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En compañia por War Black

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Notas del capitulo:

hola lectores... Estamos con otro capitulo

Gracias por los comentarios que me dejaron

Sin más que decir.... ¡Disfurten!

El olor a la mañana junto al sonido de los pájaros la despertó. Desperezándose, se levantó, observó a su alrededor, toda la vegetación no parecía conocida. El olor a pinos, con roció de la mañana le era un poco extraño, cayó en cuenta de algo, no estaba en su casa. Fue cuando se acordó de lo sucedido, el día anterior.

Después de la junta y proclamación de las nuevas ideas de los profesores, todo se había tornado un poco raro. Al tiempo que hablaba el perro, Sol empezó a percibir un extraño olor, un aroma entre fuerte y a la vez relajante, que poco a poco le dormía los sentidos. No fue hasta que vio como todos se iban quedando dormidos que se dio cuenta de lo que era, pero ya fue tarde porque también cayó rendida a los brazos del sueño.

Cuando despertó ya estaba tirada, debajo del árbol donde yacía una nota pegada al tronco, y a su lado estaba un vampiro, que aun dormía plácidamente. Bufó molesta, no era cualquier vampiro, era la vampiro de la otra vez, la princesita del reino de chupa sangre.  Se paró, estirándose. Encaró el árbol y con poco tacto arrancó la hoja. Sus ojos se agrandaron con lo que leía. Se agachó un poco, zamarreando a su compañera la despertó

Abril se despertó de golpe, ni su madre cuando andaba con hambre la despertaba así. Apenas enfocando pudo visualizar al causante de tan horrible despertar. Saltó alejándose del lobo que la miraba fijamente, pero su salto fue muy largo consiguiendo que se golpeara de llenó la espalda contra un tronco.

-          Tranquila Princesa- Habló suave Soledad- No te haré nada, no me lo permiten- dijo decepcionada.

Abril tragó grueso ante esa mención, se sentía intimidada por esa joven. Su aura autoritaria superaba la propia por mucho, y eso le daba miedo. Más en esos momentos, que en pleno día, sus fuerzas eran mínimas, contando que tampoco había comido algo en días.

“Que tal Soledad y Abril

La misión de ahora sera simple si trabajan en conjunto. Cada pareja, conformada por un vampiro y un lobo, ¡Tiene que llegar juntos! A la meta ¿Cuál es la meta? Una cabaña al pie de la montaña.

Lo que se da a entender que tienen que bajar, esto no será fácil. Ahora mismo están ubicados en la cima de la montaña, y los días no le favorecerán en nada

Ahora las reglas:

-          Tienen que llegar las dos personas que conforman la pareja, si solo llega una se le impondrá un castigo y 4 semanas en el cuarto oscuro. Buscaremos a la que falta y el castigo será peor, si resulta que esta muerto, el sobreviviente será expulsado inmediatamente

-           La montaña en si les  brindaran los recursos necesarios para su existencia. Pero para conseguirlo de necesita de las/os dos

-          Se les da un periodo de 15 días para bajar. El conteo comenzara a partir de ahora, quien no baje a tiempo deberá de hacer trabajo por un mes entero en compañía de su pareja

Nosotros estaremos esperando abajo, ¡Suerte!

Los profesores de Socio- Habilidad y Naturaleza junto con las actividades Externas”

Leyó en voz alta Sol, siendo escuchada atentamente por  su compañera en esos momentos, Abril que no se creía lo que oía.

-          No tenemos de otra que empezar a bajar ¿No?- Comentó Sol, más para ella que para su acompañante

El caminó no parecía difícil. Acostumbrada a hacer estas caminatas a diario no tardaría mucho en bajar, sin mencionar el hecho que aun percibía el aroma de quien las dejó allí, solo bastaba con seguirle el rastro y ya estaba.

-          ¿Y tengo que bajar con vos?- Cuestionó molesta  Abril  sin pararse del suelo- ¿Por qué?

