázame, Cloud...
Tras el pedido el rubio asintió y se apresuró a besar a Sefirot, el cual se sentía extrañamente sereno por aquel momento. Tendría sexo con otro chico más, pero el rubio lo hacía sentir de una manera que ninguna de sus otras parejas, tanto varones como mujeres, no lograban hacerlo sentir.
–¡Mierda! –gritó molesto consigo mismo–No puedo creer que sean seis erecciones–dijo mientras dejaba la cajita azul en su velador y se apresuraba a salir de su cuarto para entrar al baño por sexta vez consecutiva–. Voy a terminar seco si continúo así.
///// Lunes en la mañana, en la universidad /////
–Disculpa–dijo un rubio nervioso a un joven pelirrojo–. ¿Conoces a Za…?
–¡Clouuud! –le interrumpió su amigo, que le sonrió y luego saludó al joven–Hola Reno, lo siento, pero tengo que acompañarlo–dijo sonriendo al rubio.
–Mucho gusto lin… ¡Ouch! –casi gritó Reno cuando el moreno le golpeó las costillas con el codo y le miraba serio–¿Qué demon…?
–L-lo siento… soy un chico–dijo en un susurro, no era para sorprenderse, pero ahora su cabello estaba un poco más largo que antes, seguía teniendo rasgos delicados en su fisonomía y no había aumentado casi nada de peso. Sonrió cuando el pelirrojo trató de disculparse–. Hasta luego, nos vemos–luego fue seguido por el moreno.
///// Antes del inicio de clases, en un salón de la universidad /////
–¡Shalua, amor mío! –saludó emocionado Reno–¿Puedes creer que también existen los bellezas que son chicos?
–¡Reno, suéltame! –exigió al ser abrazada por el pelirrojo, frente a todos–¿A qué te refieres con bellezas que parecen chicos? –preguntó un poco intrigada por la pregunta.
–¿Qué dices de ser una belleza, Shalua? –preguntó su compañero de cabellos plateados.
–¡Hombre, Sefirot, un saludo y no asustes! –le dijo el pelirrojo–Me refiero a una belleza que es, no que parece, un chico… ¡Que tiene eso, lo tuyo y lo mío! –dijo sonriendo y luego se giró hacia Shalua–Claro que lo tuyo no tiene, pero es muy hermoso… Creo que se llamaba Clay… o algo así…
–Cloud–mencionó Sefirot recordando a la belleza que confundió con mujer, por lo cual Reno lo miró sorprendido.
–¿Tu lo conoces? –preguntó con un tono perspicaz y emocionado.
–M-mientes…–balbuceó serio, sin decir nada mas salió del salón, dejando a sus amigos un poco preocupados por su reacción.
Continuará~