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15 días por Mitsuki_neko_Uchiha

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Los celos eran malos. Los celos corroían el alma, el amor, las relaciones. Los celos eran malos porque significaba que no confiabas lo suficiente en tu pareja. Que no confiabas en lo que estaba haciendo en sus viajes de quien sabe cuántas semanas con quien sabe que personas a quien sabe que países de paisajes exóticos y mujeres hermosas.

Los celos podían destruir relaciones. Eran malos y peligrosos. Hacían que vieras a tu pareja con malos ojos cada que estaba demasiado ocupado con su celular riéndose de quien sabe que conversación, o cuando hablaba mucho rato por teléfono sin importarle lo costoso que fuera la larga distancia. Que tuvieses ganas de lanzar su celular al piso y pisarlo hasta dejarlo inservible cada que una llamada, o un mensaje interrumpía sus momentos de pareja, esos que en su momento fueron lo más importante para ambos.

Eran malos y peligrosos porque hacían que te dieran ganas de terminarlo todo cada mañana que despertabas y tu hermosa pareja estaba demasiado ocupado tecleando en la pantalla como para darle un beso de buenos días.

Por eso, él no le hacía caso a sus celos, hacía que los pensamientos que le provocaban se fueran hasta la parte más profunda de su cerebro y los cubría con los recuerdos bonitos que tenían juntos, esos que les habían hecho llegar hasta donde estaban.

Los celos no iban a hacer que dejara a la persona más hermosa de su vida.

– ¿Hyung? –alzo la mirada para ver a SeungRi, ahí estaba ese tono otra vez.

– Dime amor.

– Danny me invito a comer.

– ¿Que Danny? –intento no fruncir el ceño, cambiándolo por una sonrisa y jalándolo hacia el para que se sentara bien pegado a él.

– Ya sabes, Danny, con quien me fui de viaje en mi cumpleaños –claro que recordaba quien era Danny, era el uno de los que se le habían lavado el cerebro para irse de viaje por quien sabe cuánto, impidiéndole pasar tiempo con él. Impidiéndole pasar tiempo con su novio–. Bueno, me invito a comer, va a estar en Japón un par de días y…

– Ri ¿Recuerdas que me habías prometido que íbamos a pasar nuestro día libre juntos? ¿Solos nosotros dos?

– Bae, nosotros pasamos mucho tiempo juntos, no siempre puedo pasar tiempo con Danny. Ya sabes que es uno de mis mejores amigos –se levantó zafándose del agarre–. Prometo que te voy a recompensar ¿Si?

– Si, amor, como quieras…

– Gracias Baeby –le dejo un pequeño beso en la mejilla y salió casi corriendo de la habitación de hotel que habían estado compartiendo.

YoungBae respiro hondo. Los celos eran malos. Malos. Malos. No debía dudar de su novio, su novio era fiel y bueno, solo tenía problemas para dividir su tiempo entre sus amistades y su novio.

 

Los celos eran malos. Los celos hacían que empezaras a tener miedo. Miedo a que todo se te fuera enfrente de tus ojos sin que pudieses hacer nada. Por eso él no debía dejar que lo dominaran, él era un hombre fuerte que sabía luchar por lo que quería y eso incluía a las personas a su alrededor.

Él iba a confiar en su novio, aun cuando ya era muy tarde y no le contestaba el celular, debía darle su espacio y dejarle disfrutar con sus amigos, esos con los que pasaba su tiempo libre.

– Buenas noches amor –sintió como se metió a la cama a un lado de el–. ¿Ya estas dormido? –sintió una de sus manos enterrándose en su cabello castaño–. Déjame acurrucarme aquí contigo –quiso decirle que no al percibir el olor a alcohol, pero el brazo que se pasó por su cintura y la cabeza que se froto contra su pecho se lo impidió–. Buenas noches Baeby.

Los celos eran tan malos que incluso se te hacía imposible corresponder los gestos de cariño aun cuando te estabas muriendo por darle mil y un besos.

 

– YoungBae hyung –ese tono otra vez.

– Dime amor –le miro tranquilo aun cuando en su interior sentía que todo estaba ardiendo.

– JongHoon me invito a…

– Creí que íbamos a ir a comer.

– Bae, sabes que podemos salir otro día –le vio empezar a ponerse su suéter y encima de este una chaqueta más gruesa ¿Pensaba irse aun cuando él no quería?

– ¿Cuando? ¿Cuándo ninguno de tus amigos esté disponible? –SeungRi se detuvo para mirarlo fijamente.

– ¿Bae?

– Solo tengo hoy libre SeungRi, mañana tengo el día ocupado en el estudio y no estaré libre hasta dentro de dos semanas ¿Hasta ese día nos vamos a ver? –se levantó del sillón para ir a buscar su celular–. Pero está bien, ve, le preguntare a JiYong si está libre para ir a comer –los celos eran peligrosos porque te hacían enojar, y el estar enojado hacia que soltaras cosas hirientes sin pensar, se te olvidaba con quien estabas hablando.