-          Bueno para empezar no tenemos de otra, ni modo que me quede a vivir acá- Se dio vuelta encarando a la rubia- Y continuando, tenemos un tiempo limite- Señaló la hoja que aun perduraba en su mano- créeme que lo menos que quiero es tener que trabajar con vos en  algo, motivo por el cual  bajaremos “Princesa” te guste o no- Se dio vuelta comenzando a caminar, siguiendo el aroma- ¿¡Y Princesa!?- Le gritó varios metros lejos, dándose cuenta que no la seguía

-          ¡Ya voy!- Se resignó.

Ciertamente no tenían otra opción, para eso era esta extraña escuela que crearon, para juntarlos con los repugnantes lobos, algo imposible para ella. Nunca se juntaría con pulguientos asesinos sin sentimiento alguno, solo fingiría hasta terminar con todo, de esa forma los suyos también lo harían. Eso fue lo que se acordó de camino a ese lugar, el fingir y cuando todo terminé volverían a ser los enemigos de nacimiento, como siempre lo fueron. Se paró rápidamente, trotando un poco para poder alcanzar a Sol, que estaba más lejos de lo que recordaba.

Ciertamente no se parecía en nada a algún lobo corriente, porque ningún lobo le hubiera prometido no lastimar a ninguno de los suyos con la condición de que ellos también hicieran lo mismo. Pero para ella todos los lobos eran iguales, todos asesinos sin corazón en busca de venganza, eso fue lo que le enseño su padre, el rey, por eso ella, como futura reina y en esos momentos princesa, debía de seguir con las enseñanzas que le brindaron durante años. No confiaría en nadie, que no tuviera colmillos y necesitara de sangre para vivir.

[::::::::::]

-          Director, ¿Creé que eso funcione?- Cuestionó preocupada la profesora de Socio-habilidad

-          Claro que si- Comentó alegre- No digo que bajaran como amiguitos del alma, pero tendrán una unión más fuerte que la del odio. Aun si no se dan cuenta, el solo hablar ya se están amigando de alguna forma

-          ¿Pero no se harán daño?

-          Te preocupas demasiado Silvia- Dijo riéndose Tiago, que llegaba con tazas de café para los cinco integrantes- Veras como bajan todos sanos… Se supone- Murmuró, ocultando su comentario detrás de la taza de café

-          Descuiden, le tienen más miedo al mundo humano que a la especie al lado suyo- Dijo Hector, golpeando suave la cabeza de Tiago. El si había escuchado.

-          ¿Qué piensan de la princesa y el alfa?- Comentó Tiago sobándose la nuca, blanco del golpe del oso

-          Me parecen lindas- Silvia no ocultaba su entusiasmo- Son como dos gotas de agua

-          De distinta lluvia- Terminó Susana, sería- No se parecen en nada, puedo ver el odio por parte de ambas

-          Y eso es lo que hará que todo cambie- Opinó el director, sin apartar su mirada de la ventana- Es esa diferencia en ambas, que le mostrara a la otra parte las cosas, como realmente son los vampiros o los lobos- Se volteó al grupo de adultos, sentados en la redonda mesa, de madera- Deben de concentrar las cosas en ellas- Ordenó- Siendo las lideres son las que más influencia tienen, si ellas se llevan bien, todos lo harán- Sonrió, ante la idea

Se sentó, sirviéndose su respectiva taza de café, viendo como todos asentían ante esa idea.

[::::::::::]

El sol empezaba a ocultarse, y con la falta de luz volvían poco a poco las fuerzas de Abril. Pero de mucho no servía, su hambre era fatal. Su energía escaseaba y el cansancio era demasiado, veía como Soledad seguía en rumbo, sin preocuparse por nada.

Aun si la noche estaba presente no era problema para ella. Los lobos tenían un sensible oído y olfato para andar de caza, en horas donde su presa no espera ser atacada. Por eso podía moverse con gracia y agilidad, haciendo de ese lugar su segunda casa.

