Al ducharme aquella noche el olor del gel me recordó a él, a Gaara, pues cuando se duchaba los vestuarios del gimnasio se llenaban de aquel olor.
Ya habían pasado ya unos dos días y Gaara no aparecía por el gimnasio lo cual me puso nervioso y me hizo que me entraran paranoias. ¿Podría darse cuenta de que me gustaba y por ello no querer verme? ¿O tal vez era que aquel roce no había sido intencionado y por ello no quería verme pues podía pensar que yo pensaría algo raro?. Estas y otras preguntas no dejaban de irme de aquí hacía ya en mi cabeza impidiéndome concentrarme en cualquier cosa. Siempre quería estar con él y no pensaba en otra cosa.
Las clases ya acabadas se echaban de menos pues podía ver a Inuyasha continuamente las veces que se cruzaba con él pero tenía que aceptarlo ya, lo ocurrido en el ascensor no había sido mas que una coincidencia, seguramente no volvería a verlo más. ¿Por qué toda la gente de la que me enamoraba tenía que alejarse de mi?. Me sentía realmente mal, solo, por decirlo de alguna manera. A Trunks solo me quedaba un año para verle pues después también se iría del instituto a la universidad.
Cuando me acosté tarde un rato en conciliar el sueño pero cuando este llego y me transporto al país del olvido sentí como una abstracta alegría bullía de mi continuamente pues aquel era el único lugar en el que me sentía a gusto.
Al día siguiente había quedado con Kagome, Sango y Kouga para ir al centro a dar una vuelta.
Pasamos la mayor parte de la tarde en una tetería como siempre. Por fin ahora quedábamos gente con la que yo estaba a gusto no como antes que íbamos más gente pero yo me aburría más, bastante más.
Al entrar en la tetería observe pálido pero a la vez enormemente feliz que Trunks se encontraba allí. Nos sentamos en la parte de arriba de la tetería. Desde mi sitio podía observar perfectamente a Trunks, aunque él ni siquiera se había dado cuenta de que entraba.
Estuvimos hablando y jugando a las cartas todo el rato hasta que llego la hora de pagar.
Cuando bajamos observe como en ese preciso instante se levantaba Trunks para pagar. Estaba acompañado de otro chico del instituto del que nunca se separaba.
Para evitar que me viese entre en el servicio, me eche un poco de agua en la cara. En ese momento entro él pero se metió en uno de los compartimentos en los que se encontraba un urinario. De repente comencé a toser descontroladamente, a los pocos segundos observe como una gota de sangre resbalaba desde mis labios hasta el suelo. En ese preciso instante Trunks salió del cuarto de baño y me observo, ya me había reconocido.
-Niño qué te pasa-dijo acercándose un poco a mi.
-Nada, nada-conteste limpiándome las gotas de sangre.
En ese momento me sentí desfallecer, la vista se me nublo y caí al suelo.
Al abrir los ojos vi que me encontraba en el suelo tumbado y todos estaban alrededor mío.
-¿Qué ha pasado?-pregunté buscando con la vista a Trunks aunque parecía que no se encontraba ya allí.
Estuve unos días reposando hasta que ya me recupere del todo.
Volví a bajar al centro pues tenía que comprar un par de cosas. Tuve que andarme gran parte del centro.
Al entrar en la tienda de videojuegos lo volví a ver, allí estaba, Trunks.
Me acerque lentamente por detrás y le dije con decisión pero con algo de debilidad en la voz-Gracias, por lo del otro día-
Se volvió hacía mi-Ah, eres tú, bueno pues muy bien-
Me quede algo pillado tras esa contestación.
Me acerque a coger el juego que me iba a comprar pero en el preciso instante en que iba a coger la caja Trunks también la cogió.
-¿Te gusta este juego?-me pregunto.
-Si, es una de mis sagas favoritas-le conteste.
-Yo no juego mucho pero también me gusta-
-Vaya, que casualidad-
Una vez hubimos pagado nos despedimos y cada se fue por su lado.
Al día siguiente fui a la playa y parecía que el amuleto que llevaba funcionaba pues me lo volví a encontrar allí. Fui a la playa con Kagome, Sango y Kouga. Kagome se percato de que yo observaba mucho a Trunks.
-¿Te gusta?-me dijo a la sombra del parasol.
-¿La verdad? Mucho. ¿Y tu qué? El otro día no paraste de hablar del hermano mayor de Inuyasha-
-¡Eso! ¿A ti no te gustaba Inuyasha?-
-La verdad es que no es la única persona que me gusta-
-¿A no? ¿Y quien mas?-
-Pues para empezar tienes a Trunks y luego al del gimnasio-
-Vaya, no te conformas con uno-
no podía apartar la vista de Trunks, me había visto aunque no se había acercado. Cosa que vi normal, la verdad, aunque me hizo un gesto de saludo que yo conteste también.
Estuvimos en la playa hasta que el sol comenzó a esconderse tras el fondo montañoso que teníamos a nuestras espaldas. Comenzaba a hacer un poco de frío así que decidimos irnos ya cuando oscureció.
Yo cogí un autobús diferente al de los demás por lo que fui solo hasta mi casa.
Al llegar me duche, cene y vi la tele hasta las tantas dela noche, como todos los días.
Al dormir la última imagen que se me vino a la memoria fue la de Trunks.
A la mañana siguiente, mas exactamente a las doce de la mañana mi móvil comenzó a sonar. Lo cogí, era Kagome.
-¿Qué pasa?-
-A que nos a ver con quien quede hoy-
-Con quién-
-¡Con Sesshomaru!-
-¿Cómo lo conseguiste?-
-Pues veras el otro día me lo encontré, hablamos durante un rato y finalmente me dijo que me llamaría. Me llamo hace cinco minutos para decirme que quedábamos hoy para comer. ¡Qué bien!-
-Me alegro por ti-
-¿Detecto cierto tono de sarcasmo?-
-No que va. En serio, me alegro por ti-
-Ya te contare como fue todo-
Colgó el teléfono y yo eche el móvil sobre la mesa. Ahora era yo quien esperaba una invitación por parte de Trunks. Porque no admitirlo. Si, estaba celoso de Kagome, me alegraba por ella pero también me molestaba pues parecía que a todo el mundo todo le iba muy bien menos a mi. ¿Podría darse el caso de encontrarme con Inuyasha? ¿O tal vez que Trunks me invitase a comer? Cualquiera de esas dos opciones me alegraría el día.