– No te enojes.

– No estoy enojado, anda, ve. Podemos vernos en dos semanas cuando volvamos a Japón, quizás podamos hablar un rato antes de entrar a escenario o… bueno, cuando tengas tiempo para mí.

– YoungBae –le siguió pero lo único que recibió fue un portazo en la cara–. Hey… –intento abrir la puerta pero esta estaba cerrada–. Bae, ábreme.

YoungBae se echó a la cama mientras se cubría la cabeza pensando cuan malos eran los celos porque lo único que querías hacer cuando llegaban era gritar y golpear cosas y dejar todo de lado

– Yo… no tardare ¿Si? Volveré temprano para cenar ¿Si? ¿Está bien para ti? Puedes llamar a JiYong hyung e ir a comer con el… ¿Bae? Te amo, lo sabes ¿Verdad? ¿YoungBae? –los celos eran malos porque te hacían actuar como un niño cubriéndote la cabeza con la almohada para no escuchar nada y apretar los dientes para no contestar a gritos que odiabas a la persona que querías, porque sabias que lo amabas más de lo que lo odiabas.

 

– Creo que ya no puedo –suspiro con el celular en altavoz aun tirado en la cama.

¿Estás seguro? –la voz de JiYong resonó en la habitación vacía.

– Si… no quiero pero ya no puedo más, ya me canse de ser siempre el segundo plato.

– ¿Vas a terminar conmigo? –SeungRi entro con la puerta y levanto la mano, mostrando un juego de llaves–. Las encontré.

– Ji, te hablo después hermano.

Está bien. Y espera a que te vea Lee SeungRi –Bae dejo el celular a un lado después de cortar la llamada.

– Entonces… ¿Vamos a terminar?

– ¿No habías ido a comer con tu amigo? –se sentó en la cama al lado contrario que SeungRi.

– Contéstame.

– Eso dímelo tu ¿Aun te interesa esta relación? –SeungRi bajo la mirada–. Nunca tienes tiempo para salir conmigo, siempre cancelas nuestros planes.

– Si… pero… yo creí que no te importaba porque jamás me decías nada…

– ¿Cómo no me va a importar? Todas esas personas parecen ser más importantes que yo, que se supone que soy tu novio, dime, en estos cuatro meses, dime una sola vez en la que hayamos salido solos, que hayamos tenido tiempo de calidad juntos… ni una ¿Verdad? Intento no ser celoso y darte tu tiempo y tu espacio pero ya no puedo más…

– Bae –se acercó y lo abrazo por la espalda–. Yo creí que no te importaba porque nunca te ponías celoso –el mayor se volteo a verlo.

– No me gusta ser celoso.

– Me gusta que seas celoso –se acercó y le dio un beso en la mejilla, aun con ojitos tristes–. Si algo no te gusta debes decírmelo, y eso incluye cuando no te guste que salga tan seguido con mis amigos.

– No me gusta sentir celos. Son horribles, te hacen sentir horrible, te hacen dudar, te hacen querer golpear gente y me hacen querer encerrate en donde nadie te vuelva a ver jamás porque eres solo mío –SeungRi se froto suavemente contra su cuello después de dejarle un beso ahí.

– Está bien que te sientas así, bueno, no me molesta ni me da miedo –se movió hasta quedar sentado en su regazo–. Siempre y cuando me dejes salir a tomar el sol y me alimentes no tengo ningún problema.

– Entonces te encerrare para siempre ¿Está bien? –el menor asintió y se acurruco contra él.

– ¿Entonces no vas a terminar conmigo?

– Eso sería como entregárteles en bandeja de plata –le beso la frente–. Nunca voy a dejar que nadie te aparte de mí.

– No dejes que ellos me tomen Bae, no dejes que ellos me roben –se abrazó fuertemente a él chillando exageradamente antes de que YoungBae lo levantara y lo arrojara a la cama.

– No te preocupes, no dejare que eso pase.

SeungRi no pudo evitar sonreír mientras se acomodaba en la cama y le hacía un gesto con el dedo para que se acercara–. Muéstrame que tan celoso has estado todo este tiempo Baeby.

Oh, los celos eran tan malos. Te hacían dudar de tu pareja, te hacían tener miedo de perderlo todo, te hacían enojar y herir a la persona que amas y querer hacer todo lo posible porque nadie lo tocara o siquiera lo viera. Encerrarlo y mantenerlo solo para ti para siempre.

Pero bueno, también tenías que ver que tanto le gustaban los celos a la persona que mas amas.

Notas finales:

Día dos. Ugh, hoy fue un día muy difícil para mí, así que no, creo que no me gustó mucho el resultado. Esto casi parece una viñeta but hell no, pase las mil palabras. Como sea, el BaeRi ha sido mi OTP desde el mágico y triste momento que lo empezó todo en el documental de Bigbang.

El BaeRi es amor, es vida.

¿Cómo me dejo el segundo día? En realidad nada, el día fue muy mierdero y no termino siendo la cosa tierna que esperaba. Veamos cómo me va mañana.


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