-          ¿Pasa algo?- Preguntó dándose la vuelta, había dejado de escuchar los pasos, viendo como  una Abril se tambaleaba de lado a lado

-          Estoy… un poco… cansada- Le costaba el hablar, sus jadeos interrumpían cada palabras, su vista se volvía borrosa, y hacía un gran esfuerzo por mantenerse de pie. Pero eso le estaba costando mucho

-          Deberíamos descansar- Propuso un tanto preocupada, su compañera no se veía nada bien, es verdad que tenía una pequeña cantidad de odio hacía esa especie, pero tampoco era de dejar pasar las cosas importantes- Mira allí hay una cueva, por ahora nos servirá- Encaró al hueco que se formaba al pie de una pequeña montaña

Abril intentó seguirle, pero no pudo. A penas quiso dar un paso, su cuerpo cayo al piso, quedando inconsciente al instante. Soledad escuchó el ruido y se dio vuelta encontrando el cuerpo inconsciente  de su compañera.

Fue un olor conocido, el que le hizo recuperar la conciencia. Con gran esfuerzo logró sentarse, se encontraba dentro de una cueva húmeda y oscura. Gotas de agua caían del techo, terminando en el piso, logrando hacer, junto con otras tantas, un corto charco marrón. El fondo no se podía ver con claridad, aun si la luz del sol entraba por el frente, fue cuando se dio cuenta de algo, ya era de día. Había dormido toda la noche. Se tocó la frente con la mano, le dolía

Volvió a sentir ese agradable aroma, siguió con el olfato hasta que encontró el motivo. Un pequeño tigre estaba tirado, sin vida, en el piso de la cueva. Por el olor no parecía que estuviera de mucho tiempo. Se paró acercándose lentamente, pudo apreciar el origen de la muerte, una gran mordida en el cuello, que dejaba salir la sangre, esa sangre que ella pudo oler y que ahora le estaba dando hambre. No se resistió más a sus instintos y atacó con fiereza el cuello de la presa muerta, succionando la  sangre necesaria para saciar su sed.

-          Sabes, debes decir que no comiste- Una voz le interrumpió su “desayuno”- Porque no pienso cargarte nuevamente- Soledad la miraba de la entrada, no le agradaba la idea de verla “Comiendo” pero debía de cerciorarse que estaba bien.

Con las fuerzas ya recuperadas, Abril se levantó. Notando la extraña apariencia de su compañera, su pelo revuelto y parado en algunas partes, su ropa toda rasgada dejándole ver parte del cuerpo, algunas heridas en la cara que aun no le sanaban, parecía que había peleado con alguien.

-          ¿Qué te paso?- Preguntó curiosa, hasta donde recordaba, ella no lucía así.

-          Él- Apuntó al cadáver del animal, ahora sin sangre- Costo más de lo que creía cazarlo, me di cuenta que estaba cansada- Levantó los hombros restándole importancia, no era la primera vez que le sucedía, siempre subestimaba a su presa, terminando con más herida de lo planeado

-          ¿Cazaste eso por mí?- No se creía lo que había hecho- ¿Por qué?

-          Porque si me expulsaran de este mundo, prefiero que sea porque realmente le hice algo a mi compañera, no porque murió de hambre- La miró entrecerrando los ojos y arrugando leve la nariz, era absurdo lo que había pasado- Además, aun quiero bajar esto, y no podre si tengo que arrastrar un cadáver por todo el recorrido- Sonrió con burla, observando la mirada de furia que le regalaba Abril

-          Espero que en la próxima, tu presa te mate- Deseó saliendo de la cueva, codeando en el camino a Soledad, que suprimía la risa.

La semana pasaba bien, con alguna que otra broma por parte de Soledad, que era apagada por algún comentario ofensivo por parte de Abril. Ninguna volvió a depender de la otra con el tema de la comida, cada una cazaba lo que comería, haciendo así más fácil las cosas. Como anunciaba la nota, los días no le beneficiaban en nada, algunos estaban con un sol que podía convertir en desierto al mismísimo bosque, y otros con un frio o lluvia atroz. El día de llegada se aproximaba, y todavía no encontraban el camino a la cabaña, con la lluvia se había ido el olor por lo que Soledad no podía asegurar en que sitio estaban.

Fue un aullido el que detuvo todos los pasos. Soledad se paró en seco, siendo golpeada por Abril, que no se había dado cuenta del repentino detenimiento de la loba.

-          ¿Qué ocurre?- Preguntó molesta

-          Un lobo- Comentó- Encontró el camino a la cabaña- La emoción se presentó en sus piernas que comenzaron a correr con gran velocidad

-          ¡Espera!- Gritó Abril, siguiéndole el paso

Una raíz de árbol sobresalida, fue lo que le hizo caerse al suelo con brusquedad. Soledad se volvió a detener, mirado a la rubia, que se frotaba con esmero el tobillo, su cara de dolor daba a entender la gravedad del asunto.

-          ¿Estás bien?- Preguntó más tranquila Soledad, avanzando despacio hacía ella

-          ¡Claro que no!- Gritó, intentando pararse, pero una punzada en el tobillo le paro- Me… Duele mu-mucho, creo que… Me lo… Quebré- Comentó entre gemidos de dolor, apretándose un poco

Soledad le sacó lentamente la mano, observando la herida. Si era una quebradura, pero era leve, sanaría a los días. Agarró unas cuantas hojas grandes de árboles, envolviéndolas en la zona lastimada, pudo inmovilizar el pie, aseguró la atadura con un trozo de su remera. Pero sabía que no podría caminar, no si quería curarse pronto, por lo que sentó suspirando.  Solo faltaban pocos kilómetros para llegar, tendrían que esperar a que sanara la herida.

Abril se sentía fatal, un extraño sentimiento rondaba su cabeza. ¿Culpa? ¿Remordimiento? ¿Vergüenza? Cualquiera que sea la hacía sentir horrible. Nunca era tan torpe, siempre observaba el camino cuando corría a tanta velocidad, solo fue en ese momento que se despistó. Fue el olor de ese lobo el que le había desorientado de sobre manera.

-          Sabes- Cortó el silencio Soledad- No se vos, pero llegaremos a ese maldito lugar- La determinación le hacía juego con la voluntad que poseía

-          ¿Cómo lo haremos? No puedo caminar, y si vas sola nos harán hacer cosas extras- Comentó con molestia, no era aguafiestas pero no quería pasar más tiempo al lado del lobo, que por algún motivo había descubierto que su olor, le atraía.

-          Facil- Se levantó de un saltó- Te llevare en mi espalda- Felicidad, era ese sentimiento que sentía en ese momento, parecía cachorro con amigo nuevo.

Sin esperar contestación, alzó a Abril dejándola en su espalda. Agarró fuerte sus piernas para que no cayera y por reflejo el vampiro le sujeto fuerte del cuello. Comenzó a caminar, intentado recordar el camino por el cual el aullido había llegado. Claro que le incomodaba un poco su compañía, nunca había llevado a alguien de su misma estatura en su espalda, porque Abril tenía su misma estatura y tal vez peso.

-          Si sigues así, no llegaremos- Trató de dar una excusa coherente, se sentía penosa con la situación en la que estaba

-          Tienes razón- Paró descansando, el calor del día no ayudaba en su intención de llegar.

Pensó en una solución, sin dejar bajar al vampiro de su espalda. Hasta que la respuesta  le vino como agua clara en lago. Empezó a correr, pasando por entre los árboles, esquivando ramas, hasta que encontró la velocidad adecuada y se trasformó. Un hermoso lobo de pelaje negro, pasaba como sombra por entre los árboles. Su rapidez se intensifico y la fuerza en sus patas le permitía dar saltos con gran altura.

Abril pasó de sujetar un fino cuello, a tener que agarrarse por ambos lados de un enorme y peludo cuerpo. Abrió lentamente los ojos, sintiendo el aire pegarle de forma fuerte y rápida contra su cara, sus dedos se enredaron en un pelo largo, suave y liso. El movimiento de los galopes de Soledad le hacía saltar de vez en cuando, volviendo a caer  de forma segura en el lomo. Se sentía bien, nunca había montado un lobo, y siendo la primera vez le gustaba, era divertido como sus pelos se le metían en la cara, tapándole la vista, hasta que ella los sacaba, como de vez en cuando se tenía que agachar para dar paso a una rama salida de la nada. No lo resistió y comenzó a reírse, a gritar de la pura emoción del momento, dejarse llevar por el tibió aire que le hacía desear que eso no termine nunca.

Soledad no lo pasaba mal tampoco, lo que en principio fue una idea para bajar más rápido, ahora solo lo hacía para diversión propia. Le encantaba escuchar la risa, verdadera, de la vampiro que le montaba, sentir el tirón con un poco de violencia, cuando saltaba o los abrazos a su cuello cuando pasaba por debajo de una rama. Se sentía bien, era algo distinto a lo que sentía cuando algun otro lobo la montaba, porque no era la primera vez que lo hacía, ya había llevado a los lobos extraviados de vuelta su aldea.

Poco a poco desacelero, estaba llegando a su destino. Sentía el olor a los suyos en el aire, pero eso no hizo que dejara de ser “Caballo” por momento.

-          Eso fue divertido- Se sentó mejor, el entusiasmo aun no dejaba su cuerpo

-          Si, lo fue- La voz le había cambiado gradualmente, ahora no era suave como antes sino un poco gruesa, sus grandes colmillos se hacían presentes con cada palabra que salía- ¿Habías visto aun lobo completo?-Preguntó de la nada, algo le decía que su emoción no era solo por montarla

-          No uno tan grande- Confesó, la altura de Soledad había roto cualquier expectativa suya

Sintió como su compañera rió en silencio, su cuerpo se había movido ligeramente de arriba a abajo. Iba a protestar, pero todas las palabras quedaron en su garganta al ver a lo lejos, todo un grupo reunido. Soledad regresó a la normalidad, para disconformidad de Abril, que se sorprendió a si misma deseando que ese momento volviera a pasar. Con un poco de fuerza se bajó de esa espalda, caminando con dificultad. Aun si no la llevaba en su espalda la cuidaba, agarrándola suave de la cadera, pasó un brazo por su cuello, ayudándola a caminar con mayor facilidad.

Al verlas llegar, cada especie fue corriendo a recibir a su líder. Mayor fue la preocupación de los vampiros, al ver a su princesa herida y rengueando.  Miradas de odio recibió Soledad por parte de todos, más solo las ignoró, yendo con los únicos jóvenes que quería estar en ese momento, sus lobos.

Ellos la recibieron, también, con la preocupación en sus rostros, ellas eran la ultimas en llegar, casi al limite de los quince días. Por eso un lobo, se había jugado, aullando para guiarlas en su camino. Cosa que Soledad agradeció, pero por el momento debía descansar, por eso solo le abrazó como agradecimiento, pasando de lado hasta llegar con su mejor amigo.

-          Te ves fatal- Comentó en tono burlón, ocultando su preocupación

-          Cállate- Se tiró contra él, siendo recibida por los fuertes brazos de Juan- Necesito dormir- Murmuró contra el pecho de su amigo. Siempre ocurría, cuando un lobo se trasformaba completamente, fuera del horario lunar, terminaba gastando todas sus energías.

-          Te seré de almohada entonces- Susurró gracioso, empezando a mecerla suavemente

Notas finales:

Terminando este y comenzando otro, espero que les guste

¡Nos leeremos pronto!

War Black